sábado, 30 de julio de 2016
Cuando las Memorias Kármicas están asociadas a Dolores Físicos.
Muchos
terapeutas han tenido que lidiar, en algún momento, en algún u otro
caso, con la activación de lo que, creo, la mayoría llamamos “Memorias
Kármicas”. Son memorias, almacenadas normalmente a nivel subconsciente,
conectadas a las diferentes vidas y existencias “pasadas” (simultáneas)
que hemos tenido, y que, por alguna razón o por otra, se “activan” y se
hacen presentes en nuestra vida.
Hay
diferentes detonantes para que una memoria de este tipo, que tendría
que estar bien guardada y archivada, en su correspondiente forma mental,
salga a la superficie. En general, suele estar provocado por un
catalizador exterior: Una persona, un evento, una situación, una energía
del entorno, que resuena y “vibra” a la misma frecuencia que esa
memoria, y por ende, la activa, y la saca del estado “pasivo” y dormido
en el que se encuentra. Como ejemplo algo burdo, viene a ser algo así
como alguien cantando a la frecuencia exacta de resonancia de una copa
de cristal que contiene agua, rompiéndola en pedazos y provocando que
esa agua se derrame por doquier.
En
las ocasiones en las que he sufrido en mis propias carnes este suceso,
mi detonante particular ha sido mi Yo Superior, al menos así me ha
parecido intuir, que sucedía la mayoría de veces que ha debido “pensar”
que tenía ciertas cargas que había que soltar, para seguir subiendo
niveles en el camino evolutivo. Al detonarse la memoria kármica, las
formas mentales con el contenido de los sucesos acaecidos se ven
expedidos a la superficie del cuerpo mental (capa consciente), se
condensan o “compactan” y terminan incrustados en la matriz etérea en la
parte del cuerpo que resuena y tiene relación directa con el contenido
de la memoria.
Cuestión de dejar atrás las cargas que nos limitan
No
es la primera vez que he tenido que lidiar con esto que llamamos
memorias kármicas (si hay otro término lo desconozco), de hecho, he
hecho sanaciones a familiares, compañeros y amigos, donde literalmente
un dolor repentino en una pierna, venía asociado a una memoria kármica
activada, con escenas que, a visión extrasensorial, tenían que ver con
episodios de otras encarnaciones tremendamente dolorosos, desde
amputaciones, a piernas quemadas por el fuego, hasta lanzas clavadas en
guerras y peleas en el punto exacto del dolor físico actual.
Cuesta
darse cuenta de estas cosas, ya que, a priori, uno lo que siente es
simplemente un problema físico, por eso os expliqué, hace varios
artículos, que los problemas físicos no suelen tener la raíz en el mundo
o plano físico, sino en otros niveles. Solo así puedes encontrar la
causa verdadera del problema, ya que por mucha crema anti-inflamatoria
que te pongas – si la lanza “etérica” que literalmente se puede ver
clavada en la pierna de la persona, no se saca – el problema no se va,
(el dolor físico remite con la crema, pero no desaparecerá nunca del
todo, y una vez más, hay que sacar el clavo antes de poner el parche).
Las
memorias kármicas que han de ser liberadas no suelen ser agradables.
Tuve un episodio de lumbago hace algunos meses, cuando dormía a mi hija
en brazos, que literalmente detonó un proceso de recuerdo de dolor tanto
en mi hija como en mi. Algún tipo de resonancia energética conjunta en
nuestros cuerpos sutiles lo precipitó de golpe. Las imágenes que se me
agolpaban en mi visión interna mostraban una escena donde a los dos nos
estaban quemando vivos (época de la Inquisición, supongo). Hubo que
sanar a mi hija en una sesión rápidamente, pues se quejaba de un dolor
que a nivel físico no tenia contrapartida aparente, luego yo tuve que
lidiar con el mío, y sacar las memorias que acababan de activarse por
las lumbares.
Duelen Igual
¿Por
qué algo que, supuestamente, es un simple recuerdo almacenado en el
subconsciente, causa dolores físicos? Por la misma razón por la que
mucha gente sufre enfermedades psico-somáticas. La relación de la mente
sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las enfermedades
físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo o
preocupación, muchos problemas psicológicos y emocionales provocan
síntomas físicos. Y es que, en general, las enfermedades psicosomáticas
son muy frecuentes; una gran parte de la población las ha sufrido alguna
vez y se considera que una cuarta parte de las personas que acuden al
médico de atención primaria presentan este tipo de enfermedades.
En
términos generales, se entiende que una persona sufre somatizaciones
cuando presenta uno o más síntomas físicos, y, tras un examen médico,
éstos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica.
Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales
síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que
cabría esperar. Todo ello causa a la persona que sufre estas molestias,
un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.
Debido
a la falta de conocimiento del sistema energético del ser humano, y al
difícil diagnóstico de las enfermedades somáticas, la medicina
tradicional tiende a centrarse casi exclusivamente en los síntomas
físicos de la enfermedad, dolor o molestia, olvidando la verdadera causa
del problema, o aquello que lo puede estar manteniendo. Es corriente
encontrar personas que se quejan de haber recorrido varios médicos, sin
que les encuentren nada; sin embargo, continúan sintiéndose mal y
presentando algunos de los síntomas antes comentados. En muchas de estas
ocasiones, estamos ante problemas psicosomáticos y las memorias
kármicas son parte de ellos.
Energías que caen desde cuerpos superiores
Así,
algo causa malestar y duele, porque provoca literalmente un problema en
el vehículo físico que usamos, nuestro cuerpo. La energía de la memoria
kármica es una forma mental, potente, activada, con su correspondiente
carga emocional, que, como ya podéis suponer, no es demasiado agradable
cuando hablamos de escenas y memorias de dolor, sufrimiento, tragedia,
etc., etc., de las que todos tenemos decenas de centenares de
encarnaciones. Esas formas mentales y emocionales, literalmente causan
estragos en el cuerpo etérico, que a su vez, los causa en el cuerpo
físico, manifestando el dolor, problema físico o enfermedad que recuerda
a aquello que sucedió en su momento.
Si
han de ser liberadas y extraídas del cuerpo mental y emocional donde
están almacenadas (la experiencia, vivencia y contenido de la misma en
el primero, las emociones asociadas en el segundo) es porque son
realmente de una carga densa y negativa que no ganamos nada
manteniéndolas en nosotros. Pero, como todo, uno no sabe que existen
hasta que algo no las detona y las saca a la superficie. Tenemos
posiblemente miles de ellas, pues por miles de situaciones hemos pasado
(estamos pasando) en todas las diferentes encarnaciones que hemos vivido
como mónadas y esencia que somos.
El
cómo se traen y traspasan memorias de una encarnación a otra, está
relacionado con el tema de los átomos simiente, dónde se almacenan y
recogen todo lo vivido en los tres niveles inferiores de la personalidad
(“el átomo etérico en el plexo solar, el emocional en el hígado, y el
mental en la cabeza”) .
Y
con el cuerpo causal, el cuerpo que nos da la continuidad de conciencia
entre encarnaciones, el único que no se recicla y desintegra y donde
nuestra mónada o ser se “resguarda”, como primer envoltorio o cuerpo
sutil, en el llamado período entre vidas, cuando hablamos del tiempo de
forma lineal.
En
resumen, es un tema terapéutico a tener en cuenta. Si uno se fija solo
en el problema físico, va a ser complicado sanarlo de raíz, si no se
profundiza en las posibles causas no físicas, algo de lo que ya hemos
hablado. Una persona con un mínimo de visión interna, posiblemente, al
mirarse la zona del dolor o tocarla, empezará a sentir o ver las
imágenes de las escenas que lo provocaron. Muchas vidas, muchas
historias vividas, muchas cosas almacenadas que, cuando llega el
momento, son expulsadas hacia el exterior, para poder ser liberadas, y
reducir el enorme peso y carga que estas representan para nuestro avance
y camino evolutivo personal.
por David Topi
davidtopi.com
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https://soyespiritual.com
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