viernes, 1 de marzo de 2013
CUZCO CENTRO MAGNÉTICO DE LA TIERRA
El
Cuzco, en donde se asentó el imperio incaico es, desde el siglo pasado,
el Centro Magnético de la Tierra, hacia donde se ha desplazado la
energía espiritual que por dos mil años estuvo en el Tíbet. Ahora el
CuZco es el Centro Espiritual del Mundo por otros dos mil años, lo que
hace del Perú un lugar privilegiado.
Esto es de
una gran trascendencia para nuestro país, porque toda la energía
espiritual que durante siglos se encontraba en el Oriente, se ha
trasladado al Perú, hacia donde se están dirigiendo los Grandes Maestros
del Espiritualismo para recibir el Chorro Espiritual que antes estuvo
en el Asia y ahora lo tenemos con nosotros.
Durante
dos mil años el Tíbet en el Himalaya fue el Centro Magnético del Mundo.
Hasta ahí se trasladaban fuerzas invisibles, vibraciones y fluidos
espirituales de gran trascendencia para el mundo y que convirtieron al
Tíbet en un lugar especial. Ahí estuvieron los Lamas con sus grandes
conocimientos esotéricos. Posteriormente la Unión Soviética invadió al
Tíbet. Entonces ese lugar ya dejaba de ser el Centro Espiritual del
Mundo y como estaba previsto, el Centro Magnético de la Tierra se
desplazó desde las altas cordilleras del Himalaya hasta el Cuzco, la
capital del antiguo imperio de los Incas y hacia Machu Picchu.
Este
traslado ha sido un acontecimiento que ha marcado un hito sin
precedentes en el planeta, ya que el mundo también ha ingresado en la
Era de Acuario en donde todo se descubre, todo se aclara y será el
tiempo en que el mundo ingresará a una etapa de paz y amor.
Ahora
los Andes irradian poderosas vibraciones que estuvieron “dormidas”
durante mucho tiempo. Y así como antes los ascetas y gurús viajaban al
Himalaya, ahora lo están haciendo al Cuzco para cargarse de energías
positivas y fuerzas que solo las captan seres sensitivos. No faltan
tampoco los que van a tomar contacto con los Hermanos Mayores del Cosmos
que viven alejados del mundo, internados en montañas inaccesibles.
Las
nuevas irradiaciones Espirituales que estan llegando al Cuzco estan
despertado en la cordillera de los Andes “focos” fluídicos que se
formaron hace 5,800 años, cuando floreció en los Andes una antiquísima
civilización que apareció miles de años antes que surgiera el Imperio de
los Incas. Estos “focos” de irradiaciones positivas han sido puestos en
acción en esta época y sus benéficos efectos pronto se van a sentir en
el mundo.
Luis Díaz de la organización “Gran
Fraternidad Universal” de Lima, Perú, indica que el “Centro Magnético”
es la conjunción de fuerzas físico-electromagnéticas de un conglomerado
de moléculas que se posesionan en un determinado punto. Estos Centros
Magnéticos son variables, de acuerdo a las Eras o Etapas por las que ha
pasado el planeta. Ahora estas fuerzas guiadas por Mentes Superiores se
han concentrado en los Andes y desde ahí comienzan a irradiar a todo el
mundo sus benéficas vibraciones positivas.
Por
ello, quienes visitan el Cusco y Macchu Pichu, sienten algo especial,
indefinido pero profundo. Ahí, manos indígenas dueñas de una pasmosa
habilidad levantaron piedra sobre piedra grandiosas construcciones,
incomparables templos, soberbias fortalezas y edificios inigualables que
han desafiado el paso de los siglos. Impusieron a la piedra el sello de
una tremenda fuerza sobrenatural, quizás obra de seres inteligentes de
otras galaxias, o sobrevivientes de algún continente desaparecido en el
confín de los tiempos.
Ahora Macchu Pcchu está
postulando a ser una de las siete maravillas del mundo y no sería raro
que lo lograra, porque implícitamente se reconoce el valor no sólo como
ruina, sino por la fuerza interior espiritual de quienes la
construyeron.
La “Capital Arqueológica de
América”, como se llama al Cuzco, es una ciudad que está enclavada en
los Andes a 3,900 metros sobre el nivel del mar y se encuentra protegida
por legendarias montañas que elevan su silueta colosal hacia el diáfano
cielo serrano.
Curiosamente,
la leyenda de la fundación de la capital del Imperio de los Incas habla
que el Inca Manco Cápac y su mujer Mama Ocllo salieron, por mandato de
su padre el Sol, del lago Titicaca, el más alto del mundo situado a
orillas de la ciudad de Puno. En los dibujos se pinta a Manco Cápac y
Mama Ocllo en una nave redonda parecida a un Ovni que emerge del lago y
se eleva al cielo dirigiéndose hacia el Cuzco.
Manco
Capac anduvo por los cerros con una barreta que bien pudo ser un
captador de ondas vibratorias o un Contador Geiger y donde se hundió la
barreta, ahí fundó el Imperio de los Incas que se caracterizó por su
ejemplar organización política y administrativa.
Los
Incas desarrollaron un perfecto sistema comunitario donde todos
trabajaban y a nadie le faltaba lo indispensable para vivir. Extendieron
sus fronteras abarcando todo el territorio del Perú, Bolivia, Ecuador,
parte de Chile y Argentina. Las tierras agrícolas eran del Inca y se
repartía por lotes. Cada padre de familia recibía su lote, otro lote era
para el hijo varón y medio lote para cada hija. Se cultivaba hasta en
las laderas y en faldas de los cerros aprovechándose hasta la última
gota de agua. De lo que se producía, un tercio era para el Inca y los
sacerdotes, otro tercio se guardaba para reservas y el tercio restante
para el que cultivaba la tierra.
Desde el punto
de vista social, la base de la organización era el “Ayllu” constituido
por un grupo de familias poseedoras de la tierra. En el “Ayllu” se vivía
en comunidad. Eran frecuentes las asambleas o “camachicu” en donde
todos opinaban y se resolvían los problemas comunes. Estos “Ayllus” aún
persisten en las localidades nativas, lo que demuestra la solidez que
logró en la comunidad.
Compartido con mucho cariño,
Isolda
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