jueves, 28 de marzo de 2013
SIGO APRENDIENDO
Alexiis, 29 de marzo, 2013; 2:50 a.m.
¿ES NECESARIO PREPARARSE PARA LA MUERTE?
Por
favor no crean que estoy considerando el asunto de la muerte, pero ya
que comencé a comentar este tema me parece necesario tratar los
distintos aspectos relacionados con la misma.
Algunas
religiones insisten en que debemos prepararnos para la muerte ahora,
mientras estamos en la vida. Pero, ¿qué significa prepararnos para la
muerte? Nada más, ni nada menos, que tomar conciencia de nuestro
propósito aquí, en la vida física. Tomar conciencia de nuestra razón de
ser y de existir. Debemos darnos cuenta que nuestra vida cotidiana tiene
una importancia mucho mayor de la que l adjudicamos normalmente. Cada
acto puede representar una oportunidad para tomar conciencia de nuestra
propia divinidad y alejarnos de la negatividad en la que lamentablemente
en general vivimos.
El pensar en la muerte es
tomar conciencia de que el lapso de cada vida representa una oportunidad
para darnos cuenta de nuestras fallas y debilidades y con ello nos
brinda la posibilidad de mejorar, evolucionar y avanzar en el sendero de
la luz.
La mayoría de nosotros no tiene
conciencia de cuál es el motivo porque su alma ha elegido venir a la
Tierra y lo que pretende lograr y aprender en este lapso de vida. No
estamos conscientes a qué hemos venido, ya que les puedo asegurar que no
es simplemente para ir y pasar un día tras otro, buscando riquezas o
diversiones o las mil y una cosas que nos impulsan en esta estadía.
Por
más duras y difíciles que puedan ser las circunstancias que nos toquen
vivir, es necesario aceptarlas como parte de nuestro aprendizaje, ya que
no somos producto de las circunstancias. Cada evento que nos pasa es
una prueba que podemos aceptar tomando conciencia de que es un escalón
en la escalera que significa llegar a la meta, o podemos rechazarla y
negarla, pero es necesario que nos demos cuenta que tarde o temprano se
nos volverá a presentar.
Nuestra alma ha elegido
venir a la vida en la Tierra para estudiar cierta cantidad de materias y
depende de nuestro libre albedrío si cumplimos con este compromiso o
no. Este es el motivo por el cual tenemos que enfrentar el momento de la
muerte con la seguridad de haber hecho lo mejor posible del tiempo que
teníamos a disposición, y por consiguiente si tenemos esta seguridad no
hay motivo por el cual temer a la muerte si nos hemos preparado
conscientemente.
El prepararnos conscientemente
significa habernos preparado mediante la meditación, la práctica
espiritual, el desprendernos de nuestros apegos y reconocer la verdadera
naturaleza de nuestro espíritu. Si no lo hacemos, cuando llegue el
momento de la muerte este será más difícil por la fuerza del karma, etc.
Para
quien muere sin preparación espiritual, la angustia y el sufrimiento
son inevitables, originándose esta angustia en su mayor parte en nuestra
ignorancia y apego a la vida material. En el momento de la muerte
podemos alcanzar la liberación. Si fracasamos. Es porque no nos
liberamos debido a que nos apegamos a viejos hábitos que se convertirán
en el núcleo de nuestra próxima vida. Cuanto más nos hayamos liberado,
tanto mayor será nuestra libertad de acción y podremos tener un
renacimiento mejor.
Por consiguiente es de
fundamental importancia el estado del espíritu en el momento de la
muerte, el mismo no debe ser distraído ni perturbado. Es por ello que es
importante mantener la conciencia lúcida ya que si la misma se
interrumpe se borra la memoria y entramos en otra dimensión sin una
referencia conocida.
Tal como he mencionado en
mi otro escrito es necesario que los médicos que acompañan al moribundo
no traten de aplicarle grandes cantidades de sedantes para que no sufra y
para que no se dé cuenta de lo que está pasando. Está bien calmar el
dolor, pero otra es borrar la conciencia. Necesitamos darnos cuenta de
lo que está aconteciendo y entonces se hará la transición como si fuera
un ejercicio de meditación. Tomaremos una inspiración profunda y, al
exhalar, nos dejaremos ir como si fuéramos un globo que se suelta en el
aire.
También es necesario que los familiares
acepten la muerte como el desarrollo natural de los acontecimientos,
enviándole todo su amor y su luz al moribundo. Se pueden decir oraciones
o cánticos suaves pero hay que evitar las graves escenas de llantos y
desesperación, ya que las mismas representan solamente una carga para el
moribundo.
Un ambiente de paz y de amor es el
mayor regalo que se le puede dar al ser querido que se está yendo y
tenemos que darnos cuenta que el alma percibe todo gesto, cada palabra
que se manifiesta y cuánto más se aligera lo negativo en esta
circunstancia, tanto mejor.
Todos sabemos que la
muerte no representa el final sino que es el paso hacia otra dimensión.
Lo que queda es el cuerpo físico, que es la vestimenta del alma, pero
ella – el alma – es la que tiene que seguir adelante y cuanto más le
facilitamos esta transición, tanto mejor para ella.
En
general, debido a las enseñanzas religiosas y las creencias que nos han
inculcados desde chicos, especialmente los que somos de origen
occidental, nos cuesta mucho comprender todo esto, pero si ustedes
investigan un poco las costumbres orientales se darán cuenta que allí a
la muerte se le da un significado muy distinto.
Como
terapeuta que soy y debido a la gran cantidad de Terapias de Vidas
Pasadas que he realizado, estoy por supuesto mucho más familiarizada con
este enfoque, y es por ello que trato de compartir este conocimiento en
palabras simples con todos ustedes.
Con amor. Alexiis
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