La Ley
de la Vida
Ley de Atracción – Causa y Efecto, o - Ley del Karma
Misterios Develados -
Capítulo I – Encuentro con el Maestro
Saint Germain a través de Godfré Ray
King - 1930’s –
La Verdad de la Vida-
es que no se puede desear - lo que no tiene manifestación posible - en algún
punto del Universo. Tanto más intenso es
el sentimiento dentro del deseo, tanto más rápido se cumplirá. Sin embargo, si ustedes tienen la temeridad
de desear algo que dañe a otro hijo de Dios, o a cualquiera de Su Creación, ese
pagará con discordia y fracaso en alguna experiencia de su vida.
Es muy importante entender
plenamente, que la intención de Dios para cada uno de sus hijos, es la
abundancia de toda cosa buena y perfecta.
Él creó la perfección y revistió o invistió a cada hijo con ese mismo
Poder. Todos podemos crear y mantener la
perfección, y expresar Dominio Divino sobre la Tierra y todo lo que ella
contiene.
La humanidad fue creada a imagen y
semejanza del Padre, la única razón - por la cual no manifiesta su Dominio, -
es porque los Hijos de Dios no usan su autoridad Divina. Aquello con que cada individuo está dotado y
con lo cual debe gobernar su mundo.
Ellos no están cumpliendo la
Ley del Amor, - cuando no derraman paz y bendición a toda la
creación. Esto ocurre, porque no se
aceptan y no se reconocen a ellos mismos como lo que son, Templos del Dios
Viviente. Ellos no saben, que este
reconocimiento debe mantenerse eternamente.
La humanidad en su presente y
aparente limitación de tiempo, espacio y actividad, está en el caso de la
persona que necesita, y cuando alguien le extiende lo que necesita, ella no se
acerca a recibirlo, ¿cómo va a gozar del beneficio?. La masa humana está en este grado de
conciencia hoy, y continuará en ella hasta que acepte que el Dios que lleva en
el corazón es el Dueño, el dador y el Hacedor de todo el Bien que puede entrar
en sus vidas y mundos.
El ser personal de cada uno tiene
que reconocer completa e incondicionalmente que la actividad exterior humana no
tiene nada propio. Hasta la energía es
irradiada al ser personal por el Gran Divino Interior.
El
Amor y Alabanza del Gran Ser Interior y
la atención enfocada y mantenida en la Verdad, la Salud, la
Paz, el Suministro Divino y la Libertad, o cualquiera
otra cosa que sea necesaria para tu uso, si son mantenidas
persistentemente en tu conciencia -
pensamiento y sentimiento- serán manifestadas, tan absolutamente, como existe la Gran ley de Atracción
Magnética en el Universo.
La Eterna Ley de la Vida
es:
“lo que tú piensas y sientes lo
traes a la forma”. Donde tu pensamiento está, allí estás
tú. Lo que tú medites, en ello te
convertirás, ya que tú eres tu Conciencia.
Cuando uno permite a su mente
permanecer en pensamiento de odio, de condenación, de crítica, de lujuria,
envidia, celos, temor, dudas o sospechas, y permite que esos pensamientos y
sentimientos generen irritación en nuestro interior, es absolutamente seguro
que tendremos discordia, fracaso, desastres en el cuerpo, en la mente y en
nuestro mundo. Mientras permitamos que
la atención se detenga en tales pensamientos, bien sea respecto a naciones,
personas, lugares, condiciones o cosas, estaremos absorbiendo esas actividades
en la substancia de la mente, del cuerpo o de nuestros asuntos. De hecho, estará forzando su entrada en su
propia experiencia.
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Todas estas actividades discordantes
llegan al individuo y a su mundo a través de su pensamiento y sentimiento. A menudo el sentimiento relampaguea antes de
que el ser esté consciente del pensamiento captado por la conciencia
exterior. Antes de que pueda usar la
energía para controlarse; y esta experiencia demostrará que gran cantidad de
energía hay dentro de nuestras muchas creaciones acumuladas por hábito.
La actividad sensorial de la Vida es el punto más
abandonado, menos custodiado en la conciencia humana. Es la energía acumulada por medio de la cual
los pensamientos se convierten en “cosas”.
Yo te digo que la necesidad de controlar y vigilar los sentimientos no
puede ser subrayada demasiado, pues el
dominio de las emociones juega un papel muy importante en la Vida, para mantener el
equilibrio mental, la salud en el cuerpo, el éxito y los logros en los asuntos
mundanos o del ser personal de cada individuo.
Los pensamientos no pueden convertirse
en “cosas” hasta que son revestidos con sentimientos.
Lo que llaman el Espíritu Santo es
la parte de la Vida
que conocemos como “sentimiento”. Es la
actividad del Amor Divino o Expresión Materna de Dios. Por esto es que el pecado contra el Espíritu
Santo dicen que trae tanto tormento. (*La Biblia dice que no tiene perdón porque cualquier
discordia en los sentimientos rompe la
Ley del Amor, que es la Ley del Equilibrio, la Armonía y la Perfección).
El crimen más grande en el Universo
es contra la Ley
del Amor, por la incesante fabricación del sentimiento irritado y destructivo
en que vive la humanidad. Algún día la
raza conocerá que las fuerzas siniestras generadas por los humanos con sus
pensamientos y sus sentimientos, sólo entran en los individuos y en sus
asuntos, cuando hay falta de control sobre las emociones de los individuos, en
sus experiencias diarias.
Pero
aún los pensamientos destructivos no se pueden exteriorizar y manifestar, ni
convertirse en cosas físicas, a menos
que pasen por el mundo de los sentimientos, pues en esta faz, en este
momento de la manifestación, es que el átomo físico se coagula de acuerdo con
la forma mental.
Así como el ruido de una súbita
explosión causa un choque al sistema nervioso del que la siente, ocasionándole
una sensación de temblor en la estructura celular del cuerpo, así, exactamente,
las llamaradas de sensación irritada causan choques, perturban y desarreglan la
fina substancia en la estructura atómica de la mente, del cuerpo y del mundo de
la persona que las experimenta y las lanza hacia fuera, consciente o
inconscientemente, intencionalmente o no.
El sentimiento discordante es lo que
produce las condiciones que llamamos vejez, desintegración, falta de memoria y
otras fallas en el mundo de la humana experiencia. El efecto sobre la estructura corporal es
idéntico al que se produciría sobre un edificio, si el cemento que contiene
ligados los ladrillos, recibiera golpes repetidos y cada día estos fueran
aumentados. Este choque continuo
sacudiría las partículas componentes de la estructura, el edificio se vendría
abajo en una masa caótica y la forma dejaría de existir. Esto es lo que la humanidad está haciendo
constantemente a la estructura atómica de su cuerpo.
Darle expresión a los pensamientos y
sentimientos discordantes es el camino más fácil y es la actividad habitual de
todos los individuos sin desarrollo, indisciplinados y voluntariosos, quienes se niegan a comprender la “Ley de su Ser” y por lo tanto no
quieren traer el ser personal, ese instrumento de expresión, a la obediencia de dicha Ley.
Aquel que no quiera controlar sus
pensamientos y sentimientos está en mal camino.
Cada puerta de su conciencia está de par en par abierta para recibir las
actividades desintegrables que exteriorizan las mentes y emociones de
otros. Como no se necesita emplear
fuerza, ni sabiduría, ni entrenamiento, para ceder a los impulsos destructivos
y malévolos, los adultos que así se comportan son apenas niños en el desarrollo
de su auto - dominio.
Es una vergüenza para la vida humana
que el auto – control no sea enseñado desde la cuna hasta la tumba. La necesidad más impe-riosa en el mundo
Occidental hoy, es la atención a este punto altamente grave. Es fácil ceder a los hábitos de discordia
porque la masa humana está sumergida en un ambiente y una asociación creada por
ellos mismos.
El individuo tiene que hacer un
esfuerzo para superar esta condición, mediante el control de su conciencia
exterior, para así trascender esta limitación permanentemente ya que nadie puede quitar de su mundo y
de su vida la miseria, la discordia y la destrucción hasta que sujete sus pensamientos y sus sentimientos.
En esta forma se impide que la vida
que fluye por la mente y el cuerpo sea perturbada por la discordia que resulta
de cada pequeña molestia que ocurre en el mundo que lo rodea.
Al principio esta disciplina
requiere un esfuerzo continuo, porque los pensamientos y sentimientos del 95%
de la humanidad andan tan libres como un perrito callejero. Pero
no importa cuánto esfuerzo sea necesario para traer estas dos actividades a un
control absoluto, vale la pena todo el tiempo, la energía y el esfuerzo,
pues no se puede tener ningún dominio permanente de nuestra propia vida y
nuestro mundo sin ello.
Será
mi placer y Mi privilegio enseñarte el uso de estas Leyes Superiores. Su uso y su aplicación permitirán expresar la
verdadera Sabiduría y traerte Perfección.
El
primer paso hacia el control de uno mismo es aquietar toda actividad exterior, tanto de la mente como del
cuerpo. De quince a veinte minutos antes
de recogerte a dormir, y por la mañana antes de comenzar tu día, practica el
ejercicio siguiente – hace prodigios para todo el que haga el esfuerzo
necesario -.
El
segundo paso es asegurarse de no ser
perturbado y después de haberse tranquilizado y estar muy quieto se debe
visualizar y sentir el cuerpo envuelto en una luz radiante, blanca. En los primeros cinco minutos mientras se
visualiza este cuadro, hay que sentir intensamente la conexión entre el ser
exterior y el Magno Dios Interno, enfocando la atención en el corazón y
visualizándolo como un Sol Dorado.
El
tercer paso es el reconocimiento:
“Yo acepto gozoso la plenitud de mi magna Presencia de Dios, el Cristo
Puro”. Siente el gran brillo de la Luz e intensifícala en cada
célula de tu cuerpo durante unos diez minutos más.
Ahora
cierra la meditación ordenando: “Yo Soy Hijo de la
Luz. Amo la Luz.
Vivo en la Luz. Soy
protegido, Iluminado, provisto y mantenido por la Luz y Bendigo la Luz”.
Recuerda siempre que uno se convierte, se transforma en aquello que
medita, y puesto que de la Luz
salimos, la Luz
es Suprema perfección y el control de todas las cosas.
La contemplación y la adoración de la Luz favorece la iluminación en
la mente, salud y fuerza en el cuerpo, paz, armonía y éxito en los asuntos de
cada individuo que lo haga realmente y lo
continúe.
Desde el comienzo de cada Era, bajo
todas las condiciones se nos ha dicho a través de todos los que han alcanzado los más altos
logros de la Vida,
que la “luz” es Suprema; que está en todas partes y que existe en todas las
cosas.
Esa verdad es tan real hoy como lo
era hace millones de años. Tan
remotamente como se encuentre un rastro de humanidad, los grandes sabios de
todas las Edades han sido presentados con un halo de Luz emanando de la cabeza
y el cuerpo de cada uno.
La luz es real. Tan real como la luz
eléctrica en vuestros hogares. No está
lejos el día en que serán construidas máquinas que revelen la emanación de la Luz alrededor de cada
individuo, a la vista física del que desee observarlo. Dicha máquina también revelará la
contaminación o decoloración que forma una nube que rodea la Luz de Dios, generada por el
ser personal y ocasionada por los pensamientos y sentimientos discordantes.
Esta
es la forma y es la única manera de mal
usar y utilizar erróneamente la energía de la Gran Corriente de
Vida.
Si practicas este ejercicio
fielmente y lo sientes en cada átomo de tu mente y cuerpo con profunda
intensidad, recibirás abundante prueba de la tremenda Actividad, Poder y perfección
que existe y está siempre activa en la Luz. Cuando
hayas experimentado esto, aunque no sea sino por un corto tiempo, no
necesitarás pruebas adicionales. Te
conviertes en tu propia prueba. “La Luz es el Reino, entra en él y
estarás en Paz”. Regresa
a Casa del Padre.
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