lunes, 29 de junio de 2015

Somos las llaves del cielo sobre este suelo

Somos las llaves del Cielo sobre este suelo, por Alem Elohim

The spanish text is below. For other languages you can use this link to translate.

St. Peter Preaching the Gospel in the Catacombs by Jan Styka

Esta noche la Fuente me pide presentarme a vosotros como Elohim, me dejo llevar por el Verbo Uno…
(Silencio en el recogimiento)
Lo que Somos no puede ceñirse a una personalidad, a un cuerpo-mente, el Ser Amor es lo único que existe.
Como Elohim he pisado este mundo desde antes de la falsificación, junto a María y bajo la tutela del Padre creamos a la raza humana y a diversos mundos.
Olvidé mi misión como todos lo hicimos y nos maltratamos en numerosas ocasiones los unos a los otros. Hoy todo esto es olvidado en la Misericordia del Padre.
Nos perdonamos a nosotros mismos primero, nos amamos a nosotros mismos. La Gracia del Uno nos funde y devuelve a la Belleza original.
Pues yo soy vosotros, resonando hoy en la forma vibratoria del rey David y en San Pedro.
Todos nosotros somos la llaves del Cielo sobre este suelo. Esa es nuestra responsabilidad. Tal es la voluntad de la Fuente.
Somos la Piedra santa que edifica el Templo de la Unidad y sus redes de Corazón a Corazón.
!Somos los Griales cósmicos de la Tierra prometida!
Desde el triángulo y profundidades del Agua vertemos lo Alto, volcando el triángulo luciferino en nosotros y para los demás. El Servicio de todos nosotros en la Presencia es pues crucial en tanto que liberamos las cadenas del condicionamiento.
Los automatismos pierden su fuerza cuando nos mantenemos atentos, centrados en el Ser Uno. Nos corresponde la constancia de la ofrenda, ¡somos el Don de la Vida!
Nuestra Fe, nuestra devoción es el bálsamo que honora a la Verdad, la Verdad del Cristo reconocida en nosotros.
La Resurrección de nuestras catacumbas es pues Aquí y Ahora. Nada que esperar, nada que proyectar queridos hermanos y hermanas. Devenimos los hijos ardientes del Sol, la bienaventuranza de una Humanidad cegada por sus ilusiones.
¿Vamos a perder nuestra confianza en la Fuente que somos durante los momentos más cruciales? ¿Quién o qué se considera separado? ¿Quién es esa voz que nos habla?
La Voz del Silencio, la Voz del Corazón nos susurra en la Vibración, más allá de las palabras, ella es versátil, ella se adapata a la espontaneidad del momento. Ella no juzga ni valora. Ella no se burla de los hermanos y hermanas de la Luz que pisan este mundo.
Si permanecemos tranquilos ante el aparente ajetreo, si quedamos firmes en aquello que Somos, nuestra entrega moverá cualquier roca, la dificultad desaparece ante la majestuosidad de lo Inmaculado.
Las brasas de nuestro Fuego renacen en este Cristo reunificado. Las alimentamos en el Santo Grial de nuestro Corazón. La morada del Padre bañada por el Sol y el Manantial.
Nuestra sincera humildad nos absorbe en la Grandeza de lo Eterno… el que quiera elevarse será rebajado y el más pequeño de entre nosotros es el que ofrece el mayor Servicio.
Silencio de la mente, Silencio de la conciencia, Silencio de pretensión en las palabras…
(Minutos de Silencio)
Estamos convencidos de conocernos pero no es así, son sólo las capas superficiales, incluso cuando hablamos del Espíritu… en Verdad no sabemos nada del Espíritu porque él no se puede de ninguna manera comprender.
¿Somos capaces de dejar realmente todo de lado, cualquier percepción, cualquier creencia, cualquier prejuicio… quedarnos vacíos en la Plenitud del instante?
Es la invitación del Hijo ardiente solar, la invitación a relevar las Profundidades, en la Eucaristía del Rey de Reyes.
Determinados, resueltos en el Camino sin Camino. La Vía directa, el descubrimiento inmediato de la Fuerza inextinguible.
Observamos tranquilos lo fenoménico, observamos trascendiendo las imágenes, cesando cualquiera de las interpretaciones…
Recibamos así, sencillos, alegres, agradecidos… aquellos códigos ofrecidos por la Luz.
¡Celebremos el Festejo de los Reencuentros!
Acogemos al amado Uriel, acogemos al arcángel Miguel y soltamos esas viejas amarras confiados en los cuidados de nuestros hermanos Vegalianos de los Mundos Libres.
La Quietud, el reposo, el recogimiento en la brasa del Fuego vital. Para lo efímero es la locura inevitable de la conciencia dislocada… pero ¿qué significa en Verdad una obra de teatro si salimos del teatro?
Reconocemos que no hay nadie allí en realidad viviendo ese espectáculo, ni siquiera hay un teatro cuando desaparecemos en la Inmanencia de lo Supremo.
Este Humus de la Vida, la Alegría y la Paz de volcarse. Nuestra Pregaria de Gratitud, la valiente apertura a los pies del Maestro.
En tus manos mi Bien Amado, en tus manos que son las mías… nos olvidamos de lo que creemos, soltamos para devenir el Milagro de la Vida, el Don eterno.
Os ama y rinde Gracia desde tiempos inmemoriales,
Alem Elohim

Alem4

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