El trayecto de un humano Divino, Seres Blancos Celestiales y Arcángel Miguel
18-09-2015
Seres Blancos Celestiales: Todos
los periodos de Ascensión en la Tierra son tan hermosos como
magníficos; sin embargo, es intrigante e interesante observar y ser
testigo del punto de Ascensión que la humanidad ha alcanzado actualmente
tanto para los seres en la Tierra como para los de los planos internos.
Como ustedes saben, las energías cristalinas están creando un
surgimiento de la luz y la están vinculando con la Tierra y con toda la
humanidad para crear una poderosa purificación y procesos de liberación,
donde los hábitos, patrones y lecciones de crecimiento que han estado
presentes a lo largo de numerosas vidas están siendo borrados y
completados a fin de traer nuevas energías desde el interior de su ser.
El
nuevo despertar de la energía del interior de su ser y alma significa
una nueva fase de existencia para todos en la Tierra; en verdad, es la
creación de una nueva realidad.
Es
importante recordar que su realidad no está en su exterior sino que es
creada desde el interior de su ser, a partir de su conciencia, sus
creencias y perspectivas.
La creación de una nueva realidad no significa que el mundo a su
alrededor va a ser transformado y ser nuevo repentinamente, sino que se
van a alterar y cambiar su conciencia, creencias y perspectivas, dando
la impresión y permitiendo que ustedes recreen y reconozcan su realidad
exterior de nuevas maneras.
Mientras
la energía Cristalina está allanando el camino para la transformación,
la energía de la Diosa está despertando más plenamente dentro del
Universo del Creador y dentro de su propio ser, trayendo su creatividad y
sabiduría para inspirar la sanación y el nuevo despertar de la energía
interior.
La
energía de la Diosa los está alentando a reconocerse a si mismos con
nuevos y frescos ojos como una grandiosa manifestación y expresión del
Creador. Su propósito en la Tierra es expresar al Creador.
Es
una misión que los llena a todos de gozo y satisfacción porque su
existencia natural es estar en unísono y unidad con el Creador, o como
sea que ustedes definan al Creador.
Las energías de la Diosa los están alentando a recordar la belleza del
Creador para que se reforme en su conciencia y su ser, y por lo tanto,
sea proyectada en su realidad.
Con
estas dos energías sagradas y el apoyo del Universo del Creador, está
amaneciendo y manifestándose el tiempo del Humano Divino en la Tierra
desde los seres de muchos.
Es hora de reconocerse a si mismos como un Humano Divino, lo cual
significa que su cuerpo físico se está transformando para ser unificado
con todos los aspectos de su ser y el Creador.
Y
lo que es más importante, se les está invitando a dejar ir, y ya lo
están haciendo, el aspecto y conciencia humanos de su ser.
Esto
no significa dejar ir más su cuerpo físico, sino liberar la conciencia,
perspectiva y estado consciente humanos para reemplazarlos con una
conciencia divina que se va a manifestar en armonía con su cuerpo
físico.
En
los años venideros su cuerpo físico se va a alterar dramáticamente al
absorber más luz y fusionarse extensivamente con su ser y el Creador.
Esto
puede ser llamado Ascensión o Iluminación, y sin embargo es algo que
rara vez se ha experimentado antes en la Tierra: la fusión y unión del
cuerpo físico con la Esencia Divina.
Ustedes
ya lo están experimentando, saben que son un ser/alma en un cuerpo
físico, y sin embargo hay aspectos más grandiosos del ser que bajarán a
su cuerpo físico ocasionando que su cuerpo avance volviéndose su
potencial más grandioso.
Esto significa que su cuerpo ya no estará restringido, desarrollando nuevas habilidades, talentos y libertad.
El
Arcángel Miguel desea ahora compartir con ustedes una historia que
enfatiza las transiciones que ustedes han logrado en el pasado y cómo
siguen siendo relevantes.
El Arcángel Miguel
está compartiendo también con ustedes el trayecto que todos están
tomando para volverse un Humano Divino en la Tierra, la unión de la
Conciencia Divina con el cuerpo físico que se está transformando en un
cuerpo físico divino.
Hay muchos mensajes de crecimiento en la historia del Arcángel Miguel, así que disfruten.
Arcángel Miguel: Un ser muy hermoso, poderoso y radiante se manifiesta en un cuerpo físico en la Tierra.
Vamos
a ‘etiquetar’ al ser como José, permitiéndole tomar la forma de un
varón. José es ahora un pleno adulto y ha pasado mucho tiempo
descubriendo y aprendiendo sobre el mundo existente en la Tierra.
La Luz que era tan brillante cuando nació sigue siéndolo, pero José ya
no es consciente de este aspecto de su ser, su mente y su aura se han
llenado con otras ideas, distracciones y deseos.
José
siente que le falta algo en su realidad, anhela algo pero no puede
descifrar qué es lo que tanto anhela. Siente una tristeza interior, aún
cuando su vida esté yendo bien.
José
decide que debe permitirse escapar y embarcarse en un viaje; no sabe
adónde irá o qué hará, pero la libertad le da un sentimiento de euforia y
entusiasmo.
Decide que desea viajar, aunque va a caminar a todos lados para no depender más que de si mismo.
José empieza a empacar algunas mochilas, inconsciente de cuánto tiempo
va a estar fuera o adónde irá, por lo que empaca mucha ropa,
herramientas para ayudarlo a sobrevivir, e inclusive algunos libros para
entretenerse en este viaje.
Parte de su hogar cargado de mochilas, sin,sentir su peso pues su
entusiasmo lo está llevando adelante sabiendo que va a necesitar todos
esos artículos, lo cual hace que sus mochilas se sientan extremadamente
ligeras.
Empieza a caminar alegremente sin estar seguro de adónde ir, pero decide ser creativo en sus decisiones.
Gradualmente
las mochilas se vuelven una carga; su entusiasmo disminuye y empieza a
maldecir las mochilas y a si mismo por haberlas traído.
Ya no se siente tan libre, sino amarrado, tal como se había sentido antes de partir.
Se
sienta y empieza a rebuscar en sus mochilas, sacando todo lo
innecesario hasta que se queda con una pequeña mochila donde guarda lo
básico que va a necesitar para sobrevivir.
Deja
los artículos innecesarios a la puerta de alguien con una nota
diciéndole que se quede con lo que quiera y comparta el resto.
Su
entusiasmo se aviva de nuevo. Tras un día de decisiones creativas,
llega a orillas de un río y decide recostarse contra un árbol.
Saca su libro y empieza a leer, adentrándose plenamente en el mundo de las fantasías del libro.
El viento empieza a soplar por entre los árboles, por lo que se arropa para calentarse.
José tiene muy pocas pertenencias y el día está oscureciendo.
Empieza
a preguntarse por qué deseaba escaparse de su realidad, por qué pensaba
que la realidad que había creado ahora sería mejor que su previa
realidad.
Seguía
sintiéndose como si estuviera portando muchas cargas, y se preguntaba
si había algo bello, libertad y entusiasmo en la realidad de la Tierra
para que él los pudiera experimentar.
El
viento continuaba soplando rudamente por entre los árboles mientras
José se acurrucaba abrazándose fuertemente y ajustaba su ropa para
calentarse y reconfortarse.
Sentía como si el viento le estuviera hablando, aunque no escuchara voz alguna.
El viento le estaba demostrando que necesitaba permitirle llevarse todas sus cargas.
José
empezó a reflexionar sobre todo lo que había hecho de lo cual se
arrepentía, y dejó sencillamente que se lo llevara el viento.
Luego
contempló todas las veces que había experimentado dolor y tristeza,
permitiendo que todas esas emociones y heridas energéticas fueran
llevadas por el viento.
Se preguntaba qué más debía dejar ir, y se dió cuenta de que debía
enviar su perdón en la ola del viento a todas las personas que él
culpaba de haberlo lastimado o que le habían hecho un mal en el pasado
-a quienes él permitió que lo lastimaran..
Entonces
sintió ya que su cuerpo se sentía mucho más ligero, sintiendo un alivio
de la tristeza que siempre había estado con él.
No obstante, el viento seguía soplando con vigor a su alrededor. Se retó a encontrar qué más debía dejar ir.
Se
dió cuenta que ya se había desapegado de la gente a su alrededor,
inclusive embarcándose en este viaje, él los seguía amando profundamente
pero sabía que si tenía que estar a solas, estaría perfectamente feliz y
podría cuidarse de sí mismo.
Todavía acurrucado abrazándose fuertemente, se dió cuenta de que había algo que requería de su atención.
Tenía
que dejar ir lo relacionado a si mismo. Tenía que permitir que el
viento se llevara todas sus percepciones de sí mismo, las ideas que se
había formado de si mismo, buenas o malas, la manera como se hablaba,
las cosas que amaba y odiaba sobre sí, así como sus sueños y deseos para
el futuro que él había construido en su mente a partir de las
influencias de su personalidad y de otras personas.
Empezó a dejar de agarrarse tan fuertemente física y energéticamente.
Estaba feliz de que el viento se llevara grandes partes de sí y aguardaba entusiásticamente a ver qué quedaría.
Empezó
a llorar a raudales; dolía tanto dejar ir ciertas ideas de sí mismo,
pero al mismo tiempo se estaba sintiendo gozoso y libre.
Captó que había estado esperando toda su vida para lograr esto, y supo que era algo que continuaría logrando en su futuro.
Cayendo dormido, se deslizó a un sueño acerca de un árbol echando raíces desde el suelo de la Tierra. Observó al árbol crecer y fortalecerse en fuerza y carácter.
El árbol estaba amarrado a un lugar toda su vida, y sin embargo se sentía libre en su realidad.
Luego
se sintió a sí mismo como un árbol echando raíces justo a lado del
primer árbol. Su cuerpo se preocupaba de que estuviera creciendo
demasiado cerca del otro árbol.
Crecía cada vez más alto, lo cual aumentaba su ansiedad.
Luego el viento sopló de nuevo y le recordó que tenía que dejar ir su ansiedad y preocupación y sólo observar.
José
permitió al viento llevarse su ansiedad y preocupación; y para sorpresa
suya, vió que el árbol empezaba a fusionarse con el primer alto árbol.
A
medida que se deslizaba a la energía y conciencia del árbol, se dió
cuenta de que había aceptado una tremenda libertad dentro de su ser.
Aunque no podía moverse de esa ubicación, se sentía fuerte y libre de las cargas, y su mente, corazón y emociones despejados.
Nada
le irritaba más; comprendió que no tenía que ser como los demás, no
tenía que tener lo que otros creaban, él podía simplemente ser él mismo y
ser feliz en la realidad que él creara para sí mismo.
Sabía
que si cualquier energía, pensamiento o emoción surgía de él para retar
la libertad y la paz que él había creado, podía simplemente pedirle al
viento que se las llevara, siempre y cuando estuviera dispuesto a
dárselas al viento Él apreciaba poder vivir felizmente con muchas cosas a
su alrededor, o vivir básicamente. J
osé
captó asimismo que si empezara a llover, granizar o nevar, seguiría
estando feliz y las experiencias externas no podrían destruir su paz,
fuerza y libertad que había manifestado en su interior.
La libertad le trajo un enorme gozo que sólo lo llenaba de un coraje aún mayor en sus convicciones.
Sobre
él brillaba un resplandeciente sol cuando existía como un árbol; había
absorbido toda la conciencia del primer árbol y ahora sentía una
tremenda unidad y conexión con todo.
El sol aparentaba seguir brillando más; era como si miles de luces danzaran a su alrededor.
Se imaginó a sí mismo abriendo su pecho a la luz y permitiendo que la luz inundara su ser.
Se
despertó repentinamente de su sueño; había amanecido y había estado
dormido toda la noche con su espalda recostada en el tronco del árbol.
Su
cuerpo se sentía electrizado, zumbando de luz. Se preguntaba si todo
había sido un sueño, pero recordó el dolor cuando exploraba su energía.
Surgió un saber desde su interior: “¡te has desatado, liberándote de la influencia de la Conciencia de la Humanidad!
Te
has dado la libertad para pensar y sentir como deseas, conforme a tu
ser, en vez de conforme a tu personalidad o la influencia de otros.
Yo
soy tu Ser y estoy aquí para guiarte adelante. Mi misión es fusionarme
con tu cuerpo físico tan completamente que representemos al Creador en
la Tierra en un cuerpo físico sagrado con emociones y conciencia
divinas.
Estamos
manifestando la encarnación divina a fin de que inspiremos a todos a
recordar su verdad, y logren lo mismo ellos mismos.
Embarquémonos
ahora en la trayectoria real; en tu sueño te fusionaste con un árbol
más grande que era Yo, tu Ser; somos uno José.
Observa tu cuerpo, está cargado de luz y transfigurándose más allá de lo que te puedas imaginar.
Observa tu corazón y mente, están abiertos y despejados a medida que la conciencia del Creador lo penetra.
Mi
energía siempre está aquí para guiarte. Recuerda que nada en la Tierra
puede crear una identidad para tí, tu verdadera identidad es tu Ser y el
Creador, tú lo sabes mentalmente y ahora es tiempo de experimentarlo!”
José
se puso de pie y estiró su cuerpo; se sentía diferente. ¿Qué hacemos
ahora? se preguntó, y la respuesta le vino instantáneamente.
Con apoyo divino,,
Los Seres Blancos Celestiales y el Arcángel Miguel
Traductor : Gloria Mühlebach
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