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Yo soy la Madre Divina Mu y vengo en el nombre del amor y de la verdad.
La
meditación es la elevación de nuestra vibración para entrar en el nivel
de conciencia del Yo Superior que habita en una dimensión más alta -
nuestro yo superior tiene información valiosa para nosotros.
AL
INICIO ES BUENO TRABAJAR CON LOS RAYOS, PARA EL AISLAMIENTO DE LOS
ESTÍMULOS SENSORIALES Y DE LA ACTIVIDAD MENTAL; INHALAR LUZ DE UN COLOR,
EXHALAR LUZ DE OTRO COLOR, METERSE EN ESFERAS DE COLORES. AL PONER
ATENCIÓN EN LA LUZ; LE ESTAMOS ORDENANDO A CADA CÉLULA DE NUESTRO CUERPO
IGUALAR A LA VIBRACIÓN DE LA LUZ Y REGULAMOS LA ENERGÍA DE LOS CHAKRAS
LOGRANDO EL ALINEAMIENTO.
DESPUÉS DE UN
ESTADO LIGERO DE RELAJACIÓN E INTERIORIZACIÓN PARA LA CONEXIÓN Y EL
ENTONAMIENTO CON EL YO SUPERIOR, HAY QUE SEPARAR LAS VOCES Y ENTRAR
DESDE EL CORAZÓN O DESDE EL TERCER OJO DE UNA MANERA ELEVADA O PROFUNDA;
AL PLANO SUTIL DONDE SE ENCUENTRA NUESTRO YO SUPERIOR. PODEMOS
OBSERVARLO SI DISIPAMOS LA NEBLINA DE LOS PENSAMIENTOS Y LAS EMOCIONES.
La
conexión con lo divino requiere lanzar un ancla con un llamado, y que
la cuerda sea robusta de amor - aprender a escuchar una voz lejana casi
inaudible, vaciar la mente centrándonse en el corazón – hay que estar en
estado de meditación, no haciendo dos cosas a la vez – poner la
atención hasta que el canal se abra totalmente.
Es
nuestra Divina Presencia la que determina el nivel de activación de
nuestro cuerpo de luz y la fusión con nuestro yo superior que puede
hacer mucho por nosotros. Nuestro ser divino nos está ayudando a
conseguir nuestras metas.
Aquellas
actividades que provienen del Yo superior, vienen cargadas generalmente
por una energía diferente que se manifiesta en emociones espirituales,
en visiones, en estados anímicos de armonía espiritual, en una necesidad
de meditación, en el sentimiento de que uno ama cada vez más, en un
deseo de perseverar en esos estados místicos a los que son empujados
cuando es el Yo superior el que está influenciando la mente.
Somos el Camino y el Caminante dentro de la Matriz Divina.
En
la Matriz Divina, somos el contenedor en donde existen todas las cosas,
el puente entre las creaciones de nuestros mundos interior y exterior, y
el espejo que nos muestra lo que hemos creado. En la Matriz Divina,
somos la semilla y el fruto; el milagro mismo. El hecho es que este
campo existe en todo, desde las partículas pequeñas del átomo hasta las
galaxias más distantes.
Somos mucho más
que observadores, somos una familia, la familia de la luz atravesando
por un difícil momento del tiempo y el espacio de este planeta en la
creación ya existente de su ascensión y de la nuestra.
Nuestra
abundancia espiritual y material, nuestros amores y logros, así como
nuestros miedos, la carencia de todas estas cosas, y los cambios
necesarios para nuestro mayor bien, que se están manifestando en nuestra
vida y para que esto ocurra, la conciencia debe expandirse a la altura y
a la anchura del universo. Es desde estos niveles más sutiles de la
realidad que se origina nuestro mundo físico. Lo visible y lo invisible
de nosotros como expresiones de una totalidad mayor.
El
universo trabaja como un holograma cósmico; nuestro mundo es,la
proyección de algo aun más real que está ocurriendo en un nivel más
profundo de la creación. El nivel más profundo es el original. En esta
visión de "como es arriba, es abajo" y "como es adentro, es afuera" los
patrones están contenidos en el interior; distintos solamente en escala y
vibración.
El ADN de cualquier parte de
nuestros cuerpos contiene nuestro código genético para el resto del
cuerpo, sin importar de dónde viene. Ya sea que tomemos una muestra de
nuestro cabello, una uña o nuestra sangre, el patrón genético que nos
hace ser lo que somos, está siempre ahí en el código, siempre es el
mismo.
La Matriz Divina trabaja como una
gran pantalla cósmica que nos permite ver cómo la energía no física de
nuestras emociones y creencias se proyectan en la físicalidad. Nuestra
habilidad de usar creativa e intencionalmente la Matriz Divina, de
repente nos empodera para alterar todo según como vemos nuestro papel en
el universo. Por lo menos, sugiere que hay mucho más en la vida que
sucesos casuales con los cuales lidiamos lo mejor que podemos.
A
fin de cuentas, nuestra relación con la esencia cuántica que nos
conecta con todo lo demás, nos recuerda que nosotros mismos somos
creadores. Como tal, podemos expresar nuestros deseos de sanación,
abundancia, alegría, paz, relaciones divinas y comunicación con lo
divino.
La clave es un lenguaje para
comunicar nuestros deseos que sea reconocible para esta red de
energía; el lenguaje de las emociones en el campo unificado de
"conciencia pura" que impregna y penetra toda la creación.
Llamado
el Tao por el Zen, la matriz divina es todo lo que es; el contenedor de
todas las experiencias, así como la experiencia misma. El Tao es
descrito como perfecto: "como el vasto espacio en donde no hace falta
nada y no hay nada en exceso. Cuando perturbamos la tranquilidad del Tao
a través de nuestros juicios; la armonía y el equilibrio nos evaden.
Los amo muchísimo.
Madre Divina vía Susannah
Para
lograr la armonía en la comunicación con los seres divinos, cuando
surja duda, por ejemplo si hacemos una pregunta y escuchamos una
respuesta, pero dentro de la meditación vemos algo diferente,
simplemente pensar: No son dos cosas distintas. Nada está separado, nada
está excluido. Todo está en el corazón de Dios y Dios está en nuestro
corazón, así que puede enviarnos una señal.
Por la ley del Uno; todo está unificado y podemos sentir el todo dentro de nosotros mismos. Para
reconocer un pensamiento en cuanto a su origen; o bien viene a servir a
la personalidad, o bien viene a servir a la evolución del alma o a
Dios y al propósito divino - habiendo elegido servir a la Luz solamente
podemos notar y apoyar los pensamientos del Alma que están bajo el
impulso del Espíritu. Conéctense con el Elemento Fuego, que corresponde
al Espíritu. La naturaleza de Dios Padre es el fuego, la naturaleza de
Dios Madre es el agua.
Todos tenemos
nuestra percepción individual, donde influye nuestra propia conciencia y
sus limitaciones. Dios con su percepción divina ve todo el
panorama. Cuanto más permitimos a la percepción divina estar en
nuestras vidas, más la divinidad crece en nosotros, y nos ayuda a ver
claramente la verdad, entonces tenemos que que esforzarnos menos.
Editado por Tony de Pablo ©
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