miércoles, 22 de agosto de 2012
ARCÁNGEL URIEL - Gracia y Resurrección
ARCÁNGEL URIEL
Gracia y Resurrección
20 agosto 2012
Gracia y Resurrección
20 agosto 2012
Yo soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión.
Bien Amadas Semillas de estrellas, Liberadas o en curso, yo vengo a evocar, a
través de mis palabras y de la Vibración, la Gracia y la Resurrección. Lo que
debía ser removido, lo ha sido, con el fin de permitirles establecer la Gracia,
la Verdad y la Vida. Así es el Camino que los conduce a resucitar en la Verdad
eterna del Amor infinito e incondicionado. El tiempo ha llegado de salir de
todo tiempo, aquí, más allá del tiempo donde se encuentra la Eternidad,
presente en todo espacio y todo tiempo, no presente sobre este mundo.
Tiempo de Gracia donde el conjunto de la Alegría es vuestra
Morada, para siempre establecida. El tiempo es ahora. El del canto donde se
establece el silencio. El del silencio donde se manifiesta, más allá de la
Alegría, el tiempo de vuestra Resurrección. Sinfonía de Verdad. Sinfonía de
Pureza, donde el Coro de Ángeles, mezclado a la Onda de MIGUEL viene, al
instante donde nosotros estamos, hacerlos vivir la Gracia porque vuestra Vida
es Gracia, más allá del encierro de este mundo. Ustedes son la Verdad, el
Camino y la Vida conduciéndolos a resucitar en el Éter unificado, más allá de
toda Tierra. Ustedes son Uno ya que nosotros somos Uno. Más allá de la ilusión,
más allá de la separación, más allá de la división.
El tiempo ha llegado de vivir el Ser y el no ser. Más allá de
toda presencia, más allá de toda ausencia, tiempo de Gracia donde el Absoluto
es. Más allá de todo ser donde el Absoluto es. Más allá de toda forma,
trascendiendo el espacio de toda Dimensión, transformando los tiempos más allá
de toda Tierra. El Éter unificado, el de la verdadera Vida, los rinde a la
Gracia y la Alegría a fin de que la Paz no sea más perturbada, ni alterada por
cualquier discordancia, por cualquier presencia, por cualquier presión.
El tiempo es a la Libertad, el tiempo es a la Verdad. Este es
vuestro Tiempo. Liberación de la Tierra y del Éter. Liberación del Cielo
y de los Cielos, abriéndolos a vuestro Cielo, en el corazón de vuestro Corazón,
al centro del Centro recorriendo el espacio y los tiempos. Tiempo de Gracia,
tiempo de Bendición donde el tiempo de la Resurrección es el que es vuestro,
más allá de vuestra pertenencia, más allá de toda mirada. El tiempo de la
Presencia. El tiempo ha llegado. El de dar a luz la Verdad. La gestación está
acabada.
El tiempo de las Bodas se acaba. Hay que ahora consumar el
resultado de estas Bodas, el resultado de lo que ustedes Son, el resultado de
vuestro no ser. Gracia a ustedes, gracia a la Vida, el tiempo de la Gracia se
instala en el silencio y en el canto, el del Cielo y de la Tierra por fin
unificados. El Sol, abierto a la Verdad, abre, en Ustedes, lo que debe ser
abierto, permitiendo vivir la Resurrección. Eso de lo que nunca dejaron de Ser
más allá del ser, más allá de este Cuerpo, más allá de esta Tierra. Ustedes son
el Éter, son la Verdad, absoluta e infinita, del canto de la Vida y de la
Resurrección.
Entonces, en este tiempo, Comunión y Fusión, en este tiempo de
Matrimonio, devolviendo la Libertad posible, devolviendo la Libertad como
Esencia y Verdad. Más allá de todo sentido, más allá de toda ausencia y de toda
presencia, absoluta, infinita de la Gracia y de la Belleza, abriendo en ustedes
de par en par las últimas compuertas que los contenían dentro de una forma,
dentro de vuestra historia, dentro de las ilusiones sucesivas.
El fin de la ilusión señala la Gracia y la Resurrección. Ese es
vuestro destino porque no hay camino, porque no hay santo, hay sólo la Esencia.
La Esencia de la Gracia devolviéndolos al sentido original de quienes Son
ustedes y de quienes somos nosotros, con ustedes y en ustedes. Más allá de todo
límite, más allá de toda división, más allá de toda separación. Unifiquemos en
la Comunión y la Fusión el tiempo de la Verdad porque el Éter está aquí,
llevado por el Ardiente del Sol, el que viene del centro del Sol, a abrir
vuestro Centro en el centro Corazón, dándoles a lo Infinito, devolviéndolos a
lo Infinito, el de la Gracia y de la Resurrección.
Tiempos cumplidos cumpliendo, más allá de todo destino, la
Verdad última, la del Absoluto, en la Paz y en la Paz eterna, no dependiendo de
ningún cúmulo de circunstancias, no dependiendo de ningún sonido, de ningún
canto y de ninguna orientación. El tiempo de la Gracia se abre en ustedes:
tiempo del Éter, tiempo de Verdad.
Es tiempo, y gran tiempo, de reunirse con la Eternidad de la
Belleza, la Eternidad de la Verdad, cantando, en ustedes el conjunto de las
Ruedas, el conjunto de las Luces, que son lo que ustedes Son, en la Gracia
eterna e infinita de vuestro presente. Presente de Amor, más allá incluso de
todo sentido, más allá de toda justificación, porque esa es la naturaleza de
vuestra Naturaleza. Porque eso es el sentido de vuestra esencia. Por fin,
comulguemos juntos en el tiempo más allá, más allá de Aquí y más allá de allí,
dándoles a vivir mucho más allá del más allá conocido, ahí donde no existe
ninguna división, ninguna separación. La Gracia pone fin al sufrimiento
ilusorio, a los sufrimientos pasados. No habrá más sufrimiento, ni por venir ni
venido, porque el tiempo de la Gracia despliega su canto en el Éter de la
Tierra, haciendo surcos en el suelo, abriendo la Vibración del núcleo de la
Tierra a vuestro corazón del Corazón en este tiempo.
Tiempo de Gracia y de Resurrección, júbilo y levedad, poniendo
fin a los Velos que les ocultaban el sentido del Ser y la Verdad del Ser. Más
allá de todo sentido, más allá de toda esperanza, más allá de todo engaño, se
encuentra la Verdad. La misma para cada uno, la misma para todos, que es el
Éter y el Amor, que es el Éter y Luz. Lo que ustedes Son, en Verdad, instalados
en la Gracia y la Resurrección, les da la permanencia de la Alegría, la
permanencia de la Paz, la permanencia de la Verdad. Todo eso en la inmanencia
del instante, más allá de todo tiempo. Por tanto, se eleva el canto del Cielo y
de la Tierra, llamado final llamándolos a ser la Verdad, el Camino y la Vida.
Tiempo de Gracia donde la Resurrección obra.
En este instante, en la escucha y el silencio, se juega la
verdad de vuestra vida, la verdad de quienes Son ustedes, más allá de toda
vida, más allá de todo ser. Entonces, en los tiempos de la Gracia, nosotros
resucitamos, a vuestros costados, a vuestros ojos asombrados, a vuestra
conciencia, afectada de la gracia del Amor, afectada de la verdad del Infinito,
abriendo la crisálida donde la mariposa puede por fin lanzarse hacia su
Eternidad. Amados del Amor, amados de la Verdad, Amor amados, ustedes son el
instante más allá de todo tiempo. Tiempo de Gracia abriendo a la Resurrección,
ahí donde se rasga el Velo de la ilusión haciéndolos nacer a la esencia de
vuestro Centro. Ustedes son el nacimiento. Ustedes son nacidos. Ustedes van a
renacer, más allá de todo parecer. Van a renacer, en el Éter de Verdad, ahí
donde no existe ninguna ilusión, ahí donde no existe ninguna sombra y ninguna
separación.
El tiempo ha llegado de separarse de vuestras acciones y
reacciones, abriendo la puerta a la Eternidad de vuestra Verdad. La Puerta
Estrecha se vuelve una Puerta tan grande que nada más será susceptible de
poderla reabrir o volverla a cerrar. La Puerta desaparece en el júbilo de la
Gracia, dándoles a vivir y a descubrir lo que Es, de toda Verdad, de todo
tiempo y de todo espacio. Ustedes están en esos instantes donde la magia de la
Gracia, por ella sola, los resucita, en el tiempo de la Verdad, en el tiempo del
Absoluto y del Infinito de quienes ustedes Son. Amor Infinito, más allá de toda
definición, ustedes son el Camino, la Verdad y la Vida. Así va la Gracia que se
deposita en ustedes. Así va la Verdad que es vuestra naturaleza más allá de
todo Yo y de toda persona.
En estos tiempos, aquí donde ustedes están, abran, abran el
tiempo. El del Éter, depositando la Gracia a lo más profundo de vuestro
Corazón, vehiculizada por la Onda de la Gracia. La que viene en el Manto Azul
de María, en la Onda de Vida, la que viene de la vida de la Tierra, en su
corazón del Corazón. Alquimia y Comunión. De Corazón a Corazón, de la Tierra, a
vuestro Corazón a Corazón. Del corazón del Corazón del Sol dándoles a vivir el
impulso a la Gracia. La hora es a la Resurrección. La hora es a la Verdad. No
es que ustedes desearían, sino esa que está más allá de todo deseo, dándoles a
vivir el instante de su Presencia. El que viene, sobre la nube ardiente, como
un ladrón en la noche, a llamarlos a la Gracia, a vuestra Resurrección.
Entonces, estén en Alegría. Entonces, estén en Paz porque la Eternidad
revelada, y que viene a ustedes, es el único camino donde no existe ni ruta, ni
montaña que subir, ni a protegerse en lo que sea, sino ser la Infinita
Presencia más allá de vuestra presencia. El Ser Absoluto viviendo la Gracia
porque eso forma parte de sus átomos y de sus células.
Ese tiempo está aquí, ahora y para siempre. Tiempo de
Resurrección renovándose a cada soplo a cada día, iluminando lo que había sido
puesto bajo la canasta porque la Gracia es relevante, porque la Gracia es
iluminación. Solo la Gracia permite hacer desaparecer, sin acción y sin querer,
los finales de los tiempos de la Sombra. La hora ha llegado de desviarse de los
juegos de este mundo. La hora ha llegado de desviarse hacia lo esencial
invisible de la Gracia y de vuestra Resurrección. Escuchando el Sonido, el del
Cielo como el de la Tierra, ustedes están bendecidos y recubiertos y fecundados por la Gracia del Uno, por la Gracia de vuestra
Presencia. En todo tiempo, desde ahora, en todo espacio, desde este espacio.
¿Qué decir? Si no es comulgar a este momento de Gracia. ¿Qué decir? Si no es
irradiar a este instante y este tiempo donde la Libertad está instalada. Hijos
del Amor, Amor dado a luz en la absoluta Presencia de vuestra Eternidad.
Juntos, comulguemos en el silencio y en el Coro de los Ángeles.
El tiempo del Ángel es vuestro tiempo, el de la Libertad, más
allá de toda finalidad. Instalados en el centro del Centro, donde todo viene y
donde todo proviene. Ustedes son Eso. Absoluto Infinito de vuestra Presencia
eterna, más allá de este lugar, más allá de toda ilusión. Entonces, canten la
Gracia y vean el efecto de vuestra Resurrección sobre el tiempo que resta
recorrer sobre este mundo. Ustedes son las antorchas y son los que tienen las
llaves de la Libertad de la Tierra, de la Libertad de vuestros Hermanos y de
vuestras Hermanas, en la Infinita Presencia y la infinita ausencia. Ahí donde
nada más puede existir, ahí donde sólo la Onda de Vida les da a Ser, más allá
de todo. Hijos de la Libertad, la hora es a la Liberación. Semillas de
estrellas, el tiempo es a la germinación, llamándolos a salir de vuestros
límites, a salir del limitado, a salir de la ilusión. El tiempo es ahora.
Ustedes son Eso.
Hijos de la Libertad, Liberados a la Verdad, Liberados a la Luz,
más allá de todo mental, más allá de toda acción, en el poder el más puro de
quienes ustedes Son. Juntos, en el silencio de mis palabras y en el poder de
mis Vibraciones, vivamos la Comunión y, quizá, la Libertad total. Juntos, en
este instante, trascendamos todos los tiempos, llamando en ustedes el sentido
de vuestro origen y el impulso de vuestro origen, más allá de toda partida y de
toda llegada. Corazón del Corazón y centro del Centro, recepción y Verdad.
Verdad de la recepción del Amor infinito, del estado infinito de quienes
ustedes Son. Esa es la Gracia, esa es la única cosa dándoles las llaves de
vuestros Cielos y vuestra Eternidad.
Abramos y obremos, en este instante. Sintamos y vivamos el canto
de la Tierra que es, él también, Resurrección y ascensión. En el privilegio de
este espacio, en el privilegio de todo espacio, el de vuestro íntimo, al
corazón del Corazón, se encuentra la Verdad y la Resurrección. Eso es en este
instante, uno de nuestras verdades comunes con ustedes. Entonces, en este
tiempo donde mis palabras se apagan para dejar lugar a la Luz la más franca, la
que quema lo que debe serlo y deja persistir lo que debe serlo forjando vuestra
Eternidad, juntos acojamos, juntos vivamos. Tiempo de Gracia indultando el
tiempo. Resurrección. Abolición de todo encierro y de toda ilusión. Amados del
Amor, el juramento se cumple. La promesa está en ustedes. Y este es ese tiempo.
Escuchen el Amor infinito abriendo a la Gracia.
Yo soy URIEL, Ángel del pasaje de lo efímero a la Eternidad, de
la ilusión a la Verdad, del sufrimiento a la Alegría, del miedo a la Confianza.
El tiempo de la desconfianza se acabó. Yo soy URIEL, en el seno de mi Luz
blanca, yo agrego al Manto Azul de vuestra Gracia, la esencia de mi Presencia,
la Onda de mi Vida que es vuestra Vida. Presten atención al silencio, presten
atención al Cielo y a la Tierra, en el corazón del Corazón de la Eternidad y de
la Belleza. Amados del Uno, amados del Amor. Yo soy URIEL. Yo saludo, en
ustedes, vuestra Eternidad y deposito en ustedes en el corazón del Corazón, la
Luz de la Gracia. Y yo deposito, en mí, el don de la Gracia, el que ustedes me
dan porque la Gracia es don. URIEL les dice: vayan en Paz, vayan en Alegría. No
hay nada que lamentar al igual que no hay nada que temer. Amor, ustedes lo son.
Yo soy URIEL y los bendigo en la Gracia y vuestra Resurrección. Hasta pronto.
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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Amparo Iribas
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
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