de Vuestro Ser.
La humanidad ha alcanzado ese punto en su conciencia evolutiva de las fórmulas genéticas de la vida en el que la raza es capaz ya de alterar las matemáticas supremas del Creador para reconstruir los patrones primordiales de la sustancia biológica. Estáis volviendo a aprender (o más precisamente, estáis recordando) el conocimiento de los últimos atlantes, transmitido a incontables sociedades y con el que podéis diseñar y reestructurar seres de todas las proporciones -desde la pequeñez de las unidades moleculares hasta la complejidad biológica de vuestra propia especie o la de semillas extraterrestres pasando por nuevas formas híbridas y nuevas mutaciones.
La civilización maya, la egipcia y muchas otras civilizaciones que se salen del periodo considerado por vuestra historia escrita, e incluso de la no escrita, han tenido acceso a esta información, igual que vosotros lo estáis teniendo ahora. En esencia, estáis experimentando y trayendo al frente del conocimiento humano esa sabiduría divina con la que la Creación formula y construye a partir de la cosmometría de su propio diseño.
La mayoría de las civilizaciones finalmente alcanzan esta etapa en su evolución, pues, como dioses por derecho propio, todos los miembros inteligentes de estas sociedades que atraviesan los rincones más remotos del universo material están obligados a redescubrir los secretos de su existencia individual, así como el funcionamiento del conjunto mayor -el Cosmos del Alma.
Desafortunadamente, la magnificencia de tal potencial en manos de la raza humana está disminuyendo debido a la arrogante negación del Espíritu por parte del hombre materialista y abortando a través de su irreverente aplicación de la tecnología genética -algunos de cuyos inventos se os hace creer que sirven para la supervivencia y el avance de vuestra raza... y muchos de los cuales se están utilizando en secreto por los diseñadores de tecnologías encubiertas, armas biológicas y robótica humanoide que pronto veréis aparecer entre vosotros.
Allí donde hay un equilibrio, una reverencia ante la perfección del Plan Divino evita que la fuerza destructiva lleve los descubrimientos más importantes a su vibración oscura -donde la manipulación grotesca de los códigos genéticos incrustados en el ADN perturba la armonía de lo viviente y disminuye las vibraciones celestiales de la mente universal. Donde no lo hay (como sucede en vuestro propio esquema evolutivo como residentes principales de la Tierra), una incalculable perturbación de los armónicos planetarios hace que suene la disonancia a través de todos los niveles y todos los ámbitos resonantes.
Esto es lo que estáis contemplando ahora, a medida que vuestro viaje a través de los Días del Desierto os lleva a los límites de la cordura, y donde la descarada destrucción del espléndido Jardín del Edén imprime vuestra huella en el alma inmortal de Gaia.
Podéis imaginar lo delicada que es la línea entre 'ser' dioses, co-creadores del Universo, y 'jugar' a ser Dios con los principios de la Creación. De hecho, esa sutil distinción es uno de los hilos filosóficos más profundos sobre el que puede basarse a su debido tiempo un gran debate y muchas consideraciones teosóficas, y con el cual podéis tejer nuevos Vestidos empíricos' para vuestras sociedades contemporáneas.
Nuestros ancianos y su equipo de técnicos genéticos aprendieron lo sutil que es esa línea de distinción y las consecuencias de haberla cruzado, a partir del karma que crearon para Sirio y otros mundos extraterrestres, pues los resultados del Gran Experimento que se desarrolló en la Tierra tejió nuestras vibraciones más bajas en los diseños kármicos y los patrones anímicos de raza humana en tanto que semilla estelar.
Mientras que los de dimensiones superiores (la Alianza formada por Ángeles Guerreros, la Red Andrómeda, los Maestros Ascendidos, los Seres de Luz de la séptima, octava y novena dimensiones, los Ancianos de Sirio y los Emisarios Pleyadianos de la Luz) armonizaban las frecuencias de la luz con las aguas cristalinas de vuestra matriz ADN, los otros, como los Engan, estaban dedicados fundamentalmente a los aspectos bioquímicos de vuestra simiente -los drivers genéticos de su raza-, pues su principal preocupación era la supervivencia de su especie.
No obstante, su huella genética sería modificada en el Nuevo Mundo, su especie viviría en las generaciones de las simientes estelares.
Fue su necesidad de evitar la extinción, una perspectiva verdaderamente tridimensional, lo que constituía su intención desde el comienzo y ciertamente era un elemento necesario de la siembra. Desafortunadamente, esa conciencia basada en el miedo (el aspecto polar de la positiva conciencia de supervivencia que necesitabais para florecer en las selvas de la Tierra) se imprimió también en vosotros desde el comienzo.
Cuando se colocó la rejilla alrededor de vosotros, desactivando diez hebras de los códigos de luz del ADN, las debilidades fundamentales de las cuatro razas maestras se convirtieron en aspectos mucho más importantes de la experiencia humana. A partir de ese momento, quedasteis enzarzados en una lucha entre las vibraciones inferiores y las superiores de vuestra 'memoria' genética, y luego fuisteis desactivados por las bajas frecuencias de los campos magnéticos de los annunaki.
Atónitos, os visteis atrapados, inmediatamente después de vuestra incubación, en sus poderosas redes -y en ellas habéis permanecido hasta ahora, cuando (a pesar de sus desesperados intentos de volver a tejerla) la red está desintegrándose en el brillo que irradia de la esencia anímica ascendente de Ra.
El error de nuestros Antepasados de Sirio, igualmente importante, quedó velado en los sutiles pliegues que forman la fábrica de la irresuelta conciencia egoica, en la que uno olvida -aunque sea efímeramente- que todo sentimiento de omnisciencia distorsiona la claridad de la intención original y ata al que lo pretende a su manifestación transformada, creando complejos lazos kármicos que con frecuencia resultan inflexibles y es difícil liberarse de ellos.
En su celo por traer el brillo a la forma y enviar grandes oleadas de luz y amor a través de vuestro universo tridimensional, nuestros Antepasados subestimaron el impacto final que el más sincero intento ejerce sobre la manifestación de acontecimientos en el no-tiempo y cómo determina no sólo la cristalización de la materia en la realidad física, sino su evolución en el cuerpo de la Divinidad.
Al haber heredado el legado de esas lecciones difíciles de asimilar, hemos insistido constantemente en la necesidad de estar en el centro y de tener la vista puesta siempre en la más elevada de las intenciones -que el Todo sea servido en cada aspecto de vuestra existencia... y en vuestra dedicación al servicio en tanto que guerreros de la luz, sanadores y guías. Esto es muy importante, no sólo para vuestra experiencia individual, o para la curación de Gaia, sino también para los patrones anímicos de toda la raza... y hacia el exterior porque reverbera eternamente y sin límites a través de las dimensiones y a través del no-tiempo.
Ninguna ley universal os niega el derecho de crecer, alcanzando esa experiencia divina consistente en alterar la materia. De hecho, eso forma parte de vuestro ascenso espiritual, igual que sucede con vuestro deseo de conocer al Perfecto Creador y comprender el significado de todo lo que existe a vuestro alrededor. Sabed, no obstante, que la realización de esa búsqueda nunca tendrá lugar con éxito en los tubos y platos de Petri, los laboratorios ni los quirófanos, en los que se invade la soberanía -sin tener en cuenta en absoluto la esencia anímica- y en los que la esterilidad de la mente del experimentador equivale a un resultado 'objetivo'.
Antes bien, tal como hemos compartido con vosotros a través de estas obras, el proceso de alterar la materia (disfrazado en las enseñanzas secretas de los antiguos como la 'transmutación del plomo en oro') es esa exquisita transformación por la cual el pensamiento centrado en el corazón alcanza resonancia con la vibración consciente de la materia y así (a través de la intención concentrada en que el bien más elevado sea servido) la sustancia, elevada a su estado exaltado de ser o se transmuta en nuevas formas ¡o desaparece por completo!
La expresión final de vuestra naturaleza divina tiene lugar cada vez que eleváis la vibración de vuestros propios pensamientos, los de la colectividad y la de la materia de todas las densidades y todas las estructuras. O cuando simplemente llegáis a la perfección que se manifiesta en toda la belleza que os rodea: sintonizando con la fragancia de la rosa; viajando con el trino del pájaro que canta; atravesando el puente arcoíris.
En esos momentos de conciencia exquisita, no sólo estáis 'jugando a' ser como dioses. Sois dioses, dioses del reino terrestre, dioses del Universo, insuflando vuestras almas en la matriz, del mismo modo que nosotros lo hemos hecho en las vuestras... igual que el Ser supremo insufla trayendo al ser el Todo-Lo-Que-Es.
El desenfrenado fervor de vuestros científicos y técnicos genetistas por diseccionar y luego reconstruir el genoma de todo ser vivo refleja la dualidad que prevalece en vuestro mundo altamente polarizado. Por una parte, vuestro reconocimiento de los fundamentos matemáticos de la química y la biología, el lenguaje del Perfecto Creador, es la Sabiduría secreta llegando a la luz en vosotros -Hombre Noble elevándose hasta sus dones innatos y su inteligencia. Por otra parte, el deseo de utilizar el conocimiento para forzar la realidad de manera que vuestra raza interfiera con el proceso natural, manipulando la vida y distorsionándola para cualquier propósito distinto del bien más elevado del Todo, es un reflejo de la ignorancia de la humanidad... brillante y oscura, como ónice negro pulido.
Por eso es tan absolutamente necesario que vosotros, los que estáis despertando, seáis agudamente conscientes de la arquitectura de la vida, el ADN y las mutaciones que están ocurriendo de manera natural y que comienzan a manifestarse entre los seres vivos de todos los sistemas planetarios en el abrazo de Ra (pues, desde luego, la vida prolifera en otros planetas de vuestro sistema solar), igual que sois lo bastante listos para investigar y tener en cuenta las implicaciones de la obra que está teniendo lugar en los laboratorios del plan oscuro.
Afortunadamente, existe una comunidad científica paralela que está tan dedicada a la comprensión de cómo el espíritu impregna y crea cada aspecto de la realidad y está uniendo el espíritu y la ciencia de un modo que tanto los pensadores intuitivos como los que se basan en la lógica pueden aceptar la sabiduría que emerge de sus descubrimientos. A medida que estos científicos libres -los físicos cuánticos- presentan los nuevos paradigmas de vuestra realidad 3D y del universo multidimensional, un número cada vez mayor de vosotros sois capaces de reconocer conceptualmente la verdadera naturaleza de toda la realidad.
Estáis comenzando a daros cuenta de con qué esplendor y qué compleja cosmometría la inteligencia de la Creación -manifestando la intención de vuestra alma y el continuum genético de vuestras familias, especies y raza (y ancestros semillas estelares)- crea meticulosamente vuestras formas físicas. Está codificada en la fibra misma de vuestros seres: el ADN humano.
Desde la esencia etérica hasta los aspectos más densos de vuestros cuerpos terrestres (si pueden definirse verdaderamente como densos), todo está programado con la más asombrosa precisión, con un ritmo numérico magníficamente orquestado y una proporción cosmométrica.
Hay, también, científicos genetistas controlados que están financiados y dirigidos por el Poder para servir, sin saberlo, al plan de los annunaki para el dominio absoluto sobre la raza humana. Algunos, habiéndoseles asignado la amedrentadora tarea de catalogar y preservar el ADN de toda forma terrestre viviente, creen que están trabajando para el bien de la humanidad y la protección de otras especies, ignorando que la entregada obra de su vida sólo recibe subsidios y financiación gubernamental para asegurar que la semilla de toda biología terrestre sea transportada a otro planeta anfitrión y a la estación de la luna -la zona propiedad de la Élite del Poder.
Otros, con una creencia aún más oscura, son voluntarios coleccionistas de especímenes para los annunaki y sus colaboradores extraterrestres, que siempre están intentando gestar una fuerza esclava perfeccionada para otros mundos, en otros marcos espacio-temporales. Algunos de estos científicos gubernamentales sirven como asistentes de laboratorio a los Zeta Reticulanos, en esa fase de su invasión de la soberanía humana que implica la colección de esperma y de óvulos humanos de 'abducidos' forzados y aterrorizados -un programa que se propone salvar a su propia raza involutiva de la extinción.
Otros incluso, centrados en las incalculables recompensas económicas, trabajan 'capitalizando' los increíbles almacenes de sabiduría contenida en los diseños de la Creación intentando crear y perfeccionar ordenadores de ADN biomoleculares que son tan minúsculos que pueden caber, de una sola vez, un trillón de ellos en un tubo de ensayo de laboratorio.
La capacidad de rendimiento potencial de un ordenador de ADN microscópico (pasada ya la etapa preliminar de su desarrollo biotecnológico) es la realización de alrededor de sesenta mil millones de operaciones controladas por segundo. Esto, la robotización, accionada a través de una orden de vuestra inteligencia innata desde el nivel molecular de vuestra experiencia humana, es la vanguardia de su tecnología encubierta.
Un centímetro cúbico de vuestro sofisticado ADN, en su expresión limitada -la doble hélice- puede almacenar más datos que todo lo que puede registrarse y almacenarse en unos novecientos mil millones de discos compactos de vuestra actual tecnología de manejo de datos. Como podéis imaginar, esto constituye una información altamente estimulante para los diseñadores de tecnología que están intentando informatizar a los seres humanos.
Cada célula viva, contenedora de las moléculas que manejan los datos del ADN, se está estudiando por sus asombrosas capacidades para administrar y codificar increíbles cantidades de información. La molécula de doble hélice, fundamento de vuestro ADN tal como existe, registra datos basándose en cuatro plataformas químicas fundamentales -identificadas comúnmente por vuestros científicos con las letras A, T, C y G. Esto ofrece una capacidad monumental de memoria y una fórmula que puede desarrollarse en un lenguaje' biotecnológico de lo más sofisticado -algo parecido a esto es lo que los técnicos informatizadores de genes han comenzado, muy recientemente, a utilizar.
Su visión de células vivas sirviendo como complejos ordenadores biotecnológicos que pueden programarse y se puede ordenar que funcionen como redes de distribución de información, constituye la etapa inicial de un enfoque del hemisferio izquierdo al que nosotros estamos intentando ayudaros a que tengáis acceso desde una experiencia del hemisferio derecho... la capacidad de la conciencia humana y de la mente concentrada para influir en cualquier unidad molecular del cuerpo, alterando la estructura del cuerpo, la mente y el espíritu.
¿Podéis imaginar lo que serían capaces de informatizar doce hebras de ADN interactivas (cuatro tetraedros de luz funcionando conjuntamente de manera perfecta)? ¿Imagináis lo que la 'basura' de la que os dijeron que no tenía función ni propósito será capaz de deciros, de crear, de recordar?
Imaginad vuestra inmensa capacidad, Homo sapiens.
E imaginad, simplemente imaginad, con qué majestad y luz nacisteis al ámbito terrestre.
Es nuestra intención desarrollar en profundidad los patrones de vuestra conciencia celular evolutiva y del ADN codificado en la luz que está en funcionamiento o yace durmiente, esperando reconexión, para que podáis comprender de manera sucinta lo que ocurrirá a medida que volváis a unir estos filamentos de luz: primero creando triangulación, después la estrellatetraedro, la Supraluminiscencia y finalmente el Vórtice de Luz cosmométricamente perfecto en cada célula de vuestros despiertos cuerpos de luz.
Extracto del Capítulo 15.
Las Revelaciones Sirianas
No dejéis de leer sus dos primeros libros: El Cosmos del Alma: una llamada al despertar de la Humanidad (Arkano Books) y Vuelve la Atlántida: las luchas de la oscuridad y la luz (Editorial Sirio).
La humanidad ha alcanzado ese punto en su conciencia evolutiva de las fórmulas genéticas de la vida en el que la raza es capaz ya de alterar las matemáticas supremas del Creador para reconstruir los patrones primordiales de la sustancia biológica. Estáis volviendo a aprender (o más precisamente, estáis recordando) el conocimiento de los últimos atlantes, transmitido a incontables sociedades y con el que podéis diseñar y reestructurar seres de todas las proporciones -desde la pequeñez de las unidades moleculares hasta la complejidad biológica de vuestra propia especie o la de semillas extraterrestres pasando por nuevas formas híbridas y nuevas mutaciones.
La civilización maya, la egipcia y muchas otras civilizaciones que se salen del periodo considerado por vuestra historia escrita, e incluso de la no escrita, han tenido acceso a esta información, igual que vosotros lo estáis teniendo ahora. En esencia, estáis experimentando y trayendo al frente del conocimiento humano esa sabiduría divina con la que la Creación formula y construye a partir de la cosmometría de su propio diseño.
La mayoría de las civilizaciones finalmente alcanzan esta etapa en su evolución, pues, como dioses por derecho propio, todos los miembros inteligentes de estas sociedades que atraviesan los rincones más remotos del universo material están obligados a redescubrir los secretos de su existencia individual, así como el funcionamiento del conjunto mayor -el Cosmos del Alma.
Desafortunadamente, la magnificencia de tal potencial en manos de la raza humana está disminuyendo debido a la arrogante negación del Espíritu por parte del hombre materialista y abortando a través de su irreverente aplicación de la tecnología genética -algunos de cuyos inventos se os hace creer que sirven para la supervivencia y el avance de vuestra raza... y muchos de los cuales se están utilizando en secreto por los diseñadores de tecnologías encubiertas, armas biológicas y robótica humanoide que pronto veréis aparecer entre vosotros.
Allí donde hay un equilibrio, una reverencia ante la perfección del Plan Divino evita que la fuerza destructiva lleve los descubrimientos más importantes a su vibración oscura -donde la manipulación grotesca de los códigos genéticos incrustados en el ADN perturba la armonía de lo viviente y disminuye las vibraciones celestiales de la mente universal. Donde no lo hay (como sucede en vuestro propio esquema evolutivo como residentes principales de la Tierra), una incalculable perturbación de los armónicos planetarios hace que suene la disonancia a través de todos los niveles y todos los ámbitos resonantes.
Esto es lo que estáis contemplando ahora, a medida que vuestro viaje a través de los Días del Desierto os lleva a los límites de la cordura, y donde la descarada destrucción del espléndido Jardín del Edén imprime vuestra huella en el alma inmortal de Gaia.
Podéis imaginar lo delicada que es la línea entre 'ser' dioses, co-creadores del Universo, y 'jugar' a ser Dios con los principios de la Creación. De hecho, esa sutil distinción es uno de los hilos filosóficos más profundos sobre el que puede basarse a su debido tiempo un gran debate y muchas consideraciones teosóficas, y con el cual podéis tejer nuevos Vestidos empíricos' para vuestras sociedades contemporáneas.
Nuestros ancianos y su equipo de técnicos genéticos aprendieron lo sutil que es esa línea de distinción y las consecuencias de haberla cruzado, a partir del karma que crearon para Sirio y otros mundos extraterrestres, pues los resultados del Gran Experimento que se desarrolló en la Tierra tejió nuestras vibraciones más bajas en los diseños kármicos y los patrones anímicos de raza humana en tanto que semilla estelar.
Mientras que los de dimensiones superiores (la Alianza formada por Ángeles Guerreros, la Red Andrómeda, los Maestros Ascendidos, los Seres de Luz de la séptima, octava y novena dimensiones, los Ancianos de Sirio y los Emisarios Pleyadianos de la Luz) armonizaban las frecuencias de la luz con las aguas cristalinas de vuestra matriz ADN, los otros, como los Engan, estaban dedicados fundamentalmente a los aspectos bioquímicos de vuestra simiente -los drivers genéticos de su raza-, pues su principal preocupación era la supervivencia de su especie.
No obstante, su huella genética sería modificada en el Nuevo Mundo, su especie viviría en las generaciones de las simientes estelares.
Fue su necesidad de evitar la extinción, una perspectiva verdaderamente tridimensional, lo que constituía su intención desde el comienzo y ciertamente era un elemento necesario de la siembra. Desafortunadamente, esa conciencia basada en el miedo (el aspecto polar de la positiva conciencia de supervivencia que necesitabais para florecer en las selvas de la Tierra) se imprimió también en vosotros desde el comienzo.
Cuando se colocó la rejilla alrededor de vosotros, desactivando diez hebras de los códigos de luz del ADN, las debilidades fundamentales de las cuatro razas maestras se convirtieron en aspectos mucho más importantes de la experiencia humana. A partir de ese momento, quedasteis enzarzados en una lucha entre las vibraciones inferiores y las superiores de vuestra 'memoria' genética, y luego fuisteis desactivados por las bajas frecuencias de los campos magnéticos de los annunaki.
Atónitos, os visteis atrapados, inmediatamente después de vuestra incubación, en sus poderosas redes -y en ellas habéis permanecido hasta ahora, cuando (a pesar de sus desesperados intentos de volver a tejerla) la red está desintegrándose en el brillo que irradia de la esencia anímica ascendente de Ra.
El error de nuestros Antepasados de Sirio, igualmente importante, quedó velado en los sutiles pliegues que forman la fábrica de la irresuelta conciencia egoica, en la que uno olvida -aunque sea efímeramente- que todo sentimiento de omnisciencia distorsiona la claridad de la intención original y ata al que lo pretende a su manifestación transformada, creando complejos lazos kármicos que con frecuencia resultan inflexibles y es difícil liberarse de ellos.
En su celo por traer el brillo a la forma y enviar grandes oleadas de luz y amor a través de vuestro universo tridimensional, nuestros Antepasados subestimaron el impacto final que el más sincero intento ejerce sobre la manifestación de acontecimientos en el no-tiempo y cómo determina no sólo la cristalización de la materia en la realidad física, sino su evolución en el cuerpo de la Divinidad.
Al haber heredado el legado de esas lecciones difíciles de asimilar, hemos insistido constantemente en la necesidad de estar en el centro y de tener la vista puesta siempre en la más elevada de las intenciones -que el Todo sea servido en cada aspecto de vuestra existencia... y en vuestra dedicación al servicio en tanto que guerreros de la luz, sanadores y guías. Esto es muy importante, no sólo para vuestra experiencia individual, o para la curación de Gaia, sino también para los patrones anímicos de toda la raza... y hacia el exterior porque reverbera eternamente y sin límites a través de las dimensiones y a través del no-tiempo.
Ninguna ley universal os niega el derecho de crecer, alcanzando esa experiencia divina consistente en alterar la materia. De hecho, eso forma parte de vuestro ascenso espiritual, igual que sucede con vuestro deseo de conocer al Perfecto Creador y comprender el significado de todo lo que existe a vuestro alrededor. Sabed, no obstante, que la realización de esa búsqueda nunca tendrá lugar con éxito en los tubos y platos de Petri, los laboratorios ni los quirófanos, en los que se invade la soberanía -sin tener en cuenta en absoluto la esencia anímica- y en los que la esterilidad de la mente del experimentador equivale a un resultado 'objetivo'.
Antes bien, tal como hemos compartido con vosotros a través de estas obras, el proceso de alterar la materia (disfrazado en las enseñanzas secretas de los antiguos como la 'transmutación del plomo en oro') es esa exquisita transformación por la cual el pensamiento centrado en el corazón alcanza resonancia con la vibración consciente de la materia y así (a través de la intención concentrada en que el bien más elevado sea servido) la sustancia, elevada a su estado exaltado de ser o se transmuta en nuevas formas ¡o desaparece por completo!
La expresión final de vuestra naturaleza divina tiene lugar cada vez que eleváis la vibración de vuestros propios pensamientos, los de la colectividad y la de la materia de todas las densidades y todas las estructuras. O cuando simplemente llegáis a la perfección que se manifiesta en toda la belleza que os rodea: sintonizando con la fragancia de la rosa; viajando con el trino del pájaro que canta; atravesando el puente arcoíris.
En esos momentos de conciencia exquisita, no sólo estáis 'jugando a' ser como dioses. Sois dioses, dioses del reino terrestre, dioses del Universo, insuflando vuestras almas en la matriz, del mismo modo que nosotros lo hemos hecho en las vuestras... igual que el Ser supremo insufla trayendo al ser el Todo-Lo-Que-Es.
El desenfrenado fervor de vuestros científicos y técnicos genetistas por diseccionar y luego reconstruir el genoma de todo ser vivo refleja la dualidad que prevalece en vuestro mundo altamente polarizado. Por una parte, vuestro reconocimiento de los fundamentos matemáticos de la química y la biología, el lenguaje del Perfecto Creador, es la Sabiduría secreta llegando a la luz en vosotros -Hombre Noble elevándose hasta sus dones innatos y su inteligencia. Por otra parte, el deseo de utilizar el conocimiento para forzar la realidad de manera que vuestra raza interfiera con el proceso natural, manipulando la vida y distorsionándola para cualquier propósito distinto del bien más elevado del Todo, es un reflejo de la ignorancia de la humanidad... brillante y oscura, como ónice negro pulido.
Por eso es tan absolutamente necesario que vosotros, los que estáis despertando, seáis agudamente conscientes de la arquitectura de la vida, el ADN y las mutaciones que están ocurriendo de manera natural y que comienzan a manifestarse entre los seres vivos de todos los sistemas planetarios en el abrazo de Ra (pues, desde luego, la vida prolifera en otros planetas de vuestro sistema solar), igual que sois lo bastante listos para investigar y tener en cuenta las implicaciones de la obra que está teniendo lugar en los laboratorios del plan oscuro.
Afortunadamente, existe una comunidad científica paralela que está tan dedicada a la comprensión de cómo el espíritu impregna y crea cada aspecto de la realidad y está uniendo el espíritu y la ciencia de un modo que tanto los pensadores intuitivos como los que se basan en la lógica pueden aceptar la sabiduría que emerge de sus descubrimientos. A medida que estos científicos libres -los físicos cuánticos- presentan los nuevos paradigmas de vuestra realidad 3D y del universo multidimensional, un número cada vez mayor de vosotros sois capaces de reconocer conceptualmente la verdadera naturaleza de toda la realidad.
Estáis comenzando a daros cuenta de con qué esplendor y qué compleja cosmometría la inteligencia de la Creación -manifestando la intención de vuestra alma y el continuum genético de vuestras familias, especies y raza (y ancestros semillas estelares)- crea meticulosamente vuestras formas físicas. Está codificada en la fibra misma de vuestros seres: el ADN humano.
Desde la esencia etérica hasta los aspectos más densos de vuestros cuerpos terrestres (si pueden definirse verdaderamente como densos), todo está programado con la más asombrosa precisión, con un ritmo numérico magníficamente orquestado y una proporción cosmométrica.
Hay, también, científicos genetistas controlados que están financiados y dirigidos por el Poder para servir, sin saberlo, al plan de los annunaki para el dominio absoluto sobre la raza humana. Algunos, habiéndoseles asignado la amedrentadora tarea de catalogar y preservar el ADN de toda forma terrestre viviente, creen que están trabajando para el bien de la humanidad y la protección de otras especies, ignorando que la entregada obra de su vida sólo recibe subsidios y financiación gubernamental para asegurar que la semilla de toda biología terrestre sea transportada a otro planeta anfitrión y a la estación de la luna -la zona propiedad de la Élite del Poder.
Otros, con una creencia aún más oscura, son voluntarios coleccionistas de especímenes para los annunaki y sus colaboradores extraterrestres, que siempre están intentando gestar una fuerza esclava perfeccionada para otros mundos, en otros marcos espacio-temporales. Algunos de estos científicos gubernamentales sirven como asistentes de laboratorio a los Zeta Reticulanos, en esa fase de su invasión de la soberanía humana que implica la colección de esperma y de óvulos humanos de 'abducidos' forzados y aterrorizados -un programa que se propone salvar a su propia raza involutiva de la extinción.
Otros incluso, centrados en las incalculables recompensas económicas, trabajan 'capitalizando' los increíbles almacenes de sabiduría contenida en los diseños de la Creación intentando crear y perfeccionar ordenadores de ADN biomoleculares que son tan minúsculos que pueden caber, de una sola vez, un trillón de ellos en un tubo de ensayo de laboratorio.
La capacidad de rendimiento potencial de un ordenador de ADN microscópico (pasada ya la etapa preliminar de su desarrollo biotecnológico) es la realización de alrededor de sesenta mil millones de operaciones controladas por segundo. Esto, la robotización, accionada a través de una orden de vuestra inteligencia innata desde el nivel molecular de vuestra experiencia humana, es la vanguardia de su tecnología encubierta.
Un centímetro cúbico de vuestro sofisticado ADN, en su expresión limitada -la doble hélice- puede almacenar más datos que todo lo que puede registrarse y almacenarse en unos novecientos mil millones de discos compactos de vuestra actual tecnología de manejo de datos. Como podéis imaginar, esto constituye una información altamente estimulante para los diseñadores de tecnología que están intentando informatizar a los seres humanos.
Cada célula viva, contenedora de las moléculas que manejan los datos del ADN, se está estudiando por sus asombrosas capacidades para administrar y codificar increíbles cantidades de información. La molécula de doble hélice, fundamento de vuestro ADN tal como existe, registra datos basándose en cuatro plataformas químicas fundamentales -identificadas comúnmente por vuestros científicos con las letras A, T, C y G. Esto ofrece una capacidad monumental de memoria y una fórmula que puede desarrollarse en un lenguaje' biotecnológico de lo más sofisticado -algo parecido a esto es lo que los técnicos informatizadores de genes han comenzado, muy recientemente, a utilizar.
Su visión de células vivas sirviendo como complejos ordenadores biotecnológicos que pueden programarse y se puede ordenar que funcionen como redes de distribución de información, constituye la etapa inicial de un enfoque del hemisferio izquierdo al que nosotros estamos intentando ayudaros a que tengáis acceso desde una experiencia del hemisferio derecho... la capacidad de la conciencia humana y de la mente concentrada para influir en cualquier unidad molecular del cuerpo, alterando la estructura del cuerpo, la mente y el espíritu.
¿Podéis imaginar lo que serían capaces de informatizar doce hebras de ADN interactivas (cuatro tetraedros de luz funcionando conjuntamente de manera perfecta)? ¿Imagináis lo que la 'basura' de la que os dijeron que no tenía función ni propósito será capaz de deciros, de crear, de recordar?
Imaginad vuestra inmensa capacidad, Homo sapiens.
E imaginad, simplemente imaginad, con qué majestad y luz nacisteis al ámbito terrestre.
Es nuestra intención desarrollar en profundidad los patrones de vuestra conciencia celular evolutiva y del ADN codificado en la luz que está en funcionamiento o yace durmiente, esperando reconexión, para que podáis comprender de manera sucinta lo que ocurrirá a medida que volváis a unir estos filamentos de luz: primero creando triangulación, después la estrellatetraedro, la Supraluminiscencia y finalmente el Vórtice de Luz cosmométricamente perfecto en cada célula de vuestros despiertos cuerpos de luz.
Extracto del Capítulo 15.
Las Revelaciones Sirianas
No dejéis de leer sus dos primeros libros: El Cosmos del Alma: una llamada al despertar de la Humanidad (Arkano Books) y Vuelve la Atlántida: las luchas de la oscuridad y la luz (Editorial Sirio).
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