jueves, 18 de junio de 2015
EDITADO POR ANSHELINA - "LOS DIEZ ERRORES METAFÍSICOS EN LOS QUE CREEMOS"...
Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual,
buscamos la perfección en nuestras vidas.
Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres,
ideas, alimentación, y hasta la vida social.
A veces, hacemos sacrificios con el fin de alcanzar una vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos.
La
decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos
emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto
de pensar que “Dios se ha olvidado de nosotros”. Cualquiera sea la
reacción, ésta sólo nos está señalando que hemos cometido un error. Y un
error puede ser corregido.
El
Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar
las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos
haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la
señal eléctrica correcta. El Universo tiene sus “teclas” y la metafísica
nos enseña.
¿Cuáles
son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas enseñanzas,
quizá sin ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas
personas a cometer errores y a frustrarse en sus expectativas.
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:
1.- ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O EN ÁNGELES, O EN CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA...
Lo
único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo
externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que
hay algo allí afuera que puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos
daño.
Pero,
según las enseñanzas espirituales, ¡TODO ES DIOS!... por lo tanto, nada
puede hacernos daño. En realidad, debería practicarse algún tipo de
ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal. Este ejercicio
podría decir:
“Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo Amor en todas partes”.
En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
“Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo Amor en todas partes”.
En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
Muchas
personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar
su situación personal, lo que encierra un error. No son los pensamientos
lo que determinan nuestra realidad sino nuestras “creencias”. Solamente
los pensamientos que hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad
son los que se manifiestan.
Dicho de otra manera, aquello que “sentimos” internamente que es así es lo que toma forma en el mundo externo.
La
mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la
mayoría de los cuales son negativos. Las afirmaciones son necesarias
para lograr implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y
la repetición de estas afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero
hasta que no le agregamos la "emoción o sensación" que acompaña a esa
idea, no la interiorizamos como una verdad dentro de nosotros.
La
repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo
tanto, si yo repito “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo” pero no me
siento realmente seguro, de nada me servirá. Es necesario seleccionar
ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las
creencias de: paz, armonía y prosperidad.
2.- ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN...
Se
puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de cierta
enfermedad, para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, y
demás.
La
mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación
que a una verdadera ayuda espiritual. Primero y principal: Si se va a
ayudar a otro, hay que asegurarse de que la persona lo pida y lo
necesite. Si esto no se da, tenemos que trabajar con lo que estamos
percibiendo, porque “el problema” es algo personal que nos atañe a
nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo.
La
mayoría de los problemas son sólo momentos de prueba que está viviendo
un individuo; son necesarios y muy útiles para el “despertar de su
conciencia”. Nunca sabemos en realidad desde afuera cuán importante
puede ser para cada persona la situación que está atravesando en
determinado momento. Podemos percibir esa situación como algo terrible,
doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera sea nuestra
interpretación nunca será correcta ni completa.
El
enviar la Luz a la persona podría acelerar o entorpecer su ritmo
personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las
veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido
su problema, porque éste nos despierta angustia o dolor. Personalmente,
recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a decirme que estaba muy
preocupado por mi situación. Yo le respondí que su preocupación no me
ayudaba, que si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que
confiar en mí y saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento
adecuado lo que yo necesitaba hacer.
En
lugar de enviar Luz a otros cada vez que veas una situación difícil,
comienza por enviarte Luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga
ver la Verdad que está operando en dicha situación.
3.- CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE...
No
vamos hacia Dios "YA ESTAMOS EN DIOS". Todo lo que nos rodea forma
parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos
espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y Completo; no puede ni
tiene que evolucionar.
En
realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no
existe. Lo que queremos significar con eso es el despertar de nuestra
Conciencia a esa perfección y cuanto más rápido lo hacemos, más plenos y
felices vivimos.
Tal
vez el error provenga de las enseñanzas religiosas que nos dicen que
Dios está “en el cielo”, como si nosotros estuviéramos separados de Él.
Nosotros y el “cielo” somos UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a
vivenciarlo; en eso consiste nuestra Evolución de Conciencia o Despertar
Espiritual.
En
nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de
sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si
interpretamos nuestro pesar desde otro nivel, esto significa que creemos
más en el poder de la enfermedad o la crisis que en la solución.
Cuando
te afliges por la enfermedad de un ser querido, agravas esa enfermedad,
le das más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y
reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia
Superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar
completamente a nuestro ser querido, si así lo desea dicha persona.
Lo
mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos afligimos,
es porque nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el
Poder Divino.
5.- CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS...
Muchas
personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y
evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al lugar adecuado para
su crecimiento y evolución; que la información que va a recibir es muy
importante, y no puede divulgarse a personas que no están tan
evolucionadas, porque no tienen la capacidad para entenderla o para
darle un buen uso. Esta presunción se convierte en una forma de
arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos
privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o
perdidos en la vida.
Esta
forma de arrogancia, también se ve en las religiones que se sienten
propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido. En el
Universo existe un solo Dios y es el mismo para Todos. Los humanos
inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas,
pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.
Todos
somos iguales ante los ojos de Dios. Para Él, nadie está más adelante
ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y
clasificación como ser especial, corresponde al terreno del ego humano y
no al terreno de lo divino.
6.- SACRIFICARSE POR OTROS...
No
hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás.
Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo
contrario, evitarse. Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo
tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con
sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces,
hasta odio.
El
sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto.
Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por
la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien
enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa
que da trabajo. La lista podría ser interminable y no es más que un
muestrario de la acción equivocada de nuestro ego.
El
sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una
madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano,
usará su postura como válida para exigir algo de ellos; el novio o novia
que cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro
tratará después de exigir lo mismo.
La
próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero si
ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como
muchos creen, sólo el camino del amor. Haz las cosas con amor o no las
hagas.
7.- DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO...
Es
cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto
con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos) produce cambios
en nuestra vibración personal y que pueden ayudarnos en el proceso
curativo. También es cierto que algunas figuras, imágenes y colores
producen reacciones psicológicas que nos estimulan; a veces para bien,
otras para mal.
Las
estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces,
estrellas de David y demás nos recuerdan nuestras posturas espirituales.
El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en
amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen.
Hay
personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su
santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su
preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es
limitar la Presencia Divina a ese objeto. Dios es Omnipresente: está
aquí, allá y en todas partes.
Lo
peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste se le rompe.
La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo
malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se
encuentra sin su protección y que, en consecuencia, las energías
negativas pueden afectarla.
Vivimos
en un Universo Mental. “Todo lo que Creemos se hace Realidad“. ¿Por qué
no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi
Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos
realmente.
8.- CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO...
Sentir
que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la
presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La
verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu.
Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas de afuera y pensarás
que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu
ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si
alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento
los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.
Todos
aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente
mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de
nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior.
No
eres el salvador ni la guía de nadie. Ninguna vida depende de tus
conocimientos ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés.
Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo.
El
mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros. Nos habla con voz
suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino
más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que
racionalmente no podemos encontrar.
Por
eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación
para poder escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado y con
un ritmo acelerado, seguramente no oirás la “voz de tu intuición” y
buscarás guías externas.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio.
Evita
idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la
“Guía más válida y acertada está siempre dentro de ti”.
9.- CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA...
Tendemos
a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que nos
enseñan son adelantadas y que ya han superado muchas pruebas en su vida.
En algunos casos, esto es totalmente cierto; en otros, no. El hecho de
que una persona transmita una determinada información no la coloca en un
grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización o
selectividad corresponde al terreno del ego.
Los
verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y
vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos,
animales, plantas y demás.
Son
aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos
enseñan las lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a
prueba.
Todas
las religiones del mundo enseñan que Dios es Amor, que vivir con Dios
significa expresar Amor a los demás. Algunas personas asisten a templos,
iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, pero
luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus
vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a
individuos de otras razas o culturas. Ellos todavía no han aprendido la
lección y la vida los llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma
situación o persona… hasta que aprendan a mostrar amor.
Haciendo
una comparación con la enseñanza tradicional, los líderes espirituales o
religiosos son los “libros” que nos dan la información; las personas
que nos traen problemas son los maestros que “nos toman el examen” para
ver si pasamos la prueba o no.
Existe
una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o
todo lo que odiamos, se nos “pega”. Esto ocurre hasta que aprendemos a
amar la situación.
Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
10.- CREER QUE UNO NO PUEDE ENFADARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL...
Esta
creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos, que
hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o
rechazo.
Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos las sensaciones y las emociones de este plano.
Algunas de ellas son muy placenteras, otras no.
El
tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de
ciertas emociones, no las hace desaparecer. Uno puede saber lo malo que
es el enojo y, sin embargo, no puede evitar enojarse.
En
realidad, uno sí puede evitar enojarse, o asustarse o angustiarse, pero
eso exige un entrenamiento. Durante dicho entrenamiento, hay momentos
en que podemos dominar la rabia y la ansiedad, y otros en los que nada
puede calmarnos. Una vez que aparece el enojo, lo mejor es descargarlo
de la manera más positiva posible. Es mucho peor reprimirse e intentar
decir: “Todo está bien en mi mundo”, cuando uno internamente está
sintiendo el deseo primitivo de querer atacar a alguien.
La
mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy
exigentes consigo mismas y pretenden erradicar completamente de sus
vidas este tipo de reacciones. Esto no resulta desacertado pero se logra
a través de un proceso. Sé amable contigo mismo y, de vez en cuando,
date el permiso necesario para maldecir, golpear un almohadón, gritar,
llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las emociones negativas
que te toca vivir.
La
mayoría de los errores aquí enunciados están generados por la actitud
crítica de nuestro propio ego. El ego no puede desaparecer porque
necesitamos de él para actuar en este plano. La “solución” es ponerlo
alineado con nuestro Espíritu.
Amablemente,
le podemos decir al ego que: “A partir de ahora, deberá seguir las
indicaciones de un nuevo Maestro amoroso, amable, paciente y permanente,
que nunca juzga y que sabe que siempre estamos haciendo lo mejor que
podemos”. Si seguimos las indicaciones de nuestro Maestro Interior,
nunca podemos fallar.
Editado y publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
http://loqueheaprendidode.blogspot.com
http://romancesdivinossohin.blogspot.com
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(Autor desconocido)
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