¡GRACIAS AGUSTIN!
JESÚS ES EL MESÍAS DE LA RELIGIÓN UNIVERSAL
La RELIGIÓN UNIVERSAL os da la definición exacta de vuestro Ser y os SALVA de la desesperación, os inicia en la GLORIA de vuestro Dios y os promete alegrías en Su Casa. La Casa de Dios es la casa de las inteligencias que han llegado a la PERFECCIÓN y al coronamiento. Es la PATRIA del Hijo de Dios. DESDE AHÍ JESÚS OS LLAMA a todos, sí a todos, los unos después de los otros. He ahí el cielo, el porvenir de la RELIGIÓN UNIVERSAL, he ahí la mañana deliciosa de vuestra noche actual, EL FIN de vuestros esfuerzos, el TRABAJO de vuestra existencia:
CONQUISTAR la muerte, CONQUISTAR la Luz, CONQUISTAR un lugar en el Sol de los Soles, una voz en el concierto de las armonías divinas, CONQUISTAR la perfección del Espíritu y no descender de las altas regiones sino para AYUDAR a las Almas débiles, LIBERAR a las Alma esclavas, DEMOSTRAR a los ignorantes la grandeza de Dios y el elevado destino del Espíritu.
Jesús definía el AMOR como el gran motor de la RELIGIÓN UNIVERSAL y enseñaba la IGUALDAD de los Espíritus, la COMUNIDAD de sus intereses delante de Dios, el desarrollo, el empleo de las facultades pensantes. COMBATÍA, por lo tanto, los poderes fundados sobre el desprecio de las Leyes de Dios y la INMOVILIDAD del Espíritu decretada por estos poderes.
Las religiones basadas sobre la DIVINIDAD de Jesús, como así mismo todas las doctrinas ajenas a estas religiones, llevan en sí DEFECTUOSAS apreciaciones respecto a Dios. Para que una RELIGIÓN sea en definitiva la fuente de la felicidad humana, es necesario que ella resulte de la RAZÓN misma, esencia de Dios.
El concepto que nos presenta Jesús sobre lo que Él define qué es la RELIGIÓN UNIVERSAL y cómo hay que entenderla, no tiene concordancia, ni es parecido con lo que el ser humano ha formado en su mente en relación con el concepto RELIGIÓN.
Las Religiones Humanas no han comprendido que Dios es AMOR y que se manifiesta, se expresa, a través de la LEY, y que esta Trilogía Dios-Amor-Ley es la expresión de Dios Eterna, Inviolable, Constante y Universal. No hay diferencias, no hay variaciones de lo Perfecto, de lo Absoluto, de lo Eterno, de lo Universal en Dios. Es evidente que tanto el concepto Amor como el concepto Ley, que están en nuestra mente y que razonamos y pensamos, NO es lo mismo, ni tiene la profundidad, ni la amplitud, ni el contenido, que se halla en Dios. Esta realidad nos hace pensar que no podemos entender ni formar, con exactitud, lo que Dios ES.
Jesús al hablarnos de la RELIGIÓN nos dice que para que una RELIGIÓN sea en definitiva la fuente de la felicidad humana, es necesario que ella resulte de la RAZÓN misma, esencia de Dios y es evidente que esto no lo vemos en las religiones humanas. Ellas admiten sin razonar y para que no tengan que cuestionarse la veracidad de lo admitido dicen que es "palabra de Dios", que debe ser admitida sin más. Pero es que en nosotros tampoco está muy claro que "la RAZÓN sea la ESENCIA de Dios mismo", pero sí que podemos entender que en todos nuestros actos razonativos debemos utilizar la RAZÓN sin obstáculos, para que podamos llegar a tener conceptos veraces.
Tendremos que poner mucha atención y razonar convenientemente el término que nos enseña Jesús al decirnos: la RAZÓN es la ESENCIA de Dios. Nosotros podemos decirnos que "la Razón sea UNA de las Esencias de Dios", porque entendemos que Dios tiene infinitas esencias, por ser Él el infinito y, por lo tanto, cualquier "esencia suya", que es parte del "conocimiento Absoluto que está únicamente en Dios", tiene que ser conocida, aprendida y asimilada por nosotros, porque incrementa el grado de conocimiento que necesitamos tener.
Lo primero que podemos deducir es: "la Razón Humana NO es coincidente con la RAZÓN DIVINA" porque está apartada de Dios al razonar y actuar "sin AMOR". Podemos admitir y decir, que la RAZÓN de Dios es, tiene y expresa Amor, Ley, Unión, Orden, Equilibrio, Armonía, Paz y todo cuanto está en Dios y que nosotros tendremos que procurar que nuestra Razón se armonice tanto como podamos con la Razón de Dios.
La RAZÓN, entendida como acabamos de razonar, será lo que nos llevará a la comprensión plena y a la asimilación, de lo que Jesús espera que entandamos por
RELIGIÓN UNIVERSAL.
La RELIGIÓN UNIVERSAL os da la definición exacta de vuestro Ser y os SALVA de la desesperación, os inicia en la GLORIA de vuestro Dios y os promete alegrías en Su Casa. La Casa de Dios es la casa de las inteligencias que han llegado a la PERFECCIÓN y al coronamiento. Es la PATRIA del Hijo de Dios. DESDE AHÍ JESÚS OS LLAMA a todos, sí a todos, los unos después de los otros. He ahí el cielo, el porvenir de la RELIGIÓN UNIVERSAL, he ahí la mañana deliciosa de vuestra noche actual, EL FIN de vuestros esfuerzos, el TRABAJO de vuestra existencia:
CONQUISTAR la muerte, CONQUISTAR la Luz, CONQUISTAR un lugar en el Sol de los Soles, una voz en el concierto de las armonías divinas, CONQUISTAR la perfección del Espíritu y no descender de las altas regiones sino para AYUDAR a las Almas débiles, LIBERAR a las Alma esclavas, DEMOSTRAR a los ignorantes la grandeza de Dios y el elevado destino del Espíritu.
Jesús definía el AMOR como el gran motor de la RELIGIÓN UNIVERSAL y enseñaba la IGUALDAD de los Espíritus, la COMUNIDAD de sus intereses delante de Dios, el desarrollo, el empleo de las facultades pensantes. COMBATÍA, por lo tanto, los poderes fundados sobre el desprecio de las Leyes de Dios y la INMOVILIDAD del Espíritu decretada por estos poderes.
Las religiones basadas sobre la DIVINIDAD de Jesús, como así mismo todas las doctrinas ajenas a estas religiones, llevan en sí DEFECTUOSAS apreciaciones respecto a Dios. Para que una RELIGIÓN sea en definitiva la fuente de la felicidad humana, es necesario que ella resulte de la RAZÓN misma, esencia de Dios.
El concepto que nos presenta Jesús sobre lo que Él define qué es la RELIGIÓN UNIVERSAL y cómo hay que entenderla, no tiene concordancia, ni es parecido con lo que el ser humano ha formado en su mente en relación con el concepto RELIGIÓN.
Las Religiones Humanas no han comprendido que Dios es AMOR y que se manifiesta, se expresa, a través de la LEY, y que esta Trilogía Dios-Amor-Ley es la expresión de Dios Eterna, Inviolable, Constante y Universal. No hay diferencias, no hay variaciones de lo Perfecto, de lo Absoluto, de lo Eterno, de lo Universal en Dios. Es evidente que tanto el concepto Amor como el concepto Ley, que están en nuestra mente y que razonamos y pensamos, NO es lo mismo, ni tiene la profundidad, ni la amplitud, ni el contenido, que se halla en Dios. Esta realidad nos hace pensar que no podemos entender ni formar, con exactitud, lo que Dios ES.
Jesús al hablarnos de la RELIGIÓN nos dice que para que una RELIGIÓN sea en definitiva la fuente de la felicidad humana, es necesario que ella resulte de la RAZÓN misma, esencia de Dios y es evidente que esto no lo vemos en las religiones humanas. Ellas admiten sin razonar y para que no tengan que cuestionarse la veracidad de lo admitido dicen que es "palabra de Dios", que debe ser admitida sin más. Pero es que en nosotros tampoco está muy claro que "la RAZÓN sea la ESENCIA de Dios mismo", pero sí que podemos entender que en todos nuestros actos razonativos debemos utilizar la RAZÓN sin obstáculos, para que podamos llegar a tener conceptos veraces.
Tendremos que poner mucha atención y razonar convenientemente el término que nos enseña Jesús al decirnos: la RAZÓN es la ESENCIA de Dios. Nosotros podemos decirnos que "la Razón sea UNA de las Esencias de Dios", porque entendemos que Dios tiene infinitas esencias, por ser Él el infinito y, por lo tanto, cualquier "esencia suya", que es parte del "conocimiento Absoluto que está únicamente en Dios", tiene que ser conocida, aprendida y asimilada por nosotros, porque incrementa el grado de conocimiento que necesitamos tener.
Lo primero que podemos deducir es: "la Razón Humana NO es coincidente con la RAZÓN DIVINA" porque está apartada de Dios al razonar y actuar "sin AMOR". Podemos admitir y decir, que la RAZÓN de Dios es, tiene y expresa Amor, Ley, Unión, Orden, Equilibrio, Armonía, Paz y todo cuanto está en Dios y que nosotros tendremos que procurar que nuestra Razón se armonice tanto como podamos con la Razón de Dios.
La RAZÓN, entendida como acabamos de razonar, será lo que nos llevará a la comprensión plena y a la asimilación, de lo que Jesús espera que entandamos por
RELIGIÓN UNIVERSAL.
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