domingo, 29 de enero de 2012

El camino de retorno, parte 4, por FranciscoBu

Mensaje por FranciscoBU

Parte 4

EL CAMINO DE RETORNO


Si pretendemos un “perdón conciente” - reflexionaba - no se puede perdonar lo que no se conoce; por esta razón se nos dijo que debíamos conocer la verdadera historia de la humanidad, que a su vez es cósmica, por cuanto todo está conectado, todo está en íntima relación.
“Tu tiempo aquí se está prolongando demasiado” - me dijeron - ; “lleva ahora contigo lo que has visto y sentido, pero, como te dijimos cuando llegaste, en el camino de regreso, no podemos ayudarte...”

-¡Aún nos queda tanto por hacer! - exclamé.

“Entonces vuelve ya... valiente caminante... que debes culminar lo que se empezó...”
Y un flash de intensa luz blanca me encegueció.

En un instante me hallaba en el túnel de luz dorada, volviendo a gran velocidad; y debo confesar, que retornaba con cierta tristeza, dejando Ahelón tras de mí. Me entristecía - aunque no se comprenda esto, debo decirlo - volver a ser “Ricardo González”, cuando ahora, disfrutaba de una realidad cósmica, auténtica, sin límites.

Y vi una vez más a los gigantescos guardianes dorados que protegen esta ruta estelar. Pero en esta oportunidad, no se movieron. Me quedé entonces “detenido” frente a estas impactantes presencias que parecían ignorar que me hallaba allí.





No me daban el paso para continuar...
-Debes “creer” para volver... - reconocí, emocionado, la presencia del Guía Oxalc, asistiéndome.
Creer, creer - me decía - y mis intensos deseos de volver a la Tierra, y los lazos de amor con mis seres queridos, fueron dotándome de una fuerza increíble, notando, de cara a mi reacción, cómo lentamente los guardianes se hacían a un lado para que pudiese pasar...

Y fluí nuevamente por el túnel, y cada tramo que cubría del mismo, percibía con mayor fuerza “la energía de la Tierra”, y mis recuerdos, la gente que amaba, el compromiso con la Misión de contacto. Era como volver a “nacer”.

Y logré salir del túnel de luz dorada, ya en mi tránsito final para descender sobre la Tierra.

¡Nordac! ¡Nordac!, escuchaba a alguien llamarme por mi Nombre Cósmico, mientras descendía con suavidad, lentamente, a la Tierra.

Y lo que recuerdo inmediatamente a esto, es a Elvis Martínez (un gran amigo de Puerto Rico, presente en la experiencia) ayudarme salir del sarcófago, allí, en la Cámara del Rey en la Gran Pirámide.

Veía todo deforme, como si el lugar donde me hallaba ahora fuese un “holograma”, y en donde había estado, fuese el “mundo real”. El impacto que me produjo esto fue tan aplastante que me tomó un tiempo de reflexión y silencio para siquiera articular alguna palabra a mis compañeros. Algo grande había sucedido. Así lo sentía.

Y sólo el tiempo ayudaría a comprender…



RECORDANDO EN SAQQARA

Sólo cuando salí de la Gran Pirámide y mis ojos vieron la luz del Sol sobre la arena, pude comunicarme con los muchachos del grupo, quienes lucían muy impactados y atentos a mi persona, por todo lo que había sucedido en mi “ausencia” en la Cámara del Rey.

Como ya ha ocurrido en otras experiencias de contacto, fue asombroso comprobar que el tiempo que permanecí al interior del sarcófago no excedió los 10 o 15 minutos. No obstante, el recuerdo que poseía de la experiencia, era muchísimo mayor, con una conciencia de “días”...

Elvis había sentido y visualizado que estaba como “acompañándome” durante la experiencia que significó “salir” de la Gran Pirámide. Incluso, en ese instante nuestro hermano empezó a vocalizar Mantrams desconocidos por el grupo, en una lengua extraña, y que saturaron de una vibración poderosa tanto el sarcófago como la Cámara del Rey.
-Al llegar a una especie de túnel de luz - relata Elvis - vi cómo Richard se fue por esa luz, mientras yo me quedé afuera, esperándole...
Carlos me comentó que en el preciso momento en que me hallaba como volviendo en sí dentro del sarcófago, ingresó a la Cámara del Rey un inesperado grupo de turistas, decenas de personas, y que se abalanzaron sobre el grupo con sus cámaras fotográficas, intrigadas por lo que estábamos haciendo.

Nuestro hermano, intuyendo que ello podría afectar en alguna medida el cierre del trabajo y, mi “retorno”, se dio media vuelta y levantando los brazos - sin dejar de mantralizar - impidió el paso de toda esta gente, hasta que yo hubiese tomado total conciencia de mi cuerpo en el sarcófago, instantes después.



Luego de la Gran Pirámide nos desplazamos para concluir todo nuestro trabajo, tal como lo sugerían los Guías, en Saqqara.

Al caminar a través de las columnas del Templo de Djosser, noté que Elvis se estremeció. Ni bien había llegado a Egipto - por primera vez - él me comentó un sueño en donde se veía caminando en un Templo con grandes columnas de piedra. La descripción de Elvis correspondía a este yacimiento de marcada importancia en Saqqara... Pero no fue todo.

Tal como rezaba un mensaje de los Guías, y que advertía que en Saqqara se “recordarían vidas anteriores”, al ingresar a la pirámide de Teti la emoción se apoderó de muchos. Ni qué decir cuando uno a uno los muchachos del grupo fueron ingresando al interior del gran sarcófago de esta pirámide.

Las visiones que tuvieron al meditar dentro de él, fueron en extremo importantes y confirmatorias:
“...Vi rápido a un ser vestido de blanco, que me dijo: Recuerda, recuerda, recuerda... Al decirme esto, me vi en ese lugar (Saqqara) trabajando con jeroglíficos y símbolos. Había una habitación llena de ellos, y mi función era proteger el conocimiento que se encontraba en ese lugar. De repente, la visión cambió y veía todo el lugar como era por fuera.

Veía pirámides, templos, calles en piedras y árboles y palmeras en donde hoy día es un desierto; lo curioso es que la gente que veía no me parecían egipcias. Y de pronto, vi naves que comenzaron a dispararle a la gente una especie de energía que los destruía. Yo comencé a reaccionar con angustia y dolor ante esto, como cuando uno está teniendo una pesadilla, y sólo preguntaba: por qué, por qué...”
(Extracto del Informe personal de Elvis Martínez).
Escenas similares fueron enfrentadas también por Rafael Calderón, de Ecuador, recordándonos que estábamos aquí, en este tiempo y lugar, por un compromiso que asumimos de antiguo…

Debo hacer una reflexión: Fue más difícil el camino de retorno de Orión, que el camino que me llevaría a Mintaka. Y ello simboliza el esfuerzo por adquirir el conocimiento.

El Maestro pregunta entonces a su persistente discípulo: Luego que lo poseas: ¿Qué harás con él?

Esta enseñanza encierra el mensaje de que el conocimiento en sí mismo, no es importante. Es tan sólo una herramienta de comprensión. Los vientos que empujan la vela de la Misión de contacto, desde luego, son otros. No están afuera. Están dentro. Y todo aquello que nos pueda ayudar a despertar, será importante para encendernos en aquella luz de amor que abrazará al planeta y, como sabemos, al Universo...

Ahora, la célebre frase del Guía Oxalc, cobra un sentido determinante:
“Al final, comprenderán que la Misión, consistía en recordar...”
Al volver al hotel, luego de los recuerdos que fluyeron en Saqqara, nos llevamos más de una sorpresa.

En primera instancia, el amigo de la guía turística que nos consiguiera el permiso para entrar en la Gran Pirámide, había llamado desconcertado a nuestra amiga para preguntarle qué habíamos hecho en la Cámara del Rey, porque “los perfumes” que habíamos utilizado (!) habían llenado todo el recinto de un intenso aroma a flores... Sin comentarios.

También allí nos enteramos, que el equipaje extraviado de Elvis (que se perdió en uno de los puntos de conexión previos a El Cairo: EE.UU.), se hallaba “sano y salvo” en el aeropuerto de Egipto, listo para ser retirado.

Y una sorpresa más: En un aparte de la recepción del hotel, donde un joven muchacho vendía algún souvenir a los turistas, hallamos una reproducción del Papiro de Hunefer del Libro de los Muertos, que, aunque personalmente conocía su existencia, sólo luego de la extraordinaria experiencia que me llevaría al Consejo de los 14 en Orión, comprendí lo que significaba...




En este singular papiro, de más de tres mil años de antigüedad, aparece Hunefer - que representa a un egipcio que acaba de morir - tomado de la mano de Anubis, quien pesa su corazón con una pluma, en una alegoría por determinar si Hunefer se condujo con sabiduría y nobleza durante su existencia física.

De no haber sido así, hubiese sido devorado por aquella bestia que figura a un lado de la balanza - quizá representando a los “bajos astrales” - pero en este caso, como vemos, la esencia continúa su camino al Duat en Orión.

Thot, “El Atlante” - con cabeza de Ibis-, aparece, fiel a sus funciones, tomando nota, archivando el conocimiento adquirido por Hunefer durante la vida terrena. Acto seguido, Horus, como recordamos quien destruyó a Seth, lleva al “alma” o esencia ante su padre: Osiris, que representa a Orión. Osiris aparece acompañado de Isis y Neftis - a sus espaldas - cuyo simbolismo estelar resulta sugerente dentro de la saga del Plan Cósmico.

Finalmente, ya cruzado el Duat - representado en la pieza dorada donde está sentado Osiris - Hunefer se halla en una audiencia ante 14 seres... ¿A quiénes se quiso representar?

Si bien es cierto, el papiro alude según los estudiosos al “Gran tribunal”, representado por 42 dioses de la denominada “Sala de la Justicia” (Maat), la réplica del original que se vende en el hotel reproduce a Hunefer ante 14 entidades. Igual ocurre con el papiro oficial que se exhibe en el British Museum de Londres (Pieza EA 9901/3). Ver [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

¿Una casualidad? No lo creo.

Menos lo fueron las extrañas esferas de luz, conocidas también como “orbs”, que aparecieron en los revelados fotográficos. Dos cámaras distintas, “captaron” estas extrañas manifestaciones en la Cámara del Rey, luego de haberse registrado la experiencia en el sarcófago.

Sólo nos dimos cuenta al revelarse los negativos más tarde, en dos ciudades distintas (San Juan de Puerto Rico y Quito de Ecuador) y con idénticas “esferas”…

En ninguna otra imagen del viaje sucede lo mismo, sólo allí, en la Cámara del Rey…




Como fuere, asimilar el viaje estelar a Orión me ha tomado - y lo sigue haciendo - momentos de profunda reflexión. Ninguna experiencia había movilizado antes tantas cosas en mi interior.

De hecho todavía puedo “ver” aquellos mundos, tan lejanos a nosotros, pero viviendo en algún lugar de nuestra memoria.

En otras circunstancias, me hubiese reservado muchos detalles de esta experiencia, quizá empujado por una saludable y a veces excesiva prudencia, o por alguna aprensión a que este mensaje no fuese comprendido - por cuanto estamos acostumbrados a confundir las cosas.

No obstante, los hermanos mayores, nuestros Guías de la Misión, me hicieron comprender y sentir la necesidad de transmitir todo esto, tal como lo enfrenté. Así, según me dijeron, ayudaría a otros hermanos a recordar. Y hoy es el tiempo.

He intentado - dentro de mis limitaciones humanas - transmitir en este informe la esencia de lo que pasó en Egipto y la conexión estelar con Orión, acontecimiento extraordinario que permitió acariciar su historia, y comprender algunos aspectos no muy conocidos del Plan Cósmico; confirmar importantes informaciones que veníamos percibiendo, y activar en nosotros y aquellos hermanos que sientan su mensaje, lo que los hermanos mayores bien llamaron “La Clave del Recuerdo”.

Este extraordinaria experiencia, que he descrito someramente - por cuanto el tiempo es sabio en iluminar lo vivido, y aun tenemos que asimilar todo lo que fue entregado - constituye más que una reveladora respuesta, una interrogante abierta a sentir cuál es nuestro verdadero compromiso con el Plan Cósmico, y hasta dónde estamos dispuestos a participar, a conciencia, de un proceso que involucra a diversas civilizaciones y formas de vida en el Universo.

Lo recibido en esta conexión estelar desde la Gran Pirámide, bajo mi humilde punto de vista, encaja perfectamente con todo lo que hemos venido aprendiendo sobre el Plan Cósmico; no lo contradice en ningún punto; más bien lo profundiza, otorgando luz a ciertos episodios, donde empezamos comprender desde una visión más panorámica determinadas etapas de la Historia del Universo Material, sus más intensos momentos, determinaciones, y acciones en medio de este verdadero mosaico cósmico en el cual, el ser humano - nosotros - deberá restituir el orden interrumpido.

El Universo es bello. Impresionante. Una manifestación viva del Profundo. Parece tan extraño que toda la creación esté pendiente de una fuerza que muchas veces no comprendemos en la Tierra, y que es la clave, el camino y la verdad para nuestra ascensión.

Comprometerse con esa “fuerza”, es asumir el mismo sendero que Jesús transitó; por ello, nuestra misión suprema dentro del Plan, es preparar Su camino de retorno...
“Y entonces aparecerá el signo del Hijo del Hombre en el cielo...” (Mateo 24: 27-35), una señal estelar, que podría tratarse de la propia estrella Mintaka, el Sol de Ahelón - el planeta hermano de la Tierra.
Debido a la precesión de los equinoccios, como mencioné anteriormente, Mintaka se encuentra en una posición privilegiada dentro del ecuador celeste, pudiendo ser la única estrella en ser vista desde polo sur al polo norte. Para que todos los seres humanos la vean en este tiempo.

Y recuerden, que el Señor del Tiempo, vendrá pronto.



Es una clave que dejó aquí para que los hermanos que leen estas líneas la profundicen.

Insisto en que es difícil aceptar todo lo aquí expuesto. Y debo decir también, que quienes participamos de este viaje a Egipto, hoy tenemos interpretaciones distintas de todo lo que enfrentamos. Y no es para menos.

Personalmente, conforme pasa el tiempo, empiezo a comprender todo lo que sucedió. Y entonces me descubro tan pequeño, y al Universo tan infinito…

Que cada cual saque sus propias conclusiones.


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Cuando una banda de visionarios se une para empujar los límites del universo conocido, abren de par en par las puertas atascadas de la evolución para todos....

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