jueves, 24 de julio de 2014
"PERSONALMENTE ESTOY BASTANTE CONVENCIDO DE QUE ESTAMOS SIENDO OBSERVADOS POR SERES EXTRATERRESTRES"...DR. LEO SPRINKLE Reconocido Psicólogo Norteamericano, Phd, Profesor en la Universidad de Wyoming (EE.UU)...
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Lemuria, Kayona y el Plan Cósmico
PARA AQUELLOS QUE NO PUDIERON HACERSE CON UN EJEMPLAR DE MI LIBRO:
"KAYONA Y LOS DIOSES DE MU" (2013), LES RESUMO AQUÍ ALGUNOS DATOS QUE
PUBLIQUÉ EN ÉL SOBRE LA ANTÁRTIDA, LEMURIA Y EL PLAN CÓSMICO.
De acuerdo a toda la información que hemos venido acumulando, todos los caminos apuntan a Lemuria: la tierra madre en donde empezó todo...
Debo decir que fue un tema que los extraterrestres pusieron sobre la mesa. Les interesaba que tomáramos consciencia de esa
antigua cultura que se remonta a decenas de miles de años, anterior a la propia Atlántida.
Su nombre no es desconocido para el mundo esotérico. Sin embargo, varios autores la confundieron con Mu, el otro reino perdido
que se hundió en el Pacífico. Como expliqué páginas atrás, Lemuria era África y otras tierras sumergidas en el océano Índico que
hacían “puente” con Madagascar. Mu, por su parte, era un grupo de
grandes islas en el Pacífico que fueron condenadas por una violenta
actividad volcánica debido a la “activación” del llamado cinturón de
fuego ⎯tal vez, a consecuencia del impacto de los dos presuntos
fragmentos de Maldek, o por las radiaciones del centro galáctico que
sugirió Laviolette⎯. Como sea, es allí donde se deben buscar nuestras
raíces.
Una historia olvidada
Según los Guías del cosmos, fue en
Lemuria donde apareció, por primera vez, el ser humano. Lo inquietante
es que surgimos como especie inteligente y dominante en el planeta
gracias a la intervención genética de seres extraterrestres… Ellos
habrían actuado como parte de un Plan Cósmico de evolución.
El hombre es más antiguo de lo que la
ciencia oficial supone. No obstante, los libros académicos insisten en
que nuestro antecesor, el “homo hábilis” ⎯bípedo, capaz de fabricar
herramientas⎯ apenas nos remonta unos 1.5 millones de años atrás. El
“homo sapiens”, de acuerdo a estas cifras “oficiales”, apareció después,
hace unos 200.000 años.
La teoría del origen africano del hombre
es la más aceptada. Se llama también teoría de “Salida de África” o
teoría de “Sustitución”. Nuestro origen en África (Lemuria) es el que
cuenta con más evidencias científicas.
Pero el problema sigue siendo los tiempos. Y el “salto” evolutivo que dimos.
Como adelanté páginas atrás, todo este
enredo de fechas y teorías cobra sentido con el eslabón extraterrestre:
seres del cosmos habrían intervenido en especies de proto-homínidos,
transformándolos en hombres modernos: machos y hembras de raza negra.
Arriba: mapa que ubica la posición real de Lemuria,
muchas veces confundida con Mu. El nombre Lemuria fue acuñado en el
Siglo XIX por el naturalista inglés Philip Sclater. Allí nace. No hay
referencias anteriores. No se trata de un nombre indígena o esotérico.
El científico se inspiró en los primates lemures para explicar su morada
tanto en el sector sur oriental de África como en Madagascar. Creía que
en tiempos remotos un fragmento de tierra les permitía "cruzar". Y
llamó a ese "fragmento", hoy hundido, "Lemuria". Blavatsky tomó prestado
el nombre y lo popularizó en el mundo esotérico.
De acuerdo a los extraterrestres, hubo
experimentos previos en donde llegó a “crearse” seres andróginos. Pero
finalmente prevaleció el hombre tal y como lo conocemos.
Los científicos extraterrestres tenían
como objetivo “acelerar” nuestra evolución para observar cómo nos
adaptábamos a un mundo “laboratorio” que posee una gran diversidad de
vida. Se marcharon pero nos siguieron monitoreando.
Allí constataron, perplejos, que el ser
humano había logrado una profunda conexión con la naturaleza y los
animales, incluso con otros seres que habitaban la Tierra… Esos seres,
“hermanos menores” del hombre, son criaturas bondadosas que viven en el
mundo subterráneo. Son nictálopes (ven mejor de noche que de día) al
haber sido “creados” en las galerías intraterrenas del planeta. Pero esa
condición los transformó en los guardianes naturales de los túneles y
sus secretos…
En el año 2002, durante mi expedición a
la Cueva de los Tayos, descubrí que los indios shuar conocían a esas
criaturas, que llamaban “sunkies”. También hallé referencias en otros
lugares que exploré, como Mount Shasta, Palenque, o Roraima.
Los sunkies formaron una alianza
espiritual con el hombre antiguo de Lemuria. Y fruto de esta combinación
surgió la creación de un gran disco de poder: una herramienta capaz de
conectarse con el Real Tiempo del Universo.
El hombre de Lemuria había comprendido
que nos hallábamos “desfasados” de la matriz temporal del Cosmos. Ello
debido a que la Tierra había sido devastada por un impacto de lluvia
meteórica hace unos 1.200 millones de años. Sin embargo, seres
extraterrestres llegaron a nuestro planeta con la misión de cambiar ese
episodio. La clave fue arribar a la Tierra “antes” de que ocurriera el
incidente, viajando al pasado y creando así un “tiempo alternativo”: una
suerte de burbuja ajena al tejido temporal que imperaba en el Universo.
Para nosotros, en la Tierra, era como si
nunca hubiese ocurrido el impacto de esos cuerpos celestes. Pero en el
“Real Tiempo del Universo”, nosotros, no “existíamos”…
Los seres extraterrestres intervinieron
en nuestro mundo siguiendo un propósito superior. Un designio más allá
de este plano material. Pudieron intervenir porque la Tierra era un
mundo muerto debido a ese impacto. Es decir, no alteraron el “futuro” de
un planeta vivo con criaturas o civilizaciones, sino que crearon una
“ruta alternativa” de experimentación para que el hombre pudiese surgir y
crecer.
Pero los primeros lugares de
experimentación no serían en Lemuria, donde aparecería el homo sapiens.
Empezaron en la actual Antártida…
Luego de la experiencia en Kayona, en diciembre de 2004, puede comprender y organizar esta información. Lo explicaré por partes.
De acuerdo a los primeros mensajes de los Guías, en nuestro planeta se desarrollaron cinco humanidades:
1. Humanidad Antártica: No era
el hombre propiamente dicho, sino bases extraterrestres que se
establecieron en la Antártida con el objeto de sembrar “patrones de
vida”. Inicialmente, colaboraron en cambiar la química del planeta para
que el proyecto sea viable: transformaron los mares ácidos en alcalinos.
Luego depositaron moléculas auto-replicantes con “información genética”
de las antiguas especies extraterrestres de Orión. Lo hicieron así para
que en los genes del ser humano se mezclara ese patrón que nos pondría a
prueba. Un segmento de los sistemas planetarios de Orión representaba
la tecnología, la exploración espacial y la conflagración bélica.
Curiosamente las tendencias que tiene el ser humano actual. El plan
estriba en modificar esas tendencias por “influencia genética remota” a
través de un camino de vida diferente al que transitaron los
extraterrestres. A esta “agenda” se la conoce como el Plan Cósmico.
2. Humanidad Hiperbórica:
Posteriormente a todo ello, un grupo de seres extraterrestres, de la
categoría de Guardianes y Vigilantes, se establecieron en la parte norte
de Europa y Groenlandia como base de observación y protección de la
Tierra. Estuvieron en nuestro mundo hasta el impacto que puso en jaque a
los dinosaurios, hace unos 65 millones de años.
3. Humanidad de Lemuria: La
aparición del hombre. Creemos que en fechas mucho más antiguas de lo que
la ciencia estima. Su más amplio desarrollo, según los extraterrestres,
llegó entre el año 100.000 y 80.000 a. C.
4. Humanidad de Atlántida: De
acuerdo a los Guías, hubo un episodio de hibridación entre mujeres
lemurianas y seres extraterrestres antropomorfos que visitaron la
Tierra. De esta unión, descrita por muchos libros religiosos de antiguo
⎯entre ellos la propia Biblia⎯ surgieron hijos mestizos gigantes.
Aquellos hijos fueron emplazados en un grupo de diez islas del
Atlántico. Empero, su herencia “extraterrestre” les volvió muy
poderosos, guerreros y colonizadores. Finalmente, todo ello les cegó y
no vieron su inminente destrucción. Ya expliqué porqué esa civilización
fue “borrada” de la faz del planeta en un solo día, como afirmaba
Platón. Esto ocurrió hace unos 12.500 años. Eran, también, los tiempos
de Mu en el océano Pacífico.
Los sobrevivientes de Atlántida y Mu que
habían mantenido su compromiso con la luz, huyeron con los “anales
históricos” de su cultura y la protegieron en el mundo subterráneo.
5. Humanidad actual (los hijos de Mu):
Tiempos después de la caída de Atlántida, el planeta se empezó a
recuperar de la catástrofe. Fue aquí que llegó una fuerza
extraplanetaria de luz para fundar en el desierto de Gobi Shambhala,
la capital de la ciudad intraterrena de Agartha. Aquellos mentores
transmitirán su conocimiento a los supervivientes del “diluvio”.
Arriba: Mu eran
otras tierras ajenas a Lemuria. Se trataba de un reino emplazado en el
océano Pacífico. Isla de Pascua sería remanente de esa historia.
Muchos de esos supervivientes, como
dije, eran gigantes, debido a la hibridación de mujeres lemurianas con
seres extraterrestres.
La Tierra no estaba tan poblada en
aquellos tiempos, pero se estima que perecieron millones de esos
híbridos durante la catástrofe-diluvio. El apócrifo de Baruch describe
la muerte de más de 4 millones de gigantes. Estamos hablando de lo que
ocurrió en Atlántida. En el resto del mundo, perecieron otras razas y
civilizaciones.
Tanto seres del cosmos como descendientes de los “salvados del cataclismo”, fueron los legendarios “dioses” o “héroes evangelizadores” que surgieron en los primeros tiempos de Sumeria, Egipto, India, México o Perú.
A la quinta humanidad también se la
conoce como los “hijos de Mu” porque se espera que las nuevas bases de
la civilización que viene surgirá de los descendientes históricos de esa
olvidada cultura del Pacífico: desde Mount Shasta hasta la Península
Antártica. Por esa razón, los discos solares se encuentran concentrados
en la activa región del Cinturón de Fuego.
Arriba: El cinturón de fuego marca el resurgir de las energías desde las Américas. Su sector oriental se está activando e involucra la región como la nueva “Kundalini planetaria”.
El tema clave es que los habitantes del
Pacífico fueron los discípulos de la sabiduría original de los primeros
hombres. Es decir: el conocimiento de Mu proviene de Lemuria.
Y fue en Lemuria, como ya dije páginas atrás, que empezó la historia de los discos solares.
Aquellos hombres habían comprendido que
vivíamos en un multiverso: una realidad de “múltiples dimensiones” como
hoy lo defiende la mecánica cuántica. Con la valiosa ayuda de los
sunkies ⎯conocedores de las piedras de poder del reino subterráneo⎯
construyeron un gran espejo dorado para estudiar el Universo.
Pero ese primer disco solar fue
“fragmentado” por los extraterrestres que observaban nuestros avances.
Creían que era peligroso activar semejante portento en una etapa tan
temprana en el caminar terrestre. Así, lo dividieron en doce partes, que
escondieron en el mundo.
Luego de la destrucción de la Atlántida,
para ayudar a la pronta recuperación energética del planeta, los
mentores de la luz ⎯que llegaron del cosmos al Gobi para fundar
Shambhala⎯ “reactivaron” las doce partes del disco lemuriano a través de
la construcción de un nuevo disco: el objeto número trece. Esta
herramienta permitiría enlazar a los doce fragmentos. De esta forma
surgieron los trece discos solares.
Y fueron emplazados, por razones
energéticas, próximos a un sector álgido de energía telúrica en el
planeta: la gran espina oriental del cinturón de fuego. También conocida
como la “kundalini de la Tierra”, desde allí surgiría la nueva cultura
humana que, como en tiempos de la lejana Lemuria, recuperará la conexión
con el espíritu femenino del planeta.
Tal y como lo aprendieron los hombres de
Mu, discípulos de Lemuria ⎯la patria de los símbolos, el poder del
verbo y la unión consciente con la naturaleza⎯, el hombre actual deberá
despertar el recuerdo y enrumbar su relación con “la madre”. No en vano,
alguno esoteristas andinos que conocen la historia de Lemuria, la
llaman en quechua (la antigua lengua inca), “Hatun Pachamama”: La Madre y Origen.
La conexión de Lemuria con Kayona es que
fue allí donde se llevaron los archivos de la olvidada civilización. Y,
allí también, fue donde los últimos lemurianos y científicos
extraterrestres idearon el plan de activación de los discos solares.
Por ello el “despertar” de la Antártida es tan importante. Es parte del resurgimiento de Lemuria.
Kayona: la ciudad congelada en la Antártida
Y es que, según los Guías
extraterrestres, hace más de 3.000 millones de años se “depositaron” en
nuestro planeta las primeras formas de vida primitivas, gracias a la
asistencia de un grupo de científicos estelares provenientes de la
Constelación del Cisne (grupo de estrellas que se encuentran a unos
6.000 años luz de la Tierra).
De acuerdo a lo que nos dijeron, la
intervención de aquellos científicos habría ocurrido en la Antártida,
donde tuvieron bases submarinas en una época en que el continente blanco
se hallaba en el ecuador terrestre; es decir, que la posición que ocupa
actualmente la Antártida no es la original.
En relación a las moléculas orgánicas
primigenias y su origen extraterrestre, la Antártida ha ofrecido
escandalosos indicios que la señalan como el inicio de la vida en
nuestro planeta. Sin duda, el redescubrimiento del llamado “Lago Vostok”
bajo los hielos del polo sur, en 1996, sacudió a la comunidad
científica, ya que se determinó, sobre la base de diversos estudios, que
en él se hallarían las primeras formas de vida microscópicas de la
Tierra…
¿Fue allí donde los extraterrestre sembraron los patrones de vida?
Ya en septiembre de 1999, unos 80
científicos, representantes de más de una docena de países, se dieron
cita en el Lucy Cavendish College de Cambridge (UK) para establecer los
protocolos de una investigación que hasta el día de hoy continúa. Y no
es para menos: “sellado” bajo la capa de hielo, el lago Vostok es una de
las últimas fronteras inexploradas del planeta.
Los científicos sospechan que sus
profundidades podrían revelar nuevas formas de vida y ofrecer un atisbo
de cómo era el planeta antes de la era glacial. O quizá en tiempos aún
más antiguos…
Si se encontrara vida en su gélida oscuridad, ello podría dar la mejor respuesta, hasta la fecha, a si puede existir vida en las condiciones extremas de Marte, o en Europa, una de las lunas de Júpiter. “Lo llamamos vida extraterrestre”, afirmó el astrobiólogo ruso Sergei Bulat (a la cadena de televisión estatal Vesti 24). “Será útil para la búsqueda de vida en otros planetas helados, como la luna de Júpiter”.
Ahora bien, al margen de esos estudios
sobre las moléculas orgánicas, no sabemos cuál ha sido el resultado de
las extrañas “anomalías magnéticas” que se han hallado en varias
regiones de la Antártida, entre ellas, la zona del Lago Vostok ⎯llamado
así por el nombre del satélite Ruso que lo redescubrió⎯.
En diferentes experiencias de contacto y
mensajes, los Guías han venido haciendo alusión a la Antártida y
concretamente a una ciudad congelada llamada “Kayona”. Esta ciudad
habría sido construida por una antigua civilización que entronca
directamente con Lemuria, el mundo perdido del océano Índico. La
pregunta que se repite es cómo quedó entre los hielos.
Como expliqué anteriormente, todo apunta
a que un violento cambio de eje, o un desplazamiento de la corteza,
haya sumido zonas otrora tropicales o templadas a un imprevisto y
violento invierno polar.
Como dije, el desplazamiento de la
corteza ⎯que consiste en el movimiento “en bloque” de la Litósfera, de
unos 40 km. de espesor, sobre la masa blanda interior del planeta⎯ es
una posibilidad. La teoría ha sido descrita por importantes
investigadores como Charles Hapgood y el mismísimo Albert Einstein. Esos
estudios sugieren que debió haber ocurrido en un fecha que va entre el
15.000 a.C. al 12.000 a.C. ¿Las causas? Siento que la respuesta se
encuentra en la caída de los fragmentos de Maldek.
Ello podría explicar porqué la corteza
planetaria ⎯debido al impacto-diluvio⎯ se desplazó cientos o tal vez
miles de kilómetros hacia al sur, tal como sugieren los revolucionarios
estudios geológicos que defienden esta teoría.
Sea un desplazamiento insólito de la
Listósfera, o una violenta inclinación de la Tierra debido al impacto de
los dos fragmentos de Maldek ⎯personalmente, me inclino más a esta
segunda posibilidad⎯, se produjo un “congelamiento súbito” en amplias
regiones otrora templadas al ubicarse más próximas a zonas polares.
Si un violento cambio en la inclinación
del eje terrestre generó el congelamiento de la Antártida, un hecho
similar debió ocurrir en el hemisferio norte. Y así ocurrió: este
verdadero “Apocalipsis” supuso el fin de la Era de los Mamuts debido a
la violenta y rápida congelación de Siberia y las zonas occidentales de
Alaska. Se los ha hallado incluso con el pasto en la boca…
Y en el hemisferio sur, el avance arrollador del hielo atraparía a una ciudad entera...
El enigma de Kayona compromete no sólo a
la ciudad en sí: lo más importante es la civilización que la
desarrolló. Una civilización que tuvo algún tipo de conexión con los
extraterrestres.
Eran científicos y sacerdotes de Lemuria.
Y de acuerdo a los extraterrestres,
cuando se empiecen a encontrar vestigios arqueológicos en la Antártida,
empezaremos a recordar, y reescribiremos la historia…
Arriba: el grupo
internacional que formamos para afrontar la experiencia de contacto con
Kayona. La experiencia se dio entre el 12 y 13 de diciembre de 2004 en
Bahía Lapataia. Esta foto se tomó en el lugar donde montaríamos más
tarde el campamento. Tuvimos un clima extraordinario y el apoyo
manifiesto de los Guías con avistamientos programados en la hora exacta.
Copiado de:http://www.legadocosmico.com/articulos_detalle.php?id=295&tipo=Civilizaciones_Perdidas Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar http://loqueheaprendidode.blogspot.com http://romancesdivinossohin.blogspot.com |
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