lunes, 11 de julio de 2011

La Madre Tierra, canalizada por Pamela Kribe: Ángeles en la Tierra, julio 2011

La Madre Tierra canalizada por Pamela Kribbe

ÁNGELES EN LA TIERRA

Julio de 2011

Dulce niño humano:
Yo soy la voz de la Tierra. Te he conocido por siempre. Cada paso tuyo
es sentido y reconocido por mí. En el nivel más profundo nosotros
somos uno. Hay una consciencia que nos envuelve a ambos. Esta
consciencia es majestuosa y sin nombre. Es el Espíritu de Dios. Es
misterioso; y al mismo tiempo profundamente familiar. Dentro de la
mano de esta Consciencia Creativa está envuelto el juego de nuestra
unión. Juntos jugamos un juego; somos compañeros en una relación que
ha evolucionado con el tiempo. Ahora esta relación está lista para la
transformación. Estamos entrando en una Nueva Era. Pero primero te
diré más sobre el comienzo de este proceso de nuestra mutua
cooperación. Quizá sea diferente de lo que esperabas.

En nuestra primera aproximación, aún no eras humano. No poseías un
cuerpo físico. No estabas encarnado en la Tierra. ¡Eras un Ángel! ¡Y
no eras precisamente cualquier Ángel! Pertenecías a una familia de
Ángeles que intentaban pavimentar el camino hacia una nueva aventura
en el Cosmos. ¿De qué se trataba esa aventura? Lo pondré en términos
muy simples. En el Cosmos hay una ley de que lo similar atrae a lo
similar. Por ejemplo, después de que mueres en la Tierra,
automáticamente eres atraído a un área del Mundo del Espíritu que
refleja tu estado de consciencia. Tu entorno es un reflejo directo del
cómo te sientes en el interior. Hay una unidad entre lo interno y lo
externo. En el mundo del Espíritu, hay reinos de Luz y reinos de
relativa oscuridad. Estos reinos están separados. Éste no es el caso
de la Tierra, o así parecería. En la Tierra están presentes muy
diferentes tipos de consciencia que interactúan mutuamente. Hay gran
diversidad; y en consecuencia la Tierra es como un gran crisol de
diferentes reinos de consciencia.

Aún aquí, el caso es que tú creas tu propia realidad con tu estado
interior de consciencia. Sin embargo, esto es algo que llegarás a
entender gradualmente en el curso de una profunda búsqueda espiritual.
Al comienzo, eres enormemente distraído en la Tierra por un mundo
externo que no parece ser creado en absoluto por tu propia mente. Por
el contrario, tú pareces ser el producto de esa realidad en lugar de
su creador. En el Mundo del Espíritu, la unidad entre lo interno y lo
externo simplemente es dada, concreta y palpable. En la Tierra, se
requiere una consciencia altamente evolucionada para darse cuenta de
esa unicidad; y para asumir responsabilidad por uno mismo como
creador.

En la Tierra tiene lugar un experimento especial. Cuando estás aquí en
forma física, es puesto un velo sobre ti de tal manera que no
reconoces tu propio Poder Creativo Divino. Permanece allí hasta cuando
despiertas y ves que tú eres Dios en el núcleo de tu ser. Entonces cae
el velo y tú también reconoces la profunda unicidad subyacente que
satura a todas las criaturas vivientes en la Tierra. El proceso de
despertar en la Tierra es intenso; y la existencia misma de la Tierra
da un poderoso impulso evolutivo al Mundo Espiritual entero.
Especialmente en el Mundo Espiritual, puede haber una carencia de
dinámica y de cambio. De hecho ha habido estancamiento porque todos
los reinos están muy cuidadosamente separados. El cambio, el
crecimiento, la evolución, ocurren cuando te encuentras con otro y
confrontas su existencia. Cuando hablo de encontrarte con otro, no
quiero decir tener una charla amable con él, sino más bien de una
verdadera zambullida en él. Tú aprendes y creces a partir de diversas
formas de consciencia, no estudiándolas 'desde arriba', sino
convirtiéndote en ellas. Esto es exactamente lo que sucede cuando te
sumerges en la encarnación en la Tierra. Haces una inmersión hacia la
profundidad; y al encarnarte te conectas con diversos reinos de
consciencia. Así es como forjas un puente entre reinos de existencia
que de otra manera no se habrían conectado.

Ser humano significa ser un puente entre reinos de consciencia
ampliamente variados. En la forja de ese puente yace la esperanza de
una expansión de consciencia en todos los reinos del Mundo Espiritual.
Incluso el más altamente evolucionado reino del Mundo del Espíritu
gana un impulso de crecimiento y renovación a partir del gran
experimento en la Tierra. Los humanos son capaces de explorar los
extremos del Luz y oscuridad; y eventualmente de reconocer la unicidad
tras todas las formas y apariencias. Cuando los seres humanos obtienen
esta consciencia interior de unicidad, se convierten en creadores
conscientes en la Tierra; y su presencia tendrá un efecto
transformador y sanador en toda las criaturas vivientes con las que
entren en contacto.

Crear unidad de consciencia es la meta de vuestra aventura en la
Tierra. Comencé esta historia mencionando que la primera vez que
comenzamos este proceso de cooperación, no erais humanos sino Ángeles.
Vuestra consciencia aún no se había atado a ninguna forma material; y
os sentíais fuertemente conectados con los otros Ángeles que os
rodeaban, vuestros hermanos y hermanas. Había un vínculo tan fuerte
entre vosotros que os experimentabais como las células de un
organismo. De una manera desinteresada y obvia trabajábais para el
bien común, siendo de la misma mente y corazón. Fuisteis invitados a
embarcaros en un viaje con este planeta. ¿Por qué vosotros? Para hacer
corta una larga historia: Vosotros erais los audaces entre los
Ángeles. Erais temerarios, apasionados y sí, algo tercos y
voluntariosos. Se ha pretendido que fuisteis expulsados del paraíso
por causa de vuestro deseo de conocimiento y vuestra obstinación. Y
sí, sin duda erais curiosos y un poco insubordinados también. ¡Pero
precisamente así se suponía que fuera! ¿Pensasteis que Dios cometió un
error al crearos? Pues no, Dios sabía con precisión lo que estaba
haciendo; y a propósito, Dios no considera fácilmente nada como
equivocado o pecaminoso. Dios es perfectamente capaz de vivir con
vuestros "pecados". Sois vosotros quienes más sufrís por ellos.

Aún cuando es comprensible que como ser humano puedas lamentar tus
propios actos, no es sabio permanecer interminablemente cargado con
ellos. En este aspecto habéis sufrido mucho por vuestras religiones
que han puesto fuerte énfasis en la culpa y el castigo. Dios es más
gentil y compasivo de lo que habéis creído posible. Sois perdonados
aún antes de vuestra infracción. De todo corazón Dios os concede el
espacio para cometer errores. Ella/Él prefiere que miréis vuestros
errores con ecuanimidad en lugar de azotaros por ellos. Todos estos
"errores" son pasos en el viaje interior, el viaje en el cual lograrás
conocerte completamente. Este viaje no requiere ser directo, está
destinado a ser errático. Sin giros y vueltas, no hay experiencia; y
sin experiencia, no hay despertar. Para poder llegar conscientemente
al hogar, primero tienes que perderte. Fuisteis aquellos que
asumisteis completamente la experiencia de "perderos", con la pasión y
la auto-voluntad que Dios mismo/a plantó en vuestros corazones. ¡Pero
me estoy desviando un poquito de mi tema!

Una vez que oísteis el llamado de la Tierra, entrasteis en mi
dimensión. Encontrasteis un planeta rico en vegetación, con verdes
bosques, interminables océanos y un floreciente reino animal. Fuisteis
conmovidos por la belleza y la riqueza de la vida sobre mí. Os
sentisteis invitados a participar en esta vida, a inspirarla y
nutrirla con la energía angélica que estaba a vuestra disposición. Me
puse feliz con vuestra llegada. Erais mis pastores; ayudasteis a
cuidar la vida e incluso implantasteis semillas de cambio e innovación
en las formas de vida existentes. ¿Cómo hicisteis eso? Estabais tan
próximos a la Fuente del poder creativo, que teníais habilidades
mágicas, como uno las llamaría hoy. Os permitisteis imaginar formas de
vida nuevas, excitantes; y estas imaginaciones se convirtieron en
semillas espirituales que se ataron a formas de vida ya existentes.
Preñasteis la vida con nuevas ideas. Así es como llegó a la existencia
la evolución biológica. Todas las formas de vida son nacidas del
Espíritu. Las formas de vida físicas, materiales, son la manifestación
de fuerzas espirituales. El Espíritu es mucho más fuerte de lo que
suponéis. Habéis sido criados en un marco mental materialista que os
dice que lo físico - como es descrito por la ciencia de la física - es
el fundamento de la realidad. De hecho la verdad es lo opuesto. El
Espíritu no es un producto de la materia inanimada. Toda la materia
está saturada por una consciencia creativa que la sostiene.

Déjate llevar un momento por tu imaginación. Recuerda que estuviste en
aquellos antiguos tiempos. ¡Es posible! Tu Alma es abierta e
ilimitada. No conoce el espacio ni el tiempo. Imagínate que flotas
sobre los océanos y los bosques en un cuerpo etéreo muy refinado. Te
sientes encantado por la belleza que ves, por la aventura que está a
punto de tener lugar aquí. Mírate como un ser angélico guiado por la
alegría y la pasión. Te sientes tan libre como un niño que puede hacer
cualquier cosa que quiera. Ahora imagínate que reúnes todos tus
poderes para expresar tu sensación de alegría y respeto por la vida,
con una magnífica flor. Imagina y permítete manifestar una flor que te
es particularmente atractiva. Mira sus colores y siéntela desde el
interior. Y la risa de la flor surgiendo de su corazón como campanitas
que tañen; es como música para tu Alma. Ahora pásame a mí, la Tierra,
esta imagen. Imagina cómo cae en mi útero y cómo es nutrida allí por
los poderes físicos y etéreos que ayudan a que esta semilla espiritual
obtenga forma material. Eso es lo que hicisteis en aquellos antiguos
tiempos. Te permitisteis ser llevado por el flujo de tu inspiración y
me impregnaste con ella. Y yo fui receptiva. Yo, la consciencia
presente en este Reino material, quise ser fecundada y absorber tus
formas de pensamiento.
Nuestra sociedad y cooperación viene de ese tiempo. Es la razón por la
cual os conmueve tanto la belleza de la naturaleza y la inocencia de
las formas de vidas no-humanas. No solamente sois tocados por su
belleza física, también os recuerdan la antigua conexión que hay entre
vosotros y la vida en la Tierra; y el gozoso juego que una vez
jugasteis. Hiciste tu contribución a la creación de muchas formas de
vida en la Tierra. Como Ángel, fuiste el padre espiritual de la vida
en la Tierra. Éste es el profundo y amplio alcance de tus poderes
creativos.

Durante el tiempo del que estoy hablando, también había poderes
oscuros presentes en el universo, que se fascinaron con el
florecimiento de la consciencia en la Tierra. Los poderes oscuros no
son nada más que energías que aún no son conscientes de su naturaleza
divina; y en consecuencia creen que necesitan algo del exterior de sí
mismas para ser completas e íntegras. Estos poderes oscuros quisieron
alimentarse de la vida en la Tierra que irradiaba semejante vitalidad
y fuerza vital. Como reacción ante la intrusión de estos poderes
oscuros, quisisteis proteger la vida en la Tierra. Vuestras emociones
fueron muy parecidas a las de un padre que quiere proteger del peligro
a su hijo. Para encontrar y confrontar a los intrusos, tuvisteis que
tener cuerpos más densos y vivir en una vibración más densa, menos
ligera y sutil que la del reino de los Ángeles. Esencialmente, la
intrusión de la oscuridad encendió una chispa de pasión y un espíritu
luchador en vosotros; y esto a su turno os introdujo más profundamente
en la materia. El siguiente paso en tu viaje fue dejar de ser un
Ángel; y tomaste la senda de la encarnación.
Con este paso, en cierto sentido perdiste tu inocencia. Inmediatamente
antes de este paso, hubo un momento de vacilación en el cual te diste
cuenta de que al volverte más material, ibas a abandonar algo muy
precioso. Perderías tus alas angélicas, las cuales simbolizan la
libertad del tiempo y del espacio, libertad del nacimiento y la
muerte, libertad del temor y de la ilusión. Pero había algo que te
atraía profundamente hacia la aventura de la encarnación. Eras un
Ángel apasionado y audaz, como dije. Y así era cómo debía ser.
Aparentemente, vuestro viaje dio un giro negativo cuando dejasteis de
ser Ángeles y os comprometisteis en una batalla con las fuerzas
oscuras. Resultasteis involucrados en numerosos conflictos y guerras
durante un larguísimo tiempo. Por otra parte, esta inmersión en la
profundidad hizo posible difundir vuestras energías angélicas hasta
los rincones más lejanos del Universo. Tu Energía Angélica es una
parte inalienable de ti, que incluso si es temporalmente velada, nunca
te puede ser quitada. Vuestros primeros cuerpos mortales no estaban
hechos de materia física como la conocéis en la Tierra.

Eran mucho menos densos y compactos. Uno no podría verlos con ojos
humanos. Vuestra consciencia estaba menos enfocada de lo que está
ahora. Fácilmente salíais y entrabais en vuestras formas físicas; y
experimentabais la realidad de una manera similar a como ahora
experimentáis la realidad en el estado de sueño. Eras menos consciente
de ti mismo como una entidad separada, de tu "Yo-idad" como el opuesto
del mundo exterior. Actualmente, estáis mucho más atados a vuestra
forma física. Muchos de vosotros piensan que son esa forma física y
que perecerán con el cuerpo físico. En vuestras primeras encarnaciones
éste no era el caso aún; y de muchas maneras erais mucho más libres de
ir y venir a vuestro placer. A pesar de todo, os sentíais confundidos.
Aún cuando erais guiados por la intención de luchar por la Luz y
proteger la vida, ahora teníais que lidiar con emociones oscuras tales
como el miedo, la desolación y la duda. Tan pronto como comienzas a
luchar con alguien o con algo, no puedes dejar de absorber
parcialmente la vibración de tu adversario. Si no sucediera así, no
habría terreno común a partir del cual comenzar la batalla; y
simplemente abandonarías al otro completamente.

Como Ángel, tu realidad solamente tenía sentimientos altos y elevados.
Había alegría, entusiasmo y una fuerte sensación de conexión. Cuando
recorriste el camino de la encarnación, se formó un cuerpo emocional
alrededor de tu Alma. Este cuerpo energético contiene respuestas
emocionales que surgen cuando no percibes la realidad desde el punto
de vista de la unicidad y la conexión. Los sentimientos de los Ángeles
tienen su asiento en el corazón. Las emociones que experimentas cuando
te encarnas están relacionadas con los tres centros energéticos
inferiores (chakras inferiores) que en tu cuerpo están localizados
cerca del estómago, el vientre y el coxis.

Estos tres chakras forman la escalera a la encarnación: por medio de
ellos cambias la experiencia de la unicidad por la experiencia de la
dualidad. También por medio de ellos tú subes por la escalera y te
elevas desde la dualidad hasta la unicidad. Tu cuerpo emocional
representa el mayor obstáculo para la paz y la liberación internas,
porque contiene temor, tristeza e ira. Pero la subida hasta la
libertad y la iluminación, pasa a través del cuerpo emocional y no por
un lado ni alrededor de él. Hablaremos de esto más tarde.

Cuando tu cuerpo emocional se hizo más pesado y más denso; y perdiste
la pista de tu origen, surgió la posibilidad de encarnar como un
humano. Mientras tanto os habíais convertido en almas que habían
viajado ampliamente; os habíais hecho experimentados tanto en los
aspectos iluminados de la vida como en los oscuros. Las energías de la
dualidad habían tomado control de vosotros, lo cual significa que
durante un largo tiempo, habéis creído en las ilusiones que ésta crea.
Si vives en dualidad, crees en tu profundo interior que estás solo,
temeroso e impotente; y que necesitas algo exterior a ti para
protegerte, alimentarte y reconocerte. A partir de esta noción,
comienzas a ejercer poder sobre otros y a ocultar tu vulnerabilidad. O
puedes hacerte demasiado vulnerable; y ceder tu poder a otro poder que
quiere alimentarse de tu energía vital. Ya seas victimario o víctima
en este juego, el error fundamental que cometes es que piensas que no
puedes experimentar la totalidad dentro de ti mismo. Hay un hueco que
quieres llenar, ya sea siendo amo o siendo esclavo. Este juego es muy
doloroso, como muchos de vosotros habéis experimentado. En ese
distante pasado, hubo un momento en el cual hiciste fuerte consciencia
de esto. Éste fue un momento de cambio. Habías experimentado ambos
extremos del juego y sabías que no había solución real en ninguno de
ellos. Sabías que algo tenía que cambiar, pero no sabías cómo. Te
habías alejado muchísimo de la libertad y alegría originales del Ángel
dentro de ti. Pero tu cuerpo emocional tenía una memoria, un anhelo
del hogar. Sabías que había algo a lo cual querías regresar, algo como
el Hogar, un estado de ser que se sentía como un éxtasis celestial
para ti. Ahora tu cuerpo emocional se embarcó en una nueva senda.
Habiendo explorado los extremos de la dualidad, ahora comenzó a tornar
hacia el interior. Este cambio de consciencia creó el impulso para
encarnar en la Tierra como humano.

En este punto el Ser Humano ya existía en la Tierra como forma de vida
biológica. Sin embargo, cuando entrasteis en esa forma de vida, la
añadisteis algo, lo cual hizo al ser humano menos animal y más
auto-consciente. La biología humana está relacionada con el reino
animal, pero el ser humano fue forjado por poderes que brotaron no
solamente de la evolución natural en la Tierra. Lo que separa al
hombre del animal es la habilidad de ser auto-consciente. Por medio de
esta habilidad el ser humano es capaz de transformar su cuerpo
emocional y difundir conscientemente la energía del corazón en la
Tierra. Mientras que los reinos no-humanos de la naturaleza irradian
inconscientemente la alegría y la conexión de los Ángeles, la misión
de la humanidad es transformarla hacia una energía consciente.

Al encarnar en el ser humano como existía entonces en la Tierra,
aportasteis algo a su desarrollo; y este aporte ha sido controversial.
Por una parte, la auto-consciencia tiene una gran promesa; por otra
parte puede hacerte perder el camino. Al convertirte en humano en la
Tierra esperabas reconectarte con toda la vida en la Tierra y ser el
gentil creador y guardián que una vez fuiste. Ser humano es una rica y
complicada realidad. En el ser humano se reúnen muchos aspectos de
realidad: tú eres parcialmente animal, planta y mineral; parcialmente
un ser cósmico con una larga historia galáctica. Los seres humanos son
oscuridad y luz, los perdidos y los salvadores, la causa de
sufrimiento y destrucción; y al mismo tiempo mensajeros de esperanza,
Amor y poder creativo. En el ser humano convergen muchos poderes con
el propósito de reconectarse y cooperar. La consciencia del hombre
tiene la posibilidad de conectarse con reinos de ser ampliamente
divergentes y restablecer la noción de la unidad subyacente. Por causa
de la posibilidad de realizar este bello ideal, a la humanidad se le
ha otorgado la oportunidad de cometer graves errores. La meta aún
puede ser obtenida. Aún no se ha perdido la esperanza.

En esta era, la esperanza crece como nunca antes. Ocurren grandes
cambios en la consciencia colectiva del hombre. Acabo de referirme a
un momento en el pasado en el cual os disteis cuenta de que vuestra
salvación podría no provenir del juego de robar o ceder energía, sino
que la solución reside en encontrar la totalidad en el interior. Este
discernimiento germina ahora en la consciencia de la humanidad. Es
solamente una semilla, aún no es una planta. Pero un cambio está
próximo y algo está despertando en el corazón de la humanidad. El
corazón es la fuerza conectora entre los muchos reinos de consciencia
representados en el hombre: el terrenal, el galáctico y el cósmico. El
llamado a la paz y a la hermandad resuena ahora por todos estos
reinos; y esta llamada colectiva crea una ola que a mí, la Tierra, me
sumerge en ella.

Si te sientes tocado por mis palabras; y te reconoces en ellas, tú
eres uno de quienes han atendido este llamado del corazón. Tú eres
alguien que quiere contribuír a la transformación de la consciencia en
la Tierra. Te doy la bienvenida y quiero ayudarte. Te estoy contando
esta larga historia para hacerte consciente de quién eres realmente:
Un Ángel en el núcleo de tu ser. Tu creciente auto-consciencia me
ayuda. Si recuerdas quién eres, podemos tener de nuevo una sociedad.

Yo veo tu anhelo, siento tu nostalgia del hogar. Te veo tratando de
alcanzar el gozoso y despreocupado estado que una vez fue tan familiar
para ti, por una parte; y aún así ahora tan distante y lejano, por la
otra. Ahora es tiempo de retornar a quien eres. Es el momento de
trepar por esa escalera y abrazar con tu corazón a tu cuerpo
emocional. Rodea tu dolor, tu sensación de pesadez, tu tristeza, con
tu consciencia angélica de bondad y compasión, que es natural en ti.
Tú mismo puedes sanarte.

Ahora te estás convirtiendo en un Ángel que es capaz de sostener su
Luz en el más denso reino de realidad. Te estás convirtiendo en un
creador consciente, que ha aprendido a manifestarse en reinos tanto de
Luz como de oscuridad, sin perderse en ellos. Portas una semilla de
consciencia que es transformadora para tu ambiente. Te estás
convirtiendo en un profesor espiritual. Un profesor espiritual no es
alguien que baje de los reinos superiores a explicar a los ignorantes
en qué consiste la vida. Un verdadero profesor ha pasado él mismo por
la oscuridad; y te extiende la mano, no desde arriba, sino desde una
unidad interna profundamente sentida.

La aventura que comenzaste una vez como Ángel creativo está cercana a
su fin. Especialmente en este capítulo final de tu viaje, estás
invitado a reconectarte conmigo, la forma de vida en la cual tu
experimento tuvo lugar. Permítete viajar en tu imaginación,
convertirte en el soñador y visionario que una vez fuiste. Posee la
grandeza de lo que quiere manifestarse en la Tierra a través de ti.
Conviértete otra vez en el Ángel que confía graciosamente en la magia
de la vida. Permítete ser guiado por lo que te da alegría e
inspiración. El ángel dentro de ti sólo quiere volverse completamente
humano. Sintiéndote uno con el Ángel interior, traes a la Tierra una
parte del Cielo.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
http://www.despertardivino.cl/aspbb/Shauds/viewinfo.asp?msgID=7271

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