jueves, 19 de junio de 2014
Madre Divina - Como el Florecimiento de una Flor ...
Madre Divina
Como el Florecimiento de una Flor
Como el Florecimiento de una Flor
Desde el Reino
Cristalino de la Tierra, Mi Presencia se expande, reluciendo en mil soles. Mi
Presencia, satisface e inunda cada hogar, cada chispa, cada hoguera, revelando
un incendio de Amor-Luz.
¡Bienaventurados,
hijos e hijas de la Tierra! ¡Bienaventurados soles de la redención! ¡Soles de
la Redención!
¡Bienaventurados,
semillas de mi jardín! ¡Bienaventurados, Bodhisattvas de la humanidad!
¡Bienaventurados,
portales de la nueva vida! ¡Bienaventurados, canales de la nueva realidad!
Yo los saludo en
esencia y en forma. Yo los envuelvo en Espíritu y en verdad. Yo los bendigo en
la carne, en la sangre, en el soplo y en la Luz.
Niños bien
amados, yo les recuerdo: ligereza es mansedumbre. Siempre que la atención se
dispersa, siempre que el pensamiento, la energía de construcción, se mantiene
aprisionada por las líneas de los conceptos, de los raciocinios, de las
confabulaciones, entonces un estado de tensión y de opresión se establece y así
colorea su experiencia, interior y exterior. Es cierto que este proceso, que
este parto, que este nacimiento se compone de diversas condiciones y aspectos.
Es cierto que el florecimiento de una flor es un evento de magnifica
simplicidad, pero también de magnífica complejidad. Y, sin embargo, la flor
simplemente se abre. Y sin embargo, su perfume simplemente exhala, sin
esfuerzo, sin premeditación, sin opresión.
En la flor existe
un estado constante de alerta, en la flor existe un estado de alerta y de
atención puro. Una atención que no está enfocada solamente en un objeto, una
atención que no está enfocada, o aprisionada, ni siquiera del escenario que la
rodea. La atención de la flor es una atención pura y, por lo tanto, una tensión
sin esfuerzo y sin opresión, porque la atención y la tensión están
completamente, natural y espontáneamente fijas, firmadas, enraizadas, en el
misterio de la manifestación del Ser.
Amados de Mi
Corazón, la ligereza se revela como un resultado natural y espontáneo de la
verdadera vigilancia. La ligereza surge en su experiencia material como un fruto
espontáneo de la Lucidez. ¿De cuál Lucidez hablo? ¿Qué Lucidez es esta? Amados,
el río corre en dirección al mar sin necesidad de que lo conduzcan, o impulsen,
ni le expliquen el camino a seguir. Él simplemente fluye, sin jamás estar
separado del océano, él simplemente fluye en dirección al océano, cumpliendo
cada etapa en su proceso, de su servicio, completamente presente en cada curva,
en cada lado, sin embargo, sin esfuerzo, sin opresión, cumple su sagrado
propósito. Yo les recuerdo que este proceso, hijos e hijas, este evento de
magnífica simplicidad y magnífica complejidad, que es el despertar de vuestras
almas en encarnación, puede ser fácil así como alegre. Detrás de todo dolor que
envuelve este proceso también existe Alegría y existe ligereza.
Yo les pido, mis
niños, no conviertan pesada su experiencia de sí mismos, pesada con los
conceptos, pesada con las concepciones intelectuales y racionales, pesada con
la necesidad o el deseo inútil de comprensión y de análisis. Como el río,
permítanse apenas fluir en dirección al océano. Como la flor, que su estado de
alerta y de atención sea pleno, sea espontáneo y natural. Ligereza no es un
producto artificial de su esfuerzo, ligereza no es un estado de ser alcanzado,
ligereza no es un fin en sí mismo. Pero una vez más, hijos e hijas, recuerden:
la ligereza es la expresión natural de una consciencia entregada y abandonada,
la ligereza es la expresión espontánea de la atención vuelta simplemente hacia
el servicio. No construyan, sin embargo, mil y una proyecciones, mil y un
conceptos acerca de lo que es este servicio. El servicio es maravillosamente
simple y complejo, es simplemente la expresión de la Luz, la expresión del
Amor, la expresión del Ser. Esto es inherente a ustedes, esto así mismo es
innato, así como el calor del fuego produce calor, así es como la consciencia
expresa su Esencia.
Hagan caso a los
pedidos de su corazón, sigan las orientaciones vibrantes que su corazón les
muestra, como coherentes. No hay necesidad de luchar para encajar en los
patrones que se presentan exteriormente, no hay necesidad de esfuerzo y de
tensión para adecuarse a las demandas externas, pues todas ellas son ilusorias,
todas ellas son engañosas. Acojan el impulso sagrado de su corazón, este es su
guía en su expresión y manifestación. Pero más allá de las danzas cambiantes y
mutantes de las formas, manténgase, hijos e hijas, en una misma sintonía, en un
mismo canto; sintonía y canto que viven al reconocer la Unidad de sus
corazones, con respecto a las diferencias exteriores.
El Corazón es uno
solo, el Espíritu es uno solo, la Vida, la Luz y el Amor son uno solo.
Descansen en esta certeza, descansen así mi mismo en esta vivencia y vivan,
ligeramente, dulcemente, suavemente, vivan. Porque la vida es ligereza, es
suavidad y dulzura. Y lo que ustedes llaman sufrimientos, dificultades,
obstáculos y resistencias, son pequeñas ondas que a veces se forman en la
superficie del océano profundo y vasto del Ser. Acójanse a sí mismos en esta
ligereza, en esta suavidad, en esta dulzura, acójanse a sí mismos en esta
inmensidad del Ser. Observen el comportamiento de las formas, la formación y
disolución de las ondas, pero jamás olviden, niños, que el proceso de su
despertar, que el proceso de su florecimiento es magnificentemente simple y
complejo, como el proceso de la flor que se abre.
Yo los motivo hoy
y en todo momento para que su atención de vuelta a su Sagrado Corazón, templo
de Mi Presencia, la ligereza, la suavidad y la dulzura. Yo permanezco en el
centro de ustedes – así como ustedes mismos, pues somos verdaderamente Uno –
revelándoles la ligereza de la experiencia, la suavidad y dulzura de este
reencuentro. Acójanme como Yo los acojo. Fúndanse en Mí, como Yo me disuelvo en
ustedes.
Amados de Mi
Corazón, la Tierra canta y todos los reinos que se reúnen en servicio al
Espíritu Planetario celebran. Sus almas también celebran, también cantan. En la
atención plena este canto es escuchado, sentido e integrado en la persona que
manifiestan aquí, en este nivel de su experiencia. Permanezcan ahí solamente
como Sacerdotes de la Luz Viva, Sacerdotes de la Presencia, Sacerdotes del
Templo de Fuego Vivo y como canales permitan que esta ligereza, suavidad y
dulzura, que el canto, se derrame sobre la forma, inunde y encienda como Yo los
inundo y los enciendo en Amor perpetuo, Ligereza es el fruto espontáneo de la
verdadera vigilancia.
Con esta
bendición Yo los acojo, permanezco en ustedes y les digo: hasta un próximo
momento.
Desde el Corazón
Cristalino de la Tierra, nosotros hacemos resonar, hoy, ahora, en este momento,
el canto de la Unidad: ¡Aní Maritumi!
Participantes. ¡Aní Maritumi!
Transcripción realizada por colaboradores del blog ELV
Selén Om. http://www.escolaluzviva.com.br/
Audio original en portugués Haga clic aquí para descargar el audio.
http://www.escolaluzviva.com.br/2014/06/mae-divina-160614-como-o-desabrochar-da.html
Traducción: Lucía Montaño Ferrer
http://yosoylucialaluzdelmundo.blogspot.com/2014/06/madre-divina-como-el-florecimiento-de.html
Selén Om. http://www.escolaluzviva.com.br/
Audio original en portugués Haga clic aquí para descargar el audio.
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Traducción: Lucía Montaño Ferrer
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