lunes, 18 de febrero de 2013
FUNDACION JESUS DE LA MISERICORDIA.
Ay de aquellos que teniendo mucho no lo hicieron fructificar para bien. (Jesús) habla de la caridad.
Posted on 29 febrero, 2012 by pajares95
SON LIBROS O CUADERNOS EN VENTA, POR LO QUE TENGO QUE ESCRIBIRLES, NO ESTOY SEGURO CREO ES DE MEXICO DTB.
LA CARIDAD: UNA DE LAS VIRTUDES MAGNAS (locución interior)
Hijitos
míos, hoy os quiero hablar sobre la Caridad. Unas de la Virtudes Magnas
que todo hijo mío debe poseer. No valen en nada todas las demás sin
esta. Vivir en la Caridad es vivir en mi Seno, en lo más profundo de Mí,
puesto que Yo Soy la Fuente del Amor, de la Caridad.
Os
doy todo lo mío, os comparto todos mis bienes Celestiales y Terrenos,
no me privo en nada para repartíroslo todo y vosotros los tomáis, los
guardáis, los atesoráis con desconfianza futura y no los compartís con
vuestros semejantes. Vosotros seríais ricos, como vuestro Padre, si
confiarías plenamente en El, pero es la desconfianza y la falta de Fe lo
que os hace mezquinos con vuestros hermanos.
Nada,
entendedlo bien, nada de lo que tenéis es vuestro, sólo vuestra
voluntad. Entonces, ¿por qué os adueñáis de lo mío? Ya os lo he dicho:
mientras más deis a los demás, más recibiréis y quien lo ha constatado
vive en el total agradecimiento a mi Providencia.
La
Caridad mueve todo mi Ser. Cuando veo almas caritativas y ya no sólo
hablo de lo material, sino de lo espiritual, que se donan a Mí, Yo me
derramo en ellas. La Caridad es donación y uno no da a un ser querido lo
peor que tiene, ¡da lo mejor! Yo os he dado a mi Hijo, os di lo mejor
que os podía dar, es mi Vida plena en Él lo que os di para vuestra
salvación, para vuestro crecimiento espiritual y para vuestra
santificación. Esto es la Total Caridad, darse por completo a los demás.
Yo os pido según os doy. Si habéis recibido mucho, tanto en lo material
como en lo espiritual, también os pediré mucho, no así a los que
recibieron poco, a los cuales les pediré poco. Pero, ¡ay de aquellos!,
que teniendo mucho no lo hicieron fructificar para mi bien. ¡ay de
aquellos!, que pudiendo usar sus bienes materiales para transmitir mis
bienes espirituales, no lo hicieron.
Velad por
vuestros intereses que os he pedido, pero no son vuestros bienes
materiales por los que hay que desvelarse, ni perder la seguridad, sino
son los bienes espirituales los que hay que proteger y transmitir con
vuestra caridad. Es la Caridad material y la Caridad espiritual,
ofrecidas con un corazón sincero, las que os van a abrir las Puertas del
Cielo. Observad que los bienes, tanto materiales como espirituales, os
pueden dar el Cielo o el infierno si no son tomados y usados con pureza,
humildad y caridad.
Los bienes materiales, en
vez de hacer actos de caridad sinceros, de corazón y se podría decir, a
escondidas en donde la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, si
se utilizan para actos impuros o para difundir el mal o dar culto al
mal, os pueden dar la muerte eterna. Lo mismo sucedería con los bienes
espirituales. Los Dones que os concedo a todos vosotros, a unos más, a
otros menos y que todos son para servicio mío y para el de los demás, si
os los apropiáis y los tomáis para sacarles provecho propio, la
soberbia os cegara y siendo la soberbia el peor enemigo en estos casos
en la obtención de Dones espirituales, os puede hacer caer en el mal
usado, podéis llevar al error a muchos de vuestros semejantes. En estos
casos se vuelve un supuesto don en la persona escogida por Mí para
servirme y servir a sus hermanos y digo “supuesto don”, porque si en un
principio sí concedí el Don espiritual a mis hijos escogidos para tal
misión, para que os guíen entre las tinieblas del mundo, pierden la
caridad hacia su prójimo y al volcarlo y sacarle provecho para ellos
mismos y envaneciéndose con algo que no es de su propiedad, lo pierden y
sólo prosiguen con un teatro de supuesta intervención mía en ellos.
La
Caridad tiene que ir íntimamente unida a la Humildad. En ambos casos,
el poseer bienes materiales o espirituales, si no se dan con caridad
humilde y tratando de cobrar algo de lo dado, no sirve. Os lo vuelvo a
repetir, aquel que más dé, más recibirá. Pero la Caridad deberá ser dada
con un sincero desprendimiento y con la idea de no recibir paga en
retorno de parte de la persona a quien se da ya que si se da por el
interés de mis Palabras de qué se recibirá el ciento por uno de lo dado,
ese interés echara a perder la acción buena. Ciertamente recibirá su
paga, pero no será tan grande como si la hubiera hecho con un sincero
desprendimiento de corazón. La gran mayoría de vosotros lo habéis
constatado alguna vez en vuestras vidas, porque Yo así lo he permitido.
Cuando
habéis dado algo, sinceramente, casi inmediatamente os lo he pagado con
un bien mayor. A nadie he dejado de pagar así, puesto que si Yo os
estoy hablando de Caridad hacia vuestros semejantes, Yo siendo la
Caridad Pura y Santa, Soy el Primero en demostrarles mi Promesa.
Todos
vosotros le habéis constatado, Yo no miento ni hablo con Promesas vanas
y ahora os pregunto, si ya lo habéis constatado en vuestras vidas, ¿por
qué? ¿No tenéis más confianza en mis Palabras?
En
estos tiempos que son difíciles para vosotros, es cuando más debéis
demostrar que realmente creéis en Mí, que realmente creéis en mi
Omnipotencia. Esta se manifiesta mejor en tiempos o momentos en los
cuales, para casi todos vosotros, se os hace prácticamente imposible se
cumplan mis Promesas. ¡Yo Soy vuestro Dios! Para Mí no existen los
imposibles y mucho menos cuando veo que lo que se da, se da con caridad
sincera y cuando es el corazón el que se mueve y sufre en la necesidad
del prójimo.
La donación de vuestros bienes,
tanto materiales como espirituales, dados con un corazón movido al ver
la necesidad del prójimo, es una flecha de amor vuestro, que atraviesa
el Corazón de vuestro Padre y consigue de El todo lo que pidáis.
Vivid
pues, hijos míos, en la caridad humilde, en la caridad sincera, en la
caridad, que cuando se da, se están viendo mis Ojos y no los de la
persona que está recibiendo vuestra donación. Es a Mí a Quien realmente
dais cuando veis a vuestro prójimo en necesidad.
Hijos
míos, que vuestro corazón esté siempre íntimamente unido al mío y así
estaréis seguros que lo que realmente actuáis, lo estáis haciendo con mi
Amor y no con el vuestro y esto os valdrá la Vida Eterna, la cual os
concederá al cien por ciento, sin recatos. Si distéis todo lo vuestro a
los demás, Yo no puedo menos que dar todo lo mío a vosotros.
Recordad
que estos tiempos difíciles son tiempos de prueba espiritual y es
cuando Yo deberé contar con los que son míos. Dad con amor y recibiréis
del Amor, al ciento por uno.
¡Confiad!, no
dudéis nunca de mis Promesas, nada le faltará a aquél que comparta y
confía plenamente en Mí, vuestro Dios Omnipotente y Eterno.
La
verdadera Caridad es cuando se da lo que uno mismo necesita, no cuando
se da lo que a uno le sobra. Y os aconsejo, no atesoréis, haciendo
lastre a vuestra alma, impidiendo que vuele libremente hacia Mí.
La Caridad es una marca distintiva que poseen todos aquellos que me pertenecen y que vendrán al Redil Eterno.
Os bendigo en mi Santo Nombre, en el de mi Hijo Jesucristo, Vida del Amor y de mi Espíritu Santo, Guía y Fuente del Amor.
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