sábado, 2 de julio de 2011

Fragmento de las cartas de Cristo: Jesua sana al hijo de Zedekiah

"Haga lo que hagas, posea lo que poseas, el lugar que ocupas en la vida, no
existen limites ante el potencial de tu desarrollo para el bien."

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La Canal comenta:

“Este es un fragmento muy importante de la CARTA 2 puesto que nos demuestra cómo Jesús se acercó a la gente con su conocimiento recién- adquirido. Está tranquilo pero firme y resuelto. Tiene la confianza de saber que su misión es la de enseñar y sanar. Está lleno de Amor y Compasión por las personas a quienes tiene que tratar. Gana los corazones de ellos sin esfuerzo.

Verás cómo las puertas se le abren para que haga los contactos idóneos que finalmente le permitirán comenzar su trabajo, de manera muy favorable en Cafarnaúm.

El propósito tras contar esta historia, es el de mostrarnos cómo la vida también debe fluir para nosotros, al abandonar el ego humano y depender únicamente del Padre, para que nos guíe y abra las puertas con el fin de alcanzar nuestros propósitos.

Pero siempre tenemos que recordar, que Jesús no se permitió hacer ilusiones. Tantas personas lo hacen y luego se preguntan por qué las puertas no se les abren.

No, Jesús SABÍA que el Padre estaba en su interior, dispuesto a darle la ayuda necesaria en seguida.

Fue el SABER y la CONVICCIÓN, lo que le unió a lo Divino en su interior, y que produjo tan asombrosos resultados.

Este es el mensaje de CRISTO para nosotros en estos tiempos. ‘Abandonar todo temor, duda y desorden y SABER que lo Divino está en ti tanto como lo estuvo en Jesús, y que te otorgará el poderoso espíritu que obró a través de Él….y que tú también sanarás y harás Milagros.’”

CRISTO habla:

“Al caminar por la calle, vino hacia mí una mujer de edad mediana, pesadamente cargada de cestos sobre los brazos. Su rostro estaba triste. Parecía que había estado llorando. Sin reflexionar, la paré y le pregunté dónde podría encontrar alojamiento. Brevemente respondió que normalmente me ofrecería una cama pero que tenía en casa a su hijo muy enfermo. Añadió que había ido a comprar provisiones para alimentar a los ‘consoladores’ que ya habían reunido para llorar la muerte de su hijo cuando éste muriese.

Mi corazón se sentía afligido por ella pero también se regocijaba. En seguida, había sido dirigido hacia alguien a quien podría ayudar. Expresé mi pesar y me ofrecía a llevar sus cestas a casa.

Me miró por un momento, preguntándose quién podría ser, pero aparentemente satisfecha por mi aspecto y conducta. De camino, expliqué que quizás podía ayudar a su hijo.

- ¿Es usted médico? - me preguntó.

Contesté que no había recibido formación médica, pero que sin embargo podría ayudarle.

Al llegar a su casa – grande y bien construida de piedra, que indicaba buena situación social y prosperidad, me llevó hasta su marido diciendo:

- Este hombre dice que puede ayudar a nuestro hijo.Malhumorado, inclinó la cabeza, sin decir nada. La mujer, Miriam, me llevó diciendo que estaba muy afligido y enfadado.

- El chico es nuestro único hijo entre muchas hijas, y culpa a Dios por darle al niño la enfermedad. Miriam se echó a llorar.

- Si habla así contra Dios, ¿qué más penas se nos cargarán? - me preguntó.

- Tranquila – dije - pronto verás bien a tu hijo, de nuevo.

Ella dudaba pero me dirigió hacia la habitación donde estaba acostado el chico. Hacía calor y el ambiente era sofocante, y estaba lleno de tristes consoladores charlando. Pedí a la madre que desalojara la habitación, pero los visitantes se resistían. Querían ver lo que sucedería y solamente se marcharon a disgusto, cuando Miriam llamó a su marido para que les hablase. Les oía discutiendo con el padre en la habitación de al lado. ¿Qué pensaba que podría hacer ese hombre, si el médico no había sido capaz de ayudar al chico? El padre entró en la habitación para ver por sí mismo.

Su hijo estaba más pálido que un muerto y tenía mucha fiebre. La madre explicó que no transigía la comida, y que tenía suelto el vientre. Estaba así desde hacía varios días y había perdido mucho peso, y el médico había dicho que nada más podía hacerse. Probablemente moriría.

Puse las manos sobre la cabeza del niño y recé, sabiendo, y silenciosamente dando gracias de todo corazón porque la Vida del ‘Padre’ fluiría a través de mis manos y dentro de su cuerpo. De este modo el trabajo de curación se llevaría a cabo. Sentí calor extremo y un hormigueo en las manos, y el Poder vertiéndose en su frágil cuerpo. Me sobrevino una oleada de gratitud. ¡Que grande, que maravillosa era la ‘Vida del Padre’ al soltarla para hacer SU trabajo natural de curación!

Su madre y su padre, angustiados, preguntándose qué ocurriría, se habían cogido de la mano y miraron con gran atención. Al ver como el color de su hijo gradualmente cambiaba del blanco a un rubor más sano, exclamaron atónitos deleitándose. Después de algún tiempo, el niño me miró, diciendo alegremente:

- Gracias, estoy bien ahora. Tengo hambre y quiero comer algo.

Su madre se rió de contenta abrazándole, pero también algo preocupada:

- No puedo darte comida, hijo mío. El médico se enfadaría.

Le había avisado que no tomara nada excepto agua. Sonreí y dije:

- Está curado. Le puedes dar pan y vino, y lo aguantará.

Su padre, Zedekiah, se regocijaba de gratitud. Después de abrazar a su amado hijo, se volvió hacia mí y me dio la mano calurosamente. Dándome palmaditas en el hombro sin parar, meneando la cabeza, era incapaz de hablar por las lágrimas que corrían por las mejillas.

Recobrando la compostura, pasó al salón y dijo a la gente:

- ¡Mi hijo, casi muerto, ha recobrado la plenitud de vida de nuevo!

Un gran clamor de júbilo, regocijo, incredulidad, preguntas, risas y felicitaciones seguían sus palabras. La madre del niño de pie, la cara toda sonrisa.

Después de eso, no hubo necesidad de alojamiento. Cuando Zedekiah contó a los atónitos ‘consoladores’ que el chico estaba curado, y el joven, mismo, apareciera sonriente en la puerta, pidiendo comida de nuevo, los ‘consoladores’ todos, me rodearon y me invitaron a sus casas. Sin embargo, prefería quedarme con el padre del niño, que decía que tenía muchas preguntas que hacerme; esperaba que se las pudiera contestar.”

2º Fragmento de 'Jesús Sana al Hijo de Zedekiah


El Canal comenta:

“Esta descripción de las nuevas enseñanzas de Jesús es muy importante. Demuestra claramente que Jesús se hizo conocido como portador de ‘Buenas Nuevas’ porque no vaciló en decir que la percepción judía de un Dios vengativo era completamente errónea. Dice con toda claridad que Dios no castiga, no hace daño a su creación. Esto es únicamente el comportamiento humano. ¿Puedes imaginar qué impacto más asombroso debe haber sido esto para sus oyentes? Debe haber sido impresionante.

Debemos recordar que estaba hablando con personas que estaban acostumbradas a ofrecer corderos y pájaros como sacrificio quemado en el Templo, si habían pecado de algún modo. Ahora se les decía que nada de esto era necesario. Se les decía que Dios era como el aire – que no se ve pero que está en todas partes, dando vida, que es necesario para la existencia.

Esta es una de las descripciones más claras acerca de ‘Dios,’ que CRISTO nos ha dado en términos muy básicos y humanos. Merece un profundo estudio, puesto que revela cómo es que Jesús decía: ‘El Padre está en vuestro interior,’ y mucha gente a través de los tiempos deben haberse preguntado: ‘¿Cómo puede ser esto?’ Pero es cierto que cualquier persona que realmente estudia y absorbe las palabras de Zedekiah y sus consoladores no tendrá la necesidad de volver a hacerse esta pregunta de nuevo.”

CRISTO CONTINÚA:

Después de colocar sobre la mesa la comida y el vino, todo el mundo, fue invitado a comer hasta saciarse, Zedekiah se sentó y me hizo su primera pregunta.

Dijo:

- Has hecho algo que ningún sacerdote ni médico podría hacer. La curación proviene solamente de Dios. Aunque seas forastero, percibo que debes venir de Dios.

- Si - respondí. Y la gente murmuraba, asombrada.

- Esta enfermedad que ha tenido mi hijo ¿Era un castigo por algo que hice mal en el pasado? Y ¿cómo podría cometer un pecado tan grave que Dios quisiese quitarme mi único hijo?

Muchas de las personas asintieron con la cabeza al escuchar estas palabras.

- Has hecho la pregunta que más quisiera contestar, Zedekiah. Dios nos da la VIDA y el ser. No os arrebataría como un hombre arrebatara algún tesoro a otro porque está enfadado con él. Así se comporta el hombre. No Dios. Y Dios no está sentado sobre un trono en alguna parte del cielo como se sientan los reyes en sus tronos gobernando a la gente. Este es el proceder humano, y una creencia humana, no es la verdad. La manera de Dios está muy por encima de cualquier cosa que la mente humana pudiera concebir o imaginar. Solamente yo he ‘visto’ a AQUELLO que nos ha dado el ser y sé que ELLO no es la clase de ‘dios’ que nos enseñan los Rabinos. Vi que ELLO es el ‘Amor Perfecto’ y por esta razón prefiero hablar del ‘Padre’ puesto que he visto que Obra dentro de cada ser vivo, manteniéndolo en un estado de buena salud, tal como un padre humano trabaja para mantener a sus hijos bien alimentados, vestidos, y protegidos dentro del calor de un hogar. LO he ‘visto’ dentro de todas las cosas del mundo.

- ¿Cómo puede ser? - preguntó un hombre dudando. No es posible que un ‘ser’ individual de ninguna clase esté en todas partes al mismo tiempo.

- Pero el aire está en todas partes aunque no se ve. Sin embargo, sabemos, - sin ninguna duda, - que es real y muy importante para nuestra existencia. Si no hubiera aire, y no pudiéramos respirarlo nos moriríamos. El movimiento del aire, que llamamos viento no se ve pero lo vemos agitar las hojas, y mover las nubes por el cielo, por tanto sabemos que el aire está alrededor y encima de nosotros y que es fuerte. Y ahora os pregunto:

- ¿Cuál es la parte más real y más valiosa del hombre – su cuerpo o su mente?

Algunos respondían que era su cuerpo, de lo contrario no tendría lugar en la tierra, no podría trabajar, no podría verse, no sería conocido. Otros decían que pensaban que su mente era más importante que su cuerpo.

Y yo contesté:

- Su mente es la parte más importante de él puesto que sin la mente, no se podía impulsar el cuerpo. No se podría beber, dormir, mover, planificar ni vivir. Sin embargo, la mente no se ve. Simplemente sabemos que tenemos una mente a causa de los pensamientos que produce, y porque los pensamientos modulan algún tipo de actividad en nuestras vidas. Creemos que la mente funciona a través del cerebro. Sí, es así. Puesto que ¿cómo podría el cerebro, nacido de la carne, producir pensamientos, sentimientos, ideas o planes? Ya debéis de tener claro que es así, que el ‘Padre’ está presente en todas las cosas; ELLO es la ‘Mente’ que dirige tras la mente humana, obrando Sus grandes hazañas dentro de todo ser viviente. Sabemos que es así, porque vemos las maravillas de su obra. Vemos el crecimiento de nuestros hijos. Vemos el alimento que comen convertido milagrosamente en otra sustancia que nutre y hace que crezcan. Cómo sucede, no sabemos, ni siquiera lo podemos imaginar. Si lo supiéramos, seguiríamos sin saber qué puso en marcha tal proceso de vida tan importante dentro de los cuerpos vivos de cada especie. Mirad de qué manera más decididamente maravillosa son diseñados y creados los cuerpos de cada especie, expresamente para transformar la clase de alimento que comen en nutrición, para que crezca el hueso, la sangre y la carne.

- Ya que tú nos demuestras estas cosas, vemos que son verdaderamente maravillosas - exclamó un joven.

- ¡Lo son! ¡Lo son! Vemos a los jóvenes cuerpos pasando por sus varias etapas de desarrollo, y vemos a sus mentes al compás del desarrollo físico hasta que los mozos y las jóvenes empiezan a anhelar encontrar pareja y a convertirse en padres ellos mismos. Luego se cumple la gran obra de concepción y el crecimiento de la semilla dentro de la matriz continúa, hasta que el niño llega a su pleno desarrollo.

- ¡Pensad! ¿Quién determina todo este constante crecimiento tan metódico dentro de la mujer? ¿De dónde vienen los planes que gobiernan el correcto desarrollo de cabeza, cuerpo y de los miembros, los cuales no varían entre una mujer a otra, y de una especie a otra? ¿Quién decide el momento exacto del comienzo del nacimiento – los medios físicos por los cuales el niño salga de la matriz, la provisión de la leche para el niño?

- ¡Pensad! ¿Es la madre? No, no es la madre. Ella no es más que testigo de todo lo que ocurre dentro de ella desde el momento en que su marido haya estado con ella y haya sembrado su semilla para unirla con la suya.

¿Dios hace todas estas cosas desde lejos? ¿Sus pensamientos alcanzan a cada hombre y mujer, para decidir cuando estas cosas deben ocurrir? No, es el Poder Creativo de la Mente y la Vida Inteligente Amorosa que está dentro de toda cosa viva la que realiza todo este trabajo. Vemos el amor de los padres hacia su descendencia, sea ave, animal u hombre. De dónde viene ese amor. Proviene del Poder de la Mente Creativa – el Amor Perfecto – del ‘Padre’ que está dentro de nosotros. Es porque el ‘Padre’ hace el trabajo en las plantas, los árboles, las aves, los animales y en el hombre en si, que hoy estamos aquí, vivos, respirando, comiendo, durmiendo, teniendo hijos, envejeciendo, y luego muriendo para pasar a otro lugar más feliz. Todo esto es el trabajo del ‘Padre’ que está activo dentro de nosotros. ¿Cómo se puede negar la verdad de todo lo que os he dicho esta noche? Hoy, habéis visto a un joven moribundo vuelto a la plenitud de la vida en poco tiempo. ¿Fui yo quien le curó? Nada de eso. Por mí mismo no puedo hacer nada. Fue la VIDA, que es el Padre activo dentro de todas las cosas, que vino con toda su fuerza para reparar un cuerpo enfermo y a recobrar la plena salud, porque yo creí que LO haría y no dudé.

Hubo suspiros de satisfacción en el salón. Nueva luz, nuevo interés, incluso se veía una nueva dulzura en sus caras.

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