domingo, 22 de diciembre de 2013

La Tierra, el flujo de recibir en tu vida, 17 de diciembre 2013

LA TIERRA canalizada por Pamela Kribbe
EL FLUJO DE RECIBIR EN TU VIDA
Diciembre 17 de 2013
 
Queridos mujeres y hombres:
YO SOY la Tierra, quien os hablo. Os saludo desde mi corazón, un
corazón que pulsa dentro de vosotros. Yo fluyo a través de tu cuerpo y
estoy contigo; y quiero apoyarte y darte lo que necesites. Tú estás
conectado conmigo en tu cuerpo y a través de él; y Yo continuamente te
envío señales de invitación. Escúchame, te estoy hablando a través de
tu cuerpo. Ahora dedica un momento a descansar y relajarte para que
puedas sentir mi presencia en ti.
Tu consciencia es Luz; y puedes imaginarla como una especie de rayo.
Este rayo de Luz se puede enfocar de variadas maneras para permitir
que la Luz resplandezca. Tu consciencia es una concentración de
conocimiento que es neutral en sí mismo, porque en él no hay procesos
de pensamiento, en el sentido de juzgar u ordenar. Es una manera de
ser más neutral y objetiva; y tú eres esa consciencia.
Esa consciencia ha descendido hacia el cuerpo que tienes ahora, por
medio del cual vives ahora mismo. Llena tu cuerpo con tu Consciencia,
comenzando por tus pies. Permite que tu atención fluya a través de tus
pies, sin ningún motivo ni expectativa. Para tus pies, esa atención es
maravillosa; se bañan con tu consciencia. Siente que la Luz fluye por
las plantas de tus pies; y por tus talones y tus dedos de los pies.
Siente cómo te relaja la Luz. Déjala subir mientras enfocas tu
atención en tus tobillos, en tus pantorrillas y rodillas; y subiendo
por tus muslos hasta tu cadera y tu pelvis. Y permite que tu Luz fluya
hacia el área de tu abdomen. Toma tu tiempo para hacer esto, para que
realmente te sientas anclado en tu cuerpo. Siente que la Luz de tu
consciencia fluye en suaves corrientes, ondulando por tus piernas y tu
abdomen. Siente que tu mente se detiene; y te haces totalmente
consciente de que eres consciencia, tú eres Luz.
Si hay pensamientos, toma nota de ellos de la misma manera como
tomarías nota de sonidos externos, tal como del ladrido de un perro en
el exterior. Tú no eres ni el ladrido del perro, ni eres tus
pensamientos. Tú eres la consciencia que está despierta. Siente el
espacio abierto que es tu consciencia. Tú eres ese espacio, el espacio
entre tus pensamientos, entre las muchas sensaciones y los muchos
estímulos en tu cabeza y en tu cuerpo. Siente cuán libre es esa
consciencia. Ella mira todas estas sensaciones e interactúa con ellas
juguetonamente. Cuando tu Luz es tan informal y tan libre, cuando se
conecta abiertamente con tu cuerpo, la Tierra parte de ti es nutrida.
Ésta es la Luz más sanadora que puedas recibir jamás, la Luz de tu
propia Alma, de tu propia Consciencia. Esta Luz tiene poder sanador,
así que permítele que fluya hacia el lugar de tu cuerpo donde hayas
almacenado tensión, hacia el lugar que reconozcas como sitio
vulnerable de tu cuerpo. De nuevo, sin ningún juicio y muy
objetivamente, permite que la Luz fluya hacia allí. Así es como se
restaura el equilibrio.
Hoy quiero hablar sobre el flujo de recibir en tu vida. La forma más
profunda de recibir, es aceptarte como eres. Con la Luz que está en
ti, tú miras tu propia humanidad, tus sentimientos, tus emociones, tus
temores, o tu obstinación. Tú los rodeas con esta Luz gentil y
objetiva. Solamente entonces creas el fértil lecho necesario para
recibir. El deseo más profundo de un Ser Humano en ser abrazado, ser
visto amorosamente, ser reconocido, estar rodeado por los brazos de
una madre incondicionalmente amorosa. Eso da seguridad y tranquilidad.
En esa seguridad, en ese tranquilo reposo, comienzas a irradiar. Tú
eres quien eres, naturalmente; como una flor que surge del capullo.
Cuando su lecho es fértil, la flor brota y comienza a florecer
naturalmente con su propia radiancia.
Esta vida está destinada a que comiences a sentir ese Amor
Incondicional por ti mismo. Éste es un gran desafío, porque en los
Seres Humanos vive una incrustada tendencia a buscar el Amor fuera de
sí mismos. El temor y la incertidumbre te impulsan a buscar más allá
de ti mismo. Tratas de nutrirte de las energías externas, para
sentirte satisfecho, abrazado; y para pertenecer. Pero tu Senda es
diferente. Tu orden más profunda y más sagrada, es aceptarte sin
importar ninguna influencia externa, abrazarte con esa Amorosa Luz que
Eres. Y eso incluye esas capas profundas y oscuras que más bien te
gustaría ocultar; y que no querrías experimentar. El instrumento con
el cual puedes amarte, aceptarte y abrazarte, ya está dentro de ti. Es
la Luz de la cual hablé antes, la Consciencia que tú eres. Por un
momento siéntela profundamente en tu abdomen. Es una Luz que es de más
allá de este Mundo; y no está atada al tiempo, ni al espacio, ni a la
forma. Es una Luz Eterna completamente tuya y única. Siente tu propia
Luz.
Has permitido que la Luz de tu consciencia circule a través de tus
piernas y hacia el área de tu pelvis y tu abdomen. Ahora te pido
llevar la Luz más arriba, al área de tu Plexo Solar, que está en el
área de tu estómago. Aquí permite que la Luz fluya muy objetiva y
calmadamente. El Plexo Solar es un centro muy importante. Hace unos
días hablé de como estás actuando como intermediario entre el poder de
los Cielos y el de la Tierra, entre el flujo de tu Alma y el de tu
cuerpo. Tu Plexo Solar está literalmente en el centro de esa
interacción. De cierta manera, es el mediador. La personalidad
terrenal que eres, tiene aquí sus cimientos.
Me gustaría hablarte de esa personalidad terrenal. En cierto sentido,
la personalidad terrenal es una especie de navegante que tiene que
manejar muchas influencias diferentes; y que debe integrar de manera
equilibrada la inspiración de arriba, del Alma, con las fuerzas
emocionales del niño interior. El cuerpo terrenal tiene que asimilar
todo eso, junto con las influencias externas: personas, situaciones,
desafíos.
La última vez que hablé expuse dos clases de influencias que os pueden
sacar del equilibrio y causaros perturbación. Una es el temor y la
otra el control, el deseo de manipular. Si ahora miras el centro del
Plexo Solar, puedes imaginar que éste es el asiento del ego, esa parte
de ti que debe mediar entre todas estas influencias y flujos; y
emprender acciones en este Mundo de tiempo y espacio, de forma
material. Yo no veo al ego como algo malo. Lo veo como una necesidad,
dado que en este Mundo es necesario para equilibrar todos los
diferentes flujos energéticos para que puedas expresarte aquí en este
ambiente terrenal. Te capacita para dar y para recibir.
Ahora, en términos generales hay dos trampas para el ego, el cual está
centrado en tu Plexo Solar. El ego bien puede hacerse demasiado
pequeño, o demasiado grande. Si se hace demasiado pequeño,
energéticamente se retira a tu Plexo Solar y se encuentra en un tenso
estado de miedo, ansiedad y preocupación. Constantemente piensa que
"no puede", que no es suficientemente bueno, que necesitas a otros; y
que no tienes poder. Mira tu interior para ver si reconoces ese tipo
de ego. Mira si en medio de las principales influencias que encuentras
en la vida: el poder del Alma, las urgencias emocionales del niño
interno, las presiones del mundo exterior, frecuentemente tienes el
sentimiento de que todo eso es demasiado para ti. Mira si tu ego
siente miedo y quiere ocultarse, o si tienes dificultades para tomar
tu espacio personal, o si buscas excusas o maneras de escaparte de
esta realidad. Ésas son formas de un ego demasiado pequeño que está
regido por el temor, o que incluso algunas veces está traumatizado.
Ahora, también está la posibilidad de un ego demasiado grande. Eso
también se hace sentir en el área del Plexo Solar. Un ego demasiado
grande se siente un poco inflado y forzado; quiere demasiado. Un ego
demasiado grande sobrestima su habilidad de hacer las cosas por sí
mismo, de configurar y dirigir al mundo. Piensa continuamente:
"Necesito organizar esto, quiero arreglar esto, o las cosas no
funcionan sin mí". Quiere mantener el control; y de esta manera limita
sus propias posibilidades. Porque cuando el ego quiere ejercer
demasiado control, irrevocablemente se cierra al flujo de los impulsos
del Alma. Se puede decir que tienes una venda en los ojos, o que
tienes visión de túnel, cuando quieres controlar demasiado las cosas
desde un ego demasiado grande. Frecuentemente también un ego grande
tiene poca conexión con el niño interior. Las emociones y las señales
emocionales que surgen del niño interior, frecuentemente son ignoradas
o son vistas como agobiantes. El ego quiere avanzar hacia sus metas.
Te mantiene atascado en su visión de túnel. Mira en tu interior para
ver si reconoces este rasgo. Busca ocasiones en tu vida en que te
hayas aferrado a las metas de tu ego, temeroso de dejar ir.
Usualmente, ambos aspectos del ego se encuentran en la mayoría de las
personas. Algunas veces el caso es que en una persona haya un mayor
énfasis en el aspecto de un ego demasiado pequeño, mientras que en
otra es el aspecto de un ego demasiado grande el que le está poniendo
trampas. Pero en ambos casos, eventualmente te separas de tu corazón,
de tu Alma y de tus emociones. La manera de regresar a tu centro, de
permitir la restauración del equilibrio; y de volver a abrir el canal
para el Alma y el niño interior, es mirar y observar de manera
amorosa, de manera objetiva, lo que estás haciendo. ¿Te alimentas con
pensamientos despectivos y opresivos? ¿Te empequeñeces? Luego creas un
cuento en torno a esa idea de que las cosas no pueden ser de otra
manera; y de que así está bien.
Examina el cuento detalladamente. Míralo cuidadosamente hasta llegar a
ver que ese cuento está regido por el temor, por un ego que no se
atreve a tomar el espacio personal, a confiar en sí mismo y en su
propia fortaleza. Rodea a ese ego con Amor, comprensión y gentileza.
Cuando tu ego se va demasiado hacia la otra dirección, cuando rehúsa
dejar ir e insiste en determinarlo y regirlo todo, entonces hazte
consciente de esta estructura de creencias, pero hazlo con una mirada
gentil y comprensiva. Ríete de la manera como enredas las cosas cuando
terca y obstinadamente te aferras a una visión de túnel. Permítete ser
placenteramente sorprendido por nuevas posibilidades. Recuerda que
frecuentemente es una virtud no saber algo, estar abierto a lo nuevo.
¿Por qué hablo hoy sobre estas dos formas de ego desequilibrado?
Porque es la clave para que puedas recibir lo que la vida quiere
darte. Te desconectas del flujo de recibir, ya sea haciéndote
demasiado pequeño o demasiado grande. Al mirar estas tendencias en ti
mismo y sonreír ante ellas, regresas a tu centro naturalmente. Siente
eso por un momento. Visualiza que tras de ti o a tu lado está tu Alma;
y ante ti o a tu lado está tu niño interno. Siente el gran poder sabio
de tu Alma, que sabe mucho más de lo que tú puedes saber con tu mente
humana. ¡Confía en ella! ¡Confía en él!
Imagina que en tu Plexo Solar vive una pequeña figura, un hombre o una
mujer, una figura que representa a tu ego; y mírala muy objetivamente.
¿Quiere esa figura estar adelante y trata de ordenarlo todo? ¿O se
hace atrás porque todo eso es demasiado, demasiado agobiante; y siente
mucho temor? Mira cuál movimiento está tentado a hacer tu ego,
retirarse o avanzar. Finalmente, imagina que tu ego está equilibrado y
que esta figura en tu Plexo Solar está de pie en una posición erguida.
Está conectada con tu Alma y con los Cielos de arriba; y con tu cuerpo
y con la Tierra de abajo. Siente de cuánta ayuda y cuán liberador es
eso para tu ego, para tu personalidad. Todo se vuelve más libre y más
fluído. Es un suave flujo de Amor Incondicional. Permite que exista
este flujo; y permítele elevarte.
 
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
http://www.despertardivino.cl/aspbb/Shauds/viewinfo.asp?msgID=8473

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