David Topí : ¿Porqué se separan en dos las realidades o caminos del planeta?
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¿Porqué se separan en dos las realidades o caminos del planeta?
Posted on: Monday 04 August 2014 — 07:03
El ser que es nuestro planeta tiene su propio libre albedrio. Si habéis visto el vídeo de la conferencia en el Homenaje a la Tierra de hace algunos días, o leísteis hace algún tiempo este otro artículo,
ya sabéis que hablamos de las diferentes conciencias que componen el
conjunto del alma planetaria, y cuya traducción sonora de la vibración
global que tiene, se ajusta al nombre de Kumar o Kumara. Este, como ser
autoconsciente que es, como conciencia y como entidad, crece y
evoluciona tal y como lo hace todo lo que existe en el universo, y tiene
su propio camino evolutivo.
Decidiendo como avanzar en cada peldaño de la escalera
A otros niveles que, posiblemente, no somos capaces de comprender,
el conjunto de seres que están encarnados dentro de la Tierra también
usan su libre albedrio para decidir como ir avanzando hacia los niveles
superiores, a los que su jerarquía y escala evolutiva les lleva. La
Tierra, como todo planeta, está destinado a convertirse en estrella, en
sol, en algún momento de su largo periplo, así como el sol nuestro
actual, fue, en su momento, hace eones, un planeta como lo es la Tierra
actualmente. Los pasos evolutivos, los procesos de crecimiento de estos
seres, ya están fijados desde niveles superiores, y los que forman a
Kumara tienen su hoja de ruta planificada desde el mismo momento en el
que decidieron usar un cuerpo físico, tal que un sistema planetario,
para generar vida y proporcionar un campo base de experiencias a otros
seres.
Lo que el alma de la Tierra ha estado siempre destinado a hacer es
ceñirse a las líneas maestras de la hoja de ruta que se sigue en esta
línea evolutiva, pero los procesos que se viven en cada etapa del camino
no siempre están decididos de antemano, de forma que, todo, se va
ajustando y dando según la situación en la que se encuentra ese ser en
cada etapa. La Tierra, como avatar, como vehículo físico para la
conciencia de Kumara, sigue los designios, tanto del Sol, como del
pulsar que se emite del centro galáctico, y es, desde ahí, desde donde
se dirige el crecimiento de cada cuerpo celeste y de su conciencia
dentro de la Vía Láctea, así como, para un ser humano, nuestro Yo
Superior puede regir nuestros caminos evolutivos, y nosotros no somos
siempre conscientes de todas las etapas por las que vamos a pasar y como
vamos a pasar por cada una de ellas.
Recibiendo la información desde lejos
Como os comentaba en el artículo sobre llamaradas solares y paquetes de información,
nuestro planeta recibe sus indicaciones, orientaciones, guía y
planificación a través de los envíos energéticos y vibracionales que
llegan desde nuestra estrella, que llegan a su vez a través de otros
“repetidores espaciales” (otros soles y estrellas mayores) que
retransmiten las directrices evolutivas desde el centro galáctico,
nuestro logos o fuente particular.
La decisión de tomar la ruta actual, el proceso de separación en
“dos Tierras”, como nosotros lo vemos y lo describimos para poder
entender lo que está pasando, viene precisamente de las directrices
proporcionadas desde niveles superiores, jerárquicamente hablando, de
nuestro planeta, sintiendo la intuición, la llamada de hacerlo así, y
recibiendo la información de la forma en la que más adecuadamente se
puede producir la transición al siguiente nivel evolutivo al que se
desea llegar. El que el planeta como tal se esté dividiendo en dos, como
nos han explicado ya desde hace meses, no es más que la forma más
“sabia” que, para Kumara, existe, para alcanzar el objetivo deseado, y
es el libre albedrio del conjunto de la conciencia planetaria lo que
hace que los movimientos sean más lentos, más rápidos, de una forma u
otra, pero siguiendo siempre la “voz” de aquellos que se encuentran en
peldaños superiores a la Tierra y que
la guían en su proceso.
También es cierto, que, aunque lo hemos empezado a notar hace
relativamente poco tiempo en nuestra escala linear del tiempo, hace
décadas que la decisión de esta división estaba tomada. Para los seres
humanos, esto, quizás nos parezca que ha sucedido más rápidamente en los
últimos años, cuando se ha acelerado muchísimo el proceso, y se ha
materializado solo hace menos de un año en términos de mitosis
planetaria, pero Kumara, nos dice, ya tenia esta hoja de ruta marcada
hace tiempo, y ya sabía que iba a suceder así (por ejemplo, aquí hay un extracto de una canalización
de 1998 hablando de ello). Solo había que manifestar los cambios, paso a
paso, según las circunstancias se fueran dando para ello. Por eso, para
algunas personas, este escenario en el que nos encontramos ahora no es
ninguna sorpresa, sino la
consecuencia de una decisión largamente planificada.
Contando con ayuda exterior
Evidentemente el planeta tiene mucha ayuda de muchos tipos para
hacer esta enorme transición, este cambio tan importante para si mismo.
Y, nosotros, tenemos que ser conscientes, también, que cuando hablamos
de que estamos recibiendo mucha ayuda de fuera, de otros grupos, razas,
etc., la razón principal es el planeta, no la raza humana, que, por
decirlo de alguna forma, va en el paquete y se beneficia de ello (pues,
como ya visteis en otro de los últimos artículos,
hay aquellos que desean que la raza humana sobreviva y siga adelante).
Todo lo que está estacionado por ahí fuera, en el sistema solar, tiene
por objetivo ayudar y cuidar a la Tierra en su proceso y permitir que se
cumpla su libre albedrio de moverse a un nivel superior en su camino
particular. Por ello se interviene “desde
fuera” cuando el planeta está en peligro, o cuando algo puede
desestabilizar el sendero que se va recorriendo, o cuando la
manipulación para que el proceso no suceda sobrepasa ciertos límites.
Como ejemplo de este tipo de ayuda, cuando los Estados Unidos detonaron
las bombas atómicas en Japón al final de la segunda guerra mundial, no
se intervino para pararlas en el plano físico, sino que se bloqueo
simplemente que la radiación no afectara a los planos no físicos, al
sistema energético del planeta y a la vida no-física que existe en
ellos. Los seres humanos somos responsables de lo que hacemos, y los que
nos pueden ayudar siempre tienen como prioridad que al ser en el que
viajamos no le suceda nada. El hecho de que, en la vieja “Tierra”
nuestros piratas espaciales
particulares puedan seguir haciendo de las
suyas pero no puedan poner ni un dedo en la nueva, es indicativo de lo
que se está protegiendo y de lo que se permite, en términos “de ayuda
galáctica”e intervención exterior, que suceda.
Cambiando de “cuerpo”
Si hiciéramos un símil al proceso del ser humano, el alma de la
Tierra en estos momentos está dejando atrás un cuerpo físico que le ha
servido de contenedor, pero que ya no le sirve para seguir
experimentando, y ahora le toca crear y preparar un nuevo vehículo que
permita a esa conciencia planetaria poder seguir adelante. El proceso de
transición de la conciencia del planeta de un cuerpo a otro, es lo que
mantiene para nosotros la percepción de dos Tierras co-existiendo
temporalmente, una que se mantiene como está, y que será regenerada por
completo en un tiempo indeterminado, y otra que acogerá al alma
planetaria cuando la transición se haya completado. El alma de la vieja
Tierra, cuando esta se regenere, y empiece otra rueda evolutiva, es una
porción de Kumara que mantiene simultáneamente su existencia en un
avatar “físico” 3D pero cuya conciencia principal ahora se ha movido
esencialmente a un avatar de nivel superior. Ese
nuevo vehículo de experiencia para Kumar ya no es tan “sólido”, tal y
como nosotros lo entendemos, no es tan físico, pues ya ha completado su
ciclo por este nivel de experiencia en las energías de la banda
“amarilla”, del entorno frecuencial en el que existimos ahora, y debe
empezar un nuevo recorrido en la “banda verde”, donde todo el entorno es
completamente diferente. Os lo explicaré mejor en un próximo artículo
para comprender la posición frecuencial de ambas “Tierras”.
Esta nueva Tierra, está creación de un nuevo “cuerpo planetario” de
nivel superior donde Kumara va a continuar su aprendizaje, y nosotros
con él, es una creación de las mismas conciencias que habitan el
planeta, pero con la ayuda de diferentes seres y jerarquías que tienen
por función este tipo de “creaciones”, en esos niveles tan inimaginables
para nosotros, fuera de nuestro conocimiento y que no tiene nada que
ver con nuestra evolución como raza.
¿Ya no le llamaremos Tierra?
Todo va a cambiar tanto, cuando surquemos las nuevas aguas del
nuevo nivel evolutivo que el planeta está construyendo (o ha construido
ya), que posiblemente ni siquiera llamemos ya de la misma manera a
nuestro planeta, no veremos el sistema solar con la pinta con la que la
vemos ahora, y la dependencia evolutiva del sol también será muy
distinta. No tendrán sentido muchas de las cosas que ahora vemos, pues
ni el espacio ni el tiempo se miden o perciben de la misma forma y no
creo que podemos ni siquiera imaginar el cambio tan grande que se está
produciendo en el planeta y que tenemos la suerte de aprovechar para
nuestro propio aprendizaje. Ni siquiera aquellos que nos asisten
encuentran palabras adecuadas para explicárnoslo, y aun ni siquiera
enviando conceptos o bloques de información directos a nuestra mente
somos capaces de decodificarlos en toda su totalidad. Seguiremos dejando
el misterio sin resolver y ya iremos comprendiendo más
cuanto más cerca estemos cada uno nosotros de ese cambio.
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