lunes, 2 de julio de 2012
EL MIEDO Y LA MULTIDIMENSIONALIDAD. DESACTIVANDO EL MIEDO.
EL MIEDO ES “EL GUARDIÁN DEL PORTAL” EN EL ASCENSO A LA MULTIDIMENSIONALIDAD.
por María del Carmen Ortega Molina
http://desactivandoelmiedo.blogspot.com.es/
Hoy
trataré un tema que considero de crucial importancia en los tiempos que
atravesamos. Está a la orden del día y aumenta, conforme la Tierra
atraviesa el escenario de la tercera y cuarta dimensiones, basadas en la
dualidad, para adentrase en la multidimensionalidad de la llamada 5ª
dimensión.
Se trata del incremento del miedo en
los habitantes del Planeta, o por lo menos, en los que quedan dentro del
marco geográfico de la Civilización Occidental, gobernada actualmente a
“golpe” de crisis en todos los ámbitos.
El
decidirme a escribir sobre él se debe a que últimamente han venido a mi
“realidad” muchas personas que están lidiando con el miedo en diferentes
grados. Estos “mensajeros” externos han hecho que me replantee la
necesidad de hablar sobre el tema y, aunque mi experiencia fue atravesar
un miedo extremo por lo paralizador que llegó a ser (tenía miedo del
propio miedo) y no todas las personas tengan que pasar por eso, sí me
capacita para trasmitir una luz de esperanza a aquellos que se
encuentren debatiéndose en semejante estado de desasosiego.
Recuerdo
que en los momentos más agudos del miedo, cuando ya había tomado la
determinación de atravesar aquel lamentable estado de conciencia, sólo
me encontré una persona que me dijo: “Mari Carmen, no te molestes en
explicar el miedo que sientes, no te van a entender”.
Con
estas palabras y su presencia, yo sentí la energía empática de esa
persona de elevada conciencia, que también había lidiado con el miedo en
su camino, y eso fue tremendamente sanador para mí.
Para
acceder a los espacios multidimensionales de la 5ª dimensión, es
imprescindible transcender la dualidad en uno mismo. Transcender el
programa de separación nos lleva a la Conciencia Crística del Amor
Incondicional que todo lo abarca y todo lo integra.
El
miedo procede de la dualidad, de la conciencia de separación, del
juicio y de la culpa, con la inconsciente demanda de castigo de esta
última.
Cuando una persona está realizando el
camino hacia su interior, tarde o temprano se encuentra con la tremenda
labor de integrar los opuestos dentro de sí misma. Se enfrenta con la
tarea más difícil que pueda encontrar un ser encarnado en la Tierra, en
vías de su Realización: Esta es una palabra mayor… no todas las personas
tienen esa meta como prioridad en su vida, ni tampoco la voluntad
necesaria para conseguirla.
Para que una
persona se lance a realizar tamaña empresa, tiene que haber llegado a la
convicción, por lo menos intelectualmente, de que no es una víctima de
nada ni de nadie y sí un creador responsable de todo lo que hay creado
en su vida y en todas sus circunstancias.
Ello
supone un cambio total de paradigma. De pensar que hay que cambiar el
exterior, que las causas del sufrimiento vienen de fuera, del mundo
externo, que la culpa la tienen los demás… a llegar a entender que el
cambio real sólo puede hacerse dentro de uno mismo y que uno es el
generador de todas sus condiciones vitales; es cambiar la programación
mental como si diésemos la vuelta a una tortilla, ese es el primer paso
para recuperar nuestro poder innato.
El poder
de cambiar y crear otra vida en consonancia con nuestro Ser Superior y
por extensión de ello, aportar una diferencia positiva en la vida de las
personas que nos rodean. De hecho, esta toma de conciencia del propio
Poder, es requisito imprescindible para acceder a la 5ª dimensión, que
no es dual.
Mientras se está atravesando la 4ª
dimensión, todavía se piensa que el poder está fuera de uno. Así pues,
en esa dimensión dual, se cree en la magia, rituales, gurúes, soluciones
y remedios externos, religiones, crisis… etc. Se cede el poder personal
a un sinfín de elementos externos. Por ello aquí subsiste la conciencia
de víctima, con la falsa creencia de que la “salvación” o el “castigo”
está fuera de uno, que alguien tiene que venir a salvarnos desde fuera
o, en el peor de los casos, a castigarnos. Todo menos responsabilizarnos
de nosotros mismos y de nuestra creación.
Cuando
por fin una persona alcanza la conciencia de 5ª dimensión, sale de la
ilusión de víctima, entiende que es un creador. Sabe que su “granito de
arena” es muy importante en la ecuación total de liberación del Planeta.
Comprende que no tiene que cambiar a nadie más, que al hacer su propio
cambio interno, ya está realizando el gran trabajo que vino a hacer en
esta dimensión: SALVAR EL MUNDO DENTRO DE SÍ MISMO.
Si
cambia su visión, su manera de percibir el mundo, si limpia su “viga en
el ojo”…lo que sucede simultáneamente, es que cambia el mundo que ve;
porque un observador con la conciencia amorosa de Cristo hace milagros
con sólo mirar.
La valentía y el tesón que se
ha necesitado hasta llegar a este punto del proceso ascendente es
resultado de una enorme labor interior con sus correspondientes
modificaciones externas; la acción que sigue a esa toma de conciencia es
necesaria para concretar en la dimensión física esos cambios
interiores. No hay ascenso ni liberación sin cambio. Pretender encarnar
la Luz del Espíritu permaneciendo en la inercia de lo viejo es una
quimera...
En esos momentos la persona se
encuentra con un nuevo reto, del que creo yo, por la experiencia que me
tocó vivir, que no existe mucha información al respecto. Por eso
nuevamente me veo impulsada a escribir con la intención de que pueda
servir de claridad a otras personas.
Al acceder a
la conciencia de 5ª dimensión, uno se encuentra con la
individualización de sentirse “hijo amado de Dios” o, lo que es lo
mismo, siente un AMOR POR SÍ MISMO, como jamás había sentido ni recibido
desde el mundo dual, que siempre ama a cambio de algo, de manera
condicionada.
Toma conciencia con mayor claridad
de que todo lo que existe y ha existido en su vida, es una creación
suya, aunque la haya creado desde la inconsciencia.
Generalmente,
en este punto de conciencia, nos encontramos envueltos por una creación
externa asfixiante en muchos aspectos, que ya no refleja el Ser
Soberano que, de manera inconfundible, hemos sentido que Somos con la
iniciación de la 5ª Dimensión.
Comprobamos que
hemos llegado a esa creación como resultado de haber cedido nuestro
poder a las expectativas de los que nos rodearon y a los “dramas de
control” que “jugamos” con ellos, sin ser conscientes de eso. Sólo
seguimos la inercia de lo que creíamos que debíamos hacer en su momento.
No
hay juicio en ello. Además, en esos momentos, aunque nos dijeran que
estamos actuando desde programas erróneos, no nos lo creeríamos en
absoluto. Por ello siempre “aparece el maestro cuando el alumno está
preparado”: no antes.
Sigue la dinámica del Observador de la Física Cuántica.
Lo
importante es que nosotros ya no somos el mismo que dio lugar a esa
vieja creación. Hemos sentido la Gran Iniciación del Amor (Bautismo),
inundando con su Luz todo nuestro ADN lo que ha transformado nuestra
materia desde su mismo centro medular.
Esta
nueva conciencia posibilita que veamos las cosas y, a nosotros mismos,
desde otro prisma, con mayor claridad y profundidad. Además de sentir la
mejor “herramienta” y la única con la que se puede acometer esta nueva
empresa: MUCHO AMOR POR NOSOTROS MISMOS para descender a los espacios
más tenebrosos de la psique y confrontar los viejos “dragones”
interiores.
Ahora el nuevo enfoque irá
encaminado a deshacer la vieja creación, atrapada físicamente en el
cuerpo, en lo que se llama “memoria celular”.
No
se trata de escapar del mundo o evadirse de la vieja creación: se trata
de traer esa Luz que corresponde a nuestro Ser Soberano, AQUÍ Y AHORA,
encarnándolo y transmutando las viejas memorias, a la vez que
transformamos de manera plástica sus correspondientes circuitos
neurobioquímicos.
Circuitos neurobioquímicos que
están emitiendo una determinada energía desde nuestro campo, dando
lugar a la atracción, o al mantenimiento, de las personas o de las
condiciones dolorosas, o de vibración densa, que existen en nuestra
vida.
En este punto de inflexión, la persona
sabe que es un creador y sabe que la creación que ha hecho externamente
es un reflejo de su “Sombra”, o inconsciente. O, si queremos, también
podemos llamarle “aspectos” dimensionales internos o memorias celulares
coaguladas en la materia de su cuerpo físico.
Estos
momentos resultan abrumadores. Generalmente la persona se pregunta:
“¿Cómo puedo encontrarme en este estado tan confuso y temeroso después
de haber hecho tanto trabajo interior?”
Percibe
de manera más clara su dualidad… pero ahora el trabajo consiste en
zambullirse de lleno, con la Luz del Espíritu, en esa dualidad sin
rechazar absolutamente nada. Esto parece sencillo, pero quien esté
realizando este trabajo sabe lo difícil que resulta.
Permitir
dentro de uno la lucha de los opuestos, además en forma de verdadera
batalla energética interna, que se siente totalmente real, es como
“descender a los infiernos”.
Sabemos, por esa
lucidez que ahora nos acompaña, que tenemos la conciencia alterada por
esas energías dimensionales que están emergiendo y batallando entre sí,
dentro de nosotros; pero saber esto no nos exime del dolor emocional que
experimentamos interiormente, sintiendo toda la carga energética que
tuvieron desde el momento en que se formaron y quedaron atrapadas en
nuestras carnes.
Por ello, lidiar con esta
contienda interior, al principio, es tan difícil… Gracias a la
progresiva encarnación de la Luz, nos sentimos más capacitados para
confrontar esa gran batalla de la dualidad dentro de nosotros. Bajo la
Luz del Amor, que lo permite todo sin juicios, es, como podemos integrar
tamaño enfrentamiento de energías.
No
olvidaremos tampoco que en todo este proceso la tendencia es a
resistirnos: La resistencia es contracción y la contracción es…¡MIEDO!.
Miedo
que puede llegar a paralizar a la persona, como me ocurrió a mí durante
muchos años, sin entender, entonces, qué me estaba ocurriendo.
En
aquella época no encontré a nadie que pudiese darme algún tipo de luz
al respecto, excepto la persona que he señalado al principio. A veces,
al contrario, las interpretaciones externas de personas
“intelectualmente espirituales”, fueron demoledoras y muy poco amorosas.
Tampoco encontré lectura informativa sobre esto, con lo cual, y como
fue norma en mi Camino, tuve que echar mano de mis desconocidos (aún por
descubrir) recursos internos y con la guía amorosa del Espíritu,
atravesar todos los miedos que, al emerger simultáneamente, me habían
dejado incapacitada durante un largo tiempo.
Ahora,
después de tantos años en el Camino, miro hacia atrás y puedo ver con
perspectiva qué es lo que me sucedió entonces y la razón de todo
aquello.
Cuando uno va adentrándose en la
multidimensionalidad de su SER, tiene que integrar la totalidad de las
memorias dimensionales que emergen conforme va descoagulándose la
materia de su cuerpo físico, como resultado del proceso ascendente hacia
vibraciones superiores.
Memorias que se
formaron a lo largo de muchas vidas pasadas y de muchos futuros
probables puestos en marcha en ellas. En estas memorias se encuentra
todo el bagaje experimentado durante el viaje del alma en la dimensión
de la dualidad…Memorias que contienen toda la gama de contenidos
positivos y negativos, pasados y futuros, probables o potenciales…Unas
memorias que contienen absolutamente, TODO…
Para
acometer tan tremenda empresa de integración, ya no nos sirve el
intelecto procedente de “la caja” de los viejos conceptos, ahora toca
meterse en ellas, de lleno, cuando afloren en la superficie de la
conciencia, inundándonos con intimidantes contenidos mentales y feroces
luchas energéticas, que no podemos entender: sólo SENTIR.
Toca
ir más allá de la mente. Y eso es aterrador. La mente, acostumbrada
siempre a querer tenerlo todo bajo control, ahora se topa con energías y
sensaciones a las que no encuentra lógica ni explicación.
Aquí
es cuando la mente, en su inercia de mantener todo bajo el control del
intelecto, comienza a asociar el miedo con experiencias pasadas, que se
convierten en disparadores del miedo presente y que paralizan a la
persona con el miedo anticipatorio al futuro, en una rueda que parece no
va a terminar nunca y cuyo culmen son las fobias.
¿Cómo
vamos a comprender el origen, la acumulación energética de todos los
sufrimientos, carencias, separaciones, pérdidas, enfermedades, la
multitud de formas de morir…etc., y que están petrificadas desde el
pasado o desde los futuros probables o desde todo el “banco de memoria
del colectivo”, literalmente en nuestras carnes? ¿Cómo vamos a utilizar
la mente para abrazar tales energías que no pertenecen al ámbito del
viejo entendimiento lineal? No es posible esto.
Sólo
desde el Amor Incondicional y la aceptación total que nos PERMITE
SENTIR TODO, podemos llegar a la LIBERACIÓN. Y, a ella sólo se llega
tolerando lo que nos parecía intolerable.
No quedará juicio ni para nosotros ni para nadie y así accederemos a los espacios multidimensionales del SER UNO.
Sabremos
que el mundo que percibimos es reflejo nuestro. Cuando ya no haya
acción reactiva ni juicio ante él, habremos “salvado el mundo” dentro de
nosotros. Sentiremos que ya Somos, ya estamos en la Nueva Tierra pronta
a manifestarse.
Para mí el miedo, ha sido mi
gran maestro de aprendizaje y disciplina para permanecer en el PRESENTE.
Era tan duro sentirme en esa especie de cárcel mental de barrotes
hechos de miedo, que no podía salir de allí si no era atravesándolo, así
sentía los intensos contenidos emocionales que se disparaban por
activadores externos, en determinados momentos. Confieso que fue
abrumador durante años, pero finalmente lo atravesé, yendo más allá de
mi mente.
Esa sensación desagradable e intensa,
que se anticipaba al futuro, dilatando y proyectando el sufrimiento para
ese futuro, sólo la pude desactivar sintiéndola en el presente: lo que
me llevó a estar en un estado de PRESENCIA casi permanente.
Cuando
alguna vez, surge alguna vieja memoria para integrar, sea mía o del
consciente colectivo, ya tengo la suficiente maestría para permitirla y
sentirla en el AHORA, sin evadirme de ella, sabiendo que en ese instante
estoy transmutando densidad por más Luz encarnada del Espíritu, o lo
que es lo mismo: CAMBIANDO MIEDO POR AMOR.
En
esa acción de estar en el AHORA, es cuando somos totalmente creadores
conscientes desde el Poder del SER. Y no es ni más ni menos que
permanecer en QUIETUD ante cualquier circunstancia o en cualquier
confrontación interna. Ese es el objetivo.
Jesús decía que mientras estuviésemos en el mundo (dualidad) tendríamos que estar, vigilantes…
…Vigilantes para permanecer en el AHORA, ya que: “Cada día, trae su propio afán”.
En
la época en que estaba más paralizada por el miedo, hasta el extremo de
que salir de casa era para mí una auténtica odisea anticipatoria, con
sus correspondientes “somatizaciones” físicas del miedo, las
“herramientas” que más me ayudaron a transcender aquel penoso estado de
conciencia, fueron tener la certeza de que desde el SER había un Amor
absolutamente incondicional e inmutable hacia mí (yo ya lo había
experimentado en carne propia, tras salir mi kundalini por la
coronilla...)
No obstante, bajo aquel estado de
bloqueo, no lo podía sentir como lo tuve los meses posteriores a la
sublime experiencia, por mucho que yo luchase por volver a tener aquel
maravilloso estado de conexión, pero sí sabía que, a pesar de todo,
estaba ahí... Era como la certeza de saber que el Sol siempre está
brillando en el cielo aunque, de cuando en cuando, lo tapen los
nubarrones y no podamos verlo ni sentir su calor.
Esa
certeza fue lo primordial para embarcarme en la acción voluntaria e
imprescindible, para transcender aquel “desierto” que, durante un
período de mi vida, se adueñó de mí.
A partir de
ella surgieron “herramientas” a poner en práctica para salir de la
penosa paralización en la que estaba. Afirmaciones cargadas de Voluntad
Superior que me pusieron en movimiento hacia adelante, como:
“DETRÁS DE ESTE MIEDO, ESTÁ MI LIBERACIÓN”.
Así
me ponía en marcha, sabiendo que la acción era de suma importancia en
este trabajo para dejar los circuitos neurobioquímicos nuevos, más allá
del miedo, impresos en mi cerebro y en la bioquímica de mi cuerpo y por
supuesto, activados en mi ADN.
“EN LA CAPACIDAD QUE TENGO DE ACEPTAR, DE TOLERAR, DE SENTIR…MI VULNERABILIDAD, MI DEBILIDAD, MI HUMANIDAD… RESIDE MI PODER”.
No
se trataba de negar lo que estuviera sintiendo, fuera la emoción que
fuese, ni de negar las circunstancias que me contraían por el miedo y la
resistencia, o de negar, incluso, cualquier malestar físico o
somatización…se trataba de enfocarme en que detrás de ellas, atravesando
esa incomodidad y se presentase como se presentase, estaba la Verdad
que Yo Soy, estaba mi LIBERACIÓN.
Es como
meterse en “el ojo del huracán”, en el “Punto de Quietud” o Punto Cero,
en dónde se conecta con todos los potenciales milagrosos del SER.
Llegar
a este punto central de la cruz, es lo que ejemplifica Jesús en la
Crucifixión. Con ello se transmite que todos los opuestos, horizontales y
verticales, de todas las dimensiones del pequeño universo que somos
cada uno de nosotros, se unifican en el centro de la cruz o Punto Cero,
pero antes de ello, ha tenido lugar una batalla interna representada en
la agonía de Getsemaní.
Esto es una dinámica que
se da a lo largo de todo el Camino de integración interior, sólo que en
las últimas etapas se siente como si no hubiera “velos” que pudieran
amortiguar el dolor que produce la confrontación de las energías.
Así
pues, si la tendencia era a huir, a no querer confrontarme con lo que
emergiese…ahora se trataba de ir adquiriendo la maestría para permanecer
en QUIETUD, ACEPTANDO, PERMITIENDO, RESPIRANDO…SIN MODIFICAR NADA…SIN
JUSTIFICAR NADA…SIN PENSAR…SÓLO SINTIENDO Y DANDO ESPACIO A LA CONTIENDA
QUE SE DESARROLLABA EN EL INTERIOR, CON TODA LA PACIENCIA QUE ME FUERA
POSIBLE.
Claro, de esta manera y con este
enfoque, mi creación vieja paralizante, ante tal batalla interior, iba
transformándose en una creación cada vez más liberadora y jubilosa,
además de dejar en mí esa maestría de poderme situar en el AHORA, en
dónde reside verdaderamente nuestro PODER CREADOR.
Gracias
a Dios, todo aquello ya pasó y yo me siento enormemente agradecida por
ello. Disfruto muchísimo de todas las cosas pequeñas, esas que para
otros puedan parecer insignificantes. Yo las valoro muchísimo porque me
pasé años en un estado que me impedía disfrutar de VIVIR EN EL AHORA.
Y
con gran júbilo y alegría, el ADN que sané y activé en mí, con nueva
información, emite a través de la unión de nuestros respectivos Campos,
una energía que facilita la sanación a otras personas que están haciendo
su Camino y en ocasiones, pasando por el mismo miedo extremo que yo
pasé, transfiriéndose de un ADN a otro ADN, unos códigos con la
información de desactivación del miedo.
Esto lo
he constatado, con gran alegría, en varias personas que se han ido
recuperando del miedo ancestral, visceral, que las tenía paralizadas
durante años. Esto es algo que sólo puede entender quien ha pasado por
ello.
Personalmente, reconozco que estas
recuperaciones son, de lo más jubiloso que he sentido en mi vida: Ver
cómo otras personas se van liberando y recuperando su PODER, es uno de
los mejores obsequios que una persona puede recibir. Además de ver
reflejado lo mejor de mí misma en ellas; lo peor de mí ya me costó lo
mío integrar y transcender.
Cuando las veo tan
recuperadas, tan llenas de esperanza y ánimos renovados, realizando su
propio e intransferible Camino interior, doy gracias al Padre y
reconozco que todo lo que tuve que pasar y transcender, con tanto
esfuerzo, tesón, respeto y amor por mí misma, mereció la pena.
Realmente
la Vida es un escenario maravilloso para experimentarnos a nosotros
mismos, viviéndola, “impregnándonos” en ella, tomando conciencia de
nuestros claros y oscuros, reconociendo por contraste, gracias a ellos,
Quienes Somos de verdad. Y mientras, vamos realizando el viaje de
regreso hacia la Casa del Padre, como “El hijo pródigo” hacia los brazos
de su Padre.
Este es realmente un viaje para
los AUTÉNTICOS. Llegados a este punto evolutivo, ya no sirve “hablar de
boquilla” ni desde las teorías mentales porque sólo desde la
autenticidad del que se ha metido de lleno en la experiencia de la Vida,
siguiendo su propia “brújula del alma” para salir de las “tormentas” en
él mismo, se tiene la capacidad para transcender el miedo. Se adquieren
así las frecuencias que le sirven como llave para neutralizar al
“Guardián del Portal” hacia la multidimensionalidad del SER.
Esa es nuestra Herencia Divina: El Tesoro o Reino de los Cielos, que decía Jesús.
Un
Campo energético que ha sido unificado a través de transmutar e
integrar las frecuencias del miedo por las frecuencias del AMOR, es un
Campo que irradia una energía muy poderosa, capaz de regenerar
positivamente todo lo que entra en su radio de acción.
Una
vez comprendido todo esto, sólo nos queda llevarlo a la práctica, a la
total Realización. Sabiendo que conforme ascendemos a los espacios
multidimensionales del SER, cuyas frecuencias no tenemos conceptos
humanos para entender, los próximos pasos a seguir, serán abandonarnos a
Él, aceptando el hecho de que no sabes qué hay más allá…pero ya prima
en ti la total CONFIANZA de que Él te lleva…y tú ya no quieres otra cosa
que eso.
Y Él te lleva de la mano…cuando
permaneces en ese PUNTO DE QUIETUD en el que has aprendido a estar, en
el que te transfiguras en su “Recipiente” para integrar todos los
“aspectos” dimensionales dentro de ti mismo, te conviertes en
“Recipiente” del Espíritu, del Todo lo que Es, que tú Eres, que Yo Soy.
UN ABRAZO DESDE EL ALMA CON TODO MI AMOR:
María del Carmen Ortega Molina.
pisandotierra@yahoo.es
http://www.youtube.com/watch?v=o4cRb-6DZ6k&list=UU4Vm2JlEwPZmfbwPD13O5sw&index=4&feature=plcp
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