TExto de Iluminación~[Extracto del libro "El Maestro del Corazón" de Annie Marquier]
[Extracto del libro "El Maestro del Corazón" de Annie Marquier]
Los
científicos nos dicen que el corazón es inteligente, que tiene un
sistema nervioso independiente y bien desarrollado, que a pesar de
que la materia del corazón es diferente de la del cerebro se
descubrieron en él más de cuarenta mil neuronas, y una compleja y tupida
red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Y con todo esto
parece
que puede aprender, recordar e incluso percibir.
que puede aprender, recordar e incluso percibir.
Los
investigadores han puesto de manifiesto la existencia de cuatro clases
de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro:
1. Neurológica, mediante la transmisión de impulsos nerviosos
2. Bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores
3. Biofísica, mediante ondas de presión
4. Energética, mediante interacciones electromagnéticas
Por
la vía neurológica el cerebro del corazón puede influir en el cerebro
de la cabeza, es decir, en nuestra manera de pensar y de ver las
cosas, en nuestra percepción de la realidad y en nuestras
reacciones, especialmente las emocionales. Empezamos a sospechar que
cierto dominio emocional que vemos en ciertas personas excepcionales no
procede del
control que ejerce el intelecto; bien sabemos que ante las grabaciones del subconsciente, poco puede hacer el intelecto. Sabemos que tenemos que manejar nuestro cuerpo emocional, pero saberlo no es manejarlo. Y queremos seguir lo que dicen nuestros guías, o los libros de los Maestros, pero el intelecto no nos ayuda.
control que ejerce el intelecto; bien sabemos que ante las grabaciones del subconsciente, poco puede hacer el intelecto. Sabemos que tenemos que manejar nuestro cuerpo emocional, pero saberlo no es manejarlo. Y queremos seguir lo que dicen nuestros guías, o los libros de los Maestros, pero el intelecto no nos ayuda.
Ahora
los científicos nos hablan de otro cerebro, el del corazón. Otra forma
de inteligencia que podríamos llamar la INTELIGENCIA DEL AMOR.
Esa inteligencia que proviene del Maestro Interno, del Alma y que tiene
su sede en el corazón. En relación a la comunicación bioquímica del
corazón al cerebro, se demostró que el corazón es el que produce la
hormona ANF, que asegura el equilibrio general o “homeostasis” y uno de
sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, en
especial el cortisol. Además el corazón segrega su propia adrenalina
cuando la necesita. También produce la occitocina, llamada la hormona
del amor y la libera en grandes cantidades cuando nos encontramos en un
estado
afectuoso.
afectuoso.
En
relación a la comunicación biofísica, se ha observado una relación
directa entre la presión sanguínea, la respiración y ciertos ritmos
del sistema nervioso autónomo.
Y
en cuanto a la comunicación energética nos dicen que el campo
electromagnético del corazón es 5.000 veces más intenso que el
del cerebro y más potente que cualquier otro órgano del cuerpo. Produce
de 40 a 60 veces más bioelectricidad que el cerebro. Y lo más
interesante es que el aspecto del campo magnético del corazón cambia en
función del estado emocional. Cuando sentimos miedo, estrés,
frustración, enojo, etc. se vuelve caótico; en cambio, cuando se
experimentan emociones como la gratitud, la compasión, el perdón, etc.
toma un aspecto ordenado y se obtiene lo que se llama un “espectro
coherente. Este campo se extiende entre 2 a 4 metros alrededor del
cuerpo, permitiendo a todos los que nos rodean recibir la información
energética contenida en nuestro corazón.
El
amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia
inteligente que nos permite vivir desde el corazón, en unión con
nuestra naturaleza divina en la profunda unidad con todo lo que existe.
Observa como la fraternidad, la compasión, la bondad, el respeto,
la creatividad y el genio creador, es decir, los pensamientos
y sentimientos elevados son manifestaciones de la unidad en la
que vivimos, mientras que las emociones negativas son manifestaciones de
la separatividad.
Cuando
vivimos reconociendo que somos uno con todo lo que existe, que no es
otra co que ver a Dios en todo, los dos osciladores del cuerpo que
son el cerebro y el corazón, vibran en perfecta sincronicidad y
como consecuencia envían a todo el cuerpo órdenes coherentes,
eficaces, inteligentes y totalmente adecuadas a las necesidades del
momento.
¿Qué tenemos que hacer para despertar la inteligencia del corazón de manera que pueda tomar el comando de nuestras vidas?
Nos
dicen los científicos que tenemos varios circuitos por medio de los
cuales nos llega información que ocasiona respuesta en nosotros.
El primario, que es completamente inconsciente, y nos permite salir
huyendo de una situación de peligro sin tener que reflexionar. Luego
el inteligente, que nos permite el razonamiento y el tercero, una mezcla
de los dos, en donde los recuerdos del inconsciente se activan y
producen reacciones que pasan por la corteza, “el inteligente” y ésta de
alguna manera los justifica. El Maestro DK lo llamaría,
pensamientos emocionales o kama manas. Ahora la ciencia nos presenta
otro circuito que va del corazón a la cabeza y ahí está la clave. El
cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza los centros
superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la
realidad sin apoyarse en experiencias pasadas, este nuevo circuito no
pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo,
y por ello, tiene
una percepción exacta de la realidad. Su inteligencia no separa sino que une, reconociendo en todo momento la gran red de vida en la que estamos todos. Es la conexión cósmica que la inteligencia divina nos ha legado para que podamos recuperar nuestro origen divino y nuestra sabiduría esencial. Es la forma de tener una mente iluminada, o como dicen
algunos, “resplandor en el cerebro”.
una percepción exacta de la realidad. Su inteligencia no separa sino que une, reconociendo en todo momento la gran red de vida en la que estamos todos. Es la conexión cósmica que la inteligencia divina nos ha legado para que podamos recuperar nuestro origen divino y nuestra sabiduría esencial. Es la forma de tener una mente iluminada, o como dicen
algunos, “resplandor en el cerebro”.
¿Y
cómo activar éste circuito? Viviendo desde el corazón. Cada
pensamiento, ca emoción, presentarla primero al corazón y ver si está en
armonía con el Amor que allí se encuentra. Hay que trascender
los deseos personales y aprender a vivir según la intención del corazón,
que es la intención de tu Ser Interno.
El
impedimento mayor que tenemos hoy en día son las memorias grabadas en
nuestro inconsciente que se activan cada vez que son estimuladas.
Busca ser testigo de ti mismo, de tus propias reacciones para que
puedas verlas, porque cuando se ven, se van. Para ello tienes que asumir
la plena responsabilidad de tus emociones, agradables o
desagradables, decidir no culpar a nadie por tus reacciones emocionales y
reconocer que el verdadero origen de tus reacciones emocionales no está
en lo que ocurre en el exterior sino en tu interior.
Hay
un camino hacia el Corazón que ha sido anunciado por todos los
Maestros, haríamos bien en recordarlo: Cultiva el silencio, haz
contacto con la Naturaleza , vive periodos de soledad, medita y
contempla, busca la verdadera belleza, vive con sosiego y quietud, cuida
tu entorno vibratorio, recupera el sentido de lo sagrado, recupera la
inocencia al no juzgar, reconoce las sincronicidades en tu vida, trabaja
en grupo, coopera, vive con sencillez, escucha.
Ten presente que tu Corazón tiene una inteligencia superior, escúchalo y pregúntale cuando no sepas que hacer.
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