Ser dueño de tu propio poder:
Ser
dueño de tu propio poder, tu poder de ser auténtico, de ser quien
realmente eres, trata de hecho, de apropiarte de tu libertad. De muchas
maneras, has cedido tu poder y/o libertad por tu forma de hablar ,de
pensar y ser.
Por ejemplo, cuando dices o piensas algo como, “Esa
persona me hace enfadar”, has cedido tu poder /libertad de decidir si
estar o no enfadado, a esa persona. Has dicho que no tienes poder, y que
esa persona tiene el poder de decidir cuando te enfadarás.
Puedes elegir no hacerlo nunca más.
Sería
más adecuado decir algo cómo, “Me enfado cuando esa persona hace eso”.
De esa forma, llegas a comprender que eres tú el que te ha hecho
enfadar, y también que puedes decidir sentirte enfadado, o sentir algo
distinto.
Nadie más que tú “hace” que te sientas enfadado, o
triste, o deprimido, o feliz, o sexy, o aburrido, etc. A partir de ahora
estás en el proceso de decidir por ti mismo sobre tu vida, tus
opciones, tus acciones, tus sentimientos, y lo que ves, ¿ porqué no
adueñarte del poder de tomar decisiones a todos los niveles?
Presta
atención a las palabras que utilizas, porque ellas forman las bases de
tus formas de pensamiento. Escucha tus palabras, y date cuenta si ellas
reflejan o no tu libertad de decidir por ti mismo, qué sientes o qué
haces.
¿Dices, “Déjame hacer esto”, pidiendo permiso o expresas
tus deseos diciendo, “me gustaría hacer esto”, o incluso “Voy a hacer
esto?”. ¿Dices, “Esa persona me manipula” o “Me permito a mí mismo ser
manipulado”? Cualquier cosa que hayas estado haciendo que no haya
funcionado para ti, puedes elegir no hacerla nunca más.
¿Te has
reprimido de expresar lo que realmente querías por lo que pensabas que
alguien pudiese pensar? Entonces, has cedido el control de tu poder de
palabra a esa persona.
Eres libre, lo sabes. ¿Estás deseando ser dueño de tu libertad?
¿Te
has reprimido de mirar algo o a alguien por lo que otra persona
pudiese pensar? Entonces, le has cedido tu libertad de elección de ver
lo que quieres, a esa persona.
¿Te has reprimido de hacer lo que
querías por lo que otra persona pudiese pensar? Has cedido tu libertad
de acción. Te has reprimido de hablar, de actuar, de ver lo que era
autentico para ti. La visión clara se relaciona con permitirte ser
auténtico, y confiar en ello – de hecho, insistir en ello.
Al ser
dueño de tu libertad, también debes desear reconocer la libertad de los
demás. Nadie te da tu libertad – ya es tuya. Sólo depende de ti ser
libre. De la misma forma, tu no das a los demás su libertad. Tu sólo
puedes reconocer que ellos la tienen.
Cuando haces algo, los
demás son libres de sentirse cómo ellos elijan acerca de lo que tú
haces. Para ti, sin embargo, solamente estás siendo auténtico, y
actuando con amor y libertad según tus motivaciones. Si eres
malinterpretado, puedes elegir aclarar el malentendido a través de la
comunicación. No es necesario que cambies tu forma de Ser por la forma
en que los demás se sienten. Si eliges cambiar, debe ser porque tiene
sentido para ti hacer las cosas de distinta forma.
De la misma
manera, si otra persona hace algo por lo que tú eliges no sentirte bien,
esa es tu opción. Esa persona, también, es libre. Si el no sentirse
bien es el resultado de un malentendido, puede aclararse a través de la
comunicación. No supongas nada. Pregunta, y entonces lo sabrás.
Si
el no sentirse bien es el resultado de apegos que necesitas liberar en
tu camino hacia la claridad y la libertad, puedes encontrar otra forma
de pensar y de sentir dónde te sientas mejor, en la cual no estás
decidiendo lo que otra persona haría de distinta manera, sino
preferiblemente lo que tú necesitas hacer de otra forma.
Si
esperas que la otra persona cambie su forma de Ser por la forma en que
te sientes, entonces estas queriendo controlar a esa persona. Si no
quieres ser controlado, ¿estás deseando cesar de controlar?
Quizás
en el pasado, cuando mirabas una situación que no considerabas óptima,
habías decidido lo que la otra persona debería haber hecho de forma
distinta, o que debería hacer de diferente en el futuro. Cuando te
apropias realmente de tu poder y de tu libertad, eso ya no lo haces más –
si no, solo decides lo que podrías haber hecho de distinta manera
entonces, y lo que puedes hacer de distinto a partir de ahora, en el
futuro. Cuando eres sincero acerca de esta cuestión, tus pensamientos se
incluyen también en el proceso. Mientras te encuentres pensando lo que
otros harían, o pensarían, o sentirían, no eres totalmente dueño de tu
poder o de tu libertad.
Si quieres ser dueño de tu libertad,
¿estás deseando reconocer la libertad de los demás también? Entonces,
puedes comprender que no haces a los demás tristes, si no que ellos
pueden decidir sentirse de esa forma cuando tú haces algo. Tú no les
haces felices, si no que ellos optan por sentirse así cuando tú haces
algo.
No importa lo que hagas, digas, algunas personas lo
aprobaran, y otras no. Tienes la libertad de decidir con qué personas
estarás. Si decides estar con los que te juzgan, puedes sentirte como
una mala hierba en un jardín, sintiéndote constantemente como si
necesitases defenderte a ti mismo y a tu forma de Ser.
En cambio,
puedes elegir estar bien cuando te juzguen, sabiendo que solamente
estás siendo quien tú eres, y que los demás son libres de sentir lo que
quieran acerca de esto. Pueden estar juzgándote bajo sus estándares,
pero tú estas viviendo bajo tus propios estándares.
También
puedes elegir estar con esas personas que no te juzgan, y en cambio, te
aprecian por quien eres. Puedes sentirte más libre, y más relajado
cuando eres auténtico, siendo quien realmente tú eres. Comprenderás que
tú no eras una mala hierba, sino solamente una flor en el jardín
equivocado.
Quizás, en el pasado, tendías a cambiar, a ser
alguien distinto de quien eres realmente, para ser amado, para obtener
amor. Si quieres saber que eres querido por quien tu eres, entonces sé
quien realmente eres, y deja que sea esa la imagen que se ama.
El
amor no puede ser solicitado. Debe fluir libremente, y darse
libremente. Entonces, sabrás que ese amor es auténtico. Si tú creas una
imagen a fin de ser amado, y la gente ama esa imagen, con eso no te
sentirás amado por quien realmente eres.
Si las expresiones de
amor se solicitan, se piden, entonces no sabes en realidad si se
manifestarían en caso de que tú no la pidieras.
Todavía no
estarías seguro del amor. Date cuenta cuando las expresiones de amor
proceden libremente de los demás, cuando tú eres auténtico. Entonces,
sabrás que llegan porque los otros eligen expresar su amor, y sabrás que
es auténtico. Cuando sabes que el amor está ahí, ábrete y siéntelo.
A
veces, las expresiones de amor son malinterpretadas, porque nos han
enseñado distintas formas de expresar el amor que sentimos. La forma en
que algunas personas expresan su amor, es a veces malinterpretada como
amor que se quita. Los malentendidos pueden resolverse a través de la
comunicación, de modo que las expresiones de amor al final pueden ser
esas en las que destaca la experiencia de la persona que las recibe,
algo que les hace sentir bien.
Acuérdate de expresar tu amor de
esa forma, también. Expresa tu amor de la forma en que te gustaría que
los demás expresasen su amor por ti, de una forma en que el resultado
sea que se sientan bien, y de una forma en que tú serías feliz cuando lo
recibieras.
Tienes el poder y/o libertad de ser quien realmente
tú eres, de estar dónde quieres estar, con quien realmente te gustaría
estar (si a ellos les gustaría realmente estar contigo), haciendo lo que
realmente quisieras hacer. Los demás, también, tienen el mismo poder
/libertad.
Si honestamente te encuentras incapaz de decir, “Amo
donde estoy, Amo con quien estoy, Amo lo que estoy haciendo”, entonces
algo tiene que cambiar. Tienes el poder y/o libertad de hacer que
cambie.
Si es una situación dónde no te sientes feliz, tienes tres opciones:
Cambia la situación.
Reordénala.
Cambia la forma en que ves la situación.
Deja la situación, y encuentra otra.
Si
la situación, por ejemplo, es tu trabajo, puedes cambiarlo de manera
que lo que estés haciendo signifique más para ti. O, puedes verlo de
otra forma en la que te sientas mejor y por lo tanto te sientas feliz en
esa situación (pero debe ser auténtica para ti). Si no haces ninguna de
estas cosas, entonces quizás necesitas hacer algo distinto, en un
trabajo distinto, de manera que desees cada día invertir tiempo y
energía en él.
Si es tu hogar, ¿ te sientes como en casa en él?
Si no, reordénalo de forma que lo parezca. O de otra forma, elige verlo
como que es realmente perfecto para ti ahora. En caso contrario, múdate.
Si
crees realmente que estos cambios son demasiado inmensos para ti, que
“no puedes hacerlos”, es porque tú has cedido tu poder y/o libertad. No
es que no seas capaz de realizar estos cambios, si no que no has elegido
hacerlo. Aún tienes el poder de crear tu vida de la forma en que
realmente te gustaría que ésta fuese. Tienes el poder y/o libertad de
cambiar lo que no ha funcionado para ti, cambiar lo que no ha resultado
en tu ser tan feliz como te gustaría que fuese.
¿Estás con gente con quien realmente no disfrutas estar? Si es así, has cedido tu poder de ser feliz a ellos.
No tienes que hacerlo nunca más.
Si has cedido tu poder, puedes recuperarlo. Aún es tuyo. Aprópiate de él.
Tu
poder y/o libertad también incluye tu opción de cambiar los patrones
dentro de ti mismo que reconoces que no han sido óptimos, que son el
resultado de una percepción equivocada, y de formas limitadas de
comprender.
Tus apegos y adicciones están entre tu y tu libertad.
Cuando eres libre, eres capaz de decidir en cada momento qué te
gustaría hacer, y qué tiene sentido hacer. No te permites a ti mismo ser
controlado por programas pasados.
Cuando eres adicto a algo y no
lo obtienes, no te sientes bien. El grado de tu malestar muestra el
grado de apego o adicción. Puedes elegir no dar tu poder a tus apegos, o
al objeto de tus apegos. El desapego es libertad.
No se trata de
desprenderse. Desprenderse es alejarse de todos los sentimientos. El
desapego permite sentimientos positivos de alegría cuando tienes algo.
Cuando hay algo que no tienes, eres capaz de focalizar tu atención en lo
que tienes.
Si, por ejemplo, estas apegado a una cena con
langosta, y no puedes cenar langosta, no eres libre de disfrutar lo que
tienes. Cuando no estás apegado, puedes disfrutar una ensalada, un
bistec, o si dispones de langosta, realmente disfrutarla, también.
Si
estás apegado o eres adicto a una persona, cuando estás con ella, pasas
tiempo preocupándote por cuando no estarás con ella, y cuando ellos no
están, pasas tiempo echándoles de menos, y no estando presente con la
gente que están contigo. Eso no es libertad.
Tienes el poder y la libertad de estar totalmente presente dondequiera que estés, disfrutando de lo que este ocurriendo.
Los
demás no tienen que cambiar su forma de Ser por tus apegos, y tú no
tienes que cambiar tu forma de Ser por las adicciones de los demás.
Tú
asumes la responsabilidad total de ti mismo, y cualquier cosa que
pienses, hagas o digas y reconoces que los demás tienen la
responsabilidad por cada cosa que elijan pensar o hacer o decir.
No
decidas qué piensan los demás, o que harán en una situación dada,
porque de hecho, realmente no lo sabes, esa es su responsabilidad. Solo
necesitas examinar tu propia conciencia y lo que ocurre en ella.
Los
demás son libres para querer lo que quieren y tú eres libre de decir
sí o no a eso. Es correcto para ellos quererlo y es correcto para ti el
no quererlo. De la misma forma que eres libre de querer lo que quieres y
los demás son libres de no querer lo mismo. Cuando ambos queréis lo
mismo, hay un acuerdo libre y entonces es probable que algo suceda. Si
no, puedes estar de acuerdo en no estar de acuerdo y cada uno puede
encontrar la felicidad y la satisfacción a su manera.
Cada persona tiene derecho a tener su propia opinión y sus propios pensamientos y deseos y tú , eres libre.
Revisa
tu película, en la que no eres solamente el protagonista, sino también
el director. Y también eres el público. ¿ Cuáles eran los efectos de tus
acciones y palabras? ¿ Podrías haber escrito un mejor guión para ti
mismo? Si es así, ¿ qué hubieses hecho de otra manera? ¿ Podrías haber
actuado con más amor, más comprensión?
Revive la situación en tu
mente, haciéndola distinta, y mira el final diferente. Decide que si la
situación se presenta de nuevo, la revivirás de la nueva forma.
Dedícate a esa decisión. Entonces, has cambiado para mejor, porque era
tu elección, y has aprendido lo que necesitabas.
Asimismo, debes
darte cuenta de que las cosas ocurren de la forma que tiene que ocurrir,
con la química de las personas involucradas, para obtener el resultado
que necesita ocurrir. La próxima vez, sin embargo, serás capaz de lograr
el mismo resultado con más armonía.
Continua haciendo esto hasta
que seas honestamente capaz de dar a tu película y a tu carácter
grandes repasos. ¡Si vieras esa película en el cine, hubieses pensado
que era una película fabulosa, con una estrella inspiradora tú!
Hubieses recomendado la película a tus amigos y disfrutaríais viéndola
de nuevo.
Date cuenta de cuáles son tus motivos para hacer las
cosas. ¿Cuáles son tus motivaciones? En una situación dada, ¿estás
escogiendo el miedo o la libertad? ¿Estás haciendo las cosas porque
realmente las has elegido, o las estas haciendo ,o no haciendo, por
miedo? Confía en tus instintos y en lo que es auténtico para ti, y haz
lo que realmente quieras hacer.
¿Te contenías de ser quien
realmente eres porque pensabas que tenías que hacerlo, y luego te dabas
cuenta que realmente no tenias que haberlo hecho? Entonces, la base de
tu decisión y tus acciones era el miedo. Toma la decisión de que no
tienes que hacerlo nunca más. Puedes ser quién realmente eres, y la
gente te disfrutará aún más. Cuando haces lo que realmente quieres, algo
maravilloso ocurre.
¿Es el amor tu motivación, o es la culpa?
¿Haces las cosas para evitar sentirte culpable, porque te sentirías
culpable no haciéndolas? O actúas claramente, haciendo lo que realmente
quieres hacer, como una expresión de amor.
Si has estado teniendo como motivaciones el miedo o la culpa, ¿quieres seguir de esa manera? No tienes porqué, lo sabes.
Puedes
hacer una elección consciente, una profunda decisión, no tener miedo o
culpa o ira controlando tu vida, si no actuar como un Ser
conscientemente libre. Cuando lo haces, a partir de ese momento, si
descubres que tu decisión va a ser de una cierta forma, o hacer (o no
hacer) una cierta cosa basada en el miedo, la culpa o la ira, dedícate a
tomar una decisión distinta. Entonces, no estas permitiéndote ser
controlado por los patrones pasados de ser o hacer, sino viviendo
realmente tu libertad.
Eres realmente libre. Solamente tienes que
adueñarte de tu libertad, y ser libre. No solamente te sentirás mejor y
disfrutarás tu vida mucho más, sino que también liberarás patrones que
se asociaban con visión distorsionada. Vas a volver a la claridad.
Eres libre de pensar de la forma que elijas, y amar de la forma que elijas, y actuar de la manera que elijas.
La
gente que te ama disfruta viéndote feliz de la forma en que realmente
te gusta ser feliz, siendo la expresión más llena de tu Ser, siendo
auténtico, siendo todo lo que tú puedes ser. La gente que te ama
realmente quiere que tengas éxito.
Pero, depende de ti.
Tienes el poder y la libertad de ser auténtico, de ser feliz, de tener éxito, de estar satisfecho.
Mira claramente lo que es auténtico para ti. Y vívelo.
Mientras
nos han enseñado que es algo bueno ser nosotros mismos, de hecho,
también necesariamente, nos han enseñado de muchas maneras que no
tenemos que ser nosotros mismos para complacer a los demás y que es
bueno complacerles, hacer feliz a los otros.
Entonces, parece ser
una elección entre hacer feliz a los demás, por un lado, y siendo
nosotros mismos, hacernos felices a nosotros mismos, por el otro lado.
Si
has estado eligiendo no ser tu mismo para que otros fueran felices, has
decidido que complacer a los demás era más importante que ser realmente
tú mismo. Esta era una bonita expresión de tu amor, pero con un coste
elevado para ti, y tu facilidad de Ser, y tu salud. La facilidad de Ser
se asocia con la salud. No ser tu mismo requiere una inversión de
energía, que también se conoce como estrés, un elemento no saludable
desde ningún punto de vista.
Lo que tiene mayor sentido es
cambiar tus prioridades de forma que ,ser auténtico, sea lo más
importante y de hecho, una parte necesaria de cualquier proceso de
sanación.
Aún puedes disfrutar expresando tu amor de cualquier
forma que funcione para ti y saber la importancia de ser auténtico.
Siendo tu mismo. Siempre. Con claridad y amor.
Por Martin Brofman, Ph, D.
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