Evidencia mundial
de primera mano sugiere que la meditación altera las células de personas
sobrevivientes de cáncer.
Traducción: Fara
GonzálezDifusión: El Manantial del Caduceo
Por primera vez, los científicos han encontrado clara evidencia
biológica de que la meditación y los grupos de apoyo pueden afectarnos a un
nivel celular.
A menudo se nos dice que ser felices, meditar y ser conscientes
benefician nuestra salud. Todos tenemos eso de que un amigo de un amigo dice
que se curó su enfermedad terminal al dejar su empleo y empezar a hacer surfing
– pero hasta ahora hay poca evidencia científica para respaldar estos
supuestos.
Ahora los investigadores en Canadá han encontrado la primera
evidencia que sugiere que los grupos de apoyo que alientan la meditación y el
yoga pueden alterar realmente la actividad celular de los sobrevivientes de
cáncer.
Su estudio, publicado en el boletín Cáncer la semana pasada es uno de los primeros en sugerir que
existe realmente una conexión mente-cuerpo.
El equipo encontró que los telómeros – los sellos de proteína al extremo
de nuestros cromosomas que determinan cuán rápidamente envejece una célula –
mantenían su longitud en los sobrevivientes de cáncer que meditaban o tomaban
parte en grupos de apoyo durante un período de tres meses.
Por otra parte, los telómeros de sobrevivientes de cáncer que no
participaban en estos grupos se acortaban durante el estudio de tres meses.
Todavía los científicos no saben con seguridad si los telómeros
están involucrados en la regulación de la enfermedad, pero hay evidencia
temprana que sugiere que los telómeros acortados se asocian con la posibilidad
de supervivencia ante diversas enfermedades, incluyendo el cáncer de mamas, así
como el envejecimiento celular. Y se piensa que los telómeros más largos ayudan
a protegernos de la enfermedad.,
“Ya sabemos que las
intervenciones psico-sociales como la meditación consciente los ayudarán a
sentirse mejor mentalmente, pero ahora por primera vez tenemos evidencia de que
ellas también pueden influir en aspectos clave de su biología”, dice Linda E.
Carson, una investigadora psico-social y el investigador principal en el Centro
del Cáncer, Tom Baker en una nota de prensa. Ella condujo el estudio
conjuntamente con científicos de la Universidad de Calgary.
“Resultó sorprendente que
pudiésemos ver cualquier diferencia en la longitud del telómero durante el
período estudiado de tres meses dijo Carlson. Se necesita más investigación
para cuantificar mejor estos beneficios potenciales a la salud, pero este es un
descubrimiento estimulante que aporta noticias esperanzadoras”.
Como parte de la investigación, se monitorearon 88 sobrevivientes
de cáncer de mamas que habían completado su tratamiento hacía más de tres
meses. La edad promedio de las participantes era de 55 años, y para ser
elegibles para participar en el estudio todas tenían que haber experimentado
niveles significativos de estrés emocional.
Se separaron en tres grupos – a uno se le pidió que participara en
ocho sesiones semanales de grupo durante 90 minutos guiadas por instructores sobre la meditación
consciente y el yoga suave. A estas
participantes se les pidió que practicaran la meditación y el yoga en casa durante 45 minutos diariamente.
El segundo grupo se reunió durante 90 minutos cada semana durante
tres meses y se les alentó a que hablaran abiertamente respecto a sus
preocupaciones y sentimientos.
El tercer grupo de control simplemente asistió a un seminario de seis
horas sobre el manejo del estrés.
Antes y después del estudio, a todos los participantes se les hizo
análisis de sangre y se midió la longitud de sus telómeros.
Ambos grupos que asistieron a los grupos de apoyo mantuvieron la
longitud de sus telómeros durante el período de tres meses, mientras que los
telómeros del tercer grupo se acortaron. Los dos grupos que asistieron a
reuniones regularmente también reportaron niveles más bajos de estrés y mejor
estado de ánimo.
Aunque esta es una investigación muy emocionante, todavía no se
conoce si estos beneficios serán a largo plazo o es lo que está produciendo
este efecto biológico. Ahora se necesita investigación adicional para verificar
si estos resultados se pueden replicar a un número mayor de participantes y lo
que ellos significan para nuestra salud a largo plazo.
Pero es un gran paso de avance hacia el entendimiento de cómo
nuestro estado mental afecta nuestra salud. Y es parte de un grupo creciente de
investigaciones allá fuera – un grupo independiente de científicos italianos
publicado en PLOS ONE hace unas
semanas también mostró que el entrenamiento consciente puede cambiar la
estructura de nuestros cerebros.
Por supuesto que para muchos creyentes en la meditación, este
descubrimiento probablemente no es sorprendente. Las investigaciones en los
años 80 sugirieron que los pacientes de cáncer que se unen a grupos de apoyo
son más propensos a sobrevivir. Pero como nos gusta decir, entornamos los ojos
o no ocurrió.
Estamos (escépticamente) entusiasmados
Fuente: EurekAlert
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