Los Hiperbóreos, Telos, Lemuria, Una raza de Seres extraterrestres en la Tierra
19-06-2015
El nombre Hiperbórea procede del griego antiguo y significa “más allá del Viento del Norte (Polo Norte)”.
En
este fabuloso reino de eterna primavera el Sol brillaba las 24 horas
del día, pero era prácticamente imposible llegar hasta allí, porque esta
región estaba protegida por enormes muros de hielo transparentes, y no
se podía acceder por los medios de transporte convencionales ya que este
enigmático “paraíso” estaba custodiado por poderosas razas de
semidioses llamados Hiperbóreos.
¿Quiénes son los Hiperbóreos?
Esta
civilización ha sido descrita en muchas culturas como seres muy altos,
de ojos azules, rubios y de piel muy blanca, teniendo una sociedad muy
bien desarrollada y organizada. Uno de sus múltiples talentos son las artes, así como la ciencia.
Sus habitantes viven en un estado de luz y amor permanente, de hecho es una raza que ha vivido siempre libre de guerra.
Su concepto del trabajo es inigualable. Su genética no conoce la vejez ni la enfermedad. Son seres altamente psíquicos.
Otra
parte de la historia griega conecta los Hiperbóreos con la fundación de
varios santuarios religiosos importantes en la antigua Grecia, y
también se dice en estos escritos que el planeta estaría conectado por
túneles por todo el interior de nuestro planeta.
Diferentes culturas de todo el mundo coinciden en sus escritos antiguos que toda la humanidad tiene su origen en Hiperbórea.
Esta antigua raza tiene la misma procedencia que la Atlante y Lemuriana, de origen extraterrestre.
Hoy en día una parte de esta civilización permanece oculta en el interior del planeta.
Los
científicos han confirmado que hay aberturas en los polos y que
estarían sirviendo como entradas a un mundo oculto avanzado, y teniendo
en cuenta esta teoría, la antigua leyenda griega tendría sentido.
Algunos
investigadores afirman que los Hiperbóreos convivieron durante un
tiempo junto a otras razas como los Atlantes y Lemurianos, siendo su
relación más intensa con los Atlantes y cuyos aliados intercambiaron
parte de su ciencia y astronomía.
Hiperbórea no es una leyenda, sigue existiendo
En
primer lugar, hay que recordar que esta región así como los dos
continentes “perdidos” no han dejado de existir puesto que se encuentran
sus edificaciones en el fondo de los océanos como se ha demostrado
recientemente.
Y
ya se especula con la posibilidad de que en algún momento de la
historia de la humanidad estos continentes puedan volver a emerger a la
superficie.
Por
otra parte, no todos los Hiperbóreos desaparecieron en la gran
catástrofe, una parte de su sociedad se puso a salvo prevenidos de la
inminente destrucción de su civilización.
Esto
ocurrió antes de que los dos continentes (Lemuria y Atlantida) y la
región de los Hiperbóreos fueran tragados por las aguas por un cambio de
posición del eje terrestre.
Durante un tiempo prepararon su emigración hacia el interior del planeta, uno de esos lugares es el Monte Shasta en California.
Y
otra parte de estos descendientes, con el tiempo, en el transcurso de
nuestra historia de la humanidad fueron saliendo a la superficie y
adaptándose a distintas partes del mundo emigrando a tierras más
meridionales, mezclándose con otras etnias y habitantes de diferentes
regiones del planeta, como por ejemplo Islandia y tierras continentales
de Europa, así como a tierras de la India, Himalaya, o bien al
Continente Americano, aportando conocimientos en matemáticas, sabiduría
esotérica, astronomía, etc…
Una antigua tradición tibetana dice que:
«La
Isla Blanca (Hiperbórea) es el único lugar que se le escapó el destino
general de todos los continentes después de la catástrofe.
No puede ser destruido por agua o fuego, ya que es el Eterno Tierra».
EL CONTINENTE DE LEMURIA,
DE LA CIUDAD INTRATERRENA DE TELOS Y DEL MAESTRO ASCENDIDO ADAMA
El continente perdido de LEMURIA – Mapa de MU –
La Era Lemuriana tuvo lugar aproximadamente, entre 4,5 millones de años a.C. y cerca de unos 12.000 años a.C.
Hasta el hundimiento del Continente de la Lemuria, y más tarde, de la
Atlántida, existieron 7 grandes continentes sobre este Planeta.
Los
territorios pertenecientes al continente gigantesco de la Lemuria
incluían extensiones geográficas que ahora se encuentran bajo el Océano
Pacífico, así como también Hawai, las Islas Orientales, las Islas Fiji,
Australia y Nueva Zelanda.
También abarcaba territorios en el Océano Índico y Madagascar. La costa
oriental de la Lemuria también se extendía hasta el Estado de
California, en los Estados Unidos, y parte de British Columbia, en
Canadá.
Por
mucho tiempo, antes de la caída en su nivel conciencial, los Lemurianos
vivían en una frecuen–cia correspondiente a la Quinta Dimensión (5D), y
eran capaces de cambiar/trasladarse hacia de-lante o hacia atrás, de la
Quinta a la Tercera Dimensión, y viceversa, a voluntad y sin mayor
pro-blema. Esto podían hacerlo cuando lo desearan, solamente con la
intención y las energías del cora–zón.
La
raza Lemuriana era una mezcla de seres que inicialmente vinieron
principalmente, de Sirio, Alfa Centauro, aunque, un número más pequeño
de ellos provenían de otros planetas.
Finalmente, es-tas razas se mezclaron en conjunto sobre la faz de la Tierra, y terminaron formando la Civilización Lemuriana.
Para
decirlo en pocas palabras, ésta fue una mezcla alucinante de razas.
Realmente, la Lemuria fue la cuna de la civilización sobre este Planeta,
fue la “Tierra Natal” que ayudó al eventual nacimiento de muchas otras
civilizaciones.
De forma posterior, la Atlántida se constituyó como otro Continente.
El
continente perdido de LEMURIA – Ascensión a LemuriaEl Continente de la
Lemuria prosperó grandemente hasta alcanzar -por algunos millones de
años- un estado paradisíaco y mágico.
Finalmente, como resultado de guerras entre los Continentes más grandes
del Planeta, se produjeron grandes devastaciones en estos dos
Continentes de la Lemuria y la Atlántida.
Hace
unos 25.000 años, la Atlántida y la Lemuria constituían las dos más
altas y grandes civilizaciones de ese tiempo, pese a lo cual, estuvieron
batallando entre ellas, sobre la predominancia y validez de cada una de
sus propias ideologías.
Los
lemurianos y los atlantes tenían dos diferentes ideas acerca de cómo
debían conducirse las demás civilizaciones existentes sobre la faz de la
Tierra.
A
ese nivel, los lemurianos creían que aquellas otras civilizaciones con
un nivel cultural menos evolucionado, debían proseguir su proceso
evolutivo por sí mismas, a su propio ritmo, de acuerdo a su grado de
comprensión y prosiguiendo el sendero elegido por ellos mismos.
Por
su parte, los atlantes creían que todas aquellas culturas menos
evolucionadas, debían pasar a dominio y control de las dos
civilizaciones más evolucionadas. Esto causó una serie de guerras
termonucleares entre la Atlántida y la Lemuria.
Más tarde, cuando las guerras habían terminado y todo el polvo de estas conflagraciones se había asentado, no hubo ganadores.
Durante
estas guerras devastadoras, la gente, que era altamente civilizada,
rebajó su avance a niveles muy bajos, hasta que finalmente, se dieron
cuenta de la futilidad de sus comportamientos bélicos.
Al final, la Atlántida y la Lemuria se convirtieron en las víctimas de
su propia y mutua agresión, y de esa manera, la Tierra Natal de ambos
continentes llegó a debilitarse grandemente a causa de esas guerras.
La
gente, a través del Clero Sacerdotal, fue luego informada que dentro de
menos de 15.000 años, ambos continentes (Lemuria y la Atlántida) se
irían a hundir completamente dentro del mar.
Los
lemurianos y atlantes de aquellos días, en razón a que el tiempo de
vida de la gente de esos tiem-pos, era por lo general, de 20.000 a
30.000 años, entendieron que muchas de las personas que habían sido
responsables de los grandes estragos resultantes de las conflagraciones
bélicas, vivirí–an en esos años del anunciado hundimiento, precisamente,
para experimentar la destrucción de estos continentes.
En los tiempos de la Lemuria, el actual Estado de California en los Estados Unidos, era parte de los territorios lemurianos.
Cuando los Lemurianos se dieron cuenta que su tierra estaba destinada a
perecer, pidieron a Shamballa -la cabeza (ciudad Capital) de la Red
Intraterrena de Agartha– el permiso para construir una ciudad debajo del
Monte Shasta, con la intención de preservar su cultu–ra y sus
registros.
Como
condición de que a ellos se les concediese el permiso para construir
una ciudad y así formar parte de la Red de Ciudades Subterráneas de
Agartha, ellos -los lemurianos– tenían que demostrar que habían
aprendido sus lecciones referidas a desechar las guerras y la agresión.
También tenían que probar esto ante otras instancias como la Confederación Galáctica de Planetas.
Debían demos-trar, pues, su aprendizaje de tales lecciones para así
poder ser admitidos nuevamente como miem–bros de la Confederación
Galáctica.
Cuando
les fue concedido el permiso para construir su ciudad, se entendió que
esta área sobrevivi-ría a los cataclismos que ocurrirían sobre la faz de
la Tierra.
Para ello se contaba con una caverna en forma de domo muy grande que existía dentro del Monte Shasta.
Los
Lemurianos construyeron su ciudad a la cual llamaron Telos, nombre que,
en ese tiempo, tam–bién representaba el nombre de toda esa área,
incluyendo California, y la mayor parte de los Esta-dos Unidos que ahora
se conoce como el Sud-Oeste estadounidense.
Así,
el área original de Telos también incluía todos los territorios
ubicados al Norte del Monte Shasta, y toda aquella región a lo largo de
la costa occidental hasta una parte de British Columbia, hoy formando
parte de Canadá.
El nombre Telos significa “Comunicación con el Espíritu”, “Unidad con el Espíritu”, “Entendimiento con el Espíritu”.
Cuando Telos fue construida, fue diseñada para albergar a una población de 200.000 personas, como máximo.
Sin embargo, cuando comenzaron los cataclismos en la Lemuria, solamente 25.000 personas pudieron llegar a la montaña y salvarse.
Este es un número aproximado de lo que quedó de la cultura Lemuriana en la Tercera Dimensión (3D).
Con
la debida anticipación, se habían trasladado los registros y archivos,
desde la Lemuria a la ciudad subterránea de Telos, donde se habían
construido los correspondientes Templos.
La
mani–festación de la explosión que destruyó este Continente, vino un
poco más temprano de lo que se esperaba, y ésa es la razón por la que
mucha gente no pudo llegar a tiempo al Monte Shasta.
Se conoce que la Lemuria, la Amada Tierra Natal, se hundió de la noche a la mañana, de un día para otro.
El
Continente se hundió de una forma tan tranquila que casi todos los
lemurianos estaban total-mente ajenos a lo que estaba ocurriendo.
Prácticamente, todos estaban durmiendo cuando ocurrió este hundimiento.
En
esas horas no existían condiciones climatológicas inusuales y, de
acuerdo a una transmisión de Lord Himalaya dada a través de Geraldine
Innocenti, en el año 1959 (la Llama Gemela del Maestro El Morya), una
gran parte de los Sacerdotes que habían permanecido fieles a la Luz y a
sus sagra-dos llamados, se mantuvieron en sus puestos y sin mayores
muestras de miedo, hasta el final, cual si fueran capitanes de un barco
que se hundía.
Estos Sacerdotes permanecieron cantando y orando mientras se hundían debajo de las olas del mar.
Según
él, “tiempo antes de que el Continente lemuriano se hundiera, los
Sacerdotes y las Sacerdo–tisas de los Templos, fueron advertidos acerca
de los cambios cataclísmicos venideros y, de esa manera, varios Focos o
Antorchas del Fuego Sagrado fueron trasladados a Telos, mientras que
otros fueron transportados a otros territorios que no irían a ser
afectados. Muchas de estas Llamas fueron llevados al Continente de la
Atlántida, a una específica ubicación, y fueron mantenidos y sustentados
allí, por un considerable período de tiempo, mediante aplicaciones
espirituales diarias.”
Justo
antes de que la Lemuria se hundiera, algunos de estos Sacerdotes y
Sacerdotisas, que ini–cialmente habían sido trasladados a la Atlántida,
decidieron retornar a sus hogares en la Lemuria y, voluntariamente,
decidieron irse abajo a las profundidades del mar, conjuntamente con el
territorio y su gente, dando así, la asistencia necesaria con su
radiación energética, y extendiendo el sufi–ciente confort y la pérdida
de miedo a toda la gente que se hundía conjuntamente con la Lemuria.
Ellos
ofrecieron esta ayuda para contrarrestar el miedo, el cual,
generalmente, aflora simultánea-mente a la acción cataclísmica.
Estos
benefactores amorosos, por la radiación energética recibida de su
Fuente, lograron controlar las energías y su sacrificio, logrando,
literalmente, envolver las auras de la gente que se hundía.
Así,
en un manto de paz, asistieron a la creación de la liberación del miedo
y, de esa manera, los cuerpos etéricos de esas corrientes de vida no
fueron severamente afectados por el temor.
Esa
fue la forma en la que los cuerpos etéricos de estas personas se
pre–servaron para futuras reencarnaciones, eximiéndose de tener que
experimentar consecuencias trágicas más grandes.”
En
el Libro de Lord Himalaya titulado: “Un Puente hacia la Libertad”,
difundido en 1959, se dice lo siguiente: “Muchos miembros del
Sacerdocio, ubicados estratégicamente en pequeños grupos a nivel de
varias áreas, una vez que se inició el hundimiento, comenzaron a cantar y
a orar, a medi-da que se sumergían bajo las aguas.
La melodía que ellos cantaron fue la misma que hoy es cono-cida como “Auld Lang Syne” (Nota del Traductor: No
conozco la traducción del título de esta can-ción, tampoco es posible
traducirlo, ya que estas palabras no existen en el Diccionario).
La idea de esta acción era liberar a esta gente del impacto que, cada
una de estas experiencias horrorosas, podría haber dejado una cicatriz
muy profunda y un trauma en el cuerpo etérico y en la memoria celular de
la gente, cuya curación les hubiera tomado muchas reencarnaciones.
A
través de la acción y el sacrificio de aquellos Sacerdotes, que habían
elegido permanecer juntos en grupos, cantando en las horas finales de la
Lemuria, pudo mitigarse mucho del miedo emergen-te en esos momentos, y
así se pudo mantener cierto nivel de armonía entre las personas. De esta
manera, el daño y los traumas a las almas de aquellos que perecieron en
el hundimiento fueron grandemente disminuidos.
Se dice que aquellos Sacerdotes, junto a los músicos, cantaron y oraron
hasta que las olas y el agua alcanzaron el nivel de sus bocas. Sólo
entonces, fue cuando ellos pere–cieron.
Durante
la noche, mientras las masas de los lemurianos dormían bajo un
estrellado cielo azul, todo terminó; la Amada Tierra Natal se sumergió
bajo las olas y las aguas del Océano Pacífico.
Ninguno de los Sacerdotes había abandonado su puesto, y ninguno de ellos
había puesto en evidencia mie-do alguno. ¡La Lemuria se hundió con
dignidad!
“Auld
Lang Syne” fue la última canción que se había escuchado sobre el
territorio de la Lemuria, en esos momentos del hundimiento.
La
canción que ellos cantaron fue nuevamente puesta de mani–fiesto por
parte de algunas personas de la Tierra, específicamente, a través de la
gente irlandesa y, en esta canción, se introdujeron palabras muy
proféticas: “Deben los viejos conocidos dejar de ser olvidados”.
De
verdad, nosotros somos esos viejos conocidos, reuniéndonos nuevamente.
Se puede decir, aquellos de nosotros, pertenecientes a este reino
físico, reuniéndonos con esos otros seres ama-dos, de una dimensión
superior, nuestros antiguos amigos y miembros de nuestras familias de
Telos, “todavía invisibles” para nuestro actual sentido de la vista,
aunque, con un poco de suerte, por poco tiempo más.
Amigos míos, escuchen estas dos próximas frases muy bien en sus corazones:
–
Antes de que nuestra Amada Lemuria se hundiera completamente, se había
profetizado que un día, en algún futuro distante, muchos de nosotros nos
iríamos a juntar nuevamente como grupo, y que cantaríamos esta canción
otra vez, con el absoluto conocimiento de que la Victoria de la Tierra
se había ganado dicho canto.
El
tiempo que ahora estamos viviendo no significa otra cosa que la
celebración de este día largamente esperado, y el consiguiente
cumplimiento de esta increíble pro-fecía. Nosotros estamos ahora
iniciando esa “reunión” largamente esperada.
–
Casi con lágrimas en mis ojos, quiero hacerles conocer, de parte del
Maestro Adama, que muchos de ustedes, que están leyendo estas palabras,
estuvieron entre esas almas valerosas que sacrifica-ron sus vidas por el
gran beneficio del colectivo de aquella humanidad lemuriana.
Entonces, aplaudamos vuestro valor de ese entonces, y regocijémonos
porque -una vez más- estamos afrontando juntos este retorno, para
continuar nuestra gran Misión lemuriana de ayudar al Planeta Tierra y a
su humanidad, en este proceso de su gloriosa ascensión.
Un
aspecto de la misión de los lemurianos en Telos, ha sido la de mantener
el equilibrio y las ener–gías de la conciencia de ascensión para el
Planeta Tierra, hasta un determinado momento en el que sus habitantes
puedan hacer esto por sí mismos.
Ahora
ha llegado el tiempo para que nuestras dos civilizaciones, la lemuriana
Intraterrena y la humanidad de la superficie, puedan hacerlo juntas
como “Un Solo Corazón”.
LA TIERRA DESPUÉS DEL HUNDIMIENTO DE LOS DOS CONTINENTES
Al
mismo tiempo que la Lemuria se estaba hundiendo en las profundas aguas
del Océano Pacífico, la Atlántida comenzó a temblar y a perder partes de
su territorio, lo cual continuó por unos 200 años, hasta una etapa
final donde el resto del continente se hundió completamente.
A
su vez, por un tiempo de 2000 años después de acaecidas las catástrofes
lemuriana y atlante, el Planeta continuó todavía temblando.
En una situación en la que la Tierra había perdido dos grandes
masas/territorios dentro de un período de 200 años, y el hecho de que el
Planeta todavía estaba presenciando las consecuencias de la utilización
de armas termonucleares, se mostraba el Planeta Tierra como un
escenario que había sufrido un gran retroceso y trauma, lo que tuvo que
demandar de ella, muchos miles de años para lograr un nuevo equilibrio y
así volver a ser hospitalaria.
Por
cientos de años después de la destrucción de ambos continentes,
continuaron arrojándose hacia la atmósfera de la Tierra, una gran
cantidad de desechos, razón por la cual, el Planeta nunca más volvió a
brillar intensamente con la luz del día.
Así
también, la atmósfera se volvió muy fría dado que la luz del Sol no era
capaz de penetrar apropiadamente, a través de los gruesos y densos
desechos atmosféricos y, consiguientemente, sólo se podía sembrar muy
poco alimento. De esta forma perecieron un gran porcentaje de animales y
plantas.
¿PORQUÉ HOY EXISTE TAN POCA EVIDENCIA DE LOS RESTOS DE ESTAS DOS GRANDES CIVILI–ZACIONES?
La razón es que las ciudades sobre el Planeta que no se hundieron, fueron sacudidas hasta conver–tirse en escombros.
En
su defecto, éstas fueron barridas por los terremotos o por maremotos
gi–gantescos que, en algunos casos, pudieron ingresar -tierra adentro-
decenas de kilómetros, des-truyendo en su recorrido, la mayoría de las
ciudades y otros lugares habitables.
Las condiciones humanas en las que se desenvolvieron las civilizaciones
que sobrevivieron a dichos cataclismos, fueron muy duras y dificultosas,
debido a esta constante actividad de la Tierra.
En
esas condiciones, la gente llegó a estar muy asustada, lo que
contribuyó a que la calidad de vida de estas civilizaciones se
deteriorase muy rápidamente.
Sin
embargo, aquellas personas que sobrevivieron a tales calamidades,
tuvieron como principal legado, el hambre, la pobreza y las
en-fermedades.
La estatura original de la humanidad en este Planeta era de aproximadamente 12 pies de altura (unos 3,50 metros).
Así,
por ejemplo, los Hiperbóreos fueron, y todavía son, de unos 12 pies de
altura, aunque, en este tiempo, ninguno de ellos vive sobre la
superficie del Planeta.
En
aquellos años en que se hundió la Lemuria, a los lemurianos se les
redujo su tamaño a tan solo 7 pies de altura (unos 2,10 metros de
altura) y, en el presente, aún mantienen la altura de unos 7 a 8 pies
(2,30 a 2,40 metros).
Adicionalmente,
hubo una mayor disminución del tamaño de la humanidad del Planeta y,
por ello, la mayoría de nosotros, que vivimos sobre la superficie de la
Tierra, somos de unos 6 pies de altura (1,80 metros) o menos.
Sin
embargo, en la medida en que nuestra civilización evolucione, será
restaurada la altura o esta-tura original de la humanidad.
Incluso ahora, la gente sobre la superficie de este Planeta está
au-mentando gradual y significativamente su altura, mayormente, con
relación a la altura que tuvo la gente -por ejemplo- de hace unos 100
años.
EL GOBIERNO DE TELOS
En
Telos existen dos formas de gobierno. El Rey y la Reina de Telos, Ra y
Rana Mu, son Maestros Ascendidos, quienes también son llamas gemelas,
quienes forman un aspecto del gobierno de Te-los.
Ellos son los gobernantes que asumen las decisiones finales en Telos.
La
segunda forma de gobierno es el Consejo Local llamado: El Consejo
lemuriano de Luz de Telos, que está formado por 12 Maestros Ascendidos, 6
de los cuales son hombres y 6 mujeres, quienes sirven desde el Consejo,
equilibrando la divinidad masculina con la divinidad femenina.
El
décimo tercer miembro (13º miembro), es el Maestro Ascendido Adama, en
este momento, el Alto Sacer-dote de Telos, quien oficia como Líder del
Consejo y asume la decisión final cuando existe una suerte de -voto
parejo o empate- en las resoluciones asumidas por ese Consejo.
Los
Miembros del Consejo son seleccionados de acuerdo al nivel de los
logros espirituales alcanza-dos, sus cualidades internas, su grado de
madurez y el área de su especialidad.
Cuando un Miem–bro del Consejo decide asumir otro nivel de servicio, la
vacante es conocida por nuestra gente y aquellos que desean cubrir ese
puesto en el Consejo, pueden postular.Todas las propuestas son cuidadosamente estudiadas por el
Consejo, por los miembros del Sacer–docio, así como por el Rey y la Reina de Telos.
Precisamente,
los Reyes de Telos son los que tienen la última palabra acerca de quién
debe ser la persona escogida entre todos los postulantes para ser
incorporado al Consejo.
LA CIUDAD DE TELOS
Telos es una ciudad bastante grande, donde vivimos aproximadamente entre un millón y un millón y medio de nosotros.
También vivimos en varias otras áreas, aunque no estamos divididos en dife-rentes poblaciones. Sin embargo, entre todos compartimos el mismo gobierno local.
La
ciudad de Telos está dividida en 5 niveles, los cuales abarcan varias
millas cuadradas de área, todas ellas ubicadas debajo del Monte Shasta.
1. EL PRIMER NIVEL:
Un gran porcentaje de nuestra gente vive debajo del domo del Monte Shasta, en el llamado Primer Nivel.
En
este nivel también se encuentran los edificios administrativos y
públicos de la ciudad, así como varios templos. En el centro de este
nivel está erigido nuestro Templo Principal, llamado el Templo de MaRa,
caracterizado por una estructura de forma piramidal.
Su interior puede albergar al mismo tiempo, a unas 10.000 personas. Este templo está dedicado al Sacerdocio de Melquise–dek.
La pirámide es de color blanco, con un “coronamiento” (Nota del Traductor: Elemento arquitectóni-co colocado a modo de “corona” que se pone en la parte superior del Templo) llamado la “Piedra Viviente” que nos fuera donada desde Venus.
2. EL SEGUNDO NIVEL:
Este
nivel es el lugar donde se realiza toda la producción y la manufactura
de todos los elementos necesarios para la gente y la ciudad.
Ésta
es también un área donde están ubicadas varias escuelas para la
asistencia a clases de los niños y de las personas adultas. Mucha de
nuestra gente también vive aquí, en este nivel.
3. EL TERCER NIVEL:
Este
nivel está consagrado íntegramente a la ubicación de nuestros jardines
hidropónicos donde se cultiva toda la provisión de alimentos, en una
extensión aproximada de 7 acres de terreno, área que cubre perfectamente
nuestras necesidades más que suficiente, para que crezcan
abundante-mente, una gran cantidad de alimentos que nos permiten proveer
la cantidad de comida necesaria para un millón y medio de personas que
vivimos en Telos.
Este tipo de alimentos permite el creci-miento de una población fuerte, con cuerpos saludables que no envejecen.
Los jardines hidropónicos son capaces de producir cosechas permanentemente.
Nosotros
podemos cultivar alimentos mucho más rápido, utilizando tecnología
hidropónica avanzada, con base en un suelo muy pequeño y mucha agua,
para lo cual no precisamos utilizar compuestos químicos, tal como
ustedes lo hacen en la superficie.
Nuestro
alimento es totalmente orgánico, el cual posee la más alta vibración.
Nosotros incorporamos minerales orgánicos dentro del agua, para así
alimentar a las plantas.
Nuestras
cosechas son también incrementadas y aceleradas por la gran cantidad de
luz, energía y vibración de amor existente en Telos.
Ésta es
la magia resultante de vivir en una Quinto Nivel de Conciencia
Dimensional, la cual ustedes pronto la descubrirán, más probablemente,
en la presente década o a principios de la próxima.
4. EL CUARTO NIVEL:
Este
nivel contiene alguna jardinería hidropónica, algunas instalaciones
manufactureras y un área muy grande para la naturaleza y los parques,
así como pequeños lagos y fuentes.
5. EL QUINTO NIVEL:
Este
nivel está totalmente consagrado a la Naturaleza. En él existen árboles
muy grandes y altos, lagos y diferentes tipos de parques atmosféricos y
éste es el lugar donde nosotros mantenemos a todos nuestros animales.
En este
nivel de la Naturaleza, muchas plantas y animales han sido preservados,
muchos de los cuales ustedes ya no los pueden ver en la superficie.
Nuestros animales son todos vegetarianos y no se devoran entre ellos.
Ellos viven, de un lado a otro, en total armonía, sin mayores miedos ni agresiones a la gente, y menos aún, entre ellos.
Realmente, Telos es el lugar donde el león y el cordero yacen lado a lado, durmiendo juntos en total confianza.
LA NUEVA LEMURIA
El
continente perdido de LEMURIA – Piramides – hermandadblanca.orgPara
todos quienes están leyendo estas palabras, déjennos decirles que la
Lemuria nunca fue to-talmente destruida, tal como ha sido percibida en
vuestros tiempos presentes.
En
este tiempo, este Continente todavía existe en una frecuencia
vibracional correspondiente a la Cuarta y Quinta Di-mensiones, las
cuales no son todavía visibles para su visión y percepción
tridimensionales.
En
la medida en que el velo que separa aquellas dimensiones continúa
convirtiéndose en una cu-bierta, cada vez, más y más delgada, nosotros
queremos asegurarles que en un futuro no muy distante, vuestra amada
Lemuria, en su Nuevo Esplendor y Gloria, se revelará a sí misma, de una
manera muy física y tangible.
En la
medida en que ustedes se abran a sí mismos hacia una forma de vida
consciente superior, y se purifiquen en relación a todos los sistemas de
creencias erróneas y distorsionadas adoptadas en el último milenio,
ustedes serán capaces de percibir a su amada Tierra Natal, una vez más
y, even-tualmente, les será permitido ingresar en ella y ser recibidos
por la Amada Lemuria, con todo el Amor y el Esplendor que Ella ahora
puede ofrecerles.
Una vez más, ustedes serán invitados para unirse con nosotros en este lugar paradisíaco, de una manera muy tangible.
En el
tiempo del hundimiento, la Lemuria y todo lo que representó para este
Planeta, fueron elevados a una frecuencia vibracional de la Cuarta
Dimensión.
De esa
manera, ella continuó floreciendo y evolucionando hacia el nivel de
perfección y belleza que ahora ha alcanzado, conjuntamente, con toda
aquella humanidad que sobrevivió a esa catástrofe en aquel tiempo.
Si esta
información hace que broten lágrimas de vuestros ojos y abre vuestros
corazones para cu-rar aquellos dolores que fueron enterrados dentro
vuestro por mucho tiempo, déjenlos fluir, déjen-los fluir. Permitid que
fluyan vuestras lágrimas para que puedan curar cada parte de vuestro
ser.
Permítanse
a sí mismos sentir este flujo energético de sanación, y envuélvanlo en
sus corazones mediante una respiración profunda de inhalación.
Permitan que todos sus recuerdos y dolores pue–dan ser sentidos plenamente, sin suprimir o anular ninguno de ellos.
Ésta es la manera en la que -de una forma gradual e incrementada- ustedes lograrán su sanación.
En la
medida en que ustedes inhalen este aire lleno de este flujo energético
de sanación, vuestro Yo (Ser) Superior disolverá y sanará para siempre,
estas secuelas que les quedaron registradas desde esos tiempos.
Pidan a
su Yo (Ser) Superior que les asista en descubrir todos esos registros
que los están reteniendo y frenando para avanzar a vuestra nueva y
gloriosa realidad.
Os pedimos que en vuestra meditación diaria hagáis este trabajo fielmente, hasta que sintáis su finalización.
Conéctense con nosotros y con nuestro Amor, de corazón a corazón.
Pueden pedir nuestra ayuda y estaremos ahí con ustedes, en la medida en que hagan el trabajo interior más importante.
Todos nosotros en Telos estamos muy ansiosos por ayudar a todos aquellos que, en su corazón, intenten comunicarse con nosotros.
Somos una
civilización que ha logrado grandes aperturas de corazón, y nuestra
vibración late a la misma frecuencia que el Corazón de la Madre (Tierra)
Divina.
Gradualmente, los dolores profundamente asentados en su ser, serán diluidos y, con seguridad, ustedes se sentirán más ligeros.
La limpieza de este dolor también les ayudará a percibir en mejor forma, quiénes son realmente ustedes.
Ello os ayudará a dar saltos gigantescos dentro de vuestra resurrección espiritual, emocional y física.
El Nuevo
Día, el Nuevo Mundo están muy próximos a nacer. Muchos de nosotros hemos
aprendido nuestras lecciones de Amor en la Nueva Lemuria, el Paraíso
Perdido, el cual está pronto a emerger nuevamente.
Aquella
parte de la Lemuria que permaneció fiel a la Luz y a su Llamado Sagrado,
fue elevada a la Cuarta Dimensión en el momento del cataclismo.
A decir verdad, nunca fue totalmente destruida, y solamente se destruyó todo aquel aspecto perteneciente a la Tercera Dimensión.
La Lemuria continuó siendo privilegiada
y así, hasta hoy, pudo continuar su evolución hacia un nivel
conciencial de Quinta Dimensión, donde existe en la actualidad, en una
dimensión más alta.
Y Telos, nuestra Amada Telos y toda su gente maravillosa que vive ahí, son nuestra “Puerta de Ingreso” a este lugar maravilloso.
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