La Noche Oscura del Alma
Yo
también he recorrido el camino de ser un ser humano en la Tierra, he
conocido y he explorado esas profundidades, y he sido tocada por una Luz
vívida y brillante que me inspiró y se apoderó de mí y me recordó y me
hizo soñar y desear un mundo mejor y más bello en la Tierra. He conocido
los dos extremos, tanto la Luz como la oscuridad. Esos extremos son
polos que van de la mano; podrían decir que uno es motor del otro. La
vida parece tener que ver con los opuestos: Luz y oscuridad.
Los
sentimientos que evocan parecen ser opuestos, aún así hay una conexión
oculta entre ellos; ellos no pueden funcionar uno sin el otro. La
experiencia de la Luz sólo es posible por haber experimentado la
ausencia de Luz, y por contraste con su opuesto, la oscuridad.
Nunca
la Luz es más visible que cuando surge de la oscuridad. Sólo piensen en
los primeros rayos del sol al despertar el día, la cálida luz de la
mañana que baña el mundo. Cuán profundamente puede tocarlos,
especialmente cuando ustedes emergen de la noche oscura y fría. El
contraste crea las dinámicas – vida, movimiento, crecimiento, cambio –
de modo que la oscuridad tiene una función en vuestras vidas. Sin
embargo, los seres humanos a menudo experimentan la oscuridad como
antítesis
de
la Luz; no como una fuerza para el cambio y el crecimiento, sino como
una trampa o pozo en el cual quedan atrapados y ya no se pueden mover.
Desde ese profundo pozo parece como si hubieran perdido contacto con la Luz, como si hubiera sido separada de ustedes.
Todos
ustedes conocen ese estado mental de ser separados de la Luz, de ser
privados de un sentido de significado y propósito en su vida. De hecho
eso es estar muerto. La única forma posible de morir no es la muerte
física, sino cesar cualquier movimiento en su corazón, en sus
sentimientos, en su mente. En realidad, la muerte no existe; vuestra
alma es eterna y vive. Lo único que es mortal en ustedes es sólo la
forma; vuestra esencia es eterna y no puede morir. Sin embargo, ustedes
temporalmente pueden perder de vista su esencia a tal grado que
interiormente se vuelven rígidos y dejan de moverse. Están muertos por
dentro y se sienten extremadamente deprimidos. Éste es un estado
inmensamente doloroso.
Viajen
conmigo por un momento. Desciendan conmigo dentro de ese estado
deprimido e investíguenlo con una mente abierta. ¿Qué sucede si alguien
pierde toda esperanza, se retrae y se siente impotente contra todos los
sentimientos que brotan desde adentro? Usualmente esta reacción es
disparada por eventos externos que son disruptivos; sucesos que una
persona es incapaz de ubicar en su marco de referencia, y que hace que
todo en la vida de esa persona se vuelva incierto. Pueden ser grandes
cosas, tales como la muerte de alguien cercano, enfermarse, perder el
trabajo o romper una relación. Estos son sucesos que afectan
profundamente a las personas y pueden llevarlos al borde del abismo.
Sin
embargo, la oscuridad a veces también puede revelarse desde adentro sin
una clara causa externa. Viejas cargas emocionales que ustedes alguna
vez almacenaron en vuestra memoria del alma salen a la superficie.
Experiencias dolorosas, posiblemente derivadas de vidas anteriores,
brotan de sus profundidades y ustedes tienen que tratar con sentimientos
oscuros, con miedos y dudas. Profundas experiencias de
carencia, de soledad y de ser derrotado pueden entrar en su psiquis sin
una razón. Ellos pueden hacerles perder su apoyo tanto como cualquier
evento externo que les ocurra.
Cuando
alguien queda atrapado en una depresión, en la oscura noche del alma,
siempre sucede con la experiencia de ser absorbido y de ser incapaz de
arreglárselas con todas las emociones. El flujo de emociones dolorosas,
pesadas, se experimenta como demasiado grande para soportarlo. Ustedes
son abrumados por ellas, o así parece, y se cierran desde una profunda
sensación de impotencia.
En el momento en que lo rechazan y se niegan a enfrentar las emociones, ustedes se estancan.
Esas
emociones quieren fluir; es esencial para las emociones que continúen
moviéndose hacia adelante, como el surgimiento de una gran ola en la
playa. Pero ustedes tienen miedo de permitir eso, entonces se niegan a
acompañar ese movimiento y se retiran de ese torrente de emociones.
Construyen un dique, una barrera y dicen: “yo no puedo lidiar con esto.
No quiero esto. Quiero terminar con esto”. Vuestra reacción, a menudo
por pura impotencia, crea una depresión, la cual es un estado de
entumecimiento y de estar cerrado a la vida. Con el tiempo esta
situación se vuelve insoportable y ya no quieren vivir.
Desde
una perspectiva terrenal, ustedes quieren morir porque la vida es
intolerable. Visto desde la perspectiva del alma, ustedes están
muertos, y es una experiencia tan insoportable que quieren hacer todo
lo posible para darle un fin a esta situación. El deseo de morir es
esencialmente un deseo de cambiar, un deseo de volver a vivir. Las
personas que quieren cometer un suicidio tienen un profundo deseo de
vivir, no de morir. Es precisamente este sentimiento de estar muerto por
dentro lo que los conduce a una extrema desesperación. Es su deseo de
vivir lo que los lleva a terminar con su vida física.
Cuando
ustedes experimentan una depresión, hay una combinación de profunda
resistencia y al mismo tiempo de extrema vulnerabilidad. La depresión es
un modo de defenderse contra el enorme poder de las emociones que
amenazan con engullirlos. Piensan que los destruirán, entonces en
vuestra impotencia construyen un escudo alrededor de ustedes; se
envuelven en un capullo de no querer o no ser capaces de sentir nada. Ya
no quieren estar más aquí, tal como el proverbial avestruz con su
cabeza en la arena. Se están sofocando en la arena y aún así eso parece
la única forma posible de salir. Y luego de un tiempo ya no son más
capaces de sacar su cabeza de la arena, la depresión.
Han
llegado a cerrarse tanto a la vida y a cualquier sentimiento que ya no
son capaces de cambiar las cosas y de lograr un cambio; la opción de
decir “sí” a vuestras emociones parece estar más allá de vuestro poder.
La depresión ahora ha alcanzado un clímax.
Por
un lado ustedes no pueden aceptar sus emociones de miedo, de
desesperación, de tristeza y de soledad, o compartirlas con otros,
mientras que por otro lado saben y sienten que es agonizantemente
doloroso vivir sin
emociones; eso es una forma de muerte, una total negación de vuestro
centro viviente. Luego de un tiempo ustedes quieren volver a sentir. El
dolor de no sentir es mayor que el dolor de sentir vuestras
emociones. Ésa es vuestra salvación, y éste es el punto de inflexión.
La negación a sentir, y el decir “No, no puedo, no quiero esto, quiero
estar muerto, quiero desaparecer”, los vuelve tan huecos y vacíos por
dentro que ya no pueden sostenerlo más. Lo que sucede desde la
perspectiva del alma es que la vida se vuelve más fuerte ahora; no puede
ser retenida indefinidamente. Cuando la fuerza de vida ha sido
fuertemente retenida por mucho tiempo, crea una fuerza opuesta que
finalmente entra en erupción. La fuerza del maremoto que quiere rodar a
la playa no puede ser retenida por siempre. En cierto momento, desde
vuestro interior, emerge un “sí”, incluso si ustedes no lo saben
conscientemente. Nada es estático en la vida; el impulso por vivir es
imparable. Cuando se ha alcanzado un clímax, ustedes crean eventos en
vuestra vida que proveen cambio; que crean un punto de inflexión.
A
veces esto sucede en la forma de un intento de suicidio. Si falla,
puede haber una espiral ascendente porque el sufrimiento de esa persona
se vuelve muy visible para el mundo exterior. Cuando alguien descubre
cuánto otra persona se preocupa por él o ella, puede surgir una apertura
a más Luz y al recibimiento de comprensión y simpatía. Sin embargo,
también puede suceder que alguien no se abra y permanezca deprimido. No
hay recetas fijas sobre cómo ocurre un punto de inflexión. Sin embargo,
la vida tiene una fuerza de empuje y de conducción que hace que sea
imposible persistir por siempre en un estado estático de conciencia.
Incluso
cuando la vida terrenal termina por realmente tomar la propia vida,
ustedes del otro lado inmediatamente tienen que enfrentar nuevas
elecciones, porque aún tendrán que experimentar ahí vuestros
sentimientos. La tristeza que estaba ahí mientras estaban vivos, con sus
sentimientos de dolor y ansiedad, ahora es capaz de presentarse incluso
más agudamente, y de un modo menos velado. A veces el reino astral,
donde terminan luego de la muerte, los enfrenta directamente con las
emociones que reprimieron y a través de esto comienzan a fluir otra vez.
Por ejemplo, alguien puede sentirse desesperado y horrorizado cuando ha
fallecido y descubre que la vida realmente no ha terminado; o ven las
emociones de sus familiares en la Tierra, su dolor y tristeza, y son muy
afectados por esto. Al ser tan tocados, un nuevo flujo puede ser puesto
en movimiento en el alma de quien ha muerto. Puede llevar a un punto de
inflexión, haciendo que el alma se abra a recibir ayuda de guías
quienes siempre están ahí, tanto en la Tierra como en el cielo. La ayuda
siempre está ahí, provista por vuestra apertura a ella.
No
importa de qué modo ustedes giren o viren, la vida es más poderosa que
cualquier deseo de morir. La vida siempre reasume su derecho a ser,
ustedes no pueden matarla. Por lo tanto, siempre hay esperanza.
Aférrense a eso por ustedes mismos, pero también por otros a quienes ven
sufrir. Las cosas pueden parecer tan desesperanzadas a veces, pero
siempre hay otra mirada, aunque ustedes no puedan imaginar en vuestras
mentes cómo eso pueda ser y cómo el cambio va a tener lugar. La vida
siempre es más fuerte que la muerte, la Luz es más fuerte que la
oscuridad. Finalmente el agua rompe el dique, porque el agua tiene el
poder de mover; empuja, ¡está viva! El poder del agua es mayor que la fuerza de resistencia que quiere retenerla.
Sientan
por un momento la fuerza conductora de vida en ustedes mismos. Cada uno
de ustedes a veces se encuentra con partes que están atrapadas,
patrones que se repiten indefinidamente: dudas acerca de ustedes mismos,
sentimientos de inferioridad, incertidumbre, desconfianza, ira,
resistencia. Ahora imaginen que esas partes sólo están ahí y que la vida
continúa fluyendo, y aunque permanecen rocas en el arroyo que parecen
tan fijas e inamovibles, aún son desgastadas por el movimiento y el
empuje del agua que corre a través de ellas. Lleva tiempo, pero no
olviden quiénes son: ¡ustedes son el agua viva! Cuanto
más se recuerden esto, más podrán reclamar la energía de esas piedras y
rocas que yacen en el arroyo. Hay dolor del pasado que sigue estando
ahí. Ustedes no tienen que minimizarlo, o hacerlo irrelevante, pero
tampoco tienen que cargar con las piedras del río. Es suficiente con
recordar que ¡ustedes son el agua!
Esto
puede ser difícil por momentos porque, en parte, han llegado a
identificarse con esas rocas que bloquean vuestra energía: “yo soy
alguien que no está correctamente arraigado; me resulta difícil sentir
que la Tierra es mi hogar; acarreo tristeza y traumas del pasado”. Y
todo eso es verdad, pero imaginen por un momento esas ideas como rocas o
piedras en un río amplio y grande – una enorme vía fluvial. Porque eso
es lo que son; ésa es su verdadera fuerza vital. Es vuestra alma que
fluye y fluye, siempre a lo largo de esta vía: viva, burbujeando,
embistiendo y rugiendo, explorando y descubriendo. Ese flujo no emite
juicios acerca de esas rocas que encuentra, las engulle. ¡Ustedes elijen!
Por
supuesto, ocasionalmente ustedes quedan atrapados en vuestra conciencia
en tales bloqueos cuando comienzan a identificarse con eso por mucho
tiempo. Pero pueden desprenderse de ese bloqueo tan sólo
experimentándose como el agua que fluye. Recuerden que son un
alma-conciencia viviente, siempre moviéndose y fluyendo y que no está
atada a esas rocas – son libres.
Cuanto más retiren vuestra conciencia de esos bloqueos, las rocas que
yacen ahí, más fácil ellas se entregan al flujo. Se desprenden más
rápidamente porque ustedes se sueltan de ellas y se identifican con el
agua en movimiento. El agua es vuestra alma, y no puede ser retenida.
Siéntanla fluyendo y moviéndose y resplandeciendo. Imaginen que se
derrama sobre ustedes lavándolos y sientan la fuerza burbujeante, la Luz
que centellea en ella. Sientan cómo vuestra alma, en su parte más
profunda, no es amenazada por la oscuridad que experimentan; por esas
rocas que parecen ser tan sólidas e inflexibles. Vuestra alma no se
preocupa para nada por lo que está ahí, porque sabe que las rocas
pertenecen a ese lugar; son parte del paisaje de la vida. Traten, cuando
están atascados dentro de tales rocas, de escuchar el agua que corre
por ellas. Recuerden el agua y la facilidad con la que fluye.
No
tienen que hacer todo ustedes mismos. La vida los provee con infinitas
oportunidades y posibilidades. A veces podría llevarlos dentro de
oscuros y profundos valles, pero también los impulsa hacia arriba otra
vez hacia Luz. Incluso cuando tienen la sensación de no poder luchar
más, y no pueden ver cómo las cosas alguna vez puedan salir bien, la
vida aún los impulsa. El
arte de vivir es preservar vuestra confianza, incluso cuando no parece
quedar nada en qué confiar y cuando todo lo que para ustedes era cierto
ha desaparecido de su vida.
En
este momento en la Tierra, muchas personas están involucradas en el
procesamiento de la oscuridad del pasado; partes del alma están viniendo
a la Luz ahora mismo y quieren ser vistas. ¿Y por qué esto es así?
Porque ustedes están dando un salto hacia adelante.
Es realmente un salto en la evolución de la conciencia de la humanidad.
Este salto no puede hacerse sin alcanzar los lugares oscuros en vuestra
conciencia, aquellos que están llenos de miedo, de desconfianza, o de
una tristeza muy profunda por todo lo que han experimentado en la
Tierra. No le teman a esa oscuridad – ¡acéptenla! Cuando
ustedes le dicen “sí” a la oscuridad, comienza a soltarse y a fluir, y
ése es el arte de vivir esta vida. Y cuando ustedes sienten: “yo
realmente no puedo decirle sí a esto”, recuerden que hay algo en ustedes
que aún dice “sí”. Eso es lo que los salvará y los llevará hacia adelante – confíen en la vida.
Los
amo a todos, los amo mucho. Tal vez piensen: “¿Cómo puede ser? Tú no
puedes conocernos a todos personalmente”. Pero ustedes como seres
humanos no conocen o se dan cuenta realmente de cuán extensa es la red
de almas. Cuando se han conectado con alguien desde el alma, ésa es una
conexión permanente. La unión que una vez se forjó no se separará con el
tiempo, porque en nuestra dimensión no hay tiempo. Hay
una red viva conectándonos como almas. Nosotros compartimos una cierta
historia, un cierto deseo, una llama que alguna vez fue encendida en
nuestra conciencia. Con esta llama la Tierra gradualmente se ilumina. La
conciencia despierta en todas las personas nos une y crea un nuevo
cimiento, desde el cual ese salto en la conciencia realmente va a tener
lugar. No necesitan reflexionar sobre esto. Permanezcan en vuestro
propio proceso, vuestro propio camino – eso es suficiente. Sientan la
poderosa confianza en la vida, no sólo en ustedes, sino en muchos otros,
con la cual una ola de conciencia está inundando la Tierra.
Mariia Magdalena.
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