Quién Eres
Canalización de Kryon por Lee Carroll
Sedona, Arizona - 4 de Junio de 2015
Canalización de Kryon por Lee Carroll
Sedona, Arizona - 4 de Junio de 2015
Traducción: M. Cristina Cáffaro
Saludos,
queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
(pausa de 10 segundos) Siempre hay una
pausa. Difícil de explicar; es diferente para cada ser humano individual.
Reaccionan de forma distinta ante el Espíritu. Cuando entran en meditación,
cada uno lo hace a su manera. Tal vez están los que les dicen cómo deben
hacerlo; ustedes los escuchan y luego lo hacen a su modo. La relación que
tienen con el Innato, el Yo Superior, la pineal y el Espíritu es suya, única.
Ese carácter único de quienes están frente a mí atrae nuestro amor por ustedes.
Para ustedes es muy fácil mirar un océano de rostros, ya sea que estén sentados
o parados, no importa. Cuando se reúnen en grupo hay una tendencia a lo mismo:
todos los humanos están aquí juntos, por la misma razón, al mismo tiempo, en la
misma postura, sentados en las filas de sillas. ¡Oh, no es así como nosotros
los vemos!
Quiero
extenderme sobre el tema de por qué los amamos tanto. ¿Por qué el Espíritu ama
de esta manera en que lo hacemos? Sí, ya sé que ustedes son familia, pero ¿qué
más hay? La artista Debbie acaba de presentarles algunos pensamientos, y si
ustedes pudieron captar algo que era un tema dentro de lo que ella enseñó, y
darse cuenta y verlo, es que la energía que ustedes tienen y en la que
nacieron, todo lo que los ha rodeado, provino de un cociente entre luz y
oscuridad en el que ustedes estaban en minoría. Podrían decir, "Bueno,
esas cosas pasan." Ciertamente.
¿Qué tal si
les digo que el nuevo humano y la nueva humanidad van a tener una reducción en
este tipo de cosas? ¿Me creerían? Si es verdad que su consciencia se está
volviendo más sabia y están empezando a crear una realidad que ustedes diseñan.
Eso significa que ustedes y sus hijos y los que los seguirán ya no tendrán que
arrastrarse dentro de la vieja energía como lo han hecho, ustedes y sus hijos.
¿Se
preguntan por qué los amamos?
En los
primeros tiempos de los Estados Unidos no era fácil viajar hacia el Oeste. Las
carretas cubiertas, tiradas por mulas y caballos, llevaban suministros; no
personas. La mayoría de ustedes no sabían eso. Las familias caminaban al lado
de las carretas, día tras día, y no había caminos. Los hombres abrían paso a
través de los bosques con sus hachas para hacer lugar para el paso de los
caballos tirando de las carretas, y a veces tenían que ayudar ellos mismos a
tirar para atravesar los montes para llegar al oeste; las mujeres daban luz a
sus hijos donde podían. Y algunos no sobrevivían. De hecho, la mitad no
sobrevivía. A veces les llevaba más de un año en las sendas, comiendo lo que
podían, racionando sus reservas como podían, cocinando con el sol, caminando
junto a las carretas día, tras día, tras día, viendo morir a sus hijos. Qué
historia, ¿eh? Puedes mirar hacia atrás en la historia, ¿verdad?
Bien, quiero
presentar cuánticamente a alguien que está en el auditorio. Querido, eras tú.
El de la historia fuiste tú. ¿Y te preguntas por qué te amamos? ¿Tienes alguna
idea de lo que hay en tu akasha? Realmente, ¡realmente! ¿Puedes imaginar algo
así? Y no hace tanto tiempo de aquello. Ni siquiera es viejo. Esas son las
penurias del corazón; lo físico ya era bastante malo, ¡pero decirle hola a un
bebé en un momento y decirle adiós al momento siguiente! Era algo que perduraba
toda la vida; y lo hiciste una y otra vez. Era parte del viaje. Y aquí estás;
sabes quién eres. ¿Y te preguntas por qué te amamos?
El capitán
estaba muy orgulloso de su espléndido barco. Se ganaba la vida pescando. Era
griego. Tenía olfato para los peces, y estaba orgulloso de eso porque esto era
su herencia; su padre había hecho esto y su abuelo también, ahora lo hacía él.
Era bueno en eso. A veces se quedaba en alta mar por largo tiempo para poder
obtener la captura necesaria, llenando las bodegas del barco con peces, y
volvía a la aldea sabiendo que la alimentaría tal vez durante semanas.
Hasta aquel
día fatídico en que una tormenta se le echó encima sin que él pudiera ver las
señales, y estaba muy lejos en el mar. Por muy rápido que pudiera avanzar con
su barco, no lograba escapar de la tormenta que acechaba. El barco cabeceaba y
giraba, y él hacía lo que podía, como navegante experto, volviéndose hacia el
viento, buscando el viento que cambiaba. Venía desde atrás. ¡Cuidado al
estribor, aquí viene una ola, giren hacia la ola, ignoren al viento! Giraba
hacia una y allí venía otra, y otra, y cada vez más grandes, hasta que se dio
cuenta de que no había más que hacer: ¡no podría escapar! Gradualmente las olas
golpeaban más fuerte, entraba el agua, no había forma de evacuarla, el barco
comenzó a hundirse. Estrellándose contra las olas, sumergiéndose en un momento,
y luego sumergiéndose un poco más cada vez hasta que vio las cosas flotando y su
tripulación ahogándose frente a él, que estaba en el puente, y finalmente le
tocó el turno. Siempre se había preguntado, como marino que era, cómo sería
ahogarse: en esos momentos lo descubrió. Sus últimos pensamientos fueron sobre
su esposa y su familia, y se hundió. ¡Y él está aquí! Está aquí, ¡y no le gusta
el mar! (se ríe) No sabía por qué
no le gusta. ¿Y te preguntas por qué te amamos como te amamos?
Aquí hay
historias. Almas antiguas, ¿cuántas de ustedes sintieron la hoja de la espada
en la batalla? No era tanto el dolor de la hoja de la espada como el dolor del
corazón al saber que todo había terminado! Solían ser hombres jóvenes, muy
jóvenes. Pensar en su madre, en sus camaradas, en la vida tan corta que habían
vivido; solo tuvieron unos momentos para mirar al cielo, esperando morir. El
olor del humo. La batalla continúa sin ti. Y te vas. Esto ha pasado con casi
todos ustedes; quiero decirles que han pasado eones batallando unos contra
otros. Son buenos en eso: ¡mueren muy bien! Sí, pero ¿qué pasa con los del otro
lado? (se ríe) ¿Cuántos de
ustedes fueron los que clavaban la espada? Miren lo que han hecho. La
experiencia de la energía más vieja que el planeta ha tenido: y ustedes
estuvieron allí. Hay muy poco que este grupo no haya experimentado. La tristeza,
la alegría, la celebración, toda emoción conocida para la humanidad, en su
forma más elevada y en la más baja, la sintieron las almas antiguas de este
grupo.
Y les digo
esto solo por una razón; quiero que se vean más grandes de lo que piensan:
únicos. ¿Cómo creen que sería, cuándo tiempo llevaría hacer una película sobre
ustedes y todas sus vidas? Una por una. Y todos viéndolas, una por una. ¿Cuánto
tiempo creen que llevaría?
Déjenme
contarles la experiencia cuántica que tenemos con ustedes: nosotros vemos las
películas todas juntas de una vez; sabemos quiénes son; vemos su experiencia y
lo que han atravesado, y mientras se sientan aquí con este cuerpo como seres
humanos modernos, nosotros sabemos más. ¿Y se preguntan por qué los amamos?
La vieja
energía de este planeta, que creaba esta clase de cosas masivamente, como las
batallas, se terminó. Si les decimos que ha cambiado el cociente entre la luz y
la oscuridad, la relación luz/oscuridad, ¿qué dirían? Los intelectuales dirían:
"Bueno, qué bien. ¡Muéstramelo con un medidor! Dame los números." Y
yo les diría: Muéstrenme el amor con un medidor; ¡denme los números! ¡No
pueden! Porque está mucho más allá de la lógica de la humanidad ver algo tan
profundo, que ha llevado tanto tiempo, mientras la Tierra se movía lentamente,
y los vientos del cambio están soplando en la llanura, ¡la misma llanura en la
que tal vez hayas muerto!
Están aquí
representando una nueva raza de luz. Sus hijos no pasarán las penurias que
ustedes tuvieron. No sabrán nada sobre ellas. Les digo que la paz en la Tierra
no es la meta: ya está dada. Cuando la humanidad empieza a madurar, ustedes
dejan de matarse entre sí. Y cuando lo hacen, el planeta empieza a avanzar: hay
más cooperación, aumenta la sabiduría, la luz se fortalece.
Alma
antigua, ya te he dicho esto: las vidas son demasiado cortas. Cuando regreses
al planeta - y lo harás - habrá aumentado la expectativa de vida; despertarás
como un niño con más sabiduría innata que la que jamás tuvo un niño al
despertar en la Tierra. Parte de una nueva generación que desconcertará a sus
padres como ya lo han hecho los índigos. Caminarán más precozmente, sabrán leer
intuitivamente, sabrán que estuvieron aquí antes, será más que un deja vu.
Comprenderán un poco más la luz que llevan, mantendrán su cabeza erguida y la
autoestima no será un problema. La tendrán. Algunos pensarán que ustedes son
arrogantes, porque saben demasiado; van a tener que acostumbrarse a que ustedes
sí que saben. Representan un nuevo tipo de humano en este grupo y, la próxima
vez que vengan, el planeta comenzará a poblarse no con almas antiguas, sino con
las nuevas almas antiguas.
Ha salido el
sol; se empieza a construir la metáfora de la ciudad en la colina: la ciudad en
la colina representa un planeta pacífico en que empiezan a darse cuenta de
quiénes son. Las historias del tipo que les he dado en este mensaje, las leerán
en los libros; no las experimentarán una y otra vez. Esa es la verdad.
¿Puedes ver
esto en su perspectiva más amplia? Tal vez, sentados en las sillas, todos
juntos, en fila, son tan únicos; familia.
Ah, si yo
pudiera contarles las historias. Son hermosas. Me despido con esto: con todo lo
que han atravesado, la pena y el sufrimiento; volverse chamán y luego tener que
vivir en las afueras de la aldea porque nadie te quiere por ser extraño, no
tener una pareja por la misma razón, tal vez que te maten porque el clima
cambió y te echan la culpa, todas esas cosas. Aquí va la pregunta: cuando
regresas a mi lado del velo y lo ves todo ¿por qué vuelves aquí? (se ríe) ¿¡Por qué!?
Ahora bien:
es la misma razón por la que vienes otra vez: eso es lo que haces. Ustedes son
los pioneros de esta era y de la luz de esta era. Cuando se dan vuelta, cuando
los veo con esa hermosa alma de luz, en el momento que ustedes llaman muerte y
yo llamo renacer, en ese momento me miran y dicen: "¿Cuándo vuelvo?
¿Cuándo puedo volver? ¿Cuándo puedo volver?" Y yo digo: Si quieres, puedes
descansar por un tiempo. Y se quedan allí mirándome. Se los digo como es: esto
es la fructificación de miles de vidas de arrastrarse en la cosa vieja;
¡ustedes no se lo quieren perder! Y se quedan allí, y me miran hasta que el
viento del nacimiento los empuja de vuelta a este planeta, en el momento
apropiado que planearon con la familia y con quienes los van a acompañar. Sin
karma; con sabiduría. ¡Han esperado esto por mucho tiempo!
¿Y se
preguntan por qué los amamos? ¡No se lo pregunten!
Y así es.
Kryon
© Lee Carroll
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