lunes, 19 de septiembre de 2011

Es hora de dejar ir el dolor en su corazón

"ES HORA DE DEJAR IR EL DOLOR EN SU CORAZÓN" Como fue recibido por Gillian MacBeth-Louthan



"ES HORA DE DEJAR IR EL DOLOR EN SU CORAZÓN"
Como fue recibido por Gillian MacBeth-Louthan



Anunciamos
desde la estrella y el sistema de Luz conocidos como Arcturus.
Sostenemos las llaves de las puertas del tiempo a las que se está
promulgando que se abran. Estas puertas del tiempo anuncian situaciones
de sanación para toda la humanidad. Las puertas de tiempo ocupan un
espacio que sostiene a todo lo que sirve. A medida en que (las llaves)
abren las puertas del tiempo, lo que alguna vez les sirvió será dejado
ir en el flujo que se está alejando de ustedes. Todo aquello a lo que se
han afianzado emocional, física o mentalmente está siendo decretado
para que sea liberado.
Es
hora de sanar. Es hora de liberar el dolor en su corazón. Es hora de
dejarlo ir. Es hora de perdonar. Es hora de amar más profundamente, más
plenamente, más hermosamente que nunca antes lo hayan hecho. Las
puertas del tiempo han sostenido su pensamiento en una estructura
formatada que ha servido a la humanidad hasta ahora. Siempre y cuando
tenían la seguridad de sus cuatro paredes y el techo en los que confiar,
entonces no tenían miedo. A medida que se liberan emocional y
mentalmente de las construcciones de paredes y techos invisibles,
entonces estarán libres para volar a casa a su pensamiento de la fuente
original.

Las
paredes en su corazón, las paredes en su vida, en su automóvil, en su
hogar, en su pensamiento – todo les ha servido. Todo ello los ha
servido amorosamente y los ha limitado. Los ha mantenido mirando los
mismos escenarios una y otra vez, nunca refrescando lo que pensaban en
el pasado, siempre trayéndolo al futuro, al ahora, y masticándolo de
nuevo, masticando aquello que habían creado como su verdad.
Imaginen
un mundo en donde no son dueños de nada. Donde nunca hay codicia o
envidia de otro --- pues cada individuo ha tenido la misma inherente
habilidad para crear. Un lugar donde cada pasajero pensamiento crea
cualquier cosa que ustedes necesitan. Imaginen un mundo donde nada es
ocultado y todo es visto. Imaginen un mundo donde ustedes como
comunidad deciden los patrones climáticos, donde ustedes como comunidad
deciden sobre las cosechas, los árboles, las flores que van a crecer y
sobre qué elementos serán inherentes a ellos. Ésta es una escena tomada
de Arcturus. Esto puede ser su fututo si ustedes eligen sabiamente.
Imaginen
un mundo donde con un sólo pensamiento ustedes pudieran crear cualquier
acción sanadora que necesitaran o desearan. Imaginen un mundo donde
ustedes pudieran ver su pasado/presente/futuro todo a la vez. Ver todas
las expresiones de sí mismos, todas los cumbres, todos los errores,
todos sus amores y enojos en las situaciones al través del tiempo una y
otra vez. Les permitiría elegir con pleno conocimiento y de pleno
corazón su próxima expresión de sí mismos. Imaginen un mundo donde
ustedes estuvieran sedientos de conocimientos como si fueran agua.
Ustedes han explorado y experimentado todos los conocimientos de su
reino, y buscan ahora el conocimiento de otras dimensiones y esferas de
existencia. Buscando conocimientos, buscando sabiduría, buscando verdad
de lugar a lugar, de estrella a estrella, experiencia tras
experiencia. Creando amor en lugares donde nunca habían conocido el
amor. Creando de corazón en lugares donde no lo hacían de corazón.
Creando con gozo en lugares donde nunca habían sentido gozo.
Sus
cuerpos fueron formados desde las estrellas y añoran ir a casa.
Permítannos elevarlos de regreso a las estrellas mientras sus pies
siguen en la Tierra. Permítannos alargar su humanidad más allá de sus
limitaciones, enojos y tristezas. Permítannos recuperar por ustedes el
conocimiento que buscan, las respuestas que necesitan. Véannos como un
tipo de buscador cósmico.

Nos
esforzamos al máximo para responder lo que necesita ser respondido. No
somos Dioses. No somos más grandiosos que ustedes, pero somos su
potencial, puesto que ustedes son su pasado. Esfuérzense en volverse
algo más, y al esforzarse expanderán su conciencia y su habilidad para
percibir mundos más allá de los mundos. Véannos como aquellos que vienen
a ayudarlos a sanar. Sufrimos al verlos tropezar sobre sí mismos. Hay
tantos bloqueos dentro de su conciencia que ustedes se tropiezan día
tras día como si hubiera minas de tierra que explotan como rabia en su
corazón.

Ustedes
han olvidado la declaración: “Nosotros somos la gente.” Ustedes, la
gente de la Tierra, debe erguirse por su futuro. Dejen de doblegarse
ante las necesidades y los deseos de un mundo que los manipula a todo
nivel. Reciban su poder. Esta vez, este día, pidan ser facultados por
su Divinidad, con el pináculo de su humanidad y la estrella que vive
dentro de su corazón. No permitan que otros decidan su futuro. La
razón por la cual tantos sistemas de estrellas vendrían eventualmente a
la Tierra a cada nivel es que hay muchos resquebrajamientos en su mundo.
No las fisuras o las líneas de fallas de la Tierra sino los
resquebrajamientos en sus relaciones, sus matrimonios, y su integridad.

Su
Tierra declara su vulnerabilidad. La Tierra está abierta a todos para
que entren porque ella no ha sanado dentro de sí, está resquebrajándose
al igual que ustedes. Ustedes no están unidos de corazón. No están
unidos en amor, y no están unidos en paz como un mundo o como una
familia. Hay separación, como un estado, un continente, un mundo. Hay
grandes grietas de separación. Esto es lo que atrae a otros a la Tierra
para dominarla, para usarla. Si estuvieran unidos como planeta, esto
no sucedería. Un microcosmos de ese macrocosmos que se necesitaba
iniciar estando unidos fue oficiado en su situación de emergencia del
9/11. El mundo se unió por un momento, por un día, por 24 horas. Todo
se detuvo, y la vida se volvió santa, se volvió sagrada. Queremos
verlos llegar a ese punto como planeta, no sólo dos edificios - sino
como planeta. Únanse en su esfuerzo continuamente unos con otros. Den
ese extra paso hacia su vecino, hacia su amigo que los ha traicionado,
hacia el miembro de su familia que está en desacuerdo con ustedes. Den
ese extra paso. Simplemente comenzando a dar la mano a aquellos que
leen esto, empiezen a envolverse a sí mismos alrededor de la Tierra.

Somos
los Arcturianos. Nuestro mensaje trae un fruncimiento de ceños a sus
caras, pero trae la verdad a su corazón. Ése es el lugar donde debe
residir. Llámennos para que los ayudemos a sanar. Ustedes son
bendecidos. ¡Vivan eso!


LA SENTENCIA DE LA LUZ
Como fue recibido por Gillian MacBeth-Louthan

Al
transcurso del tiempo y las encarnaciones siempre hubo un tema, una y
otra vez oíamos los ecos en nuestro corazón y nuestra mente: simplemente
amen a esta gente, simplemente amen a este planeta.
Simplemente amen. Recuerden, niños, ustedes están aquí para amar.
De vez en cuando salíamos de nuestra montaña y nos aventurábamos en el
mundo real. Tratábamos de mostrarles a otros la verdad, la luz, el amor
como lo conocíamos, como lo recordábamos. Nuestras palabras y acciones
caían en su mayor parte sobre oídos sordos y un corazón ciego - no
estaban listos para escuchar la verdad, para ver la luz, para abrazar el
amor, y nos lo hicieron saber muy claramente.

A
lo largo de nuestro camino, el universo enviaba ángeles y hermosas
visiones que aliviaban el dolor de lo humano. A medida en que
envejecíamos nuestros regalos comenzaron a amplificarse, sin importar
cuánto tratábamos de alejarlos; ellos rompían a través del escenario de
cristal durmiente, empujándonos más cerca de nuestra luz. Las visiones
nos contaban de alguna vez en la Tierra cuando el Dios dentro de cada
uno finalmente frotaba el sueño de sus ojos y los despertaba a que
recordaran su Divinidad. Las visiones nos decían que no estábamos solos
en la Tierra; las visiones nos decían sobre las verdades que estaban a
punto de descubrirse y revelarse. Las visiones hablaban de un tiempo
en el que seríamos los líderes de la Luz y guiaríamos a la gente de la
Tierra de regreso a la Fuente, a la Luz, a la singularidad: una Luz, un
Corazón.

Las
visiones anunciaban un tiempo cuando cada cara en la que mirásemos
reflejaría la luz que vivía en su corazón. Un tiempo cuando nuestra luz
se volvería un catalisador y prendería la Luz del Dios durmiente en
toda persona que encontráramos. Nos afianzamos fuertemente a esas
visiones, sabiendo que eran verdad. Nos fueron dadas para nutrirnos,
para amarnos y sostenermos hasta que fuera tiempo de que ellas fueran
traídas a la luz en el ahora. Durante ese tiempo de espera nos reunimos
con nuestra propia Divinidad, contemplábamos nuestra propia luz y
aprendimos a amar este cuerpo humano.




En
1987 se emitió el primer llamado, el primer toque de diana a la
humanidad. Todos los corazones de la Tierra se alinearon y exclamaron: e
s hora. Los niños de la Tierra dieron su primer pequeño paso en creer.



En
1992 se emitió otro llamado via números. La constelación de Colón y la
estrella de la paloma emanó hacia la Tierra su conciencia crística,
despertando al profeta dormido dentro de toda la humanidad. El umbral
se había abierto y no había regreso. Desde ese tiempo han despertado
millones, viendo la a luz en sí mismos. Han despertado a su Divinidad,
reconociendo la faz de Dios que ellos representan. Diariamente
recibimos un vistazo de lo que vendrá. Ustedes se sientan aguardando
ansiosamente las promesas de un amoroso Creador.

Sabemos
ahora que nada de nuestra trayectoria ha sido en vano, que fue parte de
la sentencia de la luz. Fuimos los sustantivos, los pronombres, los
verbos, los adjetivos. Sabemos ahora que nunca habíamos olvidado
realmente que todo era una ilusión, al igual que lo es nuestra
humanidad.
Sabemos ahora que la Luz vive en cada molécula de existencia siempre.




Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡iNVESTIGA!


¡Vida a la Vida! ¡Amor al Amor! ¡Fe al Corazón!
¡Yo Soy la Voluntad de Dios!
¡Acepto la luz de Cristo en verdad y unidad!


Este
mensaje puede ser copiado y difundido siempre y cuando se conserven
intactos los textos dando crédito al autor y al traductor, publicando
sus fuentes de origen.


Lucía Montaño Ferrer

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