---------- Mensaje reenviado ----------
De: Pedro cuenca [mailto:pedro.cuencaserrat@hotmail.es]
Enviado el: Sábado, 16 de Abril de 2011 11:44 a.m.
Asunto: pedro cuenca - Mensaje del Padre Celestial
Mensaje del Padre Celestial sobre la Semana Santa:
'¿Por qué no os acordáis de
que era un hombre alegre?'
'Estoy cansado de que mostréis a un Cristo
derrotado, vencido, colgado de un madero'
'Por qué os afanáis eternamente a contemplar la
imagen de mi Hijo como un muerto y fracasado'
'¿Cómo podría entenderse que un hombre hablara de que
por ser pobre, miserable, enfermo era ser bienaventurado?'
Es gris la tarde de hoy, amado Padre pero la luz que acompaña tu Presencia,
hace que se tome más clara que una tarde plena de sol.**
Aquí estoy amada hija trayendo nuevamente mi Voz hacia vosotros.
- Escucho música Padre, cantos alegres, la voz de los ángeles es hoy más
fuerte que de costumbre.
Así es hija mía se prepara la fiesta.
- ¿Qué fiesta Padre?
La de mi Hijo y su triunfo sobre la muerte y el mal.
- No comprendo Padre, para nosotros los hombres son días de tristeza pues
estamos próximos a recordar su pasión y su muerte.
¡Ah hija mía amada!
¡Oh! ¿Ustedes los hombres cuando aprenderán? ¿Por qué os afanáis eternamente a
contemplar la imagen de mi Hijo como un muerto y fracasado?
Está bien que vosotros os acordéis de lo que habréis hecho pues vuestro
Padre os repite una vez más, lo peor ya lo habéis hecho, habéis matado al
Hijo de Dios, pero hija mía, siempre lo miráis así, y no está bien ¿porque
no recordáis nunca como fue durante su vida terrenal?
¿Por qué no os acordáis que era un hombre alegre? Que gustaba de jugar con
los niños, que gustaba de esconderse para ser encontrado, que gustaba de
hacer bromas a sus discípulos, que le resultaba sumamente gracioso verles el
rostro, se ocupaba de poner bien oculto sus pertenencias,
También es cierto que mi Hijo tenía un carácter fuerte.
En eso es igual a mi guerrero, pero ese carácter se derretía como
mantequilla fresca cuando venían a él para invitarlo a una tarde de sol.
Dime hija mía los hombres escuchan las palabras de mi hijo en el monte
cuando cantaba las bienaventuranzas, bienaventurados los pobres, los mansos,
los humildes, los de corazón puro, pero olvidáis porque vuestro hermano y
maestro las cantaba tan alegremente y tranquilamente.
¿Cómo podría entenderse que un hombre hablara de que por ser pobre,
miserable, enfermo era ser bienaventurado?
- No lo sé Padre.
Porque los hombres contemplaban las palabras de mi hijo hecha carne, él
mismo había experimentado cada una de las cosas que proclamaba a su pueblo,
de manera que por su ejemplo los abriera a la verdad, que existe en la vida
en Dios, esa es la vida del misionero, decir se puede, porque el hijo del
hombre lo ha hecho posible.
- Dime Padre, porque es el hijo del hombre, es algo que siempre me ha
resultado extraño.
Hija mía es porque mi amado hijo realizó hace muchísimo tiempo hacerse tan
hombre como vosotros, por eso él mismo se proclamaba hijo del hombre, nacido
en carne de su madre, adquirió para él todas las cualidades de los hombres,
hombre Dios, en los cielos también le llaman el hijo del hombre, un Dios
hombre, verdadero Dios y verdadero hombre, no es un término alocado, es la
síntesis de mi amor, un Dios que se hace hombre, hijo de Dios e hijo de Dios
hombre, por eso amada hija los hombres confundís tanto, dividís a mi hijo en
dos, por un lado el hombre y por el otro lado Dios.
¿Cómo podéis adorar a dos señores? Mi Hijo es un solo, hijo del altísimo y
encarnado por decisión propia en el vientre de su madre, María a fin de
mostraros el rostro amable de Dios.
Acaso vuestro Señor o os respondió a vuestra pregunta, Maestro, Maestro
muéstranos la Padre – El que me ve a mi, ve al Padre, fue la respuesta, un
Padre hombre, un Padre humano, un Padre amoroso, un Padre misericordioso, un
Padre cercano a vosotros, por eso en la casa del Padre se prepara la fiesta
y como no habría de haber fiesta, si porque vuestro amado Señor dijo sí
Padre acepto la misión, muchos de vosotros hoy está de regreso. Las Palabras
de vuestro Padre fueron ve hijo mío y tráemelos de regreso, deseo
ardientemente que estén nuevamente junto a Mí y así fue, vuestro Maestro os
mostró el camino de regreso a la morada del Padre por medio del amor, por
medio de la entrega y del perdón.
- amado Padre estamos trabajando duro para el nuevo reino.
Lo se hija mía y mi amado guerrero emprende el camino de la misión,
encarnarse en la gente sencilla dentro de sus vidas, viviendo sus alegrías y
sus tristezas, comiendo lo poco o lo mucho o a veces lo nada que se pone en
la mesa es la manera de vivir en Cristo. Mi Hijo jamás tuvo una casa fija,
dormía donde lo encontraba la noche y comía lo que a sus manos le llegaba
siempre en la vida del espíritu existió la caridad, por eso le ha sido
indicado a mi guerrero que la caridad de Cristo lo guía, esa caridad es la
que abre las puertas pues cuando un hombre proclama por la boca un mensaje
pero al mismo tiempo lo vive en toda su plenitud, entonces es creíble, los
hombres escuchan a los maestros porque dan testimonio y porque dan
testimonio son escuchados, seguidos, aceptados y reconocidos como servidores
de Dios, la alegría es el ingrediente principal en la vida del misionero
como mi Hijo lo fue, aún cuando descubrió lo que le aguardaba en Jerusalén,
aún allí no perdió la alegría ni borró su sonrisa de los labios, recordad si
vosotros lo que habéis hecho, no lo olvidéis nunca a fin de que no lo hagáis
nuevamente a ninguno de mis enviados, pero recordad también al Hijo de Dios,
alegre que cantaba por los caminos, que corría carreras junto a sus
discípulos, a fin de ver quien llegaba antes, lo habéis vivido Él os ha
mostrado su interior, que el tiempo del desierto, no os quite la alegría de
ser cristianos, no caminéis por la vida con el rostro mustio y agrio, agrio
de quien sufre las calamidades de la vida, pues en realidad debéis vivir a
pesar de vosotros mismos, en la alegría de la resurrección del Hijo de Dios,
enseñad el verdadero rostro de mi Hijo, que es mi propio rostro y si
vosotros estáis en la misión es porque habéis sido apartados del rebaño para
ser pastores de las ovejas de mi pueblo.
OS MANDO A CONSOLAR A LOS AFLIGIDOS Y A SANAR A LOS ENFERMOS SOBRETODO A LOS
ENFERMOS DEL ESPÍRITU, para ello es menester que os vean radiantes de luz y
de alegría pues quien podrá desear sentirse bienaventurados si a quien los
llama y les dice que debe vivir en las bienaventuranzas de Dios, no lo cree
el mismo, sino lo creen mis maestros, ¿Quién de los otros podrá creer?
¿Nadie verdad hija?
Esa es la misión vivir la vida de vuestros hermanos, sabiéndose resucitados
en el amor de Dios.
Estoy cansado de que mostréis a un Cristo derrotado, vencido, colgado de un
madero, así no ganaréis adeptos a mi Reino, más bien los alejáis, mostrad la
alegría que mi Hijo a derramado por doquier, cantad, reír, bailad, gozaos en
vuestro Dios, que os vean satisfechos dentro vuestro porque vuestra
satisfacción, no radica en nada terrenal sino que radica en la grandeza de
Dios que se ha derramado sobre cada uno de vosotros.
Amado hijo, guerrero de Dios vuestro Padre, está presto a acompañar tus
pasos, aquí se inicia tu caminar, no será un caminar fácil, debes estar
preparado para encontrar puertas abiertas y también puertas que se cierran,
el camino del misionero nunca tiene un destino final, una vez iniciado, no
tiene fin, hasta que es convocado a la casa del Padre.
Te ha sido dado todo conocimiento y toda sabiduría, te ha sido dado el amor
que vive dentro de tu ser y también la fortaleza necesaria para caminar
recto por la senda. Mi amada esposa vuestra Madre también junto a ti pisará
tus mismos pasos, será compañía permanente, confíate a sus benditas manos,
pues ella abrirá los corazones y las puertas.
La caridad de Cristo me guía y mi Santa Madre me acompaña que de tu boca
siempre se desprendan estas palabras, así como tu caminas hoy, así caminó mi
Hijo también un día, y camina nuevamente en ti por toda la tierra el Hijo de
Dios, camina en un solo ser nuevamente por el mundo de los hombres,
largamente he esperado este momento, muy largamente, es hora de abrazar a mi
amado hijo y decirle nuevamente, hijo amado en ti me complazco, tráeme de
regreso a tus hermanos a casa, no he dejado de llamarlos y de llorarlos ni
un solo día de vuestras vidas, los amo profundamente como un padre puede
amar a un hijo, no importa cuan lejos os habéis ido, no le importa a
vuestro Padre, cuantas cosas habéis hecho, no me interesan, cuantas veces
habéis renegado de Mí, no me preocupa, si habéis caído en el fango y estáis
llenos de barro, en la fuente de mi casa os bañaré personalmente, mandaré
traer las mas finas ropas, las más finas sandalias, os peinaré y os pondré
el anillo de vuestro Padre en el dedo, solo es mi deseo de traeros de
regreso a mi hogar del cual nunca deberíais haberos marchado, pero libre os
creé y libre seréis siempre.*
*Hijo mío haces bien, no impongas, nunca impongas, respeta siempre,
encuéntrales su lado amoroso como haces a cada uno de tus hermanos y una vez
abierta la puerta, cuélate con la esperanza, tu hija e inunda todo su ser de
amor. La niña, ya no es niña y ha aprendido muy bien realizar su labor, lo
que no aprendió en la casa del Padre, lo aprendió de ti, está lista para
trabajar contigo, ahora esa es su misión acompañar a su padre y a su hermano
en este camino. Un día arderá tu corazón y lágrimas caerán de tus ojos y
entonces dentro de ti como fuego abrasador sentirás resonar en tu mente,
¿Saulo, Saulo porque me persigues? Eso marcará el momento de la perfección
suprema en ti.**
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡-Hosanna en las alturas al hijo de David!
¡Bendito aquél que es enviado a pastorear mis ovejas en medio de una manda
de lobos!
Así como mi Hijo enviara a sus discípulos un día, así tú Padre te envía hoy,
Eres el buen pastor que traerá las ovejas.
Pedro, amado hijo mío ¿Me amas?
- Si Padre te amo.
Apacienta mi rebaño, Yo también te amo hijo mío.
Porque una cruz de madera dijeron los ángeles, porque Padre una cruz de
madera y no una de metal más valioso de plata tal vez, el guerrero de Dios
debe llevar una cruz mejor y la respuesta es:
De madera fue la cruz, en la que colgaron y humillaron a mi amado Hijo y de
madera era el vaso del cual siempre bebió, de madera el callado que
acompañaba sus pasos, una simple y sencilla madera para el hijo del
carpintero, aquél que caminó por las calles y sin embargo era el hijo de
Dios, así caminará nuevamente ahora, con una simple cruz de madera como
distintivo de su filiación divina con el Altísimo.
Tu Padre te abraza ahora amado hijo y sobre tu frente te signa con la cruz
que la paz reine dentro de ti durante toda tu vida y sea mi cruz la que te
muestre a los hombres como lo que eres, el enviado de Dios, no importa si
atrapas y rescatas a una, dos, mil o cien ovejas, eso no es importante, lo
importante es mostrar mi amor al mundo y que la vida en el amor es posible
para todos los hombres y no para unos cuantos.
Eso hijo mío, es lo importante, el ser testigo de mi amor.
Así sea.*
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