martes, 29 de enero de 2013
Los antibióticos están perdiendo efecto
Natalia Kovalenko, 28 ene (La Voz de Rusia).- La era
de los antibióticos está tocando a su fin. Cada año son más las
enfermedades resistentes a su efecto. Los científicos consideran la
propagación de las bacterias resistentes a los antibióticos como una
grave amenaza a la humanidad.
Los médicos del
mundo tocan campanas de alarma. Descubren cada vez más cepas de
bacterias invulnerables a cualquier medicina moderna. Tan solo la Unión
Europea registra veinticinco mil casos anuales de muerte por infecciones
resistentes a los antibióticos. Algunas enfermedades tradicionalmente
consideradas de tratamiento fácil se están volviendo mortales. Al igual
que cientos de miles de años atrás, resulta complicado curar la
tuberculosis, la blenorragia y la meningitis. Las intervenciones
quirúrgicas muchas veces conllevan complicaciones, aclara el jefe de
Cirugía Contaminada de la Clínica Militar Central Vishnevski, Iván
Shandurenko:
–Son más frecuentes los casos de
complicación séptica después de las operaciones quirúrgicas. Este
problema se está agravando a lo largo de varias décadas desde el
descubrimiento de la penicilina. Cuantos más antibióticos, tanto más
resistentes son los microorganismos a este fármaco. Obviamente, se están
diseñando nuevas fórmulas, pero los microorganismos también crean
nuevas técnicas para contrarrestarlas.
Al ser
descubiertos, los antibióticos parecían una panacea contra las
enfermedades infecciosas. La neumonía y la septicemia dejaron de ser
casos mortales. Disminuyó notablemente la mortandad a causa de otras
infecciones graves. Pero, poco a poco, los propios antibióticos se han
ido convirtiendo en la peor amenaza. Bajo sus efectos, las bacterias
comienzan a mutar haciéndose más fuertes y peligrosas. Dejan de ser
tratables con remedios tradicionales y se tornan un problema peor que el
SIDA. En el caso de éste último, el paciente al menos tiene años para
probar diversas formas de tratamiento. Y las infecciones mutantes lo
matan en cuestión de días e incluso horas.
Los
científicos no dejan buscar nuevos tipos de fármacos. Pero los expertos
en cuestión son bastante escépticos en cuanto a las perspectivas de
estas búsquedas. Los medicamentos realmente nuevos son muy pocos. Y los
análogos de los ya existentes no son eficaces. El doctor Vladislav
Mitrojin, catedrático de Enfermedades Internas de la Universidad Médica
Estatal de Novosibirsk, dice que en este caso de pronto pueden ser
útiles algunos remedios antiguos, ya casi olvidados.
–Si
el paciente abusa de algún medicamento, las bacterias se vuelven
definitivamente resistentes a los efectos de ese tipo de fármacos.
Pero
eso no ocurre con los antibióticos que se aplican pocas veces. Si un
antibiótico cae en desuso, puede recuperar su efecto curativo dentro de
algún tiempo. Algunos investigadores opinan que los viejos antibióticos
que ya no usamos pueden volver a ser útiles en el futuro.
La
Organización Mundial de la Salud insiste en la prohibición de la venta
de antibióticos sin prescripción médica para evitar su uso no
controlado. El problema se agrava con el hecho de que una persona que
jamás ha ingerido antibióticos con fines de tratamiento también puede
resultar insensible al efecto de los mismos, porque los ha consumido
comiendo carne, pollo o pescado. Todas las granjas del mundo utilizan
antibióticos para evitar enfermedades y aumentar rápidamente el peso de
los animales, peces y aves. La ración diaria de los cerdos y patos
incluye cualquier cantidad de peligrosos fármacos. Nadie piensa en sus
posibles efectos secundarios.
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