domingo, 5 de mayo de 2013
DE: JOAN HALIFAX, RÖSHI BUDISTA... "LA COMPASIÓN Y EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA EMPATÍA"...
Joan Halifax, rōshi budista,
Trabaja
con personas que se encuentran en la última etapa de sus vidas (en
hospicios y condenados a pena de muerte). Aquí comparte lo que aprendió
sobre la Compasión frente a la muerte y a la agonía, y una mirada
profunda a la naturaleza de la Empatía.
Quiero abordar el tema de la Compasión...
La
Compasión tiene muchas caras. Algunas son feroces; otras son coléricas;
algunas son tiernas; otras son sabias.
Citando algo que dijo el Dalai Lama una vez:
"El amor y la compasión son necesidades. No son lujos. Sin ellos, la
Humanidad no puede sobrevivir".
Y yo sugeriría, que no sería solamente la Humanidad la que no
sobreviviría, sino todas las especies de este planeta, tal como lo hemos
oído hoy. Son los grandes felinos, y también el plancton.
Hace
dos semanas, estuve en Bangalore, en India. Tuve el privilegio de poder
enseñar en un hospicio en las afueras de Bangalore. Y temprano en la
mañana fui al pabellón principal.
En ese hospicio, había 31 hombres y mujeres en agonía.
Me
acerqué a la cabecera de la cama de una anciana que respiraba jadeando,
muy frágil, obviamente en la etapa final de la agonía. Observé su
rostro. Observé el rostro de su hijo, que estaba a su lado, y su rostro
estaba hendido de pena y confusión.
Y recordé una cita del Mahábharata, la gran epopeya india: "¿Qué es lo
más asombroso de éste mundo, Yudhisthira?"
Y Yudhisthira respondió: "Lo más asombroso de éste mundo es que a
nuestro alrededor la gente puede estar muriéndose y no nos damos cuenta
de que también nos puede suceder a nosotros".
Miré
hacia arriba. Y había mujeres jóvenes ocupándose de esos 31 moribundos
de aldeas cercanas a Bangalore. Observé el rostro de una de estas
mujeres, y pude ver la fuerza que surge si hay realmente compasión
natural. Observé sus manos mientras bañaba a un anciano.
Posé la mirada en otra joven que limpiaba el rostro de otra persona
moribunda. Y me recordó algo que había presenciado.
Cerca
de una vez al año tengo el privilegio de cumplir algunas misiones en el
Himalaya y en la meseta tibetana. Y dirigimos clínicas en estas
regiones remotas donde no existe ayuda médica de ninguna clase.
Y el primer día en Simikot, en Humla, en el lejano oeste de Nepal -la
región más pobre de Nepal- vino un anciano aferrándose a un montón de
harapos. Entró y alguien le habló. y nos dimos cuenta de que era sordo,
miramos entre los harapos, y se veían un par de ojos.
Se quitaron los trapos de una niña pequeña cuyo cuerpo estaba cubierto
de quemaduras.
Nuevamente
los ojos y manos de Avalokiteshvara. Era la joven, la enfermera que
limpiaba las heridas de la bebé y las vendaba.
Sé que esas manos y esos ojos también me conmovieron. Me conmovieron en
ese momento. Y me han conmovido a lo largo de mis 68 años. Me cuidaron
cuando tenía 4 años de edad y perdí la vista y quedé parapléjica. Y mi
familia trajo una mujer cuya madre había sido una esclava para cuidarme.
Y esa mujer no tenía "compasión sentimental"... Tenía una fuerza
asombrosa. Y realmente creo que fue su fuerza que se convirtió en una
especie de madurez prematura la que ha estado guiando la luz en mi
vida.
Entonces nos preguntamos:
¿En qué consiste la compasión?
Y
hay varias facetas. Existe la Compasión referencial y la no
referencial.
Pero, ante todo, la compasión está compuesta de esa capacidad de ver con
claridad la naturaleza del sufrimiento. Es esa habilidad de mantenerse
firme y de reconocer también que no somos ajenos a ese sufrimiento.
Pero eso no es suficiente, porque la compasión que activa la corteza
motora, significa que aspiramos, que de hecho aspiramos a transformar el
sufrimiento. Y, si somos muy bendecidos, nos involucramos en
actividades que transforman el sufrimiento.
Pero
la Compasión tiene otro componente, y ese componente es realmente
esencial. "Ese componente consiste en que no podemos aferrarnos al
"desenlace"...
He trabajado con personas moribundas por más de 40 años. Y he tenido el
privilegio de trabajar con personas en pena de muerte en una cárcel de
máxima seguridad por 6 años.
Y
comprendí, con mucha claridad, que traer mi propia experiencia de vida
de haber trabajado con moribundos y capacitando acompañantes, "que
cualquier apego al desenlace distorsionaría profundamente nuestra propia
capacidad de estar bien presentes en toda la catástrofe"...
Y
cuando trabajé en el sistema penitenciario, lo siguiente se me hizo muy
claro: Muchos de nosotros en esta sala, y casi todos los condenados a
pena de muerte con los que trabajé, nunca experimentamos la compasión en
carne propia.
La
compasión es en realidad una cualidad humana inherente.
Está presente en todo ser humano. Pero las condiciones para que se
"active la compasión", para que se suscite, son muy particulares. Hasta
cierto punto, pasé por eso, desde la enfermedad en mi niñez.
Eve
Ensler, a quien oiremos luego, desarrolló esta condición de manera
asombrosa a través de varias formas de sufrimiento por las que ha
pasado.
Y
lo fascinante es que "la Compasión tiene enemigos, y esos enemigos son
cosas como la lástima, la indignación moral, el miedo"... ¡Y bien saben
que tenemos una sociedad, un mundo, paralizado por el miedo!... Y en esa
parálisis, por supuesto, nuestra capacidad de ser compasivos también
está paralizada. ¡La mismísima palabra "terror" es global!... ¡Y el
propio sentimiento de terror es global!...
Entonces,
de alguna manera, nuestro trabajo es enfrentarnos a esta
representación, a este arquetipo que ha invadido la psique de todo el
planeta.
Ahora
sabemos por la neurociencia, que la compasión tiene algunas cualidades
extraordinarias. Por ejemplo: una persona que está abierta a la
compasión, ante la presencia del sufrimiento, siente ese sufrimiento
mucho más de lo que lo sienten la mayoría de las personas. Sin embargo,
regresa a su estado anterior mucho antes. Esto se llama "resiliencia".
Muchos
pensamos que la compasión nos agota, pero les aseguro que es algo que
realmente nos anima.
Otra cosa acerca de la compasión es que realmente aumenta lo que se
denomina integración neutral. Involucra a todas las áreas del cerebro. Y
algo más que ha sido descubierto por varios investigadores en Emory y
en Davis y demás, es que "la compasión fortalece al sistema inmune"...
¡Oigan, vivimos en un mundo muy nocivo!... (Risas)
Muchos
nos estamos retrayendo ante la presencia de venenos físicos y
psicosociales de las toxinas de nuestro mundo. "Pero la compasión, el
generar compasión de hecho moviliza nuestra inmunidad"...
Saben, si la compasión es tan buena para nosotros, tengo una pregunta:
¿Por qué no les enseñamos a nuestro hijos a ser compasivos?... (Aplausos)
Si
la compasión es tan buena para nosotros, ¿Por qué no capacitamos a los
profesionales de la salud en compasión, para que puedan hacer lo que se
supone que deben hacer, que es realmente transformar el sufrimiento?
Si
la compasión es tan buena para nosotros, ¿Por qué no votamos la
compasión? ¿Por qué no votamos a los funcionarios de nuestros gobiernos
basándonos en la compasión? Para que podamos tener un mundo más
comprensivo.
En el budismo, decimos: "Se requiere una espalda fuerte y un frente suave".
Se necesita de una gran fortaleza en la espalda para sostenernos en
medio de la adversidad. Y esa es la cualidad mental de la Ecuanimidad.
Pero también es necesario un frente suave; la capacidad para estar
abiertos al mundo tal y como es, de tener un corazón desguarnecido.
Y el arquetipo de esto en el budismo es Avalokiteshvara, Kuan-Yin.
Es
un arquetipo femenino: Ella que percibe el llanto y el sufrimiento en
el mundo.
Ella se resiste, con 10.000 brazos, y en cada mano, hay un instrumento
de liberación, y en la palma de cada mano, hay ojos, y estos son los
ojos de la sabiduría. Digo que, por miles de años, ha habido mujeres,
ejemplificando, conociendo íntimamente, el arquetipo de Avalokiteshvara,
de Kuan-Yin, ella que percibe el llanto y el sufrimiento en el mundo.
Las
mujeres han manifestado por miles de años la fortaleza que nace de la
compasión sin tapujos ni mediaciones percibiendo el sufrimiento tal como
es. Han infundido la bondad en las sociedades y es lo que realmente
hemos sentido a medida que una mujer tras otra se ha parado en este
escenario en este último día y medio.
Y han restaurado la compasión mediante la acción directa. Jody
Williams lo dijo: "Es bueno meditar". Lo siento, pero debes hacer un
poco más de eso Jody. Retrocede, dale un respiro a tu madre, bien.
Pero
del otro lado de la ecuación es que hay que salir de la cueva. Hay que
adentrarse en el mundo como lo hizo Asanga que buscaba desarrollar el
Buda Maitreya luego de 12 años de estar en una cueva... Dijo "Me voy de
aquí"... Y está yendo por el camino... Y vislumbra algo... Observa, es
un perro, cae en sus rodillas. Ve que el perro tiene una herida grande
en una pata... La herida está llena de gusanos... ¡Saca su lengua para
quitar los gusanos y no lastimarlos!... ¡En ése momento, el perro se
transforma en el Buda del Amor y la Bondad!...
Creo
que las mujeres y niñas actualmente deben unirse de una manera poderosa
con los hombres; con sus padres, con sus hijos, sus hermanos, con los
plomeros, los constructores de caminos, los enfermeros, los médicos, los
abogados, con nuestro presidente, y con todos los seres.
"...¡Las mujeres en ésta sala son flores de loto en un mar de fuego!...
!Renovemos esa capacidad para las mujeres en todas partes!..."
Re-Publicado por:ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
http://loqueheaprendidode.blogspot.com
http://romancesdivinossohin.blogspot.com
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