Arcángel Gabriel sobre la receptividad
09-04-2015
Amados, Tengamos una charla sobre la cualidad del amor conocida como receptividad.
Siempre hay mucha actividad ocurriendo dentro de uno mismo.
Hay sentimientos, deseos, sus sentidos intuitivos y un deseo de paz interior.
Es
importante para cada individuo que haga el compromiso de tomarse algún
tiempo cada día para orar, soñar despierto, meditar, contemplar,
experimentar y conocer lo que están sintiendo.
Escucharse uno mismo a diario es cómo se desarrolla un estado mental receptivo.
Este estado receptivo y abierto de mente permite disfrutar escuchar a
los pájaros cantar, degustar una deliciosa comida, oler las flores, y
sentir el viento suave a través de la propia cara.
Mediante
esta receptividad, uno disfruta de muchos otros detalles importantes y
significativos de la vida y vivir aquello que de otra forma podrían
perder.
Sintonizarse con los sentidos de uno reanima el mundo que les rodea.
El
corazón abierto y receptivo admite la posibilidad de estar en el mundo
en un lugar desde la grandeza de uno como un alma en la vida diaria.
Un corazón abierto y receptivo necesita elevar la vibración espiritual para la evolución.
Cuando el corazón está abierto, tiene una capacidad más profunda para manifestar el bien mayor en el mundo que les rodea.
Un corazón abierto y receptivo es aquel que, sin limitaciones, es la
puerta de entrada a una profunda conexión espiritual y servicio.
Ser
abierto de corazón y receptivo es permitir que el mundo se mueva
libremente, sin la necesidad de controlar circunstancias y personas en
ese mundo.
Ser de corazón abierto y receptivo requiere práctica y disciplina para lograr empezar a tener claridad de mente.
Cuando
la claridad está presente, la mente no reacciona desde historias
pasadas y distorsiones superponiendo esta historia con los
acontecimientos actuales, sino que ve la situación tal como existe
realmente en el momento.
La
presencia de la claridad es una simple exposición de lo que actualmente
se desarrolla y está desprovisto de dramatismo o excitación.
Abrir el corazón y el alma de uno es el primer paso para liberar el poder ilimitado dentro.
Confiar en uno mismo y recordar que son seres divinos lleva razón y
sentido, no sólo a las diferentes experiencias en la vida de uno, sino
por sus vidas como un todo.
Al
confiar en cada experiencia y ser receptivos a la idea de que cada una
de ellas lo cerca a uno al destino de su vida, se reconoce en cada
experiencia positiva o negativa la lección y se trata de encontrar el
significado de cada una.
Como
un conducto hacia la conciencia superior, el corazón juega un papel
fundamental en el desarrollo espiritual, así como la vivencia de alegría
en la vida cotidiana.
El estado receptivo del corazón promueve la receptividad de la mente, prevaleciendo una mayor comprensión y conciencia.
De
esta manera, la mente empieza a conectar con el saber interior, una
conciencia de que existe más allá de las palabras y que trae comprensión
más profunda a cada situación en la vida de cada uno.
A medida que la mente desarrolla la comodidad en su tranquilidad, será más receptiva.
Ya no siente la necesidad de tener una respuesta o saber lo que sigue, la mente se abre al estado receptivo.
Ya no se necesita tener una respuesta o saber lo que sigue, la mente de uno se abre a un estado de receptividad.
La
receptividad invita a que aflore lo que debe presentarse. Incluye todos
los aspectos de consciencia como colaboración al valor incluso si no se
entiende el papel o importancia.
A medida que se nutre la mente, su visión del mundo comienza a cambiar.
Eventos que previamente se consideraban estancados se transforman fácilmente.
A menudo, un pequeño cambio desde este lugar de conciencia y receptividad ofrece una gran transformación.
El
estado de mente y corazón abierto continúa creciendo y permite más
energía utilizable para la creación de una vida en alegría y amor.
Tomarse
varios momentos periódicos para reducir el ritmo y escucharse uno
mismo, lo hace a uno más eficaz en sus actividades diarias
permitiéndonos hacer más cosas y cumplirlas.
A
medida que bajan el ritmo durante períodos del día donde pueden
experimentar sus propias emociones corporales, sensaciones y
sentimientos, pueden utilizar este mismo estado mental receptivo para
ser un buen oyente para otros.
La
mayoría de la gente ocupa muy poco tiempo escuchando verdaderamente
cuando su atención está en otra persona y no comprende fehacientemente
lo que dice, a lo que se refiere, o lo que siente.
Cuando
uno se esfuerza en calmarse lo suficiente como para estar dispuesto a
ser receptivo y comprender el punto de vista del otro, encontrará que
sus relaciones mejoran ampliamente.
Al
permanecer abiertos y en alerta mientras suceden los acontecimientos,
uno trae claridad y compasión para la vida y para los que los rodean.
Un corazón abierto invita libremente al mundo a su alrededor para que entre y participe.
Reconoce la sabiduría interior y crea oportunidades para la expresión de esta expansión por el mundo.
A medida que se abre el corazón, el acceso a la sabiduría superior, la presencia del alma y la energía divina son posibles.
Desde este lugar, la personalidad humana y la mente son contenidas para relajarse y abrirse a estas posibilidades más altas.
La transformación de la antigua conciencia sostenida abre la puerta a una evolución continua y apertura del corazón.
Cada
vez que uno es receptivo con lo que es en el momento, aprende a abrirse
a las profundidades de lo que es correcto en ese momento, en lugar de
lo que alguna vez se percibió que era.
Al
hacer esta elección se abren a lo divino en su interior, eligen su
camino e invitan a su dimensión espiritual a entrar a sus vidas
cotidianas como un socio voluntarioso a lo largo de este camino de la
evolución.
La
mente receptiva espiritualmente existe en un lugar del conocimiento;
que es tranquilo, libre de pensamiento, pero extiende su sabiduría a
través de la presencia.
La
vida se trata de aprender y crecer. Cuando uno se fija la intención de
estar dispuesto a ver las cosas bajo una nueva luz, las formas más
increíbles para vivir la vida se abren a medida que uno se vuelve
receptivo a todas las ideas, personas, lugares y oportunidades.
El
universo siempre está enviándole a las personas nuevas formas de vivir
vidas magníficas llenas de amor, uno sólo tiene que ser consciente y
presenciarlo.
Que
estén en paz y en un marco receptivo de corazón y mente para que así
estén abiertos a lo que el mundo quiera traerles a su camino de maneras
inesperadas y deliciosas.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© 2009-2015 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana (Soo-tam-ah) Guardián de las Sinfonías de Gracia
Traducido por Andelei
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