viernes, 22 de marzo de 2013
Shamballa, la Gran Hermandad Blanca, y el Día de Acción de Gracias
Historia del Retiro de Shamballa
A
los grandes Señores de Amor de Venus se les avisó que su planeta
hermano, la Tierra (llamada la Estrella Oscura o el Planeta Sombrío) no
podía irradiar la Luz suficiente para asegurarse por cuenta propia un
sitio permanente en el sistema solar.
Cuando
un planeta ha excedido el tiempo asignado para crecimiento y expansión,
y se le encuentra sin un poder auto-generado y auto-sostenido de
radiación para el bien, debe ser descartado, y devueltos sus elementos
componentes a Lo Amorfo para ser re-polarizados y re-moldeados en una
forma más productiva.
En vez de
esperar que la Tierra fuera disuelta - dejando así a los millones de
almas que estaban evolucionando allí, sin un hogar planetario en el cual
trabajar hacia su propia Maestría - el Consejo de Venus se ofreció de
voluntario a enviar algunos de sus miembros para llevar y sostener la
Luz en la Tierra, hasta que se pudiera educar a suficiente gente de
dicho planeta en la Enseñanza de la Llama, y se les pudiera enseñar cómo
regular su propia Llama de Vida para que emitieran una Luz constante y
sostenida.
La Luz así cultivada
en los corazones de los hombres sería, entonces, la "Luz del Mundo", y
los grandes visitantes de Venus, habiendo cumplido con Su misión,
podrían retornar con Amor - con el mismo Amor que vinieron - a Su
Estrella Celestial.
Al ser
siempre los mayores los sirvientes de los menores, el mismísimo Señor
Cósmico - Sanat Kumara - y tres de Sus Hijos, se ofrecieron para dirigir
el grupo de misioneros. Los grandes Kumaras, con treinta voluntarios
leales, se prepararon para su descenso a la atmósfera del planeta
Tierra, sabiendo muy bien que deberían permanecer allí hasta que la
cantidad suficiente de hijos de la Tierra hubieran despertado a la
necesidad de la hora, y del Fíat Cósmico de que la Tierra debía emitir
más Luz. Luego, estos hijos de la Tierra deberían entrar a los siglos de
entrenamiento, auto-control y disciplina requeridos para convertirse en
Señores de la Llama de sus propios corazones, y a través de esa Llama,
liberar a los grandes Kumaras de Su Servicio de Amor y Luz.
Así,
los treinta alumnos de los Kumaras le dijeron adiós a sus familias, a
sus hogares y a su planeta. Cada uno fue atado a la rueda de la
encarnación, de la experiencia terrena y de la muerte por tanto tiempo
como la Tierra necesitara del préstamo de la Luz de Ellos; y ninguno
sería liberado hasta que llegara el momento es que la propia Luz de la
Tierra fuera suficiente para cumplir con la exigencia de la Ley Cósmica.
La
primera tarea de los treinta amorosos seres fue la de preparar un sitio
para la llegada de Su Señor. Cuando cada alma hubo sido envuelta por
los "lazos del olvido" del magnetismo de la Tierra, y entrado al
nacimiento, únicamente su amor ardiente quedaba para iluminarles el
camino. No obstante, en aquellos primeros días, antes de que el viaje
agotador hubiera opacado el brillo del Fuego Espiritual - a cada uno se
le permitió recordar su propósito lo suficiente para encontrarse con sus
hermanos peregrinos y unirse en la preparación del hogar para Sanat
Kumara en la atmósfera de la Tierra.
El
Desierto de Gobi era en aquel entonces un mar interno de color azul
zafiro. En el centro de dicho mar se encontraba una bella isla, la cual
fue escogida para ubicar allí la Ciudad del Puente - así denominada
debido al bello puente de mármol que había sido construido para
comunicar la isla con tierra firme, sobre el cual quienes calificaran
podrían entrar a los sagrados recintos de la Ciudad. Durante novecientos
largos años, esos espíritus voluntarios laboraron para extraer el
diseño y patrón de esta Ciudad de Luz desde sus propios cuerpos
etéricos, de la Ciudad del Sol en Venus. Rápidamente pasaban de un
cuerpo físico a otro, sin descanso espiritual de un reposo celestial, a
fin de mantener ininterrumpido el ritmo de construcción. Hordas de
salvajes a menudo descendían sobre ellos y diezmaban sus filas.
Impertérritos, volvían a regresar en cuerpos nuevos y continuaban con su
servicio de Amor.
Finalmente
se completó la bella Shamballa, con sus gloriosos templos y el bello
puente que habría de ser la maravilla de la Tierra durante los siglos
venideros. Así, cuando llegó el momento cósmico de la visitación y Sanat
Kumara se paró en la atmósfera superior de la Tierra, rodeado por su
corte de Ángeles y Maestros, los constructores de la Ciudad Blanca
agradecidamente se arrodillaron ante Su Presencia, serena en el
conocimiento de que el magnífico templo estaba listo para Su Santidad.
Sanat
Kumara, con los demás Kumaras, descendió con gracia y dignidad. La
Inmortal Llama Triple entonces estalló sobre el altar del templo,
comenzando así el largo servicio del Señor del Mundo para mantener con
vida la Luz Espiritual en los corazones de la humanidad.
Nacimiento de la Gran Hermandad Blanca
Debido
a que Sanat Kumara y los Kumaras habían ofrecido a la Ley Cósmica Sus
propias auras de Luz para hacerle frente a los requerimientos de la Ley
de que la Tierra contribuyera algo de Luz al sistema solar - o, de lo
contrario, ser disuelta -, se hizo inmediatamente evidente que era
menester instaurar algún medio de entrenamiento para enseñarle a la
humanidad cómo expandir su propia chispa de Divinidad; y, con el correr
del tiempo, convertirse en Señores de la Llama e iluminar su planeta sin
la ayuda de otras estrellas.
A
fin de prepararse para este día, Sanat Kumara y Su Concejo en Shamballa
establecieron una gran Orden Espiritual de Seres Divinos - conocida
como la Gran Hermandad Blanca, cuyos deberes y servicio era interesar,
enseñar, guiar y proteger a los hijos de la Tierra; y, eventualmente,
atraerlos a la Hermandad y dejarlos asumir los cargos y
responsabilidades originalmente ocupados por los seres voluntarios que
vinieron desde mundos más evolucionados.
Mediante
Su propio gran Amor y radiación, esta Hermandad comenzó a despertar la
Luz Espiritual en las almas de algunos pocos miembros de la raza. Estos
egos comenzaron a estremecerse del sueño de su alma, y a responder a la
Presencia y Llama de Amor de Sanat Kumara. Fue así como nació la Gran
Hermandad Blanca.
ORIGEN DEL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS
por Werner Schroeder, en el libro "Templos de la Gran Hermandad Blanca"
Trabajando
contra el tiempo, llegó el día en que la ciudad estuvo terminada. Sanat
Kumara, acompañado por tres otros Kumaras de Venus, entro a Su
residencia. Felices y agradecidos estaban los constructores, tras
sobrellevar el esfuerzo de 900 años para completar Shamballa, un sitio
tan magnífico que nunca jamás la semejanza del mismo ha sido igualada en
ningún momento en la Tierra. Ellos se arrodillaron en acción de gracias
y adoración ante Dios y Sanat Kumara, conformando así un registro
etérico.
La Llama de Acción de
Gracias ha emanado rítmicamente desde el día en que los treinta seres se
arrodillaron ante la venida de su Señor, y ha ido aumentando en poder a
medida que cada corriente de vida se haya hecho consciente de los
beneficios que se han vertido a través de dicha Llama, en la mayoría de
los casos sin reconocimiento durante siglos. Miles de años después, los
peregrinos que llegaron a Estados Unidos se sintonizaron con este
registro (de los planos etéricos), estableciendo el Día de Acción de
Gracias [Thanksgiving Day].
Compartido con mucho cariño,
Isolda
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LA ESPIRITUALIDAD MÁS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS.
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA
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LA ESPIRITUALIDAD MÁS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS.
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