jueves, 9 de julio de 2015

El poder sobre uno mismo, Arcángel Anael

El poder sobre Uno mismo, por arcángel Anael

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El Milagro

ANAEL a 18 mayo 2009
Corresponde a cada uno hacerse su propia opinión, su propia verdad, con relación a lo que es propuesto. El arcángel Mikael os llamó Maestros. No tenéis que volver a poner en nadie más vuestra propia maestría. El aprendizaje actual pretende hacer de vosotros Maestros revelados. Un Maestro revelado comunica e intercambia con otros Maestros. Un Maestro en revelación, o en curso de revelación, no debe aceptar de ninguna manera una verdad que no fuera la que él mismo experimentó. Esto es importante de emitir y aceptar como una información que viene de la Fuente, la más cercana al Padre. A través de estas palabras, os transcribo o transmito, poniendo en palabras, una decisión nacida del Cónclave Arcangélico.
Ponerlo en relación es de mi dominio. Soy Anael, soy aquél que relaciona y coordina las diferentes manifestaciones Arcangélicas. En este sentido, soy el príncipe de la Relación. Como tal os informo, y os pido encarecidamente, confiar en vosotros mismos y en ninguna persona ni enseñanza que pertenezca al pasado. Se os propone un cierto número de formas. Se os propone un cierto número de enseñanzas. Estas enseñanzas no son para reemplazar a vuestra conciencia. Son simplemente para facilitaros informaciones transformadoras que sois libres de aceptar o no.
Sin embargo, ningún ser humano, ningún Arcángel, puede dictaros vuestra conducta y reemplazar vuestra Luz. No hablo del libre albedrío, hablo simplemente de la Luz. Sois la Luz. Ninguna entidad luminosa que pretenda reemplazar lo que vosotros sois puede participar de la Luz. Esto es válido tanto en vuestro plano como en todas las dimensiones.
Vosotros sois determinantes para la Luz. Ninguna otra Luz puede decidir por vosotros, en vuestro lugar o cargo. Esto es un ajuste importante de aceptar. No podéis aspirar a vuestra maestría y a vuestra Luz interior remitiendo el juicio o la decisión a otra entidad, aunque ella fuera de Luz auténtica.
Jamás, nunca jamás, el Cónclave (ya que de eso se trata para esta Tierra), os impondrá su visión, sus perspectivas y su Luz. Se os propone una Luz pero os corresponde a vosotros la decisión de aceptarla o negarla. Bien evidentemente, esto que es válido para nosotros, en nuestra dimensión, es más que válido para vuestra dimensión en el seno de vuestras relaciones dimensionales.
Poner en relación no significa una postura de sumisión o de dominación si no esto probaría vuesta incapacidad de ir más allá de la dualidad. Lo que acabo de decir es ante nuestros ojos capital y fundamental. Vosotros mismos tenéis que reencontrar vuestro propio poder. El único modo de reencontrar vuestro poder con vosotros mismos es renunciar totalmente al poder sobre el otro incluso a través de (y sobre todo mediante) los buenos consejos esclarecidos por vuestros discernimientos, por vuestros péndulos, por vuestras cartas, por vuestros medios adivinatorios. No debéis imponer nunca más vuestras perspectivas o discernimiento ante el discernimiento del otro.
El único modo de alcanzar la Unidad es el no juicio. No podéis juzgar al otro. No podéis imponer vuestra visión de las cosas a otros. El otro debe encontrar su propia Luz. No podéis ni tan siquiera aconsejarle más. Sólo proponer lo que recibís pero esto debe ser hecho con la mayor consideración respecto a la maestría del otro y la libertad de determinación de la Luz del otro. Si no os arriesgáis ineluctablemente a sentiros incómodos en lo que habéis impuesto con las almas que os encontráis y que están en relación con vosotros.
Si vosotros no abandonáis, durante el período que os es concedido durante la efusion de la energía Mikaélica, en totalidad vuestro poder sobre el otro, no alcanzaréis el estado de vuestro corazón. No podréis ir allí donde aspiráis ir. Esto es una ley inviolable desde la Fuente hasta vuestra dimensión. Os expresé hace un momento lo que era la rebelión de un Arcángel. Este Arcángel era el hijo amado de la Luz. Vosotros sois los hijos amados de la Luz, cada uno de vosotros lo sois.
Sin embargo, la experiencia de la materia no debe ser la ocasión, sobre todo en estos momentos de transición, de querer imponer vuestra voluntad personal o visión personal para sustituir la visión personal de aquél que todavía no la encontró, si no vais a alejaros infaliblemente de vuestra Divinidad.
Esta llamada es esencial. Me es pedido formularla a través de la energía del Cónclave. Esto es verdaderamente una llamada que importa sobre vuestra propia maestría. No podéis aspirar a vuestra propia maestría queriendo inducir, en el otro, vuestra visión. Esto se llama la manipulación, cualquiera que sea el sentido y la ayuda que queréis aportar a través de lo que veis o decidís.
Tenéis que restablecer el poder en el otro. El único poder a ejercer es el poder sobre uno mismo. Por otra parte, querer influir en el otro por un consejo o una visión, vuelve a alejaros de vuestro propio poder en vosotros mismos. Esto tiene que ser meditado. Esto tiene que ser escrito, releído e integrado de manera formal.

Publicado en Autres Dimensions.

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