jueves, 6 de agosto de 2015

Una espiritualidad de la Tierra

Una Espiritualidad de la Tierra
 
 
 
Pamela canaliza a la Madre Tierra

 
 
Traducción del inglés por Sandra Gusella
 
Queridos amigos, soy la voz de la Tierra. ¡Los saludo a todos con gran alegría! Estoy aquí con ustedes, dentro de ustedes, y en todo lo que los rodea, y esto crea un profundo vínculo entre nosotros. Yo les ayudo a expresar vuestra alma a través de vuestro cuerpo, a través de la materia. Juntos ejecutamos una danza, una danza del Cielo y de la Tierra, una danza del alma y del cuerpo. Sin embargo, para muchos esta danza se ha vuelto una batalla, un esfuerzo laborioso. Ser un humano se ha vuelto una lucha por la supervivencia, y esto me da pena. En mí hay un profundo deseo de recibirlos y de jugar junto con ustedes en esta corta vida en la Tierra. Bailar, disfrutar, y permitir completamente en vuestra conciencia lo que ustedes son en vuestro núcleo: una estrella de Luz – un ser divino quien está aquí para asumir la aventura de la encarnación.
 
Ustedes descendieron dentro de mi esfera y tomaron un cuerpo de carne y hueso. ¿Por qué lo hicieron? ¿Cuál es la importancia, el significado de esta aventura? En última instancia ustedes están haciendo esto por amor. Por amor han nacido del útero de Dios, desde donde se embarcaron en un largo viaje – ustedes como un alma única – para descubrir y experimentar todo lo que en la creación tiene un rico potencial. En esta larga aventura ustedes han elegido venir a la Tierra y aquí reavivar vuestra Luz. Es justo aquí en este planeta, en mí, la Tierra, que tantas influencias diferentes están en juego, incluyendo aquellas influencias que los han desalentado. Es aquí en la Tierra que las muchas fuerzas contradictorias – Oscuridad y Luz, vida y muerte, etc. – juegan sus roles en el gran “juego” de la vida. El recuerdo de quienes ustedes realmente son, de quienes fueron cuando nacieron de la esfera de lo Divino, está velado por este “juego”. Al volverse humanos ustedes se perdieron a lo largo del camino.
 
En esta época hay un llamado que puede ser sentido en los corazones de las personas. Hay un sincero deseo de encontrar, en lo profundo de ustedes, quiénes son y de no ser determinados por influencias externas; de no ser manipulados por todo lo que se les diga desde afuera, sino de regresar al núcleo de vuestro ser: un alma, una estrella de Luz.
 
Quiero contarles algo acerca de esta aventura que están teniendo en mí, la Tierra. Es en la interacción conmigo que ustedes se desarrollan y se encuentran. Ustedes son, aquí y ahora, un ser humano, y el arte de vivir en la Tierra es permitir que vuestra energía del alma fluya completamente dentro de vuestra naturaleza humana; recibir totalmente vuestra alma en la Tierra. En el pasado se les ha dicho que el alma era algo elevado que ustedes sólo podían alcanzar suprimiendo vuestra naturaleza humana. En el pasado, se ha juzgado muy estrictamente vuestra naturaleza humana terrenal. Precisamente debido a las tradiciones religiosas y espirituales que hablan y enseñan acerca del alma, las personas han llegado a alienarse de su naturaleza: de sus anhelos, de sus pasiones y de sus deseos sexuales.
 
¿Cuántas admoniciones y juzgamientos hay aquí que están dirigidos contra la naturaleza humana? Ustedes, como un alma, han sido dotados de un maravilloso instrumento en el cual vivir como un ser humano: vuestro cuerpo, con sus emociones naturales espontáneas. ¿Y qué sucede si desde corta edad se les enseña a que no deberían confiar en este instrumento; que en cambio deberían alinearse con doctrinas y principios que reciben desde afuera: a través de la crianza que le ha dado vuestra familia o en la escuela o en la iglesia o por vuestra cultura? Las raíces de esas tradiciones se extienden profundamente dentro de muchas personas, incluso si ellos piensan que ya no creen en aquello; aún permanece un juicio negativo dentro de ellos acerca de su propia humanidad natural.
 
¿Qué sucede si muchas personas son alienadas de sus emociones, deseos y sentimientos más profundos? Veo soledad en las personas, aislamiento y una profunda nostalgia, y no saber de dónde viene esa nostalgia. Hay un anhelo nostálgico de una armonía y equilibrio en el cual ustedes son capaces de ser ustedes mismos de un modo tranquilo, espontáneo, como lo hace un niño. En cada uno de ustedes vive este deseo – esta nostalgia – y al mismo tiempo se alienan del instrumento más capaz que ustedes tienen: vuestro cuerpo, con sus sentimientos y vuestra naturaleza original. Es de esta parte vuestra que yo quisiera hablar. Es esta parte la que les señala la salida – de vuelta al Hogar, donde el Hogar se corresponde con quien ustedes son y con un sentimiento de unidad. Acepten quienes son – ¡ámense! y al hacer esto esparzan amor y armonía a vuestro alrededor – es tan simple como eso.
 
Yo los aliento a experimentar la naturaleza fluida de vuestra alma. Muchos de ustedes desean conectarse con vuestra alma y anhelan ser capaces de vivir en la Tierra con alegría y pasión. Es el caso para muchos de ustedes que primero despiertan al flujo de vuestra alma a través de vuestra cabeza. Están buscando un significado mayor en lo que ven y experimentan a vuestro alrededor, y es a través de vuestra cabeza que se familiarizan con las nuevas ideas. Luego le sigue un quiebre en vuestro corazón y en vuestros sentimientos, donde se familiarizan de un modo más profundo con la Luz de vuestra alma. Después suele suceder que grandes cambios tienen lugar en vuestra vida. Vuestra alma les pide que examinen todo lo que parecía evidente, y tal vez resulta que las cosas se dan vueltas y quedan al revés. Vean si pueden experimentar, en vuestro corazón, una apertura hacia ese flujo del alma que quiere venir hacia ustedes; no sólo estimular vuestra cabeza, sino también abrir vuestro corazón. Es a través del cuerpo que ustedes experimentan el flujo del alma.
 
Pero dejen que este deseo descienda incluso más allá – dentro de vuestro abdomen. El abdomen es el asiento de vuestras emociones y de vuestros sentimientos. Vuestra alma sólo puede realmente anclar en la Tierra cuando se le permite fluir a través de vuestro abdomen. Realmente llegar al Hogar en ustedes mismos significa que ustedes permiten que el flujo de vuestra alma se asiente totalmente dentro de todo vuestro cuerpo, y especialmente dentro de vuestro abdomen. 
 
Observen por un momento con vuestra imaginación a un niño o niña sentado en la zona de vuestro abdomen. Este niño o niña es un símbolo de vuestra naturaleza original y de vuestras emociones cuando no son afectadas por lo que se les ha enseñado. Alguna vez ustedes fueron un niño, despreocupado y feliz, y este niño lleva una parte muy original de vuestra alma. Vean si pueden encontrar a este niño o niña sentado en vuestro abdomen. ¿Cómo se ve? ¿Se siente feliz y alegre, o triste y asustado? O tal vez, ¿se siente incomprendido, resentido y enojado? Aquí en esta parte vuestra muy humana, en este niño humano, yace la clave de vuestro Hogar. Observen al niño o niña, conéctense con él o ella, y extiendan su mano hacia él o ella. Pregúntenle al niño o niña: “¿Qué necesitas para ser capaz de relajarte? ¿Qué es lo que deseas, aquí y ahora, en este momento? Permítanse verse – yo los aliento a que lo hagan.” Tomen a este niño o niña de la mano y luego acéptenlo en sus brazos. Él o ella quiere ser vuestro y que ustedes lo cuiden.
 
Ahora presten atención a un problema o asunto que estén experimentando en vuestra vida diaria; ¡siempre hay algo con lo que están lidiando, o por lo que están luchando! Estas luchas a menudo surgen porque piensan demasiado: se preocupan por lo que tienen que hacer y por cómo tienen que llegar a una solución, o hay una crítica persistente que tienen con respecto a ustedes mismos. Quieren cambiar algo en ustedes mismos o en vuestra vida, y casi nunca tienen éxito. Al pensar demasiado acerca de un problema, no parece haber salida – más bien ustedes se retuercen en un nudo apretado. Pensar no les da una salida, porque el proceso de pensar a menudo está alimentado por ideas externas a ustedes mismos.
 
Vuélquense al niño interior. ¿Cómo experimenta el niño o niña este problema? ¿Cómo son sus emociones acerca de esto? ¿Y qué necesita el niño o niña de ustedes? Tómense el tiempo, el espacio y el silencio para encontrar esta parte de ustedes.
 
Muchos de ustedes están tan enrollados prestándole atención a asuntos externos a ustedes que hay poco tiempo o espacio dedicado a encontrar al niño interior dentro de ustedes mismos – pero ahí yace la clave para la transformación. Generalmente, cuando el niño interior trata de conectarse con ustedes a través de su ira, tristeza o soledad, nada cambia porque ustedes no son conscientes de la fuente de esas emociones. Sólo cuando ustedes se vuelven conscientes de sus emociones más profundas y de su origen, simbolizado por el niño, ustedes pueden comprenderse mejor y ser fieles a ustedes mismos.
 
Muchos de ustedes sienten, muy en lo profundo, la sensación de estar en el lugar equivocado y sin hogar, y están buscando fuera de ustedes mismos una solución temporal y alivio a vuestro dolor. ¡Nadie quiere experimentar el dolor de la soledad y el sentimiento de estar perdido! Ustedes quieren que ese dolor desaparezca, y debido a ese deseo se vuelcan hacia las cosas externas: a los impulsos, a la estimulación, a las distracciones, a las relaciones o situaciones que llenan este vacío en ustedes, aunque el alivio sea sólo temporal. Sean honestos con ustedes mismos y observen cuán a menudo ustedes hacen esto. Pero también tengan compasión por ese impulso en ustedes que siempre está buscando, pero que siempre se aleja del centro y va hacia afuera, y traten de comprender por qué sucede esta reacción. Hay dolor en el alma de los seres humanos, y es muy difícil enfrentar totalmente ese dolor. Si estuvieran ahí sería como caer en un hoyo negro insondable. Podría parecer fácil volcarse hacia el niño interior que vive en vuestro abdomen, pero no es fácil. Exige total honestidad y soltar al mundo externo como una solución a vuestros problemas.
 
El último llegar a Casa para ustedes es algo que sucede interiormente. Significa un “Sí” total a todo lo que son. No sólo a lo que sucede exteriormente, o se siente seguro y a salvo en vuestra vida, sino también volcarse interiormente a las partes oscuras: al dolor, a la soledad, al no saber y al no comprender. Abrazar esas partes ocultas requiere coraje y determinación. Eso es lo que vuestros deseos y vuestra alma piden de ustedes. ¿Y por qué vuestra alma anhela esto? Porque sólo observando vuestra nostalgia y dolor más profundo el alma puede realmente iluminar desde adentro.
 
Hoy muchas personas están intrigadas por la espiritualidad y por una búsqueda del significado de la vida. Muy a menudo ven que comienza por la cabeza a través de la lectura de libros e intercambiando nuevas ideas, y con el tiempo también comienza a abrir el corazón. Pero luego el alma quiere descender más profundamente – dentro del abdomen – y es ahí donde se encuentran con la resistencia de vuestras partes más difíciles; las partes que han sido profundamente heridas siendo un ser humano, o siendo un niño, o en vuestra juventud, o tal vez incluso más atrás en otras vidas pasadas. El viaje dentro del alma llega lejos y profundo; sin embargo las soluciones se hallan muy cerca. La verdad, la respuesta a vuestro deseo del Hogar, yace justo en frente de vuestros pies, por decirlo así.
 
Al establecer la conexión con vuestra humanidad terrenal y con vuestras emociones, aunque restringido y bloqueado, yace la posibilidad de un regreso a lo que yo llamo el Paraíso. Hay un una vieja historia en la Biblia que dice que las personas han sido alejadas del Jardín del Edén. Ese Jardín del Edén, o Paraíso, era la naturaleza terrenal en su estado más prístino: libre, silvestre y verde; y también los humanos: libres y siendo ellos mismos sin esfuerzo. Luego, en un cierto momento, vino el juicio – la oscuridad podrían decir – de ser arrojados fuera del sentimiento de amor incondicional, del seguir vuestra propia naturaleza sin esfuerzo.
 
¿Entonces dónde está el Jardín del Edén? ¿Alguna vez estuvo aquí en la Tierra? Yo les digo, el Jardín del Edén yace como una promesa en vuestros corazones. En estos tiempos difíciles la intención es que ustedes den nacimiento y expresión al Paraíso de los tiempos antiguos, pero aquí y ahora en la Tierra. Ese proceso comienza cuando ustedes se atreven a descender a los rincones más profundos de vuestro ser, y se atreven a dejar que vuestra Luz brille ahí y no rehúyen de esa Luz. Ustedes hacen esto soltando lo mediocre y volviéndose extraordinarios; ¡y sepan que vuestra alma y vuestro deseo más profundo son extraordinarios!
 
Generalmente sucede que cuando escuchan por primera vez el llamado de vuestra alma en vuestra cabeza, y sólo hasta cierto punto en vuestro corazón, que vuestra vida se vuelve inestable. Ustedes tienen un sentido de la existencia de vuestra alma, pero dan marcha atrás cuando se trata de realmente darle forma a vuestro grito del corazón más profundo. Hay un miedo enorme, una valla que hay que pasar por encima. Es ahí donde ustedes chocan con vuestros miedos, la resistencia que yace escondida en el área del abdomen.
 
Es por esto que la espiritualidad exige un modo diferente de ver lo que significa ser un humano. Requiere que ustedes hagan las paces con vuestra naturaleza emocional y no tener miedo de vuestras emociones, pasiones y deseos más profundos, y realmente atreverse a observarlos. No vivir de las doctrinas que son dictadas del exterior o de teorías, aunque ellas suenen elevadas y espirituales, sino vivir de verdad de vuestro corazón, de vuestro abdomen y de vuestra humanidad – permitir que vuestra alma brille por dentro.
 
Esto es lo que está sucediendo ahora en la Tierra y esto es lo que los está llamando a todos ustedes. A una persona le da una enorme alegría dar un paso atrás desde lo externo hacia lo interno, volver al Hogar. Yo los aliento a todos ustedes a hacer esto, y a hacerlo simple y fácil. Recorrer este camino requiere de valor, sin embargo al mismo tiempo puede ser una alegría, porque a cada paso ustedes se vuelven más sintonizados con las señales de vuestro cuerpo y de vuestras emociones y ganan confianza en quienes son. Escuchen al niño interior; atrévanse a ponerse de pie por quienes en realidad son; no se escondan más - ¡son necesarios!
 
En un punto particular del tiempo, vuestra alma decidió seguir su deseo de encarnar su Luz en la Tierra y de hacer brillar y esparcir aquí su Estrella de Luz. Esa encarnación a ustedes les da alegría, y les da alegría a los demás también, porque un ser humano inspirado despierta motivación en los demás – pero hacer esto requiere valor. Confíen en la Luz de vuestra alma y sientan la sabiduría y fortaleza que tienen. Hagan las paces con vuestra naturaleza humana y atrévanse a encarnar vuestro poder completamente aquí en la Tierra. Yo estoy aquí para ustedes; sientan mi poder – el poder de la naturaleza. Vean en vuestra imaginación un árbol cuyas raíces poderosamente desarrolladas crecen profundamente dentro de la Tierra. Vuélvanse ese árbol y confíen en la tierra que los sostiene. Sientan el poder en el tronco y en las ramas, y vean cómo este poder se extiende hacia un abundante follaje que da las flores de la primavera y las frutas del verano.
 
Pídanle a vuestra alma que les de un mensaje y manifiéstenlo a través de vuestros sentimientos y a través de vuestro cuerpo. Verdaderamente, el lenguaje del alma es muy cercano. Ustedes no pueden encontrar esa sabiduría en los libros más académicos pero pueden encontrarla en ustedes mismos. Vean otra vez la maravilla de quienes son y del cuerpo que los lleva -¡ustedes son hermosos! Son un niño de la Tierra y un niño del Cielo, y un puente entre ambos. Sientan nuevamente una gran reverencia y respeto por ser quienes son. Yo les pido que lo hagan y que no sean más dependientes y que desarrollen otra vez la confianza y se vuelvan vuestra propia guía. Y desde esa confianza tomen la mano del otro y conéctense con su belleza mirando más allá de lo externo. Sientan el corazón palpitante de las personas a vuestro alrededor y de esta manera conéctense con el otro. A través de la humanidad una nueva espiritualidad está naciendo, una espiritualidad de la Tierra.
 
 
© Pamela Kribbe.

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