El Dinero... como Energía!
¿Cómo puedes Cobrar por las Enseñanzas Espirituales?
Por Drunvalo Melchizedek
Por Drunvalo Melchizedek
Estoy por compartir con ustedes mis propias experiencias sobre cobrar por
una enseñanza espiritual. Esto que comparto es mi regalo, en un nivel práctico,
para aquellos de ustedes que están enseñando información espiritual ahora, o
especialmente para aquellos que están a punto de enseñar. Si eres un buscador,
tal vez esto te ayude a comprender el balance precario que los maestros
espirituales deben encontrar, si quieren permanecer en integridad con lo que te
cobran para asistir a sus cursos.
Cómo comencé a Enseñar
Hace casi veinte años, mis guías me pidieron que enseñara lo que se me
había instruido en los doce años anteriores. Yo no sabía, durante todos los
doce años de mi entrenamiento, que se me pediría esto. Por lo que la petición
me llegó de sorpresa.
La petición también me causó un impacto. Tanto, que al principio dije que
no. No quería hacer pública mi vida. Sólo estaba pensando en mi mismo. Pero
durante un periodo de casi dos semanas, mis guías me dejaron clara la Ley
Espiritual que dice, que cuando recibes un regalo espiritual, no lo puedes
guardar sólo para ti. Debe ser compartido con otros. Cuando vi la verdad de lo
que me estaban diciendo, con renuencia acepté enseñar lo que había aprendido.
Conforme me dispuse a prepararme para enseñar un curso sobre la meditación
MerKaBa de ascensión y la Geometría Sagrada - las formas sagradas y las
proporciones que generan la Creación en la que vivimos -, me encontré con un
problema ordinario y cotidiano: ¿Debía cobrar dinero por este conocimiento
espiritual, o debía darse gratuitamente?
Esta era una pregunta que nunca había entrado a mi mente hasta ese momento.
Realmente no sabía qué hacer.
Las Tradiciones Espirituales Difieren
Mi primer pensamiento, debido a que yo asistí a escuelas católicas cuando
estaba creciendo, fue que las enseñanzas debían otorgarse libremente. Muchos
cristianos creen que porque Jesús regaló sus enseñanzas, los maestros
espirituales de hoy también deben hacerlo.
Pero durante los doce años anteriores, mis guías me habían estado mandando
a todo el mundo, aprendiendo de diferentes fuentes y los maestros espirituales
y tradiciones con las que me encontré, todas plantean diferentes ideas sobre
cobrar por el conocimiento espiritual.
Durante varios de los doce años, por ejemplo, fui un sufi y la tradición
sufi dice exactamente lo opuesto a la tradición cristiana. Los sufis me
enseñaron a no regalar nunca el conocimiento espiritual. Los maestros sufi con
los que estudié, creían que debía existir un intercambio. Este no tenía que ser
dinero, pero tenía que haber un intercambio o el alumno se perdería la lección.
Desde estos dos polos opuestos, comencé a contemplar qué hacer.
¿Qué haría Jesús?
Entonces pensé en Jesús. Si él estuviera vivo ahora, ¿podría predicar de la
misma forma que lo hizo hace 2000 años? Y vi inmediatamente que la respuesta
era no. Para empezar, reunir a miles o incluso cientos de personas en las
ciudades, es ilegal en estos días. Si lo intentara, Jesús sería arrestado
inmediatamente y multado. Y si continuara haciéndolo, lo meterían a prisión.
Para reunir personas en forma legal, tendría que haber contratado gerentes para
obtener licencias de asamblea, o rentar locales dentro de las ciudades, lo que
es muy caro. Si viajara fuera del país en donde viviera, tendría que tener
pasaporte y boletos aéreos.
En otras palabras, si Jesús hubiera desarrollado su ministerio bajo
condiciones del siglo XXI, se hubiera enfrentado con los mismos problemas de
"dinero" con los que se enfrentan todos los maestros espirituales de
hoy. Así que, por razones simples y prácticas, los maestros espirituales deben
cobrar algo o encontrar a alguien que pague los gastos por ellos. De cualquier
forma, los gastos son un hecho de la vida.
La primera realidad con la que me enfrenté, fue el hecho innegable de que
si yo iba a reunir a cientos de personas bajo un techo, tendría que pagar por
el espacio. Yo no tenía nada de dinero, así que, ¿cómo iba a pagar por este
local? Se volvió terriblemente claro que tendría que cobrar algo o no podría ni
siquiera comenzar a enseñar.
Entre más me daba cuenta de los costos para organizar un seminario -
cuentas de teléfono, costos de correo, equipo electrónico y audiovisual,
sistemas PA, boletos de avión para varias localidades y todo lo demás - se
volvió absolutamente claro que iba a costar dinero enseñar, me gustara o no.
Más aún, si un maestro espiritual va a dedicar su vida entera a la
enseñanza, como se me pidió que yo lo hiciera, tenía que haber suficiente
dinero extra para pagar las necesidades simples de la vida - renta, comida,
etc. Y tomando todas estas cosas en consideración, me di cuenta que lo que era
importante en el mundo de hoy, era que el intercambio del que hablaban los
sufis fuera "justo."
Existen organizaciones espirituales que requieren que les dones todo lo que
posees antes de enseñarte y algunos que te piden precios tan altos, que sólo
pocas personas podrían pagar por su conocimiento espiritual. Una, que no
identificaré, le pedía a los estudiantes que pagaran más de $100,000 dólares
por la información. Estos son ejemplos extremos y en mi mente están
equivocados. No son justos.
Regalarlo
Después, cuando comencé realmente a enseñar, descubrí que no importa qué
precio le pongas a la clase o seminario que estés enseñando, para algunas
personas será demasiado caro. Hay personas que son tan pobres - especialmente
en otros países - que cualquiera que sea el precio es imposible para ellos.
Mi primera solución a esto, fue permitir lugares gratis para aquellos que
no podían pagar.
Y fue allí cuando comencé a experimentar directamente la razón del
entendimiento sufi, de que nunca debes regalar el conocimiento espiritual. Yo
realmente no sabía por qué los sufis creían en esta idea, pero la respuesta se
desplegaba ahora justo ante mis ojos.
Curso tras curso, conforme daba lugares gratis a aquellos que decían que de
otra forma no podían asistir, experimenté que eran estas personas - a las que
se les permitió entrar gratis - las que nunca comprendieron lo que se estaba
enseñando. Incluso descubrí que si otra persona le pagaba la clase a alguien,
había el mismo problema. Los estudiantes gratuitos casi siempre eran los que
llegaban tarde y se iban a la mitad. Eran los que se quedaban dormidos o
hablaban durante la clase. E incluso más importante, eran los que no practicaban
realmente la meditación después de terminado el curso. Las razones de los sufis
para no regalar nunca el conocimiento espiritual, eran evidentemente aparentes.
Un Intercambio Justo
Entonces, ¿cuál es la respuesta? Decidí que el intercambio era sumamente
importante. Si los alumnos recibían la enseñanza gratis, no tendría significado
para ellos, pero el intercambio no tenía que ser dinero. En lugar de dinero,
podían dar tiempo y energía. Al hacerlo así, involucrarían su deseo por
aprender y tendría significado para ellos.
Por lo que les propuse a aquellos que decían que no podían pagar, que si
donaban su tiempo como voluntarios en una institución de beneficencia como la
Cruz Roja - suficiente tiempo, basado en 10 dólares por hora, para pagar por el
taller - entonces podían asistir gratis. Les pedí una carta de la institución
para verificar su tiempo.
Todavía hago eso actualmente. Y lo que es verdaderamente fascinante, es que
sólo una persona de cada cincuenta, ¡realmente me toma la oferta! Aunque no
estén trabajando y pudieran donar fácilmente su tiempo, resulta que la mayoría
de los que piden venir a mis talleres sin pagar, no lo están haciendo por un
profundo deseo espiritual, sino simplemente porque quieren obtener "algo
por nada."
Cómo Afectan las Creencias en los Resultados
Otra parte de la ecuación de pagar por el conocimiento espiritual, es que
lo que sea que creamos que es verdad sobre el dinero, afecta el resultado.
Cuando recién comencé a enseñar, decidí que lo justo eran $222 dólares por tres
días. Apenas podía pagar todos los gastos, pero esa cantidad me parecía justa a
mí.
Sin embargo, mi secretaria, que arreglaba los cursos y que hablaba con los
estudiantes potenciales, pensaba que esta cantidad era excesivamente alta.
Incluso cuando podía ver en los libros que realmente estábamos perdiendo
dinero, ella todavía creía que el taller era demasiado caro. Y así, cada vez
que alguien llamaba para registrarse para un curso, sus creencias se
transferían a la persona que se estaba registrando. Inevitablemente, pedían un
plan de pagos. Terminé con cientos de personas haciendo pagos, lo que nos
estaba enviando lentamente hacia la bancarrota.
Después mi secretaria se cambió a otro estado y la reemplacé con una mujer
que creía lo opuesto a su predecesora. Ella creía que lo que estaba cobrando
era definitivamente muy poco. Así que me convenció para subir el monto a $333
dólares. Y debido a que ella pensaba que este importe era justo, desde que ella
llegó, ni una sola persona sintió que necesitaba un plan de pagos. ¡Ni una
sola!
Esta historia muestra claramente que lo que tú crees afecta el resultado -
incluso con el dinero. (Incidentalmente, esto es igualmente verdadero si tienes
una práctica de curación, no aplica sólo a la enseñanza.)
El Éxito Financiero es Importante
Hoy, después de casi veinte años de experiencia sobre el tema de pagar por
el conocimiento espiritual, creo más que nunca que necesita haber un
intercambio. Este necesita ser justo, pero no cobrar por una enseñanza
espiritual no funciona, ni para el maestro, ni para el alumno.
Y lo que tú creas personalmente sobre el dinero, afectará el resultado. Tus
creencias sobre el dinero determinarán finalmente si tienes o no, éxito
económico.
Y tener éxito económico es importante, porque mientras no lo tengas,
estarás limitado en tu habilidad para compartir con otros las enseñanzas
espirituales que Dios te ha otorgado.
Artículo
del número de Diciembre de 2004, Dinero y Conciencia de Prosperidad, de la
revista electrónica Spirit of Ma'at - Vol. 1, No. 12 - http://www.spiritofmaat.com/.
The Spirit of Ma'at
Dinero y Conciencia de Prosperidad
Vol 1. - No. 12 - Diciembre 2004
http://www.spiritofmaat.com/
Dinero y Conciencia de Prosperidad
Vol 1. - No. 12 - Diciembre 2004
http://www.spiritofmaat.com/
El Dinero como un Flujo de Energía
Por Drunvalo Melchizedek
Por Drunvalo Melchizedek
Todos hemos escuchado la advertencia, "es más fácil que un camello
pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de Dios" (1)
Desde un punto de vista bíblico, el dinero -o al menos el amor al dinero- es la
raíz de todo mal. Pero, ¿por qué?
Desde un punto de vista espiritual, el dinero y el materialismo son
ilusiones que esconden la verdadera naturaleza y significado de la vida. Si
nuestro verdadero propósito involucra el recordar y vivir un viaje sagrado que
lleva hacia la conciencia continua de la presencia de Dios, entonces la
obsesión con la riqueza y las posesiones nos puede perder.
Dicho esto, podemos darnos cuenta que algunos de los seres más avanzados
espiritualmente que han caminado por la Tierra, también han estado entre los
individuos más acaudalados de sus culturas (Saint Germain y José de Arimatea
vienen a la mente.) Así que siento que el concepto del dinero se clarifica, si
podemos comenzar a percibirlo como energía. Cuando lo ponemos en ese contexto,
el dinero es un "flujo de energía" similar a la energía de Fuerza de
Vida -prana o chi- y que no es espiritualmente diferente de la energía cinética
o atómica, de la electricidad, el calor, o cualquier otra fuerza natural.
Como con todas las formas de energía,
el flujo de dinero sigue las Leyes de la Creación. Y como con todos los flujos
de energía, el equilibrio es la clave. Los aparatos eléctricos sólo funcionan con el flujo de
corriente apropiado. Demasiado, y los cables y el equipo se queman; muy poco, y
nada funciona. Es lo mismo con el calor que nos mantiene calientes y
confortables. Demasiado, y nos quemamos; muy poco, y nos congelamos.
Pero, ¿qué es
"demasiado" para un ser humano? Como con todas las otras formas de energía, la
respuesta a esto es una cuestión individual, dependiendo en la función y
propósito en la Vida. La cantidad apropiada de calor para hacer nuestros
hogares confortables, sería deplorablemente inadecuada para hacer herraduras
para caballos. La cantidad de electricidad que una cámara digital utiliza,
sería como una gota de agua en una cubeta para operar un refrigerador. La
cantidad de dinero que es apropiada para otro, es algo que no podemos juzgar.
Sólo lo podemos determinar para nosotros mismos.
Pero existe un criterio que podemos aplicar al dinero, como a todas las
formas de energía, y esto es que debe fluir. Así como experimentamos la
insuficiencia de chi en el cuerpo como enfermedad, también experimentamos el
flujo insuficiente de dinero como carencia. En nuestra cultura moderna, la
carencia de flujo de energía financiera generalmente se convierte en una forma
de estrés que nos puede distraer de nuestro camino. Pero la situación inversa
es igualmente dañina. Demasiado chi, bloqueado y concentrado, lleva a la
enfermedad en el cuerpo. Y el dinero que es acumulado con miedo porque no
tendremos suficiente, también lleva a una condición de malestar espiritual.
Cuando estamos en equilibrio con el dinero, confiamos plenamente en que
cualquier cosa que necesitemos será provista. No tenemos miedo de gastar dinero
en nosotros mismos o para ayudar a otros. El dinero en sí mismo no es el
problema. Nosotros hacemos lo que venimos a hacer aquí, sabiendo que los
recursos fluirán a nosotros y a través de nosotros.
Así que la clave parece ser la realización de que la abundancia, como el
amor, existe en una medida apropiada tan pronto como liberamos los miedos en
torno a ella. Como el amor, el dinero simplemente fluye hacia nosotros conforme
lo necesitamos y fluye desde nosotros conforme buscamos crear paz y belleza a
nuestro alrededor, para nosotros y para otros. Con la facilidad y entendimiento
que nacen de la fe en nosotros mismos y en el Creador, nuestra vida financiera
puede convertirse en la manifestación de todo lo que es bueno.
En amor y servicio,
Drunvalo
Drunvalo
Editorial
del número de Diciembre de 2004, Dinero y Conciencia de Prosperidad, de la
revista electrónica Spirit of Ma'at - Vol. 1, No. 12 - http://www.spiritofmaat.com/.
(1) Mateo 19:24. Lo que algunos dicen sobre este pasaje controversial, es que el Ojo de la Aguja era una puerta en Jerusalén por la un camello apenas podía pasar, con lo que Jesús quiso decir que era difícil pero no imposible, que un hombre rico entrara al cielo. Otros aseguran que no existe tal puerta y que el pasaje significa que debemos renunciar a nuestras posesiones materiales para ser merecedores del cielo. Una tercera posibilidad es que Jesús quiso decir exactamente lo que dijo. Como tenemos que dejar nuestras posesiones atrás, en realidad es literalmente imposible que un hombre rico entre al Reino de los Cielos.
(1) Mateo 19:24. Lo que algunos dicen sobre este pasaje controversial, es que el Ojo de la Aguja era una puerta en Jerusalén por la un camello apenas podía pasar, con lo que Jesús quiso decir que era difícil pero no imposible, que un hombre rico entrara al cielo. Otros aseguran que no existe tal puerta y que el pasaje significa que debemos renunciar a nuestras posesiones materiales para ser merecedores del cielo. Una tercera posibilidad es que Jesús quiso decir exactamente lo que dijo. Como tenemos que dejar nuestras posesiones atrás, en realidad es literalmente imposible que un hombre rico entre al Reino de los Cielos.
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